Amigas y amigos,
Hace un calor que mataría a un lagarto.
Hasta ahí mi comentario sobre el tiempo: breve, pero rotundo.
Y ahora a cumplir lo prometido: vamos a hablar de El encargado. En concreto, de la tercera temporada de El encargado.
Para los que no estén al día, El encargado es la serie sobre el portero de un edificio de pijos en Buenos Aires. No sé si portero sería la definición adecuada, porque la figura hace muchas más cosas de las que supondríamos que ejerce un portero en nuestro país, pero así nos entendemos.
El señor en cuestión se llama Eliseo Basurto y es un hombre bastante curioso. Le conocimos cuando sus vecinos pretendieron librarse de él para construir una piscina. Así que Eliseo decide que no se va a ir sin luchar y -como el público va a descubrir rápidamente- el tipo tiene recursos de sobras. Además, digamos que el encargado tiene un carácter muy especial.
Si no han visto nunca la serie, este sería el momento perfecto para empezar y quizás deberían dejar de leer, por si se me escapa algún spoiler.
En la segunda temporada de la serie, vemos a un Eliseo rozando el rol de villano de una película de Marvel: un malo calculador, con un poco de psicopatía que le asoma por las fosas nasales y una excelente capacidad para romperle las pelotas a cualquiera que quiera echarle de sus dominios. Todo por culpa de una nueva propietaria que llega al edificio con la intención de fiscalizar las cuentas del encargado y demostrar que es un tipo corrupto y que se puede prescindir de él.
Como ya pasaba en la primera entrega, Eliseo es el Messi de los cabrones, un tío capaz de complicarte la vida en una baldosa. No vamos a explicar el final de la segunda temporada de El encargado, pero los fans de Eliseo fueron muy felices.
Ahora llega la tercera temporada y (para empezar) Eliseo se va a Rio de Janeiro para asistir a una conferencia de encargados. Ahí le llega la idea para, por fin, para hacerse rico: Soluciones Integrales Basurto.
No voy a contar nada más. De momento, solo hay dos episodios disponibles en la plataforma porque los cabroncetes de Disney +, que saben que tienen entre manos un bombazo, nos van a dosificar la droga durante siete semanas.
Por supuesto, si El encargado es una serie que ha arrasado en todo el mundo es por culpa de su protagonista, Guillermo Francella. Francella lleva 40 años en la profesión y es uno de los más actores más respetados en América latina. En España los cinéfilos le conocerán por El secreto de sus ojos y ahora por este show, que le ha hecho inmensamente popular en todo el mundo.
No tengo palabras para describir el inmenso talento de Francella y su extraordinaria capacidad para meterse en los zapatos de un personaje aparentemente plano, supuestamente inofensivo. Es cierto que el guion es excepcional y él hay que atribuirle una buena parte del mérito, pero ver a Francella llevar su personaje a tales cotas de excelencia es un espectáculo memorable. Su gestualidad, la forma en la que usa el lenguaje como si fuera un kalashnikov, esa facilidad para transitar entre el empleado amable y servicial y el demonio con corbata que enterraría a tu familia en el jardín… todo en Francella es de primera clase.
No puedo recomendarla más porque sus episodios de 25 minutos son la mejor medicina para cualquiera que sea su dolencia. Yo los uso como si fueran un diazepan, pero pueden ustedes darles el uso que crean oportuno.
Abrazos,
TGR