Los periodistas somos la pera. Seguro que ya lo sabíais pero por si las moscas lo digo yo, y me incluyo en el paquete. Faltaría más.
¿Y a qué viene esto? Se preguntará el gentío. Pues porque, amigos, este fin de semana se han estrenado dos películas de dos (en realidad tres) tipos emigrados a las Américas para poder hacer cine, porque aquí lo veían crudo.
Bueno, eso no sería exacto del todo, y ahí empieza mi crítica.
Me he hartado de ver reportajes estos días sobre “el terror español se va a EE.UU.” a costa de –la percha perfecta- los tipos antes citados: los hermanos Pastor y Jaume Collet-Serra. ¿Sus películas? Infectados y La huérfana respectivamente.
Las pelis no están mal, vamos que no matan pero al menos tienen gracia, están bastante bien dirigidas y tratan (he dicho tratan) de ser originales. No lo pasé mal viéndolas y eso ya es mucho (lo sé, llamadme pesimista).
Pues bueno, resulta que a algunos miembros de la prensa de este país les da ahora por descubrir que la tierra es redonda y confeccionan un paquete donde entran J.A. Bayona, los Pastor, Collet-Serra, Nacho Vigalondo, Jaume Balagueró y hasta Amenábar para contar que se mudan a los dominios de Obama porque aquí ya no hay quien viva. ¿Y esto cómo se come? Dirá alguno/a.
Sencillo amiguitos/as, todo se basa en aquello de vender pescado fresco: si de repente pensamos que la gente va a tragar con que todos los directores de terror de este país se han ido a buscarse la vida a Estados Unidos pues mejor, ya tenemos para llenar unas cuantas páginas y de paso hacemos que la gente hable, que en la piel de toro hay mucho silencio últimamente.
Vale. Pero es que la cosa no es así: a Amenábar le dieron un pastón, una actriz de lujo (Nicole Kidman) y un productor llamado Tom Cruise para hacer Los otros. La jugada le salió redonda y triunfó. Se lo merecía y me alegro por él. No era fácil trabajar con presión pero el tío lo consiguió. Bravo.
El señor Collet-Serra vive en Estados Unidos desde hace muchos años donde es famoso por sus anuncios (entre otros los de McDonalds) y todo el mundo por Hollywood sabe que es un hombre perfecto para las pelis de terror por encargo. Es un director sólido, con mucha mano para dirigir actores (tal y como se demuestra en La huérfana) y lógicamente se confía en él por lo que ofrece: garantía de plazo y presupuesto.
Los hermanos Pastor son dos chavales que saben mucho de cine (basta con echar un vistazo a Larutanatural para comprenderlo) pero que en su primera aventura de larga duración tuvieron problemas para encontrar financiación y alguien al otro lado del Atlántico les dijo: “veniros que yo os la doy”. Consiguieron un reparto cojonudo e hicieron la película. Ni más ni menos.
J.A. Bayona tiene un proyecto internacional, lógica consecuencia de los (espectaculares) resultados de El orfanato. Le va a ir de coña, luego él decidirá lo que quiere o deja de querer. No se ha tenido que ir allí. Han venido ellos.
Para acabar, a Balagueró le hicieron un remake de REC (que a él ni le va ni le viene, como no ha dejado de repetir cada vez que le han puesto un micrófono en los morros), y ahora van a hacer un remake de la secuela. Pues muy bien. Él sigue viviendo en Barcelona con su mujer y su crío y no se ha ido a ninguna parte.
Ah, y me dejaba a Vigalondo, al que la crítica estadounidense ha recibido con los brazos abiertos por Los cronocrimenes (una película que a mí me gustó, por valiente y por atreverse a no ser convencional aun a costa de alejarse de los productos que hacen dinero en taquilla). Que yo sepa tampoco se ha movido.
Así pues la segunda conquista de América tendrá que esperar, por mucho que algunos medios de comunicación se hayan puesto tan pesados.
Lo dicho: los periodistas somos la pera.
¿Habéis ido a ver La huerfana o Infectados? ¿Qué opináis?
Saludos y a cuidarse,
T.G.
Yo vi Infectados. No se me da tan bien como a usted explicarse de como es una pelicula,pero es pasable,esta bien hecha,el tema a tratar es interesante.Me gustó de como han sacado los miedos,las esperanzas de la gente,en situaciones extremas.Me dio lastima el medico,ha cumplido con su deber.
Pero estoy a la espera de Avatar y 2012,aunque la primera me huele que sera otra secuela de peliculas bien hechas,con tal de sacarnos dinero para alquilar ls DVDs,comprar peluches pa los niños.
La huérfana e infectados. Me niego. Me parece que las he visto 100 veces antes, y que no vale la pena volver a ver lo mismo una y otra vez. Me parece una estafa conceptualmente hablando.
Lo siento mucho, pero la sensación que me da desde fuera en el caso de infectados es la de unos niños snobs que han conseguido hacer su peli por pura cabezonería… y dinero propio (y algo de ajeno).
Respecto a lo que comenta… el «Huerfanato» (como le llamamos de coña en mi entorno) no me parece tan grande como para que vengan del otro lado del atlántico a secuestrárnoslo, al supuestamente gran Bayona.
A mi me parece que los Cronocrímenes molan mucho, y que Vigalondo puede convertirse si quiere en una suerte de Tarantino español. Es un maestro creando situaciones y personajes al límite. Ojalá le vaya bien y que no le manipulen. Prefiero que siga haciendo pequeñeces frescas y difíciles de encontrar y ver a grandiosidades apestosas.
Por cierto, para quien no sepa como va esto (y corríjame señor cuatroruedas si no está de acuerdo): Normalmente las productoras de jolibú se fijan en talentos jóvenes, que tengan una mínima capacidad para dirigir, pero jóvenes y con poca experiencia, al fin y al cabo. Se los llevan a jolibú, y allí hacen con ellos lo que les da la gana, que es justamente lo que quieren y necesitan: alguien joven que diga que sí a los que ponen la pasta y que les lleve el barco al puerto por el camino que ellos manden, sin rechistar.
Cosa que no pasaría si pones a un director bragado, con experiencia, que ya ha montado su tejido de producción propio y que tiene más autonomía creativa. En este sentido, Amenábar tuvo suerte, pero bien merecida, qué duda cabe.
Vamos, que a donde la prensa ve «la genialidad de nuestros jóvenes talentos conquista el mundo» la realidad es más bien «el mundo se lleva a nuestros jóvenes talentos para que les hagan de obreros».