Como ya he repetido en varias ocasiones, la frontera entre el falso SUV de tracción delantera y el monovolumen es, más que frontera, una “tierra de nadie” en la que también campa a sus anchas el acomodaticio concepto de “crossover”, para acabar de emborronar el panorama. Porque lo de “cross”, ¿entre qué o quienes es el cruce?: ¿entre turismo, familiar, MPV, SUV y todo-terreno auténtico?; se pueden hacer todas las combinaciones posibles, y todas son defendibles y criticables a la vez. Personalmente, y ciñéndonos a MPV y falso SUV, las únicas diferencias que veo son unos pocos centímetros de mayor distancia al suelo para un SUV (lo que no siempre se cumple) y un ángulo algo más marcado entre capó (mas plano) y parabrisas (algo más vertical), también en el SUV. Diferencias que me parecen a todas luces insuficientes para justificar la creación de un subsegmento o nicho.
Pero dejemos a los expertos del marketing que sigan con su inagotable búsqueda de media docena de nuevos nichos al año, entre los que últimamente ha destacado la del pequeño SUV o crossover para enfrentarse a la “aventura del tráfico urbano” (concepto suyo, no mío). Estos vehículos -de los que en el muy estrecho margen de 4,07 a 4,15 metros de longitud ya tenemos más de una docena disponibles en nuestro mercado- no veo que ofrezcan más ventajas respecto a un turismo entre segmento B y C que la mayor facilidad para acceder a meter y sacar a los niños en y de su sillita especial, y abrocharles y soltarles el cinturón de seguridad. Por lo demás, mayor altura, peor aerodinámica y consumos algo más elevados; a cambio de la mayor visibilidad de una posición de conducción unos centímetros más alta.
No obstante, el casi nulo incremento de practicidad de estos modelos parece que está, si no disminuyendo, al menos dejando un hueco para que vuelvan a aflorar los de unas cotas más próximas al concepto original de estos SUV y MPV de tamaño medio. Y este terreno que parece resurgir es en el que militan los dos modelos que presentamos hoy en prueba comparativa; ya que son tan similares por tamaño, diseño y mecánica que era realmente tentador haber solicitado (y conseguido, que no es cualquier cosa) disponer de ellos con suficiente proximidad en el tiempo como para publicar esta comparación. Y tanto más cuanto que su motorización –un 1.6 turbodiesel en ambos casos- corresponde a esa nueva ola de propulsores de entre 120 y 136 CV (aunque ya están al caer versiones todavía más potentes) que está, si no revolucionando, sí al menos sacudiendo el mercado del turbodiesel medio.
Curiosamente, Opel (marca con una gama muy amplia) no tenía ni tiene, hasta el momento, ningún representante en ese campo del pequeño crossover urbano en el entorno de los 4,10 metros de longitud. Por el contrario, en su prolífica saga de coches bautizados como “500” con una letra añadida, Fiat ya tenía introducido su 500-L, un monovolumen de diseño un tanto rechoncho, ya que sus 4,15 metros de longitud van acompañados de una notable altura de 1,66 metros. Y ahora vamos con los dos vehículos que enfrentamos en la comparativa de hoy; como se verá, talmente parece que ambas marcas los hubiesen fabricado pensando en esta comparación, debido a la similitud, cuando no casi identidad, de varios de los datos numéricos:
Fiat 500-X 1.6-Multi-Jet Lounge:
Motor: 1.598 cc; 120 CV a 4.000 rpm; 32,6 mkg a 1.750 rpm. Transmisión: Caja de seis marchas, con 44,6/54,2 km/h a 1.000 rpm en 5ª/6ª. Neumáticos: 225/45-18 (Michelin Pilot Sport-3). Cotas: (longitud/ anchura/altura): 4,25/1,80/1,60 metros. Peso (sin conductor, con depósito lleno): 1.320 kg (según Tarjeta: 1.415). Velocidad máxima: 186 km/h. Consumo extra-urbano: 3,8 l/100 km. Emisión ponderada de CO2: 109 g/km. |
