Llevaba más o menos un kilómetro en el que me iba acercando paulatinamente a un coche granate, durante una larga bajada. Era una carretera nacional, con arcenes anchos que descendía suavemente hacia un valle. Tras una recta relativamente larga que termina con una curva hacia la derecha, el coche granate enfila la curva y yo le sigo de lejos, como a unos doscientos metros. Cuando llego a la curva, de unos noventa grados de radio medio, apenas reduzco la velocidad porque no hay necesidad.
Justo antes de entrar en la curva veo fugazmente, a través de los árboles, que el coche granate que me precedía tiene el intermitente derecho puesto y está pegado al guardarraíl. Entro en la curva con normalidad, mirando hacia la carretera lo más lejos posible, sin preocupación alguna. En la carretera hay poco tráfico, el día está soleado y el asfalto en perfecto estado. Disfruto conduciendo con tranquilidad. No voy distraído, pero sí voy relajado.
Inesperadamente, al terminar la curva, veo que el coche granate está atravesado en mitad de la carretera, pocos metros por delante de mí, haciendo un cambio de sentido justo antes de la entrada del puente. El choque es inevitable. Oigo un pequeño grito ahogado de mi acompañante. Imperceptible.
No me da tiempo a pensar. Le pego un pisotón al freno con todas mis fuerzas. El coche granate está muy cerca. No sé cuantificarlo, quizá unos diez metros por delante de nuestro coche cuando empiezo a frenar. Mi velocidad será de unos cien kilómetros por hora. Sé que si sigo recto el impacto será brutal contra la puerta del conductor. Él o ella morirán casi con total seguridad y nosotros probablemente también. Si intento pasar por delante corro el riesgo de que caigamos puente abajo. No sé si podré controlar el coche con la maniobra de esquiva salvaje con los frenos apretados a tope y con el golpe lateral que seguro que nos dará el coche que sigue avanzando si no lo golpeo yo a él. No soy capaz de pensar, pero todo eso me pasa por la cabeza. Me tiro contra él a chocarle contra el morro, sin girar demasiado a la izquierda porque no podré controlar el coche y corremos mucho riesgo de irnos puente abajo.
Me fijo en su aleta delantera izquierda, el coche todavía avanza hacia el centro de la carretera. Estoy pegando un alarido de rabia e impotencia porque no tengo forma de evitar el choque y no sé qué consecuencias va a tener. Oigo ya en mi cabeza el ruido del impacto brutal. Mi alarido todavía dura. No pienso en nadie. No me despido.
No suena nada.
Enderezo para intentar esquivar el guardarraíl del otro lado a la vez que levanto el pie del freno y acelero ligeramente. El ESP me ayuda a girar el coche. Mi acompañante me dice que me pare. «¡PARA! ¡PARA!» apenas dos segundos después.
No sé qué ha pasado. No entiendo que siga circulando. No miro por el retrovisor. Me parece imposible mirar y no ver el brutal accidente de mi coche contra el coche granate partido en dos. Por si acaso, no miro. Sin embargo, parece que no ha pasado nada. Ni siquiera ha dado tiempo a que se me acelere el corazón. Sigo por la carretera como ido, incrédulo de que sigamos con el coche intacto, con la atención multiplicada por cien ante cualquier intruso.
Estoy cabreado conmigo mismo y perplejo. Cabreado por haberle pegado un pisotón al freno sin pensar si era mejor frenar o intentar pasar lo más rápidamente posible. Quizá contento a la vez por haber esquivado ese disparate en mitad de la carretera, pero atónito.
No me da tiempo a enfadarme con quien ha tenido la ocurrencia disparatada de dar un cambio de sentido justo después de una curva y antes de un puente. Ni siquiera me pregunto cómo es posible que alguien haga eso. Todos cometemos errores. Pero ¿habrá sido verdad? La escena me parece imposible y también que no hayamos chocado. Supongo que quien conducía me ha visto en el último segundo y ha parado justo a tiempo (gracias, es posible que nos haya salvado la vida ese reflejo último). Yo tenía los ojos cerrados seguro, porque no sé cuánto de cerca hemos pasado. La última vez que lo he visto, el golpe era inevitable y no sabía si le iba a dar yo a él o él a mí y no sabía qué prefería.
