Amigos y amigas,

¿Qué tal todo?

¿Ven la luz al final del túnel? Bueno, yo tampoco. Seguro que la hay, pero aún no ha asomado la cabeza. Solo faltan estos parones de la vacuna y demás efectos secundarios. Es como si viviéramos en una enorme broma. Espero que al menos haya alguien en su casa riéndose a pleno pulmón. Eso me consolaría. Un poco.

Hoy llego aquí con malas noticias. Bueno, malas noticias relativas. No harán que su vida sea peor (tampoco mejor), pero tampoco va a causarles excesiva afectación. Incluso puede que me agradezcan no perder miserablemente cuatro horas de su vida.

La cosa es que hace unos años se estrenó La liga de la justicia, aquella desastrosa película de Zack Snyder que tenía que ser la gran competidora de Los vengadores. Naturalmente, no lo fue. Lo que si fue era una película sin alma, con un montaje incomprensible y un montón de superhéroes de ir por casa. Hasta al pobre Superman le daban sopas con onda.

Luego nos vendieron (y parece que era verdad) que es que al pobre Snyder le habían destrozado la película. Hace unas semanas apareció un reportaje en la revista Vanity fair, su edición americana, en la que se contaba la historia de la peli, como apareció por allí un tipo que empezó a pasar la tijera y cómo la muerte de la hija de Snyder se coló por allí de un modo brutal y acabó de desencajar los planes del realizador.

Total, que leído el mencionado artículo, tiene sentido que unos años después, el tipo haya vuelto sobre sus pasos para tratar de remendar el filme.

El problema es que la película sigue siendo mala, pero ahora es mucho más larga. Las introducciones a los personajes son eternas, el abuso del slow-motion debería llevarse a los tribunales, el ritmo es infernalmente lento y el resultado sigue siendo el mismo de antes, pero tardamos cuatro horas y diez minutos en llegar allí. El doble de metraje; el doble de aburrimiento.

Tengo todo el respeto por Snyder, que tiene una obra maestra absoluta (El amanecer de los muertos), una película cojonuda (300), una que tiene bastantes cosas que me gustan (El hombre de acero) y un montón de naderías. El problema es que esta película no hacía falta. No es que se me ocurra ahora mismo ningún director’s cut que realmente varíe el resultado primigenio. Los de Peter Jackson o James Cameron añaden siempre algo, un extra, y al menos son solventes.

Además, por razones que se me escapan, la peli se ofrece en formato 4:3 (cuadrado, como la tele) sin que yo le encuentre demasiado sentido y está llena de cancioncillas que hacen que parezca uno de esos programas de los 80 en la MTV. No hay nada en el Zack Snyder’s Justice league que merezca ser contado con galones. Todo es grandilocuente y ruidoso, pero no hay nada grande, ni sonoro.

Cuando uno hace algo que dura cuatro horas, lo ideal sería tener una buena excusa. No es el caso.

Al menos, ya no nos darán más la turra con este tema, porque vaya dos añitos que hemos pasado. La madre que los parió.

En fin, échenle ustedes/as un ojo y ya me explicarán.

Ansioso me hallo.

Abrazos,

T.G.