Opel Mokka 1.6-CDTi Excellence:
Motor: 1.598 cc; 136 CV de 3.500 a 4.000 rpm; 32,6 m.kg de 2.000 a 2.250 rpm. Transmisión: Caja de seis marchas, con 46,8/56,7 km/h a 1.000 rpm en 5ª/6ª. Neumáticos: 215/55-18 (Conti Premium-Contact-2). Cotas (longitud/ anchura/altura): 4,28/1,78/1,65 metros. Peso (sin conductor, con depósito lleno): 1.374 kg (según Tarjeta: 1.429). Velocidad máxima: 191 km/h. Consumo extra-urbano: 4,0 l/100 km. Emisión ponderada de CO2: 114 g/km. |
Una primera puntualización respecto a otras versiones de ambos coches. En el caso del 500-X existe un acabado Cross que, estéticamente, sólo se distingue por unos escudos inferiores en el frontal y la zaga que le hubiesen hecho ser más parecido al Mokka; aunque no modifican su peso ni su aerodinámica (de ésta hablaremos más adelante). Pero sus ruedas son unas 215/55-17 –que pueden ser del tipo M+S en opción- que elevan su altura total 8 milímetros, puesto que la suspensión es la misma en ambos casos. De todos modos, lo importante es que los datos de homologación son exactamente los mismos, ya sea para velocidad punta, aceleración y sobre todo, consumos y emisiones; cosa rara, ya que el Lounge viene de serie con la 225/45-18. De manera que, teóricamente al menos, hubiese dado lo mismo probar un Cross, a condición de que hubiese llevado también la llanta de 18” que en su caso es opcional, siendo de serie en el acabado Lounge que hemos probado.
Por el contrario, en el Mokka sí que hay diferencias entre el acabado Selective más básico, y el Excellence probado, ya que el de menor nivel lleva gomas 215/60-17 -que dan lugar a una 6ª de 56,3 km/h (un poco más corta)-, resultando todo en una homologación extraurbana de 3,8 l/100 km y de 4,1 en combinada, junto a 109 gramos de CO2 (idéntica, por lo tanto, a la del 500-X, ya sea Lounge o Cross). Aunque es hablar por hablar, porque las unidades disponibles eran las que hemos probado, y no otras; pero cabe la duda de si hubiese sido más exacto probar un Mokka Selective en vez de un Excellence. Ahora bien, lo que hemos probado ahora son los dos acabados altos; por lo que, de cara al peso debido al equipamiento, los equipara de modo más justo. Y por otra parte, aunque oficialmente tengan la misma homologación, entonces hubiese convenido probar un 500-X Cross con su neumático de serie de sección 215 (no en M+S, por supuesto) en vez de 225, que alguna diferencia práctica sí que tendría.
Dejemos ya de elucubrar, y vamos a analizar un poco las respectivas fichas, con la gran cantidad de similitudes y algunas diferencias. Vamos con las primeras, que son notables: la cilindrada es idéntica, así como el par máximo, aunque los respectivos regímenes nos presentan al Fiat como un poco más elástico, a cambio de tener menor potencia a 4.000 rpm. En los desarrollos también hay mucha similitud, siendo del orden de poco más de 2 km/h más largos en 5ª y 6ª en el Opel, en justa correspondencia a su mayor potencia. Las cotas de longitud y anchura (y también la batalla, aunque no figure en esta ficha) están en menos de dos centímetros de diferencia, si bien en la altura el Mokka ya se va a cinco cm más. También la velocidad punta es muy similar, con una ventaja de 5 km/h para el más potente; velocidades que ambos alcanzan prácticamente a los mismos regímenes, tanto si las consiguen en 5ª como en 6ª marcha. Y en cuanto homologaciones, ya hemos dicho que son idénticas entre un 500-X Cross y un Mokka Selective, si bien en el Opel suben un poco al pasar al acabado Excellence.
Pero donde si hay alguna mayor diferencia es en dos de los datos que condicionan el consumo: peso y aerodinámica. El peso oficial es 54 kilos superior en el Mokka, algo más voluminoso, aunque no tanto como para justificar esta diferencia; pero según las respectivas Tarjetas de Inspección Técnica, la diferencia desciende a sólo 14 kilos, puesto que el Mokka supera su peso oficial en 55, mientras que el 500-X se dispara hasta casi 100 de aumento. Diferencia de incrementos que puede deberse bien a que el Fiat llevaba el techo opcional practicable de cristal, o bien a que Opel es un poco más sincera al publicar el peso oficial; y posiblemente, a una mezcla de ambos motivos. En lo que no hay la menor diferencia es en el precio: según los propios datos de “km77”, sólo hay 46 euros de diferencia, en la zona de poco más de 23.000 euros.
Permítanme un inciso, ya que acabamos de hablar de los pesos. Los más veteranos asiduos de este blog recordarán que hasta hace unos dos años yo criticaba repetidamente que no coincidiesen los pesos facilitados en la Tarjeta de Inspección Técnica y en el Permiso de Circulación; sigo preguntándome a qué viene semejante duplicidad de papeles, cuando ambos dicen ahora lo mismo en todos sus datos. Y digo ahora, porque en estos dos últimos años vengo comprobando que, por fin, ambos datos ya están coincidiendo en casi todos los coches que manejo (uno por semana, con casi total periodicidad). No me puedo acabar de creer que alguien de las altas esferas lea este blog y haya procedido a corregir el entuerto; pero sea cual sea la causa, bienvenido sea el cambio.
Por otra parte, cada vez son más las marcas que dan el peso oficial eliminando los 75 kilos de clavo del hipotético conductor y su equipaje; o al menos, dando ambos pesos, o señalando cual de los dos están comunicando. De nuevo celebro este cambio, que también supongo no se debe a la labor de zapa de este blog, puesto que muchos de dichos datos los consulto en webs extranjeras. Pero está claro que las marcas ya se han aburrido de que, con todos los esfuerzos que están haciendo para contener e incluso disminuir el peso de sus productos (Opel, sin ir más lejos, acaba de hacerlo en su nuevo Astra), al pobre coche le caigan llovidos del cielo 75 kilos que no son suyos. Porque si el “genio” (o coro de doctores del “Rey que rabió”) que tuvo tan desdichada idea hubiese sido consecuente con su planteamiento (dar el peso real en marcha, ya que hace falta un conductor –incluso para conducción autónoma-), entonces no debería ser con el depósito al 90% de su capacidad, sino al 50% (o sea, entre lleno y vacío), puesto que la gente no entra a repostar en cuanto ha consumido un 10% del depósito.
Volvamos a nuestros dos coches, en los que todavía queda una diferencia no importante, aunque sí digna de tener en cuenta; pero de la que hablaremos al llegar a su comportamiento concreto en la prueba. Pero antes de pasar a comunicar los resultados concretos y comentarlos, me gustaría hacer un posicionamiento de estos coches respecto a sus compañeros de gama dentro de sus respectivas marcas. Lo de intentar fabricarse nuevos nichos y subsegmentos para apuntárselo como un triunfo es una ingenuidad que he criticado en múltiples ocasiones; pero dejándose de estas vanidades, el trabajo para ir rellenando huecos comerciales sí es digno de atención.
Ya hemos comentado antes que en la gama Opel no hay ningún crossover por debajo del Mokka, aunque sí hay vehículos similares por encima suyo, de los que hablaremos a continuación; en cuanto a Fiat, ya hemos dicho al inicio de esta prueba que sí tiene un monovolumen por debajo del 500-X: se trata del 500-L, del que también hemos dado las cotas más significativas. En su momento también lo habíamos probamos, pero puesto que su motorización era la 1.3 MultiJet de 85 CV, no tiene sentido traer aquí los datos del resultado de dicha prueba.
Cosa que sí vamos a hacer, en una y otra marca, con sus vehículos de estructura similar a los de hoy; coches que ya hemos probado y precisamente con los dos mismos motores que nos ocupan. Eso sí, todos ellos están encuadrados en el segmento de los monovolumen; y es que tanto el 500-X como el Mokka suponen la primera incursión de sus respectivas marcas en el campo de los crossover, incluso apuntando más o menos en serio (puesto que ambos tienen versiones 4×4) al de los SUV. Por otra parte, el Grupo Fiat, en la que ya está integrada la marca Jeep, tiene ahí productos que entran -y mucho más a fondo- en dicha categoría, incluyendo el Todo-Terreno puro.
Y puesto que estamos citando y colocando los dos coches en los cuadros según el orden alfabético de sus marcas, seguiremos dicho orden hablando del modelo superior al 500-X: se trata del 500-L Living, un monovolumen que en su todavía muy compacta longitud de 4,35 metros dispone de siete plazas. Como dijimos en el momento de su prueba, el Multipla ya ofrecía seis plazas con cuatro metros justos; pero eso ya es agua pasada, para bien o para mal (porque era y sigue siendo una idea magnífica).
Este Living, pese a su mayor volumen total, es un soplo más estrecho que el 500-X, puesto que no pasa de 1,78 metros; por el contrario, es ya claramente más alto, puesto que busca la habitabilidad interior por encima de todo, y mide 1,67 metros. Altura que ya hemos recordado es casi la misma que la del regordete 500-L (con el que también coincide en anchura, pues el L mide 1,78). El X es el primero entre los 500 de más de cuatro metros que no supera la cota de 1,6 metros de altura; detalle a tener en cuenta más adelante. En cuanto al resultado de su prueba, el 500-L Living nos dio un consumo de 6,86 l/100 km, para un promedio de 108,0 km/h (4h 40m).
Y pasemos ahora a Opel; hemos dicho antes que íbamos a hablar de coches algo más grandes que los dos que hoy protagonizan esta prueba, y la verdad es que el Meriva apenas si es más grande que el Mokka; a efectos prácticos, es igual. Porque mide 4,30 m de longitud, 1,81 de anchura y es más bajo, con 1,62 m. De esta manera, ofrece una imagen un poquito más estilizada que la de un crossover, como le corresponde a un monovolumen. El que ya es claramente más grande, porque se dispara hasta 4,66 m de largo, es el Zafira Tourer.
Pero, de momento al menos, nos quedaremos con el Meriva, que se queda ligeramente por debajo en tamaño respecto al 500-L; y precisamente porque tiene el apoyo del Zafira Tourer, mucho más grande y también de siete plazas, y más desahogadas que las del Fiat, dados los 30 cm suplementarios de longitud. Como se puede observar, los estrategas en la definición de las gamas (dejando al margen la cuestión puramente retórica del nombre que se le de al nicho en el que militan) no dan puntada sin hilo, y van encajando sus modelos de forma armónica respecto a lo que ya tienen (o lo que saben que van a sacar dentro de poco), y también respecto a lo que ofrece la competencia más próxima.
Hay un último aspecto, relativo a la correlación entre carrocería y prestaciones: el de la velocidad máxima. Y mucho más por como sirve de indicador respecto a la aerodinámica que por su valor en sí mismo, puesto que en todos los casos de los que estamos hablando está por encima de los 180 km/h, más que suficientes para vehículos de este segmento y su tipo de utilización. Y esto, por supuesto, al margen de consideraciones legales; pensemos que estamos en Alemania, donde no es pecado lo que aquí nos lleva directamente a las llamas del Infierno. Pues bien, siempre con el mismo motor, en Fiat tenemos que el 500-X tiene una punta de 186 km/h, mientras que el L-Living, más voluminoso y mucho más pesado (1.512 kilos) se queda en 181 km/h, pero con una homologación apenas superior, de 3,9 l/100 km y unas emisiones de 117 gramos, perjudicadas por su consumo urbano, más elevado debido a su peso.
En cuanto a los Opel, el Meriva mejora apreciablemente, con sus 197 km/h, los 191 del Mokka, indicando que en este caso el Cx es claramente mejor. Pero mucho mejor es el del hermano mayor, puesto que el Zafira Tourer, pese a su tamaño, está en un término intermedio (193 km/h), y su consumo extraurbano está con los mejores de todos los reseñados, en 3,8; y también con 109 gramos de CO2, de nuevo como los mejores. Todo lo cual deja de manifiesto la importancia de la aerodinámica para viajar en carretera a buen paso; cosa que, en utilización urbana y metropolitana (que es lo que ahora parece importar, dado el fervor por la tracción eléctrica) tiene relativamente poca importancia.
Pero que se lo expliquen a quien, por necesidades profesionales, debe cubrir un amplio kilometraje anual: con el amplísimo Zafira Tourer hemos conseguido un consumo de 6,58 l/100 km (con un tiempo de 4h 42m), mientras que el Meriva se bebió 6,72 (y tardó 4h 46m), y lo del Mokka lo vamos a ver dentro de un momento; pero recordemos estas cifras anteriores. Y en cuanto a los Fiat, ya hemos indicado más arriba que el L-Living consumió 6,86 y tardó 4h 40m. Y con ello pasamos de una vez a dar los resultados de la prueba de esta semana:
Resultados de ambos SUV medios en el recorrido a ritmo de consumo:
Fiat 500-X 1.6 M-Jet: Consumo: 6,37 l/100 km. Promedio: 108,4 km/h. Opel Mokka 1.6-CDTi: Consumo: 6,77 l/100 km. Promedio: 107,6 km/h. |
Los promedios corresponden a unos tiempos de 4h 39m para el Fiat y dos minutos más para el Opel; la diferencia bien puede corresponder a ese otro factor que antes dijimos que nos reservábamos: los neumáticos. Y es que el 500-X, al margen de llevar una medida más de anchura (innecesaria quizás, pero que siempre garantiza más adherencia cuando se atacan fuerte las curvas) disponía de unos neumáticos de los que llamamos casi “de carreras”: unos Michelin Pilot Sport-3. Un calzado puro de asfalto para conducción deportiva, que no se justifica fácilmente en un crossover, pero que rinde estos resultados. Frente a ellos, los Premium Contact del Mokka se defienden dignamente, siendo como son unas gomas de tipo “normal”, de las que pretenden combinar suficiente adherencia con una aceptable resistencia a la rodadura.
Aunque esta prueba es básicamente del 500-X y del Mokka, hemos entreverado los resultados de otros tres coches: Y una primera conclusión es que los consumos de los cinco vienen a quedar horquillados en el relativamente estrecho margen de medio litro escaso (de 6,37 a 6,86); y en ambos casos con el mismo motor Fiat, denotando que el Cx del L-Living debe ser relativamente malo, a diferencia del que tiene el 500-X. Los tres Opel, por su parte, están muy agrupados, entre 6,58 y 6,77, denotando que la aerodinámica está bastante igualada, y compensan el Cx con tamaño y peso.
Por otra parte, también está claro que todos estos coches corren que se las pelan; el promedio de los cinco tiempos arroja un tiempo de 4h 42m, que para sí lo quisiera más de un turismo de los segmentos B y C. Al margen de las bondades de sus bastidores –que en ningún caso son mejores que los de un turismo, pero sí que suelen resultar algo más duros en vacío, ya que están pensados para cargas más altas- puede influir que, como ya hemos comentado en el caso del 500-X, suelen ir calzados con neumáticos de muy generosa sección, lo que mejora proporcionalmente su agarre. Y también podría ser (aunque me resisto a admitirlo) que de una forma subconsciente los conduzca con algo más de brío que a un turismo; dado que, como de todos modos nunca van a conseguir un buen consumo comparativo más que entre ellos, al menos intente procurar que no se queden muy rezagados en tiempos. Con el resultado de que acaban quedando más bien igualados, cuando no por delante.
La conclusión final es que este tipo de coches, que sin duda es adecuado para quien los necesite y para quienes, en uso de la omnímoda libertad de quien paga, les gusten por su estética, ofrecen un servicio confortable y con buen comportamiento; a cambio, eso sí, de un consumo del orden de casi (o sin casi) un litro más a los 100 km; ya que la media de estos cinco coches, bastante representativos, arroja una cifra exacta de 6,60 l/100 km. La cual puede quedarse en 5,60 para un segmento B medianejo en cuanto a consumo, o para un C de buen rendimiento, aunque sin necesidad e estar optimizado. Otra cosa es en ciudad, consumo imposible de medir con seriedad en una prueba realizada fuera de banco, dada la variabilidad de condiciones; pero en este caso, es de suponer que, si bien la aerodinámica no cuenta, el mayor peso de estas carrocerías respecto a las del turismo equivalente vendrá a suponer un hándicap más o menos similar al de carretera. Y a partir de aquí, que cada cual haga su elección.
No es un poco contradictorio el decir en su artículo que estos SUV «corren que se las pelan» -y el tiempo del Fiat lo demuestra- con lo que siempre recalca respecto a los SUV de que son bastante menos eficaces que los turismos?
También resalta que los tiempos obtenidos en la prueba para si los quisieran algunos turismos, o sea que algo no encaja ¿no?
Con el tema de los neumaticos, cada vez uno alucina mas…ojo al Fiat; un «inocente» SUV 1.6 D con el calzado que, por tipo y medidas, llevaba hace cuatro dias como quien dice un compacto GTI de mas de 200 cv.; supongo que Michelin les haria algun oferton irrechazable, porque si no, no me lo explico..
En turismos la cosa tambien clama al cielo, pero al menos, su «habitat natural» es, unica y exclusivamente el asfalto; pero si nos venden un SUV, que se supone que permite «algo mas», al menos que le pongan unos neumaticos un poco en consonancia, digo yo..
Perfil ultrabajo con protector de llanta en un SUV? Que bárbaro, además Pilot Sport, deben valer mas las ruedas que el coche, el comprador de uno de esos coches no tan caros, cuando le toque cambiar ruedas se va a llevar un buen susto. Luego nos extraña que se pongan chinos…
Ya que parece salir el tema de las ruedas, concretamente los neumáticos, quiero aprovechar para poner de manifiesto algo que no entiendo. En los últimos años se ha visto una tendencia al crecimiento del diámetro de las ruedas que ha conllevado un aumento del diámetro de las llantas, un descenso del perfil de los neumáticos y un ensanchamiento de los mismos.
Personalmente creo que las ruedas de gran diámetro son favorecedoras en cuanto a la estética y no creo que perjudiquen en casi nada a la dinámica. Los problemas aparecen con lo que esto parece que conlleva (menor perfil y sobretodo más anchura, mucha, desmesurada en ocasiones).
Y aquí está lo que no entiendo: si parece que casi todos estamos de acuerdo en que la mayoría de coches de poco peso y/o modesta potencia, no sólo no necesitan, sino que es perjudicial para consumos, confort y dinámica, ¿por qué ningún fabricante ofrece neumáticos más estrechos (digamos 165, 175, 185, 195) para los tamaños de llanta de 16″, 17″ o 18″?
Algunas combinaciones de las citadas sé que son posibles pero ya tendiendo a «raras». ¿Acaso hay algún impedimento técnico en la fabricación o es simple márquetin?
@4: Buena pregunta; la del millon diriamos.., yo tambien me la hago..
Sobre el tema, el crecimiento en diametro fue debido sobretodo al aumento de peso que experimentaron los coches concebidos entorno al 2 mil en adelante; a mayor peso, era conveniente poner discos mas grandes y en consecuencia, mas diametro de llanta y menos perfil.
Ahora que parece que se ha frenado algo esta tendencia, gracias sobretodo a la aparicion de nuevas plataformas de construccion mas ligera y (dicen) mas robusta, pero aun y asi, y como he dicho en alguna otra ocasion, no parece que el criterio puramente tecnico sea el que prevalezca por encima de otros, si no mas bien al contrario; parece que se mira mucho mas el unificar medidas de neumaticos para diferentes gamas de coches que otra cosa; eso y el factor estetico, por supuesto..
@4 «Personalmente creo que las ruedas de gran diámetro son favorecedoras en cuanto a la estética y no creo que perjudiquen en casi nada a la dinámica»
Pues cree ud. mal. Cuando hablamos de dinámica del movimiento circular, el momento de inercia de un cuerpo es tan importante como la masa en movimiento lineal, y crece cuadráticamente con el diámetro de los cuerpos, en éste caso las ruedas. Además, con el mismo diámