Cada vez acorto más los plazos, ¿eh? Sé que les tengo emocionados con esta nueva personalidad mía que actualiza constantemente el blog y que les obliga a hacer un esfuerzo suplementario para seguir mi ritmo. Ustedes/as lo pidieron y aquí estoy, marcando territorio como Lance Armstrong en el Tour. Y las únicas drogas que tomo son los bombones de la Caja Roja de Nestlé (no estoy para dispendios) y el agua de Vichy. No, no me lo agradezcan, siempre he sido un hombre con vocación de servicio. Como Federico Trillo.
Bueno, vayamos al tema. Hay dos pelis estupendas esta semana en cartelera: Reality y En la casa. ¿Problema? Que la primera es deprimente y la segunda me da pereza. Y repito: las dos son estupendas (especialmente En la casa, de François Ozon) pero es que es domingo por la mañana y debería ponerme profundo y demás, así que voy a hablar de la película de la que realmente quiero hablar y que los catalanes tenemos que sufrir sin poder evitarlo (ustedes habitantes de la meseta, gentes del sur, chicarrones del norte son afortunados de vivir en otras latitudes) y que no es otra que: Fénix 11*23.
¿Y qué es eso? Se preguntaran con –inevitable– curiosidad en sus casas, o en los bares que frecuentan, mirando el móvil con ojos de búho. Pues eso, es la segunda (y espero que última) película como director de ese espantapájaros con hombreras llamado Joel Joan.
Lo sé, veo llegar la segunda pregunta así que me adelanto: ¿y quién demonios es Joel Joan? Pues un actor, pésimo por más señas, que hizo un par de series con algún que otro gag afortunado y que desde entonces se cree que es el rey del mambo cuando en realidad es –básicamente y por resumir– un tipo alto. Sí, eso sí que lo tiene, es un tipo alto. Lo cual me recuerda aquella frase que solía pronunciar mi abuelo paterno: “más alto que un pino y más tonto que un pepino”.
(Pido disculpas a las personas altas que estén leyendo esto: no hay ninguna confirmación empírica de las palabras de mi abuelo y yo tampoco estoy convencido de que sea cierto. Seguramente habrá alguien por ahí fuera, gente de altura con magníficos cerebros. Lo que no quita que Joel Joan sea un cretino.)
Bueno, pues este chico, que ha encontrado en su –presunta– catalanidad un modo de impulsar su carrera, subvenciones mediante (entre otras cosas preside la Academia del cine catalán, algo que hasta podría tener su aquel, si no fuera porque es una farsa de dimensiones apocalípticas como sabrá todo aquel que haya acudido alguna vez a los premios de dicha academia) cobra un sueldo público por su trabajo. Ahora, para complementarlo, ha decidido que era el momento de volver a ponerse tras las cámaras (a lo mejor era esto de lo que hablaban los mayas).
La excusa era esta vez un triste suceso (real) en el que un chaval de 14 años fue detenido, interrogado y procesado por enviar un correo electrónico a un supermercado instándole a etiquetar en catalán y firmando El ejercito del Fénix (un nombre que resultará familiar a los fans de Harry Potter). Pues bien, la Guardia Civil decidió que tenía que movilizar a su unidad anti-terrorista y neutralizar la amenaza y una veintena de agentes se presentaron en casa del chaval. Otro caso lamentable de exceso de celo que sería de agradecer cuando –de verdad– hay casos que lo merecen.
Ni siquiera entraré en el fondo de la historia (que destapa lo absurdo y delirante que puede llegar a ser este país), porque francamente ya tengo bastante política alrededor como para añadir más. Lo que sí diré es que lo que podía haber sido una película fresca y divertida (está claro que el único género que puede abordar este asunto con cierta seriedad es la comedia) es un panfleto incomible, mal dirigido, peor interpretado y con un tono tan demagógico, tan impostado, que dan ganas de levantarse e invocar al altísimo para que te mande un lanzallamas.
No se trata solo de la torpeza estructural de la película ni de su absoluta falta de talento, sino de ese rollito discursivo (de los buenos y los malos) que ofendería a cualquier persona con dos dedos de frente.
Pero aquí lo tienen: el director presume del mini-mecenazgo que le ha llevado a rodar la película sin darse cuenta de que demagogia y arte son incompatibles, o al menos deberían serlo. El espectador no se lo merece. Da igual quien ponga el dinero si éste se usa para mamarrachadas.
Y soy catalán, hasta las trancas, y me enorgullezco de mi lengua y de mi gente. De ahí a consentir según que mamotretos hay mucho trecho.
