Tengo la intención, desde hace mucho tiempo, de crear un blog desde el punto de vista del motorista novato. Tengo un problema grave para hacerlo bien y es que, por mucho que quiera, el novato no es novato toda la vida.

Me parece fundamental el punto de vista del motorista novato. De los que vamos habitualmente en coche y queremos comprarnos una moto, la mayoría no sabemos ir en moto. Pero eso no impide que tengamos carnet y tampoco impide que tengamos deseos de ir en moto.

Para comenzar mi propósito de dar mis impresiones sobre una moto desde el punto de vista de motorista novato, en BMW me han prestado una F 800 R. Podía haber elegido cualquier otra moto, pero me decidí por la BMW F 800 R porque mi amigo Agustín, que tampoco es muy experto en motos, pero sí más experto que yo,  se acaba de comprar esa moto y decidí que la misma moto que tiene él me podía servir.

Mi experiencia en moto es muy reducida. Me gustaría que siguiera siendo siempre muy reducida, pero no va a ser posible. Intento no contaminarme, no leer revistas de motos en las que supongo que trabajan duramente para que quien las lea aprenda algo y también intento no aprender a mantener mejor el equilibrio encima de la moto, pero eso me resulta difícil. Después de un rato con una moto, inevitablemente, la conduzco con más facilidad. Aun así, tengo la impresión de que soy bastante patoso encima de una moto, por lo que espero que mi punto de vista sirva durante mucho tiempo para los novatos.

Hay dos situaciones en las cuales ir en moto es especialmente complicado para mí: muy despacio y muy deprisa. La de ir muy deprisa la imagino, no crean que lo sé porque lo he probado. Tengo la intuición de que debe ser muy difícil. La de ir despacio no me queda más remedio que probarla. No me resulta nada fácil ir despacio con las motos, pero hay algunas en las que me resulta más fácil que en otras.

En una Suzuki Burgman 125 (una scooter que conduzco habitualmente) ir despacio y pararme en los semáforos no me cuesta nada. En la BMW F 800 R me cuesta más.

Además de ser novato y patoso, también soy bajo. Para algunas motos es una «circunstancia (yo soy yo y mis circunstancias) anaforética (tendencia a migrar en caída libre hacia el suelo)». Todas estas condiciones hacen de mí el motorista novato ideal. Motorista novato de por vida, espero, siempre que me dejen motos para probar, que eso está por ver después de que lean esta introducción. Si no me las dejan no me va a quedar más remedio que comprarlas. Prepárense.

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BMW F800 R 

El primer problema del periodista motorista novato es que te vean salir trastabillando los propios que te han dejado la moto. Todo el mundo da por hecho que los periodistas probadores de coches y de motos tienen que ser expertos conductores. ¿Por qué? Cuando uno es muy experto no se fija en las mismas cosas en las que se fija un novato. Yo lo noto muchas veces cuando alguien se sube a los coches conmigo, le deje conducir o no. Me hablan de cosas que yo paso por alto.

Ahora que lo anuncio para todo aquel que lo quiera leer, será más fácil salir dando eses de cualquier lugar en el que me dejen una moto.

La primera dificultad, en el caso de la F 800 R, es subirse a la moto. La unidad que me han prestado lleva las maletas laterales que dificultan pasar la pierna derecha al otro lado del asiento. Además de patoso y bajito tengo cincuenta años y ya no tengo ni la agilidad ni la elasticidad de antaño (Estoy hecho un antañón).

Pasar la pierna al otro lado fue mi primer desafío, sin quedarme atascado con el pie entre el baulín y el asiento. No resulta fácil. A las pocas veces descubrí que el «acceso» a la moto mejora si parto de una posición adelantada. El pie izquierdo que apoya en el suelo no debe situarse al lado del sillín, sino al lado del depósito. De esta forma hay más espacio para que la pierna derecha libre el impacto contra la maleta.

La siguiente impresión frente al resto de motos y scooters que he conducido hasta ahora es que en la F 800 R vas sentado muy alto. Esa impresión es errónea, porque cuando paro llego bien con los dos pies al suelo. Ser novato tiene estas cosas. Uno tiene pocas referencias y se sorprende por cosas alejadas de la realidad. Irremediablemente, cada vez tendré más referencias.  No sé cómo hacer para limpiar el disco duro ente moto y moto. El asiento de la BMW F 800 R es regulable 5 cm en altura. Eso de no querer contaminarme me llevó a no leer nada y ahora no sé en qué punto de altura lo llevaba mientras la he probado.

¿Es duro el embrague de la F 800 R? Tengo las manos pequeñas y aunque no me cuesta apretar el embrague, me resulta imposible poner el intermitente hacia la izquierda a la vez que aprieto el embrague. Yo tengo que llegar con los deberes hechos, primero poner el intermitente y luego gestionar el embrague. No sé si con otras manos es posible hacer todo a la vez.

La primera marcha es hacia abajo y el resto hacia arriba. No he tenido nunca dificultades para pasar de una marcha a otra. El paso de primera a segunda y especialmente de segunda a tercera resulta claramente más duro que el paso entre las otras marchas. Nada especialmente destacable con el cambio, salvo el temor a equivocarse. Se me ha calado en alguna ocasión en la salida del semáforo, pero no por culpa de la moto. El punto del embrague para salir se encuentra con facilidad y es suficientemente progresivo. Que yo haya sido patoso en algunas ocasiones no es responsabilidad de la moto.

Ir despacio en moto significa ir a menos de cinco kilómetros por hora, calculo yo. En primera o en punto muerto. Si es en primera, con la palanca del embrague apretada. En punto muerto tiene una ventaja y es que no hay que estar haciendo fuerza para mantener apretado el embrague a medio recorrido, pero tiene el inconveniente de que si necesitas un poquito de aceleración para equilibrar la moto o por cualquier otro motivo, no dispones de esa capacidad, salvo que sea suficiente con soltar el freno.

En el garaje en el que aparco la moto, en la zona vieja de Madrid, he tenido otro problema yendo despacio. Al pasar cerca de una columna le he dado un golpetazo a las voluminosas maletas que lleva en la parte posterior. Hay que estar pendiente de ellas al pasar cerca de obstáculos, especialmente si es necesario girar cerca de ellos. Las maletas son un incordio, tanto para subir como para circular con la moto, pero a la vez son muy prácticas porque su volumen se amplía considerablemente. Al ampliarlo se incrementa la posibilidad de golpear con elementos situados cerca de la moto como los pirulos de las calles al subir a la aceras, farolas, columnas, etc.

Lo ideal debe ser (no lo sé y no quiero saberlo) frenar con el freno trasero a esas velocidades, pero yo no tengo el instinto de hacerlo siempre con el pie y en ocasiones tenía el pie descolocado. En ese caso, frenar solo con el freno delantero es incómodo porque incluso muy despacio la horquilla delantera se hunde mucho. En ocasiones, he conseguido que no se hunda, frenando con mucho tacto, pero en más ocasiones no lo he conseguido. Lo ideal para frenar con el freno delantero es frenar a la vez con el freno trasero (siento haberlo aprendido), pero como tengo claro que eso no es siempre posible para los novatos, probaré siempre con el freno delantero cuando vaya despacio. La BMW F 800 R tiene ABS. Que yo sepa nunca me ha entrado a esas velocidades, pero saber que está da mucha confianza.

En la medida de lo posible intentaba, sin pensarlo, no detener completamente la moto para no tener que apoyar un pie en el suelo. Sin embargo, no es una operación especialmente complicada. La moto tiene buena estabilidad en zonas llanas y también en pendiente. Arrancar en pendiente no tiene mayor complicación. Lo más fácil para mí es frenar con el pie mientras libero la palanca del embrague.

Probar muchas motos me dará algunas ventajas. Por ejemplo comparar la comodidad y la capacidad de girar con facilidad en rotondas lentas, con un radio de giro muy pequeño. En comparación con el scooter que conduzco habitualmente, la F 800 R me parece muy cómoda al pasar por baches e irregularidades tan frecuentes y extendidos en la ciudad de Madrid. (No estoy pidiendo que lo arreglen. No hablo de eso, que no hay dinero). En glorietas pequeñas, en curvas cerradas de cruces de calles estrechas, no me parece especialmente eficiente. Su radio de giro es grande me da la impresión, también con la moto parada y los pies en el suelo, pero no tengo referencias para compararlo con el de otras motos. No puedo ser novato y experto a la vez.

Cuando llego a las primeras curvas rápidas de una carretera nacional, en busca de mi amigo Agustín, me doy cuenta de que soy un novato rematado. La perspectiva desde el coche y desde la moto son completamente diferentes. No me pregunten ustedes por qué, o pregúntenmelo si quieren, porque no sé responderles. La carretera se ve diferente. En cualquier coche, aunque no me haya subido nunca antes a él, tengo siempre una idea clara de a qué velocidad puedo entrar en una curva sin equivocarme radicalmente. Entraré lento o demasiado rápido, pero seré capaz de ir corrigiendo sobre la marcha porque el margen no será nunca estratosférico, salvo que cometa un error de apreciación por cualquier motivo.

