Creo que ya lo he dicho alguna vez pero me van a permitir que me repita: estoy mayor.
Mayor, viejo. Llámenlo como quieras, a mi tanto me da que me da lo mismo.
Digo esto a cuenta de dos películas con las que me he topado en los últimos tiempos. Una de ellas se llama A serbian film y la otra The town.
La primera es una basurilla, así sin más. Una película de provocación facilona, pretendidamente metafórica y profundamente estúpida. Es un filme que no se estrenará nunca en nuestro país, no porque sea una obra incomprendida o difícil, sino simplemente porque es una mierda. A veces el mercado es sabio y opta por la autorregulación, y éste es uno de esos casos.
A mi personalmente me parece bien: una película en la que sacan a un bebé del útero materno para acto seguido violarlo mientras la madre sonríe no merece más que la quema de sus negativos, si es posible con el director envuelto en los mismos.
Alguien pensará para sus adentros: “este tío es un fascista”. Pues vale, dormiré mal igual, cosas del insomnio.
Algunos pensarán, por el contrario, que formo parte de la masa de “críticos bienpensantes” como decía uno de esos miembros de la élite cinéfila que ven obras maestras hasta cuando van al baño. Otros se limitaran a pensar que no la he entendido y que hablo por hablar. Un tercer grupo me dará la razón sin ni siquiera haberla visto y apuntarán en su agenda: “evitar A serbian film”.
Mi verdad es esta: el director de esta cosa ha vendido su producto como el resultado de un esfuerzo por captar la atmósfera malsana que rige su país desde los tiempos de la Guerra de los Balcanes, una guerra -dice el tipo en cuestión- que le tocó muy de cerca, los bombardeos, la OTAN y blablabla. Después resulta que el hombre ni siquiera paraba por allí en esos momentos, que está forrado de dinero y rodeado de caprichitos; que resulta ser un vacilón serbio al que muchos de sus compadres blogueros han puesto a bajar de un burro por mentiroso. Así que –desmontada la irrisoria coartada socio-política que no hubiera creído ni Copito de Nieve- nos queda una película de tono atontado, con la típica y tópica trama en formato flash-back y un rosario de secuencias dementes que supuestamente deben despertar algún efecto en el espectador, más allá de la reacción primeriza (acercarse a un cubo a vomitar). A mi me entró sueño, pero no sé si es eso lo que el director –por llamarlo de alguna forma- pretendía.
¿Así pues, por qué tanto espabilado con carné cree estar en presencia de una obra maestra del séptimo arte? Pues porque cuando más indigesto sea el producto y más insignificante la narrativa más necesidad tienen algunos/as de reivindicarla. Ellos/as son el último fenómeno viral, una especie de revisitación moderna del listillo de los años 60 para el que Godard era más importante que Billy Wilder. Y es que la percha que supone formar parte de una élite que sabe entender lo que el resto de mortales ignora es irresistible amigos/as. La nueva burguesía camaradas de las cuatro ruedas, será intelectual, o no será.
Si quieren ustedes añadir comillas abriendo y cerrando la palabra “intelectual” seré comprensivo y hasta simpatizaré con ustedes. Puede que hasta sonría un momento.
La otra cosa es The town, la segunda película de Ben Affleck; sólida, rocosa, de tono y vocación clásica: magnífica, en resumen. Ahora resulta (leo en la prensa nacional) que esa no, que esa no es buena. Leo que el reparto es malo, que el drama que mueve las entrañas de la película ya lo hemos visto mil veces y que es muy pesado (no se sabe si porque es drama o porque el crítico llevaba una bascula). Resulta que Affleck no sabe, que la película es regular, que no hay cine allí, que Jon Hamm no se ha afeitado y que el director tiene la nariz muy grande. Que a Rebecca Hall se le nota que no se ha depilado las axilas y que Jeremy Renner tiene un pie más grande que el otro y cuando camina los pasos son irregulares. Que esto y lo otro y lo de más allá.
Vale, algunas cosas me las he inventado.
Sinceramente compañeros/as de la red, ya no entiendo nada. Vayan ustedes/as a ver The town y cuéntenme después que esa película no es cojonuda. Que no huele a cine hecho con las tripas, que no sale uno pensando que ha visto algo de una pieza.
Lo único que me consuela es pensar que por simple cuestión de cifras (la soledad es lo que tiene) por fin formaré parte de la elite de este país… de hecho la élite (se oyen risas enlatadas) seré yo.
Algo es algo.
Buen fin de semana, sean buenos/as.
T.G.
Vale, iremos a verla (The town). Pero si a quien va conmigo vuelve a no gustarle, no se yo si me va a dejar seguir sus consejos mas veces….
Yo también quiero ir. Y me gustaría ver también el Serbian film. Al final, casi seguro, no veré ninguna de las dos.
Lo que describe vd. de «A Serbian Film» me recuerda a cuando fui a ver «El anticristo» de Lars Von Trier.
Uno va al cine engañado por:
– Esos críticos elitistas que creen que deben ensalzar aquello que no se entiende
– El título de la película. Qué cojones, una cinta llamada «El anticristo» engancha.
Y qué me encontré? Un tostón de dimensiones bíblicas que lo único que hizo fue que servidor sintiese deseos de golpear el jeto del Dafoe.
Joder lo que describe de Serbian film da asco. Cuando voy al cine o voy a reir o a evadirme de la realidad. Si quiero ver gore veo las noticias- cosa que no hago ya que es deprimente-, normalmente la realidad siempre supera la ficción.
¿Por cierto ha visto Scott Pilgrim contra el mundo?
Pues a mi si me gusta a serbian film, no sé, llamadme enfermo mental, será eso.
Pero como me encanta pasarme horas viendo videos de decapitaciones, suicidios, accidentes mortales, y cosas peores pues por es me gustará la peli esta cutre
sé que es mala y todo eso, pero me gusta lo extremo, lo no politicamente correcto y todas esas mierdas
Acabo de ver «The Town».
Coincido en que es una buena película, aunque a mi se me ha hecho larga. Creo que le sobran al menos 15 minutos.
Tiene buenos momentos de tensión, los personajes están bien trazados y son creíbles, la historia de amor es bonita y las escenas de acción son buenas. Eso es lo que uno va buscando cuando va al cine. Sin embargo, creo que se regala un poco en algunos planos cortos, y que se excede con las panorámicas grandes y esas escenas del cielo con las nubes corriendo. Son bonitas, al final son dos horas de película.
Gracias por contarlo.
J.
Bueno, al final también yo he caido:
Buena fotografía, guion deficiente (es que en el FBI son subnormales todos?), tios macizos (el puñetazo del jefecillo del FBI que iba de duro al coche ?)….Pero mas tiros de los que puede llevar una persona encima, parece muerte entre las flores, pero creo que el Affleck lo decía en serio, los Cohen no.
Pero es entretenida, aunque un pelo naive ¿no?
.Una de las tomas del trailer de la pelicula….Titulo.Casablanca…Ficha tecnica… La pelicula basada en la obra teatral Everybody comes to Rick s todos vienen al cafe de Rick de y esta protagonizada por en el papel de Rick Blaine e como Ilsa Lund. El desarrollo de la pelicula se centra en el conflicto de Rick entre usando las palabras de uno de los personajes el amor y la virtud Rick debera escoger entre su amada Ilsa o hacer lo correcto.
Monex, creo que ha consumido usted/a demasiados picatostes.