Amigas y amigos,
Qué tal va todo?
Yo he pasado la gripe A, el covid, el ébola, el resfriado común y todas las demás enfermedades que se pueden pasar a mi edad. En serio, llevo como dos semanas en las que me levantó ya listo para que me administren la eutanasia.
En fin, aprovecho que sigo con vida para comentarles un par de cosas y así ya me muero con la sensación del deber cumplido.
Lo primero e importante es un documental que se llama Stevie Van Zandt: Disciplina.
Yo -como casi todo el mundo- conocía a Van Zandt por dos cosas: ser el guitarrista de Springsteen y el consigliere de Tony Soprano.
No creo que haya mucha gente que pueda decir que está ejerciendo dos disciplinas tan distintas con ese nivel de excelencia. O sea, un tío que toca y compone con el puto Bruce Springsteen y que interpreta a la mano derecha del gánster más famoso de la historia de la tele. Y que hace las dos cosas de puta madre. Vaya, no se me ocurre ningún otro ejemplo.
Ya con esto, tendrías un proyecto cojonudo para hacer un gran documental. Steve Van Zandt (o Miami Steve, como le conocían al principio) es un maldito genio: un sabio de la música con un conocimiento enciclopédico que abarca el soul, el funk, el rock’n roll o el blues o cualquier otro género que se le pueda ocurrir a uno. Además, se le deben infinidad de arreglos en infinidad de discos de infinidad de artistas, algunos de los cuales son auténticas obras maestras.
Todo esto, la parte melómana, es la columna vertebral de la pieza y es absolutamente disfrutable. Si te gusta la música un poco, aunque sea un poco, Disciplina es sensacional. Pero supongamos que eres una de esas personas a las que la música les da completamente igual, pues ahí es donde el documental se pone interesante para ti.
Ojo: que si no conocen mucho la vida de este músico, lo que viene a continuación podría ser considerado un spoiler.
Así que aviso: OJO SPOILER
Steve Van Zandt es -probablemente- el tipo que hizo caer el régimen del apartheid en Sudáfrica. Ya lo sé: suena a que les estoy tomando el pelo.
Pues no.
Van Zandt es el tipo que junto a docenas de estrellas del mundo de la música para boicotear al régimen del país hasta forzar una votación en el senado que a su vez cortó el grifo de la financiación estadounidense al gobierno surafricano. A este golpe letal siguió el de muchos otros países haciendo lo propio con sus bancos, hasta que los señores del apartheid no tuvieron más remedio que liberar a Nelson Mandela. Fin.
Yo no tenía ni idea de nada de eso y me considero una persona más o menos leída. Si ustedes ya lo sabían, seguramente gozarán de ver el proceso minuciosamente documentado para la posteridad; si no tenían ni idea, se preguntarán como un tipo de New Jersey consiguió tumbar un gobierno con una guitarra y una bandana en la cabeza y lo que sucedió después, cuando los focos se alejaron de él.
No se lo voy a contar, para que lo descubran.
Lo que si les diré es que el nivel de los entrevistados en el documental es alucinante: Bruce Springsteen, David Chase, Peter Gabriel, Richard Plepler, Paul McCartney, Eddie Vedder, Bono, Rubén Blades o Richie Sambora cuentan la historia de un tipo que llegó a lo más alto, descendió a los infiernos y volvió de nuevo a la vida.
Solo una cosa más: la parte en la que se cuenta como Van Zandt acabó en el reparto de Los Soprano y toda esa parte del documental es puro comfortt-food para el cerebro. Como si alguien te masajeara las neuronas y tuvieras la impresión de estar viendo una historia sensacional, una de esas que solo pueden darse en la vida real.
Pintaza. No hay tiempo para ver tantas cosas buenas.