El coche, con los frenos clavados (es un decir, lleva ABS) ha girado perfectamente en la brusca maniobra de esquiva sin un milímetro de bandazo (gracias coche). La única consecuencia del accidente, accidente al fin y al cabo aunque no haya habido contacto, aparte del susto y la perplejidad, es un ligero dolor en el tobillo derecho, por la fuerza con la que he pisado el freno y también en las muñecas, por la fuerza que he tenido que hacer sobre el volante para girar con brusquedad y con el coche apoyado por la frenada sobre las ruedas delanteras. Un dolor inapreciable, que casi busco, para confirmar que lo que ha pasado ha ocurrido de verdad.
El coche es un Mercedes E 300 Bluetech Hybrid. Al pisar el freno con todas mis fuerzas el coche no se ha levantado de atrás. Su movimiento me ha recordado después al de los guepardos en tensión, que hunden su cuerpo hacia el suelo con las patas flexionadas, para arrancar con mayor rapidez. Al frenar, el Mercedes se ha hundido, se ha acercado al suelo tanto de delante como de atrás y me ha permitido dar un volantazo salvaje con el freno pisado con toda la fuerza de que soy capaz. Pocas veces una suspensión te salva la vida, pero esta vez es posible que haya sido así. Con un coche que se levanta de atrás al frenar a tope me hubiera sido imposible ni intentar la maniobra. Hubiera seguido recto contra el coche granate, con consecuencias impredecibles.
Yo sé que nunca hay que fiarse de los vecinos de la carretera. Lo cierto es que me despreocupé absolutamente de este coche. Lo vi que se pegaba hacia la derecha y pensé que habría algún camino o algo y que iba a pararse. En los dos segundos que se tarda en pasar por la curva me olvidé de él. No me volverá a ocurrir.
Me alegra enormemente que las consecuencias fueran las que describe.
Todos , efectivamente cometemos errores, y siempre te queda la sensación de si pudiste o no hacer algo más.
Celebre que lo cuenta y no se enfade consigo mismo.
Es imposible ir alerta siempre.
Me alegro que sólo haya quedado en un susto. Siempre he leído que los Clase E tienen una de las mejores suspensiones… parece que es verdad.
Vaya con cuidado.
Saludos cordiales,
James Marshall.
¿Cómo antes de un Puente precedido por una curva puede estar la vía limitada a 100?… A lo mejor es que me estoy imaginando la situación de manera mas «revirada», o un puente estrecho…
Bueno, lo importante es la estrella que llevaba en el morro le ha respondido bien y que sus manos y pies se coordinaron. A mi,cada vez que tengo un susto de estos sin «contacto», lo que me duele muchísimo son las lumbares, tanto que no puedo seguir conduciendo. No se si esto es normal o sólo me pasa a mi.
Me alegro de verdad que al final sólo fuese un susto. No tuvo que parar metros después para anizar todo lo que le pasó? A mi me pasó algo parecido en una curva de una nacional con linea contínua, pasamos 2 coches y un camión. Creo que también cerré los ojos… y paré metros después porque tampoco me creía que estuviesemos vivos.
La verdad que un golpe a 100km (pongamos 80 si frenó a muerte en esos 10 metros) es igual a consecuencias serias para la salud como bien dice. La combinación de su pericia, el coche y la suerte le ayudaron a que no le cambiase la vida en… 1 segundo.
Este año no hace falta que juegue a la lotería de navidad ya le ha tocado el gordo.
Enhorabuena, buscar la solución menos mala en una situación así es la mejor respuesta posible, y desde luego el conductor del coche granate merece lo peor. Creo que vd. reaccionó de forma adecuada; esos » Y si hubiera imaginado que … » son la esencia del accidente, quizás hubiera podido prever el obstáculo, pero somos humanos y en ocasiones nos despistamos por un instante, o nos pica un ojo, o se nos sube un gemelo, y cuando esto coincide con el coche granate malo pues pasa lo que pasa.
A mi me ha sucedido recientemente algo similar, solo que conduciendo un trailer sin carga, y si bien no llegue a cerrar los ojos si que llegue a ver por unos instantes al conductor de la Berlingo que se había saltado el stop hecho picadillo contra el frontal del Iveco. Nunca hubiera pensado que un camión (14 toneladas en vacío) pudiera frenar en tan poco espacio, aún sobró medio metro. Con un camión mas viejo, o lloviendo, o cargado, o si en ese momento me hubiera venido un estornudo probablemente el de la Berlingo, que además se alejó del lugar haciendo aspavientos y lanzando maldiciones a mi familia, sería una masa sanguinolenta e inerte.
