Sí, lo sé, de acuerdo, vale, lo sé.
Se lo dije, no pueden decir que les engañé, niños y niñas, niñas y niños. Les confesé (lo he hecho en multitud de ocasiones) que soy un vago. Bueno, uno de ustedes, almas de cántaro, me llamó “procrastinador”, y no puedo decir que no me gustara porque “procrastinar” es uno de mis deportes favoritos. No hay nada mejor.
Así que han pasado dos semanitas y nada, ni un post. A alguien se le acabará la paciencia y me despedirá, lo veo venir. Hasta que eso no pase, seguiré con mi cadencia habitual, un poco a lo Romario.
Se han estrenado un buen montón de películas estos días pero me voy a ahorrar los parabienes: Amour, de Michael Haneke, me parece una porquería, una película (cuasi) ofensiva para cualquiera que haya visto la muerte de cerca o haya cuidado de algún moribundo o haya visto a sus abuelos envejecer a las malas. Sin embargo, la crítica seria se ha empeñado en vendernos que estamos ante la mejor película del año, del lustro, de la década y del siglo. Pues no, oiga, no. Hay muchas maneras de explicar el final, el ocaso, el crepúsculo. ¿Quieren ver una película sobre eso? Pónganse alguna de Ozu o de los maestros japoneses de los 60 y 70. O, si quieren un referente más cercano, recuperen Milion dollar baby, de Clint Eastwood.
Es una putada ser viejo, es una putada ver que lo que amas se muere, se degrada y desaparece. No hace falta que venga un austriaco mamarracho a contármelo como si no fuera con él. Ese rollito forense que se lleva el tipo es lo que más me molesta. Haneke es un memo y un pedante y el único pedante que no me molesta en absoluto soy yo mismo: el que viste y calza. Así pues, si quieren ir ustedes a verla yo no se lo voy a prohibir, pero después no me vengan con protestas.
La otra cosa es The master y esa tampoco se la voy a aconsejar. Ahora bien, si son ustedes raros o muy cinéfilos o quieren hacerle una gran putada a su mujer/marido, no duden en ir a verla. A mí me parece una obra maestra, pero no la volvería a ver. La intensidad puede ser incluso nociva y The master es INTENSA.
Pero ahora viene lo bueno: Lincoln y Django.
La primera es la de Spielberg.
Me tocan un poco la entrepierna todos estos mamelucos que se atreven a criticar a Spielberg y a decir que está “sobrevalorado”.
O sea, que un tío que hace El diablo sobre ruedas, Tiburón, Munich, En busca del arca perdida, Parque jurásico, Encuentros en la tercera fase, La lista de Schyndler y Salvar al soldado Ryan, entre muchas otras, está “sobrevalorado”, ¿no? Pero ¿es que nos hemos vuelto todos gilipollas?
No contesten, es una pregunta retórica.
La cuestión es que Lincoln (excepto dos momentos que no lo son tanto) es absolutamente magnífica. Huelga decir que Daniel Day-Lewis se sale (también leí que es un actor “sobrevalorado”) y que su revisitación de Abraham Lincoln es espectacular: los gestos, la mirada, el carisma. Day-Lewis es el jodido Abraham Lincoln y Spielberg es capaz de captar el espíritu de una época que moldeó a la nación más poderosa del mundo. Una gozada.
Django desencadenado es otro Tarantino de las ligas mayores. Seguramente, y junto con Pulp fiction, su mejor película hasta la fecha. Llena de ese magma autorreferencial que define al director, Django es espectacular en sus diálogos, en sus tiroteos, en sus villanos y sus héroes. Jamie Fox está magnífico, Christopher Waltz hace lo de siempre (pero lo hace muy bien) y Leonardo DiCaprio demuestra que es un grandísimo actor.
Un consejo: no lean NADA de esta película, vayan al cine lo más vírgenes posibles. Me lo agradecerán.
¿Y ahora que les digo? Que escribiré pronto otro post.
Pues sí. ¿Y por qué? Pues porque este sábado me voy a NYC y en esas horas de soledad aérea y alcohol en vena es donde más me apetece escribir. Les contaré cosas sobre Beasts of the southern wild y Pitch perfect y otras cositas que deberían estrenarse pronto entre nosotros.
¿Les parece bien? Más vale que sí.
Pórtense bien, espero que el 2013 les haya recibido con cariño.
Abrazos/as,
T.G.
El otro dia vi «Amour». Bueno, me obligaron. A los 10 minutos estaba asi:
http://www.youtube.com/watch?v=Bcf79tv-eTQ
Que penyazo de director, hoygan.
Pues me acabáis de cortar el rollito para este fin de semana, en el que no sabía si ir a ver The Master o Amour. La verdad es que de Haneke solo conozco «La cinta blanca» y por eso me apetecía ir a ver esta.
Pues a mí el Haneke me pone, excluyendo el tiempo del lobo. Iré a verla y a verle a él el 20F en el Real, si se quiere venir :p
Las otras 3 también están pendientes.
Pues yo fuí a ver The Master y la verdad es que salvo los primeros 20 minutos en los que parece que has ido al cine a ver una peli, el resto me pareció un verdadero coñazo, larga, lenta e insulsa. No solo le haces una putada a tu pareja, a ti también te acaba doliendo culo.
Pero eso si, con buena fotografía, buenos actores, planos interesantes etc. Pero todo ello aplicado a un guión sin fuerz ni consistencia ni na de ná.
A ver si Django me gusta…
Un consejo, hombre.
Gana usted puntos si se ahorra las referencias a lo que opinan los otros opinadores de cine, valga la rebuznancia, y aún mas a si ésta afecta a ceros conceptuales tan gordos como la tasación de un director, así se tratara de vender la burra en la feria.
Funny Games molaba mazo, aunque se te quede el cuerpo un poquillo descompuesto y te apetezca salir a matar niños, sean tus propios hijos, antes de que crezcan. Mentar a los austriacos le ha quedado mu feo, que lo mejor del cine americano clásico lo hicieron ellos.
Y bueno, apuntamos para la descar… esto, para el visionado en pantalla extragrande la última del Tarantino.
Ya está su amigo Enric en El mundo.
No tendría mayor importancia si no hubiera salido de donde sale.
Tenía Vd. razón.
O no?
Subo esta entrada tan antigua, para aplaudirle por llamar mamarracho al Hanekes.
Ví «funny games». Es una mierda. Es una película tramposa.
Rompe un pacto sagrado entre cineastas y espectadores que sólo puede ser roto en comedias.
Y ya está. No sólo se te queda mal cuerpo tras verla. Es que además, acabas diciendo «vaya un tramposo de mierda».
La trampa es evidente: cuando entras a ver una peli, sabes que vas a ver una peli, sabes que no estás viendo una cosa real, sino una ficción. «Firmas un pacto» para que te engañen y entretengan durante un rato… pero si el director decide que va a ser provocativo, y su provocación consiste en recordarte que lo que ves es una película, mediante miradas directas a cámara, y mediante trucos burdos (que por cierto no son nuevos, ya los vimos en la «la loca guerra de las galaxias»), está incumpliendo su parte del pacto.
(en «la loca guerra de las galaxias», el truco del mando a distancia tenía sentido porque era cómico, en esta, no tiene ningún sentido más que romper una situación demasiado difícil)
(Mel Brooks es muchísimo mejor director que el austríaco gilipollas ese, y por eso uno ha entrado en letras mayúsculas en la historia del cine, y el otro, apenas sale de refilón).
Ale, ya me he quedado agusto.