Amigas y amigos,
Qué puto calor, por el amor de Dios.
Si yo ya estoy de mal humor a menudo, no quiero ni contarles lo que me provoca este bochorno intenso y constante: ganas de matar. Por suerte, en mi casa hay aire acondicionado y ya he acabado mi temporada regular de colaboraciones periodísticas, con lo que puedo pasar mucho tiempo con mi sofá y mi tele. Benditos sean ambos.
Bueno, este post de hoy debería interpretarse como un moonwalk: ya saben, ese paso de baile que popularizó Michael Jackson. Pueden buscarlo en youtube porque si intento explicárselo pareceré medio imbécil. O totalmente imbécil.
La cuestión es que con ello quiero decir que quiero dar marcha atrás: dije que algo molaba bastante y ahora me estoy dando cuenta de que ha dejado de molar. Y considero que hay que dejar constancia de ello por escrito, para que nadie se sienta engañado. Aunque dije que molaba, molara y ahora haya dejado de molar.
Hablo de La casa del dragón.
Si recuerdan, dije que me pareció bastante satisfactoria la primera temporada. Muy potente a nivel visual, bien escrita y con un reparto excelente. Además, lidiaba notablemente bien con el hecho de vivir a la sombra de su madre: la increíble Juego de tronos. No era sencillo, pero salía bien parada.
En teoría, la segunda temporada prometía más que la primera. Se avecinaba una gran guerra entre clanes, había un montón de dragones, dos reinas compitiendo por el trono, dos tíos de melena rubia que daban bastante miedo y un montón de castillos a los que prender fuego.
Sin embargo, y después de dos o tres episodios prometedores, todo se ha ido a tomar viento. Ojo, no digo que no pueda remontar, pero han conseguido que un servidor pierda cualquier interés en la serie.
Para empezar, hay demasiada intriga palaciega mal estructurada: mucho diálogo innecesario, muchos personajes irrelevantes… nada parece funcionar del modo en que se supone que debería funcionar. Incluso han encerrado a uno de los grandes ídolos del show, uno de esos villanos a los que amas/odias inmediatamente (no diré nada más, por si aún no han llegado a esos capítulos en concreto) en una fortaleza de cartón-piedra donde todo lo que hace es vagar por los pasillos y soñar cosas raras.
No tiene ningún sentido que ese personaje permanezca allí, pero los guionistas han decidido que tenemos que tragarnos esa turra inacabable en lugar de tener al pavo cortando por la mitad a un montón de peña con esa espada gigante que blande siempre a derecha y a izquierda.
No entiendo muy bien cómo coño van a salir del lío en que se han metido y el obvio desequilibrio entre las conspiraciones que se construyen entre las paredes de esos castillos y las guerras que se libran tras esas paredes, porque de momento no les está saliendo nada bien.
Igual dentro de dos semanas les digo que lo han resuelto todo la hostia de bien y hago otro moonwalk. Yo soy así, una persona tremendamente contradictoria y extremadamente cambiante.
De momento, le doy un insuficiente, porque si tienes 150 millones de dólares y un reparto cojonudo y una cantidad indecente de recursos de todo tipo y acabas aburriendo al personal, lo mínimo que te mereces es un insuficiente.
También han estrenado un par de cosas infectas más, pero me ahorraré cualquier tipo de comentario sobre las mismas porque les respeto a ustedes y también a su tiempo.
Pronto les hablaré de Longlegs, una de las grandes apuestas indies del año y una peli de terror que no se olvida fácilmente.
Mientras tanto, les deseo felices vacaciones a todos/as aquellos/as que puedan disfrutarlas o que ya las estén disfrutando.
Al resto: aguanten, ya queda menos.
Abrazos,
TGR
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