Cuando voy a coger la bandeja que sale por el escáner me dice el de al lado.
— No, no, esta es mía.
— Perdón disculpe
«Ahí va, es Serrat»
Recoge sus cosas a mi lado.
«¿Le digo que me gustaría hacerle de chófer? No, no, no seas pesado. Pobrecillo, Todo el mundo le debe dar el coñazo. No le digo nada. ¿No será grosero no decirle nada? No, yo creo que lo agradecerá. Sí, sí, seguro que lo agradece. Pero es Serrat. Apetece darle las gracias. No, no, ni se te ocurra.»
Serrat termina de recuperar sus cosas y yo le sigo como un autómata en la distancia. Estos escáner de los aeropuertos no sirven para nada. Ni siquiera he podido robarle a Serrat un poquito de su música, de su oído o de su manera de cantar para meterla en mi cerebro.
No le he dado el coñazo, pero él ni se ha enterado. Se lo tenía que haber dicho: «¡Oiga, Serrat, que no le he dado el coñazo. Y podía haberlo hecho!»
Serrat habrá pensado: «Ostras! pero si es el Moltó! a ver como le digo que me gustaria mucho que fuera mi chofer! voy a alejarme un poco a ver si me dice algo» :-p
Pero moltó! no se supone que el periodista debe dar siempre el coñazo a todas horas? 🙂 ains, que no hacemos nada de VD…
Tendría que haberle propuesto lo de ser su chófer, para luego contarnoslo y además para indagar sobre lo que me contaron este verano. Y fue que conocidos mios se alojaban en el mismo hotel de Jaén el dia que daba un concierto con Anabelén, que llegaron en un Mercedes clase S y que para ir al concierto se montaron en un R5. 🙂
Y el hotel seguro que también era la pensión Loli.
Y le podría haber seguido hasta el baño, a ver si orinaba Brummel o expulsaba bombones Lindt.
Es Serrat.
Aunque mejor le podía haber mandado un convite por blutú con corazoncitos y emoticonos y eso.
Creo que en estos casos (con perdón) tan de pardillo es ir de fanático total como pretender que Serrat es invisible. Lo natural, si a uno le gusta Serrat, sería decirle : «Por supuesto, Sr. Serrat, ahí tiene su maleta, encantado de saludarle y, por favor, no se jubile». Si es bien nacido, dará las gracias y se irá pensando que es un tío afortunado porque puede recibir el cariño de los demás sin que le agobien. Ambos estaréis (moderadamente) más contentos que antes de llegar al carrusel, sin que la cosa vaya más allá y tengan que dar 3 días de fiesta en la T-4.
Habertelo llevao de putas…
Pido disculpas por el comentario anterior si ha podido ser malinterpretado, no me referia literalmente a eso.
Entiendendolo por el sacarsmo que Serrat emplea en sus letras
Enhorabuena, ya es usted miembro del club del madrileño.
Yo veo a Sabina con cierta frecuencia por la zona de Tirso de Molina en Madrid.
Me gusta su música y sus letras.
Pero nunca se me ha ocurrido decirle nada.
Es como lo de los insultos pero al revés.
Ni a mi me intresa él fuera del escenario ni a él le intereso yo más que si compro sus discos.
El artista es el del R5, la persona es el del clase S.
Mejor no conocer más.
Algunos trajes me los hago en España. Estaba en el sastre de Madrid cuando entra un actor de nombre Arturo, con fama de elegante. Yo voy a mi rollo y los sastres se empeñan en presentarme al personaje pese a mi ausencia completa de interés.
Al insistir, reparo en el personaje y lo veo a pecho henchido, mirada condescendiente y ademanes displicentes circundado por seres que se dejarían pisar. Dada la insistencia, pues suponen que a mí me deber parecer un planazo estrecharle la mano, veo que no cabe más remedio que hacer el paripé para volver a la normalidad.
Me presentan «queremos presentarle a uno de nuestros clientes, D. Arturo, es JotaEme».. él me sonríe y le digo «bueno, un auténtico placer, D. Raimundo, siempre he admirado su música», le digo mientras empleo mi mejor sonrisa y mi apretón más generoso.
Me doy la vuelta y dejo atrás un ego deshinchado y yo voy a probarme las camisas.
JM
Mi sastre se ha jubilado hace unos pocos meses y me ha dado mucha pena, vistió a mi abuelo a mi padre y yo he sido el último. Es triste que un oficio tan bonito esté desapareciendo.
La primera vez que te prueban el armazón de la chaqueta, sujetas sus piezas por hilvanes, es una sensación especial. La mirada examinadora del sastre, sus manos comprobando que todo sea perfecto, los tirones a los hilos para desarmar algo y hacer una marca con la tiza. Ahí se ve el interior de la chaqueta, los materiales de las hombreras, todas las cosas que hacen que ese traje dure en perfecto estado mucho más tiempo que uno comprado de una percha, por no hablar de la comodidad e impecable aspecto que presenta uno al llevarlos.
Para mi no hay sensación más interesante y reconfortante que ir al armario y bucear entre las docenas, quizá centenares de camisetas de regalo y promocionales que me han regalado desde que tenía 12 años, y decidir cuál de ellas me voy a calzar para hacer deporte ese día, qué tipo de calidades de algodón se utilizaron… «Gin Giró», «Diputación de Albacete, con el deporte», «HP, inventa para ti» «Final de la liga EBA, Chipiona 1997″… cada una de ellas me transporta a una época y a unos olores y sabores inconfundibles, a un momento de mi vida que posiblemente jamás volverá. Algunas de ellas son preciados tesoros, e incluso se conservan en su plástico original sin ser destapadas esperando esa ocasión especial que todavía no ha llegado: «Güisqui 100 pippers», «I love Pryca», «tubos de Escape Fonos», «Club Baloncesto El Prat», «Gaseosas Konga»… Algunas fabricadas en España, otras en países exotiquísimos.
Es un oficio éste de ponerse camisetas promocionales para hacer deporte que está desapareciendo a marchas forzadas entre tanto puto snob uniformado.
@13. ¡Querrá usted saber que me ha gustado su aportación! Justa, en tiempo y medida. Aunque no estoy de acuerdo con su último párrafo… Ni están desapareciendo ni nadie ha hablado de cobrar…
Ego.
Alter ego.
Super ego.
Ego te absolvo.