Icono del sitio Revista KM77

Hoy tenemos un (gran) plan

Amigas y amigos,

Cómo llevan el calor. Hoy he leído que este ha sido el julio más caluroso de la historia. No me ha sorprendido.

Creo que julio de 2024 va a ser el más caluroso de la historia, y así hasta el día de mi muerte. Mientras no se corte el flujo de paracetamol y me siga funcionando el aire acondicionado, no me quedará más remedio que conformarme.

Bueno, vamos a ello.

Hoy han puesto en Apple tv el capítulo final de Secuestro en el aire. Ya hablé de la serie en su momento, y dije -si no recuerdo mal- que era un buen producto de entretenimiento. Puro y duro; ni más ni menos.

La serie ha transitado por ese camino, con diversos altibajos, unos agujeros de guion del tamaño de un planeta pequeño e Idris Elba pasándoselo pipa en su papel de misterioso negociador que va por un avión lleno de secuestradores como el que se pasea por la feria de su pueblo buscando el tren de la bruja.

Yo se lo perdono porque me lo he pasado bien. Es una serie de tres estrellas y no pretende nada más. Son siete episodios de cincuenta minutos y si quieren algo para pasar las tardes de agosto sin complicarse la vida, pues ya la tienen completa. De nada.

La otra cosa que ha llegado hoy a las plataformas es la tercera entrega de Los guardianes de la galaxia.

Con esta película no tengo medias tintas: me chifla. Creo que las tres pelis son cojonudas, de lo mejor de Marvel hasta la fecha y la única gran obra de la factoría desde Endgame. Todo lo demás me parecen medianías, y un día de estos vamos a tener que hablar de la tremenda crisis que sufre Marvel estos últimos años, el maldito multiverso y la tonelada de personajes sin carisma alguno que nos han querido meter por la oreja.

Guardianes de la galaxia volumen 3 consigue eludir todas las miserias de Wakanda, el dr Strange, los insufribles Eternals, el aburridísimo Shang-Li y madre que los parió a todos. Parece mentira que con a estas alturas se hayan olvidado de lo que nos gustaba. Y en este comentario incluyo las series porque, aunque haya algún detalle de calidad y cosas salvables, todas han acabado siendo un churro parido por la misma máquina estropeada.

Seguramente, la clave es James Gunn. Un director con un fuertísimo sello de identidad que es capaz de imprimir a todas sus películas. El hombre ha conseguido que Guardianes sea divertida, entrañable y eléctrica. Supongo que por eso el hombre ha cogido el dinero que le daba DC (un montón de dinero, imagino) y ha dejado a Marvel en la estacada.

Ahora está pensando en el nuevo Batman, el nuevo Superman y vete a saber tú qué más. Falta les hace después de la tremenda hostia que se han dado con Flash, que seguramente sea el mayor fracaso de la historia del cine de superhéroes y el final de toda esa mierda de universo de Black Adam, Shazam y compañía.

En fin, no les voy a contar la trama del final de la trilogía de Guardianes, porque la pueden ver hoy mismo en su casa en una copia impoluta. Si no la han visto, háganlo. Y si la han visto, también. Yo les puedo adelantar que ese va a ser justamente mi plan de esta noche: un poco de disfrute canalla.

Además, dicen que mañana bajan las temperaturas, así que igual hasta abro una botella de vino para celebrarlo.

Hala, disfruten.

Abrazos,

TGR

Salir de la versión móvil