No estoy bien, se lo confieso. No es broma, ando muy jodido, así que van a ser ustedes mi diván.
Llevo unos días en que no levanto cabeza, sólo me ayudan el vino y las pastillas mágicas (no, no el Viagra, pervertidos). Es culpa mía, eso es lo peor, no tengo nadie a quien echar a los perros.
Hasta aquí mi confesión de hoy. Ya pueden dejar ustedes de ser el diván.
Hoy hablamos de Lucy, que se estrena mañana. Ya saben, la película de Scarlett Johansson donde ésta va soltando tiros y demás delicatessen con una pistola en cada mano.
El precepto –digámoslo ya- es absurdo: una chica normal y corriente se mete en un lío tremebundo sin comerlo ni beberlo y acaba tomando una droga experimental que expande su cerebro hasta límites inimaginables.
Se ha dicho muchas veces aquello de que sólo usamos un 10% de nuestra capacidad cerebral. Y se ha especulado también con lo que pasaría si utilizáramos el 100%.
Lo cierto es que nadie sabe que parte del cerebro usamos y algunos científicos se han molestado en indicar que lo que realmente pasaría si alguien usara el 100% de su capacidad cerebral: acabaríamos en un manicomio porque el cerebro ordenaría al cuerpo hacer todo a la vez. Todo. Naturalmente, todo son conjeturas, nadie sabe que pasaría pero me resulta más razonable pensar en un tipo volviéndose loco ante una cantidad descomunal de impulsos eléctricos que a otro volviéndose telépata, telequinésico y omnipotente.
Sin hacer demasiados spoilers, algo parecido (con bastantes matices) es lo que lo sucede a nuestra querida protagonista, una Johansson que parece estar pasándoselo como una niña en un columpio a la que cada vez empujan más arriba.
Así dicho, podrían ustedes/as pensar que estamos ante un coñazo de película o algo peor. Pues no, quitándole los últimos 20 minutos (puro delirio) Lucy es una de las películas más entretenidas del verano. Espléndidamente dirigida por un veterano de la acción como Luc Besson (el señor de El quinto elemento o los Transporter), la película tiene un par de escenas memorables y una de las mejores persecuciones de la historia del cine: la que tiene lugar en el centro de París, y que hubiera firmado el mejor George Miller, John Frankenheimer o el Friedkin de French connection.
Me perdonaran que hoy sea más breve que de costumbre, me cuesta escribir con tantas sombras en la cabeza pero no quería dejar de cumplir con ustedes/as.
Un abrazo,
T.G.
Lo de que usamos el 10% del cerebro y del resto no se sabe nada es un mito, desde luego:
http://naukas.com/2014/08/07/el-cine-inmortaliza-el-desproposito-de-que-solo-utilizamos-el-10-de-nuestro-cerebro/
Por lo demás, me apetece ver la Scarlett, digo… la peli. Ejem. 🙂
Saludos,
Gabriel.
En esta peli: http://www.filmaffinity.com/es/film628669.html también se sortea el supuesto límite del 10% cerebral con una droga, aunque Bradley Cooper no se convierte de repente en el profesior Xavier de los X-Men, solo se vuelve mucho mas listo y aprende las cosas casi tan rápido como Neo en Matrix.
Si no la habéis visto, tambien la recomiendo, esta entretenida.
Le recomiendo que deje el vino para cuando esté acompañado. Se divertirá mucho viendo lo que hacen los demás cuando beben. Salvo que vayan armados o al volante, claro está. Entonces tire las pastillas al suelo para que resbalen sus perseguidores y corra, corra todo lo deprisa que pueda.
En cuanto a la frasecita de marras, ¿acaso nadie ha visto uno de esos documentales en que se muestra un TAC «animado» del cerebro que sirve a los investigadores para descubrir qué partes del cerebro funcionan cuando, por ejemplo, al sujeto se le habla de su madre? ¿O cuando ve una tortuga boca arriba asándose al Sol?
¿Cómo que no se utiliza alguna parte del cerebro? Es nuestro principal consumidor. Sin un cerebro tan grande no necesitaríamos tanto oxígeno ni tanta comida. Seríamos muchos más económicos. Y menos capaces.
La cuestión no es cuanta proporción del cerebro se usa, sino para qué se usa y cómo.
Por ejemplo, al nacer nuestro cerebro está preparado para entender (y más tarde hablar en) varias lenguas. Pero como la mayoría de nosotros nace de padres monolingües, esa capacidad se pierde antes del 6º mes.
¿Y esa parte del cerebro se muere, se atrofia o se queda en coma? Pues no, se emplea en otras cosas.
Un dato que he escuchado hoy mismo: Abrir y cerrar un puño requiere el uso del 20 % del cerebro. Que debe ser todo lo que emplean no pocos para votar: Puño cerrado o brazo extendido.
Vengo de verla, y ya adelanto que no me ha gustado. Como «peli de tiros» se me ha quedado corta y floja de argumento. Como «peli de ciencia-ficción» es sencillamente un pufo. La historia tenía un potencial enorme (por ejemplo, saber porqué a los chinos les da por montar todo el pollo que montan, que no queda nada claro), y podían haber explotado un poco más las ganas de venganza de la Johansson, dando más tiros y manipulando mentes. No será por exceso de metraje, porque la película es bastante corta. Me he gastado 8 euracos en verla y ojalá volvieran por arte de magia a mi bolsillo…
No soy muy fan de Luc Besson, pero la veremos porque mi señor esposo dice que es muy divertido… Y si ud. dice que está muy bien, seré yo la que estoy equivocada.
Cuídese mucho que aquí nuestras pastillas son sus posts. 😉
Un saludo.
Pues ya la vimos y me pareció muy divertida, la persecución es alucinante y me encanta como va explicando a través de morgan freeman el proceso de cambio.
Vieron el corto las Navidades pasadas de la » Navidad según..» El director que fuese? Steven spilgberg, von tier, wes anderson etc? Pues esto me ha parecido » el árbol de la vida» según Luc Besson.