http://youtu.be/cRiAq8eDjZg
¿Se acuerdan de mis comentarios sobre el trailer de Los amantes pasajeros? Básicamente –para los desmemoriados- decía que aquello no había por donde cogerlo y que me temía que la película iba a ser una auténtica mierda (hablando en plata). Pues bien, no me duele reconocer que me equivoqué: el trailer era mucho mejor que la película. De hecho, en el trailer está lo mejor de la película. Lo sé, no es posible.
Ahora podría dejarlo aquí, pero no me da la gana, sobre todo después de comprobar la oleada de infame peloteo que se ha producido después del estreno de la película. Críticos de medio pelo vendiéndonos lo buena que es la última memez de Almodóvar, cuantas virtudes se esconden detrás de sus crípticas imágenes (JAJAJAJA). Hasta he tenido que leer que el humor de esta señora de La Mancha es “sutil”. Así que, llegados a cierto punto, he empezado a preguntarme si es que no me habría metido en otra sala y habría visto una película distinta. A lo mejor yo había visto la de la Almodóvar y ellos una de Eastwood.
Este engendro (un auténtico engendro, infumable) arranca con un avión que por un problema mecánico se ve obligado a interrumpir su viaje. Bueno, eso es lo que entendí entre “sutiles” chistes de lefa, de pollas, de culos y de tipos que se definen en base a su sexualidad. Para ellos no hay nada más, sus vidas giran en torno a los miembros, los cipotes, los penes y los trípodes. Joder, qué vida tan triste, pensarán ustedes. Pues no, es la hostia de guay, señores, no tener otra preocupación que alimentar lo que uno tiene entre las pierna es lo más de lo más y lo muy de lo muy.
A mí me la sopla la sexualidad de los personajes de un filme y espero que, cuando esta toma un rol activo, sea por un motivo rotundo, que me sirva para entenderles mejor, para comprenderles. Cuando una película convierte a sus personajes en pollas andantes, me da la risa. Y la risa pasa a ser carcajada cuando encima un crítico quiere venderme que en realidad es todo una gran metáfora. Ay, que bonito es el s. XXI, cuando cualquier gilipollez, no importa lo absurda que sea, puede ser reinterpretada, explicada, verbalizada y arrojada a los cuatro vientos. O sea, que un avión lleno de azafatos homosexuales y pasajeros con el cerebro del tamaño de un cacahuete es la metáfora de este país. Por favor que alguien me lo explique, porque a mí me entran los tembleques y me despisto.
Y por favor, que nadie me salga con lo de la homofobia, hay películas maravillosas sobre lo que es y lo que significa ir a contracorriente, sobre lo difícil que resulta a veces vivir con la propia sexualidad. Lo que hace Almodóvar en Los amantes pasajeros es reírse de los gays, tomarles el pelo, convertirles en un puto arquetipo. Todos los topicazos que hemos mamado sobre el colectivo homosexual están en esta película, metidos de forma zafia en un intento de comedia que provoca sonrojo en el espectador.
Me he reído mucho con las comedias de Almodóvar en el pasado, pero en esta ocasión me he reído de Almodóvar, de su incapacidad para el diálogo inteligente y la reflexión mordaz, de sus andares de pato mareado y de su habilidad para conseguir que tantos buenos actores hagan tanto el ridículo con tanta intensidad y durante tanto tiempo.
Los amantes pasajeros sólo confirma el agotamiento absoluto de este manchego universal, que ha cambiado su radicalidad y su inteligencia emocional por un montón de chistes baratos de pedo, caca, culo, pis. Lo único que hay peor que su cine es toda esa corte de adoradores que le aplaudirían hasta un eructo.
El seguidismo, señores/as, es tan nocivo como el cainismo. Y en este país somos expertos en ambas cosas.
Hala, un abrazo/a.
T.G.
Tome, sufra:
«Hace tiempo que Almodóvar ha dejado de ser un simple cineasta para transformarse en la perfecta metáfora de lo que somos»
«Es Almodóvar devolviéndonos, para bien o para mal, la perfecta imagen de lo que somos»
Sacado de aquí: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/07/cultura/1362681334.html
El idiota/o de Elmundo, el mismo/a que la semana pasada más que una crítica, escribió un alegato defensivo digno del mejor abogado en lugar de un análisis del filme, hoy ha escrito «… y a la crítica, que le zurzan», a propósito de la buena recaudación del primer fin de semana.
Supongo él/ella que no se considera parte de la crítica. Está bien.
Hola. Yo no sé si es que soy un bicho raro o qué, pero es que no me ha logrado gustar ninguna de las películas de almodóvar con que tuve la desgracia de toparme. Lo siento, pero el cine de Almodóvar no me gusta, me parece que fuerza los personajes y que fuerza las situaciones. No consigo creerme sus películas.
Eres un homófobo
Me has pillado. También soy flatulento, antropófago, frutariano y del Barça.
Y no me gustan los dátiles.
Las dos últimas frases sí son una metáfora de este país. Aqui o eres «tali» o «anti» algo/alguien. ¿juicio crítico, escala de grises? Por favor…
Escala de grises? Oiga, que esto es España.
Escala de grises quiere decir grises alineados por estatura, antidisturbios Dalton, que vuelven a estar de moda, aunque ahora las lecheras son azules.
Pues me han entrado ganas de verla…. más que nada, para ver si es tan mala como dicen. Luego me arrepentiré, o quizá me largue a media película, pero me han despertado la curiosidad.
Pues yo me la he descargado, y me ha gustado… ver como se iba por el wc (a ese tipo de descarga me refería).
Una crítica sin pelos en la lengua mucho más incisiva e inteligente que el supuesto humor del manchego universal. Enhorabuena
Ayer la «estrenaron» en TVE1.
Me puse a verla, y a los 40′ ya no pude más con ella y lo dejé … peaso truñaco
13# ¿40′? ¿Tanto? Está usted al tanto de la diferencia entre ‘ y » ¿verdad?
40’ es BDMS cinematográfico.
#14,
Sí, unos 35 ó 40 minutos aprox. Últimamente leo bastante en los blogs lo del BDSM, y aunque lo medio emplazo en el contexto del tirón de lo de Grey, al final he ido a http://es.wikipedia.org/wiki/BDSM para ilustrame, y ya pillo.
Pues sí, BDMS cinematográfico 🙂