Hola amigos y amigas,
Domingo noche, que sabe cómo un lunes noche, que a su vez es una fotocopia de cualquier otro día. Porque hace semanas que no sabría distinguir exactamente qué día es, y –sobre todo- ¿por qué?
En fin.
Yo soy de Barcelona y aquí estamos aún en la fase 0 y supongo que algunos de ustedes estarán ya en fase 1. Yo prefiero esperar y que todo esté bien, aun sabiendo que va a ser bastante difícil que todo esté bien. Ya saben, voy a practicar el arte del auto-engaño hasta que me sea humanamente posible.
Ojalá todos ya en fase 4 tomándonos unas cañas.
Vamos al asunto.
Ya se lo dije: miren La unidad. Cojonuda.
Lo repito: miren La unidad.
El otro asunto, el de la vocación pública: el de ‘yo lo miro, para que no tengan que mirarlo ustedes’. Otra semana más me he sacrificado, porque les adoro, a todos ustedes/as. Estoy en casa, como ahora, con el perro a mis pies, y pienso ‘voy a ver esta putísima mierda, porque les quiero’.
Así fue como llegué a White lines.
La serie es de Álex Pina, que me parece un tipo listo de cojones. Básicamente, es uno de los inventores de La casa de papel, por lo que no puede decirse que no tenga mala vista a la hora de plantear proyectos televisivos.
No soy yo muy fan de La casa de papel, cuyo éxito atronador admiro, aunque se me escape. Pero creo que es un show muy inteligente, excelentemente planteado, y que ha conectado con un público ávido de entretenimiento puro y duro.
No es el caso de White lines.
Para empezar, se promocionó entre poco y nada, lo cual ya resultó bastante sospechoso.
Cuando Netflix, que es el puto rey del marketing, deja pasar algo sin darle bombo… mala señal. Pésima señal.
También es verdad que promocionaron bastante Valeria y era una porquería, pero era una producción nacional y tenía sentido darle algo de caña.
Con White lines, rodada en español e inglés con lo que parecen ser los peores actores que fueron capaces de encontrar (con mención especial para Belén López, que ofrece una autentica exhibición de gestos, tics y miraditas cómplices absolutamente incomprensibles) a ambos lados del canal: si los españoles son malos, ojito con los ingleses.
La historia es la de un cadáver que resulta ser el hermano de una chica. Ella se obsesiona por descubrir la verdad, topándose por el camino con una familia de burgueses que se disponen a edificar un casino. El hijo de la familia tiene también por ahí unos chanchullos con drogas y, ya se sabe, todo se complica.
Entre los actores, la dirección, las ínfulas de la serie (que parece que te está contando el Watergate), el infumable guion y lo eterno que se hace todo, un episodio de la serie te cuesta un año de vida. O año y medio.
Supongo que a todo el mundo le puede salir regulero un proyecto, pero coño. Tío, que tú has hecho La casa de papel. Que te sabes los trucos, macho.
Dos capítulos me vi y ahora tengo más canas que antes y he perdido dos dioptrías por ojo.
¿Era necesario todo esto? No.
Pero lo hecho por ustedes/as. Para que ni uno/a de ustedes/as sufra por nada.
Ahora me voy a seguir viendo Love actually, a ver si recupero algunos glóbulos rojos, o blancos. Y alguna neurona.
Abrazos/as y mucha salud,
T.G.
Me mata usted. Estoy por vender las dos TV que tengo y en su lugar… no sé, pondré marionetas. Será que con tanto tiempo disponible se han agotado las buenas opciones de visionado. Lo cual me lleva a una reflexión: ¿Cómo es posible que se haga tanta porquería? Con razón el cine no es rentable.
Agradecemos su labor encomiable porque nos ahorra la mitad de trabajo descartando títulos que de otra manera, al menos, tendríamos que empezar a ver.
Supongo que, hasta que no pase esto, el tema de estrenar títulos nasti de plasti 🙁
Saludos!
Hola,
He aquí, mis humildes opiniones sobre las series que he visto últimamente, por si le sirven a alguien que esté buscando material:
La Unidad:
Exteriores muy bien (eso debe ser mucha pasta), las escenas de acción, muy bien (eso es más pasta aún), pero cuando se paran en las subtramas personales (en plan, me he separao, estoy enferma o me estoy replanteando mi vida), la calidad baja escandalosamente. Todo esto, mi humilde opinión, repito.
Me parece que hay un desequilibiro inmenso entre la pasta invertida (mucha), Dirección (muy buena), casting (muy bien tanto «cristianos» como «musulmanes») vs. guión (lo dicho, las subtramas sobran o empañan el conjunto). Y el personaje que responde al nombre de Sanabria no se lo cree ni él.
Gangs Of London:
Parafraseando a T.G., parece mentira que se pueda ver en TV a semejante banda de chalados masacrándose entre sí.
Dicho esto, la mejor serie del año. O igual la segunda. El episodio 5, acabé aplaudiendo. Bravo!!!
Der Pass:
Aunque sea de 2019, la mejor opción de entra todas las copias que se ha realizado de la franquicia «aparece un cadaver en la frontera y a ver quién resuelve esto».
Ni «Bron/Broen», ni «The Bridge», ni «The Tunnel» aportan una adaptación local tan buena con Der Pass.
Brillante trama, y brillantes protagonistas. Me la quedo en el corazoncito.
Además, aporta un plus que un fanático de los coches (¿Sino, qué hacemos en KM77?) aprecia como oro en paño: el prota gasta un flamante Volvo 780 diseñado por Bertone. Precioso.
The Outsider:
Opino, la mejor 2020 en USA. Hacia el final va a menos, pero como persecución a un asesino en serie, pausada, con matices, coral, no hay otra. Muy buena.
The Stranger:
La típica británica, solvente, no defrauda, pero con giros de guión malditos (muy british). Me dió la impresión que jugaba a aparentar bastante más de lo que al final descubres. Pero eso lo considero meritorio. Entretenida.
Collateral:
Británica esta también. Como se resuelve un crimen con connotaciones conspiranóicas. Guión muy elaborado. Interesante.
Il Processo:
Italiana. Trata la investigación y el juicio por un asesinato. No es tan buena como las anteriores, pero…un italianada de vez en cuando…
De Twaalf:
Belga. O flamenca. O valona. No lo sé.
Trata el marronazo de que te toque ser miembro de un jurado, precisamente ahora, que me viene fatal. Y encima es el «juicio del siglo». Mierda.
Pero se nota el clima de la zona. Lenta. Fría. Fotografía gris, rozando el blanco y negro por momentos. Sobran minutos. Muchos. Pero como algo diferente, se deja ver.
Espero haber ayudado.
Un saludo,