¿Me oyes Joel Joan?
(Queridos mayas, si tenéis que hacer algo hacedlo ahora, antes de que el amigo Joel decida rodar otra película. Os lo imploro.)
Abrazos/as,
T.G.
No será tan mala como la de Salvador Puig Antich.
Ya estaba yo echando de menos una peli mala para leerle. Yo que ni veo cine.
(Estamos trabajando en ello).
(Y si estamos trabajando en ello es gracias a la pasión contagiosa que emana usted o sus escritos. Y a que gracias a unos muy imperfectos padres no tengo que mediar con doblajes o sufrir con subtítulos. Vivan los padres y las madres 😉 )
En las elecciones nadie se planteará cuánto cuesta vivir en modo .cat y sostener a toda esta purria «moderna» de nombres catalanizados que copan hasta la bandera los 800 organismos públicos o privados subvencionados, como la prensa, sin ir más lejos.
Otro catalán hasta el moño del catalanismo de facha (pose) y endogamia insana.
Pues es una pena que sea tan mala porque la anécdota daba para hacer algo gracioso aunque confieso que intuí por dónde iban a ir los tiros en cuanto vi quién y cómo dirigía el invento…
Por lo demás, a sus pies como siempre.
Pues una pena, por que el argumento da para unas risas…
¿Y es necesario que vaya a ver esos bordrios si sabe de antemano lo que va a pasar? ¿O es una cuestion masoquista?
Cataluña se salva porque todavía quedáis muchos catalanes decentes. Desde abajo del todo de España siempre hemos visto a los grandes estadistas catalanes (Jordi Pujol, Duran i Lleida) con envidia, porque luchaban por el estado en conjunto al mismo tiempo que «tiraban pa dentro» de su país. Ahora lo que nos llega (a través de medios que pueden estar más o mucho más politizados, pero es lo que hay) es la imagen de una secta de radicales que se dedican a saltar ante los gritos de su líder, algo así como los bailecitos de Sión en Matrix (o los videos de Carlos Jesús, claro…)
http://www.youtube.com/watch?v=8gWmTCY-zAU
La verdad es que celebro las películas malas en sus críticas, que risas que me ha arrancado aquí sólo en casa.
Pues yo no estoy nada de nada a la par con la critica feroz y desproporcionada a este film . Ayer fui a verla en Palma y es una gran película. Tecnicamente impecable. Banda sonora flojita. Me ha sorprendido, sin duda el palpelazo de Ana Waghner como fiscal. Los otros actores les doy un aprobado alto. Guión impecable. Dirección de Joel Joan un diez dado la dificultad de la temática.
Esta critica se basa más en perjucios políticos que en critica cinéfila lamentable para nuestro arte.
Hombre, gran estadista Pujol…vamos a dejarlo en rechonchin.
Don TG, con la de peliculas que se editan en Españistan y siempre comenta los (a su parecer) truños. ¿Quien se las recomienda? ¿Es masoquismo? ¿Los palos lucen mas que las flores?
Visto que ésta sí que me ha gustado, voy a tener que hacer como hago con muchas críticas de prensa: ir a ver las películas supuestamente malas, y dejar de ver las que dicen que son buenas [Looper?Skyfall?]
: (
Al 9, Fernando, creo que usted y yo vimos películas distintas. «Gran película», claro, formaría un perfecto tríptico con Chispita y sus gorilas y Las aventuras de Enrique y Ana. En cuanto a prejuicios políticos, no debe usted leerme nada porque desde que hago este este blog me han llamado «facha» y también «rojo». Algo debo estar haciendo bien.
Ambassador, ¿de verdad le ha gustado? A lo mejor soy yo que me hago mayor y ya no aprecio los matices.
Abrazos a ambos,
T.G.
Estimad Cinecuatroruedas,
Sí, me ha gustado. Pero no soy de fiar, puesto que también me gustaron por igual las dos Solaris, y Pandemonium.
No serà tan mala si está nominada a los premios Gaudí, ¿no te parece?. yo he visto la peli y es de las mejores que he visto nunca, y es vergonzoso lo que has dicho tú. Sin faltar eh majete 😉
A los premios Gaudí? jajajajajajajajajaja.
Claro…
Por cierto, si es una de las mejores que has visto nunca es que te faltan millones de películas por ver. Empieza por Costa-Gavras, que sabe como abordar los conflictos político-sociales sin tener que reírse del público. De nada, majica.