Esta noche ha tocado la West-Eastern Divan Orchestra, dirigida por Daniel Barenboim, en la Plaza Mayor de Madrid. Escuchar el Acto I de la Walkyria, de Richard Wagner, ha sido un placer, incluso con el ruido de las latas por el suelo, las conversaciones de los vecinos de plaza, los gritos de los paseantes bajo los soportales y la sirena de los bomberos. Todo daba igual. Barenboim, la orquesta y las voces han podido con todo.
El año que viene es el décimo aniversario de la Orquesta, que pretende contribuir a la paz entre palestinos e israelíes «luchando contra la ignorancia de quienes pretenden negar la legitimidad del otro«.
Barenboim es el último genio vivo que yo distingo. Me basta con escucharle tocar el piano.
Siempre es una gozada poder disfrutar de música clásica, si además es un entorno como en la Plaza Mayor de Madrid aun más. Lo que tampoco me sorprende es la actitud de ciertas personas que cuando se juntan unos pocos su actitud es como ir al fútbol (vayan o no).
En cuanto a a música de Baremboim no lo conocia, soy bastante ignorante en el tema de música clásica. Despues de leer su biografía y escuchar alguna pieza de piano me parece formidable.
Saludos.
Pues yo estuve allí y mi impresión fue bien distinta. Para ser la Plaza Mayor, para ser agosto, para haber muchos turistas que pasaban por allí sin saber de qué iba todo eso… se hizo el quasi-silencio para escuchar al maestro. Miles de personas siguieron el concierto -también de pie- hasta el final y aplaudieron a rabiar
Sí. Es un genio. He tenido la oportunidad de trabajar con él y puedo afirmarlo. Pero, créame, no es el último mohicano de la música seria. Salvo que haga Vd. una baremación entre su extraordinario talento y su asombrosa personalidad. Una persona excepcional.