Amigas y amigos, amigos y amigas,
Qué tal? Es sábado, hace buen tiempo si atendemos al criterio universal de que cuando hace sol y calor, es que hace buen tiempo. Para mí el buen tiempo es que llueva y haga frío, pero de acuerdo. Sé que es una batalla perdida, pero mi misión en la vida es luchar esas batallas. Y mirar pelis malas, esa misión también es la mía: alguien tiene que hacerlo para que no lo hagan ustedes.
Ayer estuve viendo Dungeons & dragons.
Si no me falla la memoria, había ya otra versión en la que salía Jeremy Irons. Una auténtica aberración de las que solo Hollywood es capaz de producir cualquier día del año.
Así que acudí al cine con pocas esperanzas, porque 1) no soy fan de los juegos de rol y soy muy poco conocedor del tema; 2) todas las películas que huelen a franquicia me producen cierto repelús.
Sin embargo, me llevé una grata sorpresa.
Dungeons & dragons es una estupenda película de aventuras con un reparto de campanillas (Chris Pine, Michell Rodríguez, etc), buenos efectos especiales, un guion apañado y mucho respeto por el género. Para los que no sepan de qué va el tema, un ladrón y su banda van en busca de un tesoro y se dan de bruces con unos indeseables. Muy resumido, para que nadie me acuse de hacer spoilers.
Si les apetece un plan familiar, aquí se lo dejo.
También se ha estrenado Oso vicioso, de la que ya he hablado, y también Tin y Tina. De esta última ya no voy a comentar nada, porque ya hice suficiente sangre.
En la tele tienen varias cosas de las que pueden pasar de largo: El asesino mediático es una tremenda turra, Mentiras arriesgadas no es ni entretenida, Viaje al centro de la tierra es terrible y El poder no está mal, pero le falta mucho para convencerme. Si le explico la sinopsis de cada una, van a dejar de leer. Así que no voy a hacerlo.
Seguro que sabrán perdonarme.
Dejo para el final dos cosas que me han gustado, aunque parezca mentira.
La primera se llama Prom pact. No recuerdo cómo la han llamado en español, pero si la buscan con ese nombre (en Disney +) les aparecerá. No me insulten: es una comedia adolescente con reminiscencias a John Hughes y por eso -precisamente- me ha gustado. Yo es que al final soy un hombre de gustos sencillos y me pones una cosita que me haga gracia y caigo en la trampa.
La cosa va de una estudiante y un estudiante y una promoción de instituto y todas esas situaciones que se daban en las comedias de los 80. Además, tiene un rollito cinéfilo bastante divertido y es excelente para ver con la familia. ¿Le pido algo más a la vida? No.
Y por último, Inestable.
No, no es por mí (aunque también) si no por la nueva comedia de Netflix, con Rob Lowe y su hijo, que me ha parecido muy digna. Es la historia de uno de esos entrepreneurs tipo Steve Jobs que un día pega un pedo. O quizás sería más correcto decir que lleva ya tiempo pegando un pedo.
Una sitcom sin risas enlatadas, bastante bien escrita, sobre la relación de este billonario con su hijo y con el mundo en general, después de un suceso traumático que no pienso revelarles porque prefiero que lo descubran ustedes.
Y nada más, creo que ya les he molestado bastante por hoy. La semana que viene más.
Abrazos y suerte con las fiestas o las vacaciones o lo que sea,
T.G.R.