Como dice mi abuela ‘Por suerte todo ha quedado en un susto…’
Yo pienso que no hay que quedarse en que ha sido ‘solo’ un susto y analizarlo como bien hace el Sr. Moltó.
Me gustaría ver alguna foto del sitio en cuestión para hacerme una mejor composición del lugar pero tal y como lo describe parece que el conductor/a del coche granate buscaba el accidente (entiéndase la ironía)
Si vas mirando de vez en cuando por el retrovisor, ves que llevas un coche detrás y si pretendes hacer una ‘pirula’ no la haces en un sitio peligroso donde no ves y donde no te ven, si no todo lo contrario.
No entiendo porqué pero instintivamente tiendo a esquivar por detrás, me pasa tanto en bici como en coche. Puede ser porque tengo asumido que el que empieza haciendo las cosas mal (sin mirar al principio) seguirá haciéndolas (y seguirá sin mirar) continuando su camino.
Parece ser que estoy equivocado, ya que en este caso si que se debió darse cuenta.
Creo que no soy capaz de hacerme una idea en mi cabeza, porque si el señor estaba ya girando, yo también habría intentado pasarlo por detrás, ya que habría más sitio. Además, en caso de golpe, preferiría «acariciarle» el trasero que no darnos morro contra morro.
En fin, me alegro de que esté aquí para contárnoslo. Y, de paso, nos podría decir qué carretera es, para que vayamos con aún más cuidado.
Me alegro sinceramente del resultado. Todos estamos expuestos a estas circunstancias, incluso a ser los culpables de ellas sin pretenderlo. Se quita usted todos los méritos, es verdad que en estas circunstancias el coche hace el 95% o más del trabajo, pero sólo obedece una orden, seguramente inconsciente, pero ejecutada a tiempo.
Lo afortunado de todo es que el coche respondió con todos sus sistemas y justificó, eso es mi opinión, lo que cuesta a quien lo paga. A fecha de hoy, muchos vehículos no llevan de serie todos los sistemas de seguridad que pueden llevar y muchos otros tienen un catálogo muy escaso. Mejor ni imaginar la escena con esos últimos.
Bueno, es leerlo e imaginar toda la maniobra. Mete miedo.
Al menos en mi caso me tranquiliza la idea que manejamos autos con la misma insignia, y eso tarde o temprano es garantía de respuesta justamente en esos momentos.
Salud para usted y su copiloto!!
M.-
Lo único que se me ocurre es que el monosabio del granate haya dado marcha atrás mientras Vd. cerraba los ojos….
Y si, los clase E tienen un bien ganado prestigio..
Me alegro que no haya sido nada 😉
No menosprecie su experiencia, Sr. Moltó. Seguramente no ha sido gracias a su habilidad, sino a los actos reflejos adquiridos tras muchos años al volante y los cursos, presentaciones y «actividades» volantísticas a las que ha asistido, bien sea de motu proprio o invitado por marcas o amigos.
Conozco muchas personas cercanas que, con certeza, se hubieran limitado a dar un par de bandazos sin ton ni son o, directamente, no habrían sabido reaccionar y hubieran mantenido el volante con el mismo ángulo esperando que el obstáculo desapareciera. Algo que no ocurre, evidentemente.
Por otro lado, su actuación se resume en una palabra: fe. Fe en que el coche hiciera exactamente lo que usted necesitaba (aunque no usted no supiera exactamente qué hacía falta) para pasar por el único sitio que podía pasar. A usted le toca decidir quién se lleva la parte del león: ¿conductor o chófer?
Valore, más si cabe aún, lo que tiene. Un saludo
Me alegro de que todo quedara en un susto.
Supongo que en casos asi es donde se compensa el dinero de mas que se paga en llevar un buen coche, y no solamente en llevar la «estrellita», los cuatro aros, o lo que toque segun la marca premium elegida.
Me alegro que quedara en nada.
Y aparte del talento/suerte/capacidad de decisión o llamése como quiera de hacer lo que tocaba cuando tocaba, un anuncio sensacional (involuntario) del Clase E. Si estuviera pensando en comprarme un coche de este tipo el Mercedes hubiera subido muchos puestos en la lista después de este relato…
Pues, aunque les tengo especial cariño a los «mierceides» (en mi casa corretea un 250S con unos cuantos años) quisiera decir, por ser riguro-soso que quizá la situación no hubiera variado mucho si hubiera conducido un Serie 5, un C5 o si mi apuran un Dacia Sandero recien estrenado ¿no?… Que es probable que el golpe lo evitara la estrella si, pero la estrella que tiene el Sr. Moltó, no la del final del capó del coche, con todos mis respetos hacia el Sr. Klasse E.
… me alegro mucho de que todo haya quedado en eso, un susto…
a seguir con la tarea diaria, que tambien es un susto, jejeje
Saludos
Hola,
Gracias a todos por sus buenos deseos.
Mi pericia, en el caso de que la tenga, creo que me sirve para saber de lo qué es capaz y de qué no el coche en cada momento. Quizá también sirva para mover el volante con la rapidez necesaria, pero sin girar de más ni con excesiva violencia. Lo que seguro que no tengo mejor son los reflejos. ¿Cuánto tiempo pude tarder desde que vi el coche hasta que empecé a frenar? no soy capaz de saberlo. Lástima que no estuviera grabando con vídeo, despejaría muchas dudas.
Por ejemplo, era imposible hacer girar el coche hacia el interior de la carretera, hacia mi arcén derecho, Todavía estaba saliendo de la curva, enderezando el volante. En ese momento hubiera sido imposible intentar ir hacia dentro del giro de nuevo. Además, no había espacio suficiente para pasar ni lo hubiera habido pocos instantes después. El otro coche se movía muy despacio.
Las dos únicas posibilidades que tenía eran acelerar, para pasar lo antes posible por el carril contrario, antes de que el coche llegara a ese punto, pero con el riesgo de que me diera en el lateral y de que me enviara descontrolado puente abajo o frenar, asumir que iba a chocar, y minimizar en lo posible la fuerza del accidente. Eso lo sé ahora. En aquel momento el pisotón fue instinto de supervivencia.
De lo que estoy seguro es de que el resultado no hubiera sido el mismo con todos los coches. Pero también estoy seguro de que hay algunos coches más en el mercado que hubieran reaccionado de forma muy parecida. Pero sin probarlo no soy capaz de arriesgarme a decir cuáles sí y cuáles no.
@18, «De lo que estoy seguro es de que el resultado no hubiera sido el mismo con todos los coches. Pero también estoy seguro de que hay algunos coches más en el mercado que hubieran reaccionado de forma muy parecida. Pero sin probarlo no soy capaz de arriesgarme a decir cuáles sí y cuáles no.»
Yo lo decía sin ir a los «extremos», con un Lada Niva la cosa hubiera sido sensiblemente diferente claro está… y eso que ya sabemos que para los rusos es un talisman de seguridad este coche. Pero, ¿no se ha parado a pensar que quizá con otro coche hubiera ido más despacio e incluso menos relajado?. Creo que ya he contado en alguna ocasión la historia de mi «casi atropello» a una oveja con mi Seat 600… esquivé a la susodicha que simplemente me dejó el lateral lleno de babas (literal) pero en vez de cuestionarme si con otro coche lo hubiera hecho mejor le di la vuelta a la tortilla y me dije: si hubiera venido con el Bávaro en esta misma situación ahora estaría con un sabor de boca extraño: sabor a cordero. La vida de la oveja no la salvó el coche, la salvó (en este caso) la velocidad del vehículo (sin ayudas electrónicas) y un conductor que cuando va con este tipo de coches «amplifica su señal» y su «radar del peligro» (no sería la primera vez que frenando en un camino me he ido en recto con el 600 y he acabado sacando de la cuneta al pequeño haciendo apoyar sus ruedas traseras en las tapas que contienen los triángulos de emergencia).
Como diría una Abuela, no fue, porque Dios quiso que no fuera… eso es lo importante, aunque me da la sensación de que usted, como el Sr, Punset, nos iba a dar el coñaz* hasta escayolado de una pierna. Un saludo.
@19 Por otra parte, ¿podría darse el caso que en otros coches modernos la maniobra hubiera sido algo menos nerve-cracking?
En un deportivo ligero y pequeño, se puede frenar más y ser más agil que en una berlina grande y pesada, ¿no?
@20, por ahí iban mis razonamientos… estoy de acuerdo con usted.
A fecha de hoy todavía tengo discusiones con conocidos para explicarles que un todoterreno mastodonte no es siempre el vehículo más seguro del mundo… como en marketing, otra cosa es la calidad percibida, en este caso la «seguridad percibida». Mi mujer va más «tranquila y segura» conduciendo su Picasso de empresa que en nuestro «bajito» 320d ed… y es por la altura.
¿Y si hubiese venido alguien por el carril contrario?
Me alegro que saliera indemne, es obvio que se ha producido un milagro y que debería usted reflexionar acerca de su falta de fe.
I said.
Cuando uno se instala en la cómoda monotonía estos sustos nos recuerdan que en la carretera un peligro de muerte acecha detrás de cada curva, de cada cruce, de cada rasante. Nos recuerda que por muy buenos conductores que seamos o que nos creamos, dependemos de lo imprevisible y apto o inepto que sea el resto del tráfico.
Me alegro que se haya quedado en un susto.
Y, impagable promoción para un coche, justificada por otro lado.
Salu222
@21. Ojalá fuera tan sencillo. Sí en términos teórico-globales. En la práctica más agilidad=más dificultad para el control, y menor tamaño no implica mejor frenada, ni en distancia, y seguro que menos aun en estabilidad de la misma.
Uf, me estaba quedando como paralizado mientras lo iba leyendo …
Menos mal que no os ha pasado nada, por pericia, coche, suerte, lo que sea.
La actitud previa al volante la veo correcta, firmeza relajada, no se puede ir siempre en tensión suprema para lograr un 10% más de efectividad adicional sobre la «firmeza relajada» ante sucesos como este que tienen un porcentaje pequeño de posibilidades de que te ocurran.
Que por cierto un auténtico gañan el del coche granate, encima que se pone a hacer una pirula tremenda, la hace despacio …
Una parecida me hizo, aunque a baja velocidad, 50-60, un conductor novel hace unos 7 años, iba yo con la mujer y la hija en su sillita, en un Saxo, ahí sí que vi que el golpe era inevitable de todo punto, mi morro contra su lateral. Anduve hábil de reflejos para frenar a saco en los pocos metros disponibles que tuve y logre impactar como a unos 30, con el resultado de airbgas, yo golpe leve en una mano, mi mujer latigazo vertical leve, y la niña el susto, iba correctamente atada en su sillita. El Saxo siniestro pues este coche no restituye la pérdida de horizontalidad al frenar …. y al avanzar en cuña con el fuerte frenado, metí el paragolpes debajo de su lateral arrugando todo lo de encima. Eso salvó también al otro chico/gañan de males mayores (solo susto) pues el Saxo es de hojalata y se arrugó contra la viga lateral de puertas del otro coche, que al otro protegieron.
En fin, lo dicho, que casi que habéis vuelto a nacer, por lo menos a ver si sirve para que el otro no las vuelva a hacer de ese pelo, habiendo visto la que ha estado a punto de provocar.
@25, obvio, no hay una relación causal, sólo si se dan las mismas circunstancias con los mismos elementos… evidentemente coche de 2 toneladas (hablo de peso, no de tamaño aunque van de la mano pero no abrazados) no lleva los mismos frenos que un minicoche urbano. No soy muy de cifras en este sector pero seguro que un Q5 y un A3 frenarán en la misma distancia más o menos (o deberían). Tampoco estoy 100% de acuerdo con + agilidad= mas dificultad para el control, desde mi punto de vista es una afirmación más aventurada que la anterior puesto que (tampoco) será siempre así. Otro gallo cantaría si hablásemos de que en «BENZ» de llevar (perdón por el chiste) un E de 2012 llevara un 250S de 1968.
@27 Además si hablamos de coches con TC/ESP la dificultad de control se minimiza.
Por la parte de los frenos, si que el minicoche urbano los tendrá más pequeños que el SUV de tres toneladas, pero si hablamos del minicoche urbano GTI la diferencia se reduce y el peso va a jugar un papel mucho más importante en la distancia de frenada.
Esta es una de las razones por las cuales yo soy partidario de comprarse siempre el motor más potente del modelo que se quiera (dentro del presupuesto que se maneje, claro); están mejor preparados para los imprevistos.
«En aquel momento el pisotón fue instinto de supervivencia»
A ver cómo lo explico sin enrollarme… Desde mi punto de vista, y salvo muy pocas excepciones, sobre todo con los coches modernos eso es lo que te salva de un accidente. La capacidad de frenada de los vehículos hoy en día es alucinante, si se frena bien (y remalco lo de «si», recuerdo el curso de conducción segura del RACE en el Jarama en el que varios conductores eran incapaces de hacer saltar el ABS, y eso que era un ejercicio planeado, es decir, que vas pensando en pisar el pedal a fondo). La reducción de velocidad de esa primera patada al freno, sobre todo si el coche va recto, es la que posteriormente puede permitirle frenar a tiempo, esquivar, o si el golpe es inevitable, reducir sus consecuencias.
@6 Será coincidencia de marca, pero ahí está, este video que vi hace no mucho me dejó impactado, qué capacidad de disminuir velocidad, sobre todo al final:
http://www.youtube.com/watch?v=Ap9BXQqKi6U
@28, al hilo de todo esto, y perdón por el off topic… con estos sistemas de ayuda de «frenada de emergencia» y «anti-colisión a bajas velocidades» que están tan de moda y todos los anuncios de TV van por ahí… (pregunto a expertos que sobrevuelan por aquí) ¿no puede pasar como con el ABS en su día?, esto es, ¿que se de un exceso de confianza y por ende un leve incremento de siniestros fortuitos?… (pensando en alto eh, no me acribillen, que ya saben que fumo pipa pero soy moderno).
@27 y @28
Completamente de acuerdo con lo expuesto. Sólo añadir, en contraposición a @25, que sobre todo el parámetro del peso es el que es crucial (no la agilidad como concepto etéreo). Aparte de eso, y hablando de monovolúmenes y TTs, una cosa es frenar en recto y otra en curva. Y en curva, el centro de gravedad es crucial…
Hola Sr. Javier, me alegro de que todo haya quedado en un susto. Quería preguntarle si ha venido o piensa hacerlo a Sevilla para la presentación del nuevo Audi R8. Gracias.
Evidentemente por activa o por pasiva el Mercedes constituye un auténtico salvavidas con respecto a coches más baratos en esa idéntica situación aunque, como otros han dejado caer con anterioridad, también es cierto que de haber ido en un coche menos zen es muy probable que hubiese ido más alerta (deportivo coctelera) o más despacio (utilitario vulgar).
texto sacado de esta casa:
«Otra cosa que distingue al Clase E (y a otras berlinas de Mercedes-Benz) es que aunque se frene de forma repentina en una curva la trayectoria se ve poco alterada. Por lo bien que reacciona, muchas veces parece que casi da igual frenar en recta que en curva»
parece que efectivamente asi es.
¿Sabe alguién qué significa la estrella de Mercedes Benz o se lo tengo que escribir?
Os lo escribo… LA SUPERIORIDAD GERMANA POR TIERRA, MAR Y AIRE, ese es el significado de las tres puntas.
@34, es verdad, ese texto aparece así… ummmm, los «conspiranoicos» tienen carne fresca.
«Según nuestras mediciones ha necesitado mucho espacio para detenerse (tal vez a causa de los neumáticos), pero no conozco ningún otro modelo que dé una frenada en curva tan segura»
Sr. Moltó, ¿qué neumáticos llevaba «su unidad»?…
Me alegro de que a la unidad Moltó no le haya pasado nada. No me he enterado de nada de la descripción que ha hecho, más allá de que ha frenado mucho y ha resultado suficiente y que durante el proceso de frenada el coche ha tenido un comportamiento sin extraños.
Me habría resultado molesto que el acompañante, en una situación de emergencia y sin calibrarla como puede hacerlo quien va al volante, de instrucciones sobre cómo resolver la situación. Quizás si hubiera hecho caso al mandato imperativo de su acompañante ambos hubiesen perdido la vida. Los acompañantes deben permanecer callados, mudos y no interferir. Del buen juicio del conductor dependen, irrumpir su reacción puede acabar en un resultado fatal.
No vuelva a viajar con ese acompañante. Es más abrónquelo por haber puesto en riesgo sus vidas. O déle con el cinturón. Aféele la conducta. ¿Le ha dado las gracias por salvarle la vida?. No. ¿Verdad?. Pues péguele también un rato, así disipa la tensión producida en el instante de crisis.
JM
No sé ni qué decir, solo que he pasado hasta miedo de leerle. Cuídese mucho, haga el favor.
Mi único consuelo mientras leía era que es usted el que lo estaba relatando, y por lo tanto había salido «entero».
Aaaalaaaa!!!!
Creo que este no es el caso, pero creo que en caso de choque inevitable contra un lateral, es mejor elegir la parte trasera.
Pesa menos y el golpe es menos fuerte, es menos probable que lleve pasajeros, y es más probable que avance hacia delante que hacia atras.
Me alegro que no le haya pasado nada a nadie.