En moto es muy diferente. Ante una curva que veo bien, con un asfalto seco y limpio, no tengo ni idea de cuánto más rápido podría entrar para trazar con facilidad y sin sobresaltos. Siento tan lejano el conocimiento del límite de la moto, de cuánto más puedo tumbar, de cuánto más puedo girar a esa velocidad, que me da la impresión de conducir sentado sobre cohete espacial a la velocidad de un biscúter. La BMW F 800 R me da seguridad, cambio de postura al meterme en curvas por intuición, me da la impresión de que agarra mejor si me vuelco más sobre el manillar y tumbo con más facilidad. Me cuesta mucho saber qué marcha es la adecuada para entrar en cada giro. Todo eso son problemas míos, no de la moto. Pero tengo la impresión de que la moto no castiga nada mis errores. En alguna reducción meto la marcha demasiado pronto o no hago bien el punta – tacón y me culea suavemente. No sé hasta cuánto me puedo equivocar. Aunque no me relajo, mi impresión es que me trata bien. Cuando cambio de posición dejo de ver por los retrovisores, que me parecen pequeños. Entiendo que una moto no puede llevar unos espejos muy grandes, pero vendrían muy bien.

Eso de no querer aprender tiene sus inconvenientes. Debiera ir a un curso de aprender a ir en moto, por ejemplo para que me enseñaran a frenar. Con el freno trasero las motos frenan muy poco. Con el delantero frenan mucho más. Frenar con el delantero me da miedo, aunque sé que lleva ABS. Hago frenadas de prueba, con el freno trasero y a continuación, sin soltar de atrás, freno con el delantero. Mi sensación es que la capacidad de frenada se multiplica por tres, incluso sin apurar con el freno delantero. Sólo me entra el ABS una vez.

Me despisto a la entrada de una curva mirando las motos que vienen de frente, cómo trazan, cómo se tumban, cómo saludan (yo no saludo, que no quiero aprender. En una curva lenta, uno que viene de frente, totalmente tumbado, levanta la mano izquierda con la V. Estoy en el punto de vista del fotógrafo. Qué lástima no haberle podido hacer una foto con los ojos para publicarla en portada).

Con el despiste de los motoristas que no paran de saludar, entro pasado en una curva dadas mis capacidades y rápidamente entiendo que no soy capaz de tirarme a por ella. Es posible que pueda hacerse a esa velocidad, pero no conmigo a los mandos. Freno con todas mis fuerzas, no queda más remedio. Entra el ABS y la moto se para lo suficiente como para realizar el giro cerca de la raya blanca del arcén. He conseguido parar la moto dentro de lo negro, el ABS ha entrado, lo he notado. Todo ha ido bien. Sigo en las curvas. Sólo hay un peligro: me gusta muchísimo pasar por ellas tumbado. Las ganas de empezar a acelerar cada vez más pronto pasan por mi mano derecha. Debo obligarme a utilizar marchas largas y a refrenar el movimiento de mi mano.

Me dice Agustín que hay mucha polémica con el ABS en las motos. Yo no sé si tiene sentido el ABS en la rueda posterior, pero por mi poca experiencia y por lo que me pide el cuerpo, el ABS en la rueda delantera es una ayuda sin contrapartidas.

El motor sube mucho de vueltas, pero yo no le he apurado hasta la zona alta en ninguna ocasión.  7.000 rpm son ya muchas para mi predisposición. Por debajo de 3.000 no es un motor utilizable. Para llevarlo desahogado es conveniente no bajarlo de 3.500 rpm. No sé si es muy potente o no. Para mí es suficiente. entre 4.000 y 7.000 rpm entrega potencia con suavidad. El acelerador permite dosificar con precisión. no hay sobresaltos por una entrada demasiado brusca de potencia.

A partir de 120 km/h la carencia de protección aerodinámica se convierte en un factor no desdeñable para el conductor. A 120, girar demasiado el cuello para mirar el retrovisor puede ser un problema por el aire. Con el casco de lado se incrementa la superficie de contacto con el aire y da un pequeño latigazo en el cuello.

Una mañana acompañado de mi amigo Agustín durante un buen rato, le hice 350 kilómetros a la moto. La postura del conductor, sin acompañante, me ha resultado cómoda. No me parece ni muy erguida ni muy tumbada. Después de las tres horas sentado encima de la moto me dolía el culo. Un motorista habitual, que acaba de hacer 11.000 kilómetros en moto en 20 días, me ha dicho que eso es normal.

 Ficha técnica en BMW