Señoras y señores, ¿qué tal están?
Hoy me he levantado con un tuit de ese chiflado descontrolado llamado Donald Trump (en mayúsculas, naturalmente) amenazando al presidente de Irán, que parece que antes le había amenazado a él. Así que vamos a morir todos por culpa de twitter.
Bueno, a lo mejor no es por culpa de twitter, pero un poco sí.
Estamos rodeados señores: Salvini en Italia, Erdogan en Turquía, Trump en América, Putin en Rusia. Al norte, sur, oeste y este. Por todas partes. El monstruo del populismo ya es más grande que Godzilla, King Kong y un tiranosauro juntos.
En fin, espero morir irradiado por el fuego nuclear, que es siempre mejor que perecer bajo la lluvia ácida posterior. Me lo ha dicho un amigo.
Pero vamos a lo interesante, que ya sé que es lunes y están todos/as ustedes/as eufóricos/as. Bueno, espero que haya alguien de vacaciones. Eso tampoco estaría mal.
La semana pasada se estrenó el nuevo show de Sacha Baron Cohen. Para los que no estén familiarizados con este señor, solo mencionar la magnífica Borat y la hilarante Ali-G. Es un cómico británico de vocación gonzo y que practica un humor salvaje, con un buen montón de alter egos que le permiten hacer toda clase de barrabasadas sin que le reconozcan.
Su último invento es un programa para la cadena estadounidense Showtime. En el mismo, y a través de cuatro personajes se dedica a tomar el pelo al mundillo político del país, con predicción por los republicanos, que en estos tiempos de algarabía y confusión parecen haber sido poseídos por el virus de la gilipollez.
Para que se hagan una idea del nivel de estupidez que parece habitar en las filas de la derecha estadounidense, en el primer episodio del show (Who is America?, se llama) uno de los personajes del cómico, un coronel israelí retirado, convence a varios senadores y a un sheriff de que es necesario armar a los niños. “Los mejores son los de tres años, porque aprenden muy rápido y son buenos tiradores”. No les miento.
Luego hacen un anuncio, con el sheriff. Para que los niños sepan cómo cargar una pistola.
Todo con dibujitos y disfraces de unicornio.
Es un tipo de humor tan brutal, que es inevitable pensar si sigue siendo necesario. Es decir, el formato ya es antiguo, lo practicó Robert Altman en Tanner 88 y ha sido un clásico en el género desde hace lustros. Sin embargo, y eso es lo sorprendente, es relevante por culpa del panorama político y socio-cultural. Es triste, pero cierto.
Hay gente que defiende que las vacunas matan, que la tierra es plana y que la leche cruda no tiene ningún peligro. Con eso en mente, tipos como Sacha Baron Cohen no es que sean necesarios, es que son imprescindibles.
En el segundo episodio (que acabo de ver), Baron Cohen convence a Dick Chenney, uno de los pilares del partido Republicano en los años de Bush hijo, de que le firme un kit de waterboarding [la tortura que simula un ahogamiento] para que éste pueda colgarlo en ebay. Efectivamente amigos y amigas, le pidió a uno de los responsables de implementar esa clase de ‘interrogatorio’ que le autografiara una bolsa con una toalla y no-sé-qué-más.
Y él se la firma entre risas. “Es la primera vez que me piden que firme uno de estos”.
Estamos en un mundo tan desquiciado que es inevitable ver este programa sin arquear una ceja, cuando hace unos años nos hubiéramos negado a creer. Pero sí, esta gente existe, están entre nosotros y –lo que es peor- mandan.
Véanlo. En España va a emitirla Movistar + y ya corre por ahí en los sitios de costumbre. Ustedes/as mismos/as.
Creo que la disfrutarán, pero nunca se sabe.
Abrazos/as,
T.G.
En España podrían hacer lo mismo con las desquiciantes políticas feminazi-proislámistas.
Tal vez un libro de «conoce tu clítoris» destinado a los imanes de las mezquitas más radicales, o tal vez un libro de «por qué todos los hombres son estupendos excepto los blancos heterosexuales», que firmase cualquier politica random.
O la «nueva guía de la neolengua libre de prejuicios machistas (cómo acabar con la dictadura del género en el idioma)» para regalar a Perez Reverte.
Aunque quizá un manual de «evita que tu hijo se convierta en un bárbaro miembro del heteropatriarcado; la guía definitiva para transformar a tu niño en un ser humano transgénero», también iría bien…
Lo digo porque en estos tiempos de populismo progre-heterófobo-feminazi, quizá un poco de sentido del humor es más necesario que nunca.
Después de todo, la «locura» de Trump, tiene sentido. Intenta proteger lo que para él son valores norteamericanos.
La locura europea es mucho más desquiciante. Intentamos destruir la esencia de nuestra cultura, destruir los valores religiosos, condenar a los hombres por serlo, acabar con la familia tradicional, intentar evitar que las mujeres tengan hijos…. pero a cambio, queremos favorecer la inmigración de personas que provienen de una cultura mucho más tradicional, con unos fuertes valores religiosos, que condena a la mujer por serlo, que promueve el tradicionalismo familiar más anticuado, y en el que las mujeres tienen muchos hijos.
¿Es Trump el loco?… más bien el loco vive en la cada vez menos tradicional, cada vez más masculinófoba, y cada vez más islamizada Europa.
Perdone, pero se equivoca. Y mucho.
Mr. President Trump no está en América.
Está aquí, en España.
El aeródromo militar de Morón, que en realidad está en la localidad de Arahal, a escasos kilómetros de la ciudad de Sevilla y que además de la base tiene hermosas e inteligentes mujeres (porque Maripaz no puede ser la única), ahora es la base de proyección del poder militar estadounidense en África. Pero antes de eso fue la base desde la que despegaba un escuadrón de B-52 Stratofortress(es), unas plataformas de alcance estratégico para el lanzamiento de proyectiles de todo tipo. Con cabeza nuclear o no.
Y la base aeronaval de Rota forma parte del «escudo antimisiles» que protege a los EE.UU. de cualquier ataque mediante proyectiles de trayectoria balística troposférica.
Pero no se preocupe. Cuando India o Pakistán, dependiendo de lo que hagan los EE.UU, la PRC o quien suceda al camarada Actionman Putin, apunten sus armas nucleares contra las bases americanas en Andalucía seguramente yerren el tiro y los pepinos acaben cayendo sobre la estación de AVE de Utiel-Requena, justo cuando suban varios millares de pasajeros; o sobre el polígono industrial de Tordesillas el día que algún empresario se interese por asentar allí su negocio; o, porqué no decirlo, en el vacío neuronal de quien propuso a Monsieur le non President Manuel Valls como candidato a una alcaldía en España.
La alcaldía de Barcelona, premio de consolación de un primer ministro francés fracasado en su candidatura a la presidencia de la República. ¿No tuvimos suficiente con matarnos entre nosotros para darle la corona a un nieto del rey de Francia o a un austríaco que se olvidó de España en cuanto vio que podía ser emperador en su tierra, que aún hay idiotas que buscan fuera quien les mande? ¿Tan mal está ese partido en Barcelona? ¿Tanto se odian los cabecillas y tan poco democráticos son como para no dejar que elijan candidato barcelonés los propios afiliados barceloneses?
Espero que esta idea de bombero torero no pase de ser eso una propuesta de un genio de la política.