Señores y señoras,
Tal y como prometí, aquí les dejo la bonita lista con lo peor de 2014. Ha sido complicado configurar este top porque había muchos contendientes pero no estoy disgustado con el resultado, a decir verdad.
Ah, leo hoy en El País que ahora resulta que lo del gran hackeo a Sony fue cosa de una ex empleada y unos cuantos amigos suyos (bueno, eso dicen). Resulta que la señora, especializada en el área de tecnología, había sido despedida hace unos meses y no estaba demasiada contenta con este hecho. Su venganza fue contactar con unos amigachos especialistas en informática y utilizando el conocimiento adquirido mientras trabajaba en la compañía ponerla patas arriba.
Ya me perdonarán pero esta versión no acabo de tragármela.
Y además prefiero la versión donde el gordo norcoreano destruye Sony porque han hecho una película en la que se ríen de él. Mucho mejor y mas romántica, dónde vas a parar.
En fin, vamos con la lista.
- Ocho apellidos vascos. Pues miren, oigan, es que no me reí nada. Y lo peor es que han convencido a Dani Rovira de que es actor (sí, actor) y ahora nos lo vamos a tener que comer con patatas al menos un par de añitos. Que yo no tengo nada en contra del chaval, de verdad, pero es que no es actor. Comediante poco, actor nada.
- Transformers 4 (¿o era la 5?). Ya vale, sé que van a seguir haciendo secuelas porque sigue funcionando en taquilla, pero yo ya no pico más. A la hora de estar viendo esta cosa empezaron a entrarme unas preocupantes ganas de asesinar y si yo no me llego a ir del cine liquido al acomodador, al vendedor de palomitas y al proyeccionista… que eran la misma persona, obviamente.
- Las tortugas ninja. Mismo director que Transformers. ¿Hace falta decir algo más? No.
- El club de los incomprendidos. Ha entrado en esta lista con honores como una de las mamarrachadas más grandes del año. Si esto es lo que le gusta a la juventud de España tenemos que empezar a pensar en la posibilidad de extinguirnos. En serio.
- Aprendiz de gigoló. Rodada con el culo (ya me perdonarán), con Woody Allen ejerciendo de Woody Allen en su versión ultra-languida y John Turturro queriéndonos hacer creer que podría ser un solicitado gigoló. Un auténtico disparate.
- Dos tontos muy tontos 2. Ojo, yo soy muy fan del original, creo que es una de las comedias más esplendorosamente delirantes de la historia (una especie de Mel Brooks con sobredosis de LSD) pero es que esta secuela es directamente una estupidez. Los gags son baratos, los actores están mal (pasados de vueltas, más personajes que intérpretes) y la dirección es risible. Dejad los clásicos quietos, venga.
- Mil maneras de morder el polvo. Me gusta Seth McFarlane, lo considero un cómico excepcional y he disfrutado como una perra (con perdón) viendo Padre de familia. Ahora bien, como actor es directamente malo y sus chistes no funcionan en la pantalla grande: menudo rollazo se marcó el hombre. Las dos horas que dura la película parecían más bien dos años. Mal, mal, mal.
- Grace de Monaco. Diosmiodemividaquehorror. P.D.: ¿pero qué cojones se ha hecho en la cara Nicole Kidman?
- Podría haber sido un placer culpable maravilloso: una de romanos, con un volcán y con uno de los protagonistas de Juego de tronos. Sin embargo, en un segundo visionado (lo sé, llego lo del cine demasiado lejos) resulta ser un tostón. Lo siento, pompeyenses (¿?).
- Cualquiera de Silvester Stallone. Que alguien le diga al amigo Rocky que ya no cuela, que lo de actor resucitado le duró un par de años y fue un par de años demasiado lo que le duró. No sé si me explico. Los mercenarios 3 -por ejemplo- era una memez con profusión de explosiones. Insuficiente, Sly.
Y sin más, me despido hasta el año que viene. Feliz 2015 amigos y amigas, y que este año que llega les traiga todo lo que desean siempre que no sea lo mismo que deseo yo, porque entonces espero que me lo traigan a mí.
En serio: salud, amor y buena fortuna.
Un abrazo,
T.G.