Iba a escribir esto hace un par de días pero he preferido esperar a que se me pasara el cabreo. La perspectiva me dice que he hecho bien.
La cuestión es que en estas dos últimas semanas tres amigos míos, dos de ellos con más de 20 años dedicados a sus respectivas empresas acaban de ser despedidos. Naturalmente, la culpa es de “la crisis” en genérico y no del empresario que ha visto su oportunidad para soltar lastre.
La cuestión (y no es moco de pavo) es que este es un blog de cine con lo cual no tiene mucho sentido ponerme a divagar sobre esto y otro y lo de más allá. Lo que si tiene sentido es que en el mismo plazo de tiempo ha habido una remodelación del gobierno de la nación.
Y aquí, amigos/as, si que tengo algo que decir y si que tiene sentido decirlo aquí: lo de la nueva ministra de Cultura me parece uno de los despropósitos políticos más grandes que he contemplado desde que tengo uso de razón (de eso hará unos seis meses).
A la Excelentísima Ángeles González-Sinde, figura puntera del cine patrio, ya la están poniendo a caldo en todas las webs habidas y por haber con lo cual voy a pasar de puntillas sobre su “argumentada” opinión sobre los derechos de autor, el canon sobre el ADSL y el tema de las descargas (que según ella son el problema más grave del cine español [sic]).
Mi gran problema con la ex-presidenta de la Academia es que no acabo de entender cuales son sus meritos para ser ministra (ojo, ministra, no diputada, ni senadora, ni política, ya que eso –por desgracia- puede serlo cualquiera, sino ministra). Esta señora ha escrito un par de buenos guiones (ha colaborado también en el de Mentiras y gordas, cada uno que saque sus conclusiones), ha ganados dos Goyas y durante su presidencia académica se ha significado por un inmovilismo digno de las figuras de Madame Tussaud, sus peripatéticos discursos sobre el estado de la industria y su absoluta incapacidad para sentarse con nadie en una mesa de negociación, siendo –como es- embajadora de la perpetua seriedad y eterna portadora de la verdad absoluta. ¿A santo de que se le da un ministerio tan delicado como este?.
Ya no es que dude que González-Sinde pueda mejorar la terrible situación del cine español (lo único que hará es multiplicar las subvenciones, practicar el autoabrazo –que no la autocrítica- y seguir siendo amiga de sus amigos, cosa que según se ha demostrado, hace muy bien) sino que me parece imposible que una persona que ha demostrado su nula capacidad de gestión en una entidad tan insignificante como la Academia del Cine Español (que existe para poder celebrar los Goya y que durante una noche todos seamos testigos de su excelsa existencia) pueda manejar los designios de un ministerio con tantas atribuciones como el de Cultura. Se ve que la experiencia, la habilidad negociadora y los méritos profesionales ya no cuentan para nada. O igual es que lo de ser ministro es otra cosa.
No lo entiendo, y como todas las cosas que no logro procesar me produce una profunda desazón: si a esto/a es a lo que podemos aspirar para manejar un patrimonio tan grande y rico como el de nuestro país, apaga y vámonos.
Y eso que ni he mencionado su postura con los cánones, SGAE’s y demás, porque entonces ya no paro. Tenéis razón: cuanta ira mal digerida.
En fin, perdonadme la mala leche pero es que tengo la impresión de que hace mucho, mucho tiempo, que nos están tomando el pelo y la señora Ministra ha sido el (pen)último toque.
Buenas vacaciones, a aquellos/as que las tengáis.
T.G.
P.D.: «Seamos todos sinceros, ¿para qué necesitamos todos una línea de ADSL de no sé cuanto gigas? ¿Para mandar e-mails?» Ángeles González-Sinde, diario Público, 10-4-2008.
Gracias, muchas gracias.
Un saludo.
Debo citar (casi textualmente) al grupo musical argentino Les Luthiers: «El célebre compositor Johann Sebastian Mastropiero pasó por una repentina falta de inspiración, por una total imposibilidad creativa. Las pocas composiciones de esta época son tan pueriles, poco imaginativas y burdas, que Mastropiero, consciente de su incapacidad, se dedicó a la crítica musical. También, durante esta improfunda época, aceptó el cargo de superintendente de música de la comuna, ocupó la dirección artística de un importante sello grabador, y resolvió dirigir un conservatorio.»
Pues claro que los empresarios sueltan lastre. El negocio se reduce, los ingresos se reducen, hay que reducir los gastos, entre otros y por qué no, los de personal.
Veo una censura de pasada sin razón aparente salvo que usted crea que es más romántico considerar a la empresa como al Titanic y vea más plástico que se hundan todos juntos a la vez.
Y por otro lado, que cada uno tenga lo que paga, ya está bien de que haya personas con videotecas valoradas en miles de euros por las que no ha desembolsado más que el precio del disco virgen y encima se queja del cánon.
Que corten el internet a los que se lo bajan todo sin pagar un duro, me parece genial, vaya país de estafadores, pícaros y sinvergüenzas.
JM
Apreciado JotaEme,
creo que confunde usted mis apreciaciones: nunca he creído en esa entelequia llamada «distribución equitativa de la riqueza» ni me considero apostol del «buenismo». Ahora bien, su reflexión sobre la reducción de ingresos y gastos y como consecuencia de personal me parece, como mínimo, arriesgada. Así expuesto parece de una lógica intachable pero en realidad me parece bastante más complejo: me pone usted el ejemplo del Titanic y ya que lo menciona permítame que le haga una pregunta. ¿Sabe usted en que clase viajaban la mayoría de los supervivientes?. Ciertamente no disfruto viendo hundirse ningún barco pero tampoco me parece bien que siempre se ahoguen los mismos.
Que quede claro que no soy miembro de ningún sindicato pero le voy a poner dos ejemplos reales, los dos recientes y los dos en el ámbito del periodismo nacional.
1) Principios de 2009, un consejo de administración se reparte entre sus ocho miembros un bonus por una cantidad un 150% superior al del año pasado. Eso a pesar de el beneficio bruto del grupo al que representan ha bajado un 12% respecto al ejercicio anterior. Eso si, acto seguido deciden despedir al 33% de la plantilla. ¿Lógico?
2) Hace unas semanas… los directivos del único periódico que ha conseguido resultados positivos (muy positivos) en los últimos seis meses deciden echar al 52% de la plantilla. Se niegan a negociar con los trabajadores. En la redacción se llega a las manos. ¿Lógico? (Ningún directivo ha decidido reducir su estipendio, explicarse en público o dimitir).
Son dos, pero le puedo contar unos cuantos más. Creo que el sentido común no debería ser vetado simplemente porque hay crisis. Obviamente hay despidos y reestructuraciones inevitables, pero no todas lo son. Ni mucho menos.
A mi ningún naufragio me parece plástico señor Jota Eme pero estoy muy alejado del determinismo económico al que le parece normal que los que deban equilibrar los balances sean los de abajo (o los del medio) porque así lo dicta el pasado, el mercado o los astros. No tengo una visión romántica del mundo laboral y me parece que es legítimo que los grupos empresariales (grandes, medianos o pequeños) busquen el mayor beneficio posible. Lo que no me parece tan legítimo es que la filosofía de libre mercado solo sea aplicable en determinadas categorías y que el sacrificio sea bueno siempre que lo lleven a cabo los demás. De la misma forma que el empresario tiene una responsabilidad consigo mismo y con su empresa debería -por la misma regla de tres- ser el primero en concienciarse de que hay una parte humana indisoluble e inherente a todo negocio. No soy partidario del «todo vale», que se le va a hacer. Hemos visto mil ejemplos de mala gestión en los que nadie asume nada. Normalmente los que hunden una empresa no son sus trabajadores, pero pocas veces son ellos los que no pagan el pato.
Por otro lado, NUNCA me he bajado ni una sola peli. Ni una. No sé porque debo pagar ningún canon en las raras ocasiones en las que compro un cd. Seguramente si hay algún fotógrafo por aquí podrá darle más detalles de «las bondades» del canon, cuando tienen que usarlos para entregar sus trabajos (fotos de cosecha propia, material legal). Tiene usted razón: que los que pirateen paguen, pero ¿y los que no?.
Y ya, por último, y respecto al famoso canon del ADSL sobre el que se viene hablando: ¿porqué debería yo pagar no solo el precio del ADSL más caro de Europa sino un canon por algo que no hago ni voy a hacer?. Tengo un servicio de 4 megas que va como el culo y lo utilizo para mi trabajo. No bajo ni comparto nada así que me sitúo en absoluta oposición a castigar fiscalmente por mera suposición («todo el que tiene ADSL baja»). Pero hay otra cosa: ¿a quien va a parar ese canon? ¿como se reparte? ¿quien controla la transparencia de esta operación? ¿La SGAE?.
Perdone usted el rollo, ya que el post original lanzaba una pregunta: ¿cuales son los méritos de la nueva ministra de Cultura para desempeñar ese rol?. Yo sigo manteniendo que ha sido un nombramiento marcado por el oportunismo (y los 80 millones de euros de la nueva ley del cine).
Nada más, reciba usted un cordial saludo.
T.G.
uy, qué cosas, si le parece, cuando el mercado no tira y las ventas bajan, echamos a los directivos y se quedan los trabajadores ahí, para que no paguen siempre los mismos. La pirámide invertida, que manden los de abajo, qué social, qué majo.
Es cierto que la culpa de la recesión no la tienen los trabajadores no cualificados, pero por la misma lógica y en su boca, parece que quien sí la tiene son los directivos.
Siendo la mano de obra no cualificada más abundante que la de la mano de obra cualificada, tiene sentido prescindir de lo que resulta menos necesario. Y, por antisocial que parezca, parece más razonable prescindir de un empleado de mantenimiento que del director de RR.HH, lo mire por donde lo mire.
A mí no me hace gracia pagar el canon. Creo que no debería de existir la necesidad de pagar un canon para compensar la ausencia de ingresos por lo libertarios y espabilaos que somos. Y la SGAE me cae peor que una inspección fiscal. Ramoncín, ni le cuento. Y yo tampoco me bajo nada, ni lo he hecho. Tengo, compro. No tengo, no compro. Aquí, como somos listos, tenga o no tenga, no lo compro, se jodan, coño.
Deberíamos poner a los piratas al frente de todo y echar a los directivos de todas las empresas, está claro.
JM
Yo no he dicho eso que usted dice que he dicho, pero cada uno es libre de interpretar lo que quiera. Por lo que usted dice deduzco que todos los directivos son gente cualificada y lista para lo peor. Si usted lo dice.
Cuando la pirámide es tan ancha por arriba como por abajo es un cuadrado, y ya ni le cuento cuando por abajo es minúscula y por arriba infinita. Da usted por hecho además que los perjudicados son «la mano de obra no cualificada». Pues igual no es siempre así. O igual si, probablemente un autónomo de 38 años no debería abrir la boca para opinar.
Eso de los piratas y los directivos también es de su cosecha. Lo crea o no (francamente me da igual) yo tengo muchos amigos en la industria a los que perjudica gravemente la pirateria y la cultura del «cógelo, es gratis».
Por cierto, gracias por lo de «majo».
T.G.
P.D.: Lo dejo aquí, ya he dicho antes que el propósito del post era saber cuales eran los méritos de la ministra para ocupar el puesto y no si todos los directivos merecen morir o si todos los trabajadores merecen ser despedidos. Sigo creyendo que es bastante más complejo que blanco o negro.
«Sigo creyendo que es bastante más complejo que blanco o negro.» Y lo es, pero es que si no se echa algo de picante, me quedo sin debate. Y veo que me quedo igualmente sin él. Es que hace mal tiempo por aquí, ¿sabe?. De ahí mi intención de agitar el cotarro, que anda un poco tibio.
Bueno, y la ministra, pues ha hecho todos los méritos en las zonas aledañas al poder y pertenece al grupo de arribistas modernos que beben de la subvención que sale de mis bolsillos.
Veremos nuevas películas de la guerra civil, se lo aseguro.
(Mire que le he puesto trapos, qué autocontrol el suyo).
Un cordial saludo,
JM
La única razón lógica que se me ocurre es el Sr. Zapatero haya decidido por nosotros perseguir las descargas «peer to peer», así necesitaba una persona para ello y creyó que la Sra. González-Sinde era la idonea. Lo cual me lleva a la siguiente proposiciones: El ministerio de Cultura es considerado menor, recordar si no a la Sra. Aguirre.
Me ha hecho gracia la recusación que busca la Asociación de internautas pero es ilustrativa e informativa por lo que rescato el siguiente extracto:
«Ángeles González-Sinde a estado al frente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (AACCE) desde Diciembre de 2006 hasta la fecha de su nombramiento. El Vicepresidente de la AACCE durante su mandato, y actual presidente en funciones, es a su vez Presidente (desde 2004) de DAMA (entidad de gestión de Derechos de Autor de Medios Audiovisuales). Ángeles González-Sinde también ha sido presidenta de ALMA (sindicato de Autores Literarios de Medios Audiovisuales). Su padre, José María González-Sinde, fue fundador tanto de AACCE como de ALMA. Tanto el hermano de Ángeles González-Sinde como su tio pertenecen en la actualidad a AACCE. Así mismo, Ángeles González-Sinde es administradora de dos empresas, una de ellas con domicilio social en su propio domicilio particular, cuyos objetos sociales se enmarcan dentro del los CNAE 9211 y 9212 (referidos todos ellos a actividades empresariales cinematográficas)»
A quién no le haya servido de nada, lo siento. Un saludo a todos.
Yo ni me bajo películas ni voy al cine, ni bajo música ni la compro. Ni escucho la radio ni veo la tele.
Tanto comprar esos productos de subconsumo como piratearlos es hacerle la rosca gorda a una industria sobrevalorada.
Me pasa lo mismo con el fútbol y con la fórmula 1.
Me niego a pagar ni un euro que contribuya a que los músicos, los actores, los futbolistas, los pilotos y no sé cuántas profesiones más se forren a ganar dinero por hacer tonterías sobre el césped, en una pista de coches, en un escenario o en un plató.
Hay clásicos de sobra como para no aburrirse. Que esos señores ganen esos dinerales es síntoma de ineficiencia económica, de oligopolio de facto. Si no puede haber competencia en esos sectores, se tienen que poner precios máximos. ¿A santo de qué va a ganar Julia Roberts en unas horas más de lo que gana cualquier persona que trabaja duramente toda su vida durante? ¿No hay forma de atajar tanta insensatez e ineficiencia?
Julia Roberts es un monopolio en sí misma y es obligatorio ponerle precios máximos a su hora de trabajo. Precios máximos que debe imponer el tribunal de la competencia.
Bazofia de mercado y de sistema económico que hace aguas por todos lados. A mí el mercado me parece una herramienta buenísima, pero es muy difícil que se den las condiciones de mercado. Si no se dan, no queda más remedio que regular.
El canon, por cierto, es una regulación antieconómica, que pone trabas a la posibilidad de que haya mercado, libre competencia.
Sobre los trabajadores y directivos.
Opino que los trabajadores tenemos que ser mucho más exigentes con nuestros empleadores. Si los trabajadores nos fuéramos de las empresas mal dirigidas, con las que no estamos de acuerdo, ya se espabilarían los accionistas en buscar buenos gestores.
Pero no. No conozco a ningún trabajador que se queje cuando le contratan. Sin embargo, muchos se encabritan cuando les despiden. ¿Por qué? Es exactamente la misma empresa la que le contrata que la que le despide. ¿Cuando le contrató era buenísima y cuando le pone en la calle los directivos son muy malos? Anda ya.
Menos lobos y más autoexigencia de los trabajadores no nos vendría mal. (Sí. yo me he ido de varias empresas directamente al paro (sin cobrar desempleo). Estaba en desacuerdo con mis jefes y me iba a la calle. Lo he hecho tres veces en mi vida y volvería a hacerlo. Creo que es saludable hacerlo. Invito a todo el mundo que lo haga. Estoy seguro de que beneficia tanto al que lo hace como a la sociedad en su conjunto. El cortoplacismo mata.
No presumo de haberlo hecho. Presumir de eso sería como presumir de respirar. Me parece imprescindible para vivir sentirme libre e independiente de la empresa en la que me gano el sueldo.
Estoy de acuerdo con que, en general, los empresarios de este país somos muy malos. Pero los trabajadores también somos en general, muy poco críticos y en muchísimos casos tan malos (o tanto) como los empresarios.
Es costumbre arraigada de los trabajadores (de innumerables compañeros míos en innumerables trabajos anteriores, de amigos y conocidos por doquier. De trabajadores a los que escuchas en cualquier centro de trabajo, hospitales, fábricas o ministerios…) quejarse de la empresa, de las condiciones laborales, de los compañeros, de los accionistas e incluso de la calidad del producto que fabrican ellos mismos. Quejas eternas, pero ni un movimiento que pueda poner en riesgo esa nómina a final de mes.
Somos romanos en plena decadencia. Aguantamos de todo por unas migajas a final de mes. La riqueza nunca está en esas migajas. por abundantes que sean. La riqueza está lejísimos del sueldo.
Como no me gusta hacerle la pelota a nadie, me voy a morder los dedos, pero lo que ha escrito Javier Moltó me parece cuando menos inspirador y motivador, me ha gustado mucho. He escrito y borrado muchas cosas en los últimos 10 minutos, pero no me atrevo a dejarlas porque no están a la altura. A ver si con más tiempo, que ahora hay que ser productivo.
Tan sólo dejo un comentario sobre el tema de la SGAE. Hace dos días compré tres discos duros de gran capacidad para volcar en ellos material audiovisual generado por mi empresa. Por cada uno de los discos duros he tenido que pagar 12 euros, 12, es decir, 36 euros de canon simplemente para poder digitalizar el contenido que generan mis cámaras.
Al cabo del año compro más de 50 discos de este tipo. 50 discos son 600 euros de canon.
Si llamas a la SGAE para quejarte y decirles qué hay que hacer, te contestan de malas maneras que la única forma de que te reembolsen el canon es asociándote y registrándote como productor de contenidos. A eso le llamo yo (y cualquiera con dos dedos de frente) IMPUESTO REVOLUCIONARIO. No me da la gana de pagar la cuota de la SGAE. Es una cuestión de dinero, sí, pero los principios creo que están por encima del dinero, llegados a cierto punto. Y yo NO entiendo que haya que pagar a esa asociación para librarte del canon. Eso apesta a comportamiento totalitario.
Por otra parte, por mi trabajo conozco bien el universo SGAE. Y puedo afirmar y afirmo, y firmo donde me digan, que ese colectivo nebuloso es cualquier cosa menos algo productivo y práctico, que tienen tanto dinero (en relación a los que son y a lo que lo dedican) que literalmente no saben qué hacer con él.
Así que lo que hacen con el dinero que todos los españoles les regalamos es comprar equipos carísimos (hablamos de muchos millones de euros) relacionados con la industria audiovisual, con los que ofrecen a los «artistas» la posibilidad de trabajar con ellos para crear sus productos a precios preferentes, siempre que seas asociado. Y así perpetuarse.
De rebote, hacen la competencia desleal a unas empresas que tenemos que gastar muchísimo dinero en comprar y mantener una tecnología de altísimo coste. Ellos compiten con el resto con el dinero de todos. No voy a hablar de endogamia ni de enchufismo en su interior, eso lo dejo para otro año.
Así las cosas, el funcionamiento de ese colectivo me parece lo más parecido a un sindicato de mafiosos. De ahí que cuando me entero de que la tal Sinde se pone al ministerio de Cultura gracias al dedo de Zapatero, que ha congregado a un gabinete de cachorros fieles, poniendo en juego para ello nuestro futuro.
Por otra parte, el análisis de JotaEme no resiste cualquier mínimo análisis serio. Me parece simplemente una provocación (consciente) las cosas que dice. Sabe de sobra que en la dialéctica de poder entre emprsarios y trabajadores tan malo es que el poder de uno u otro se imponga sobre el otro (los controladores aéreos son trabajadores, están entre los menos productivos de Europa y son los que más cobran). Eso también pasa en muchas empresas, hay empresarios auténticamente cautivos de sus trabajadores. Pero por favor, templemos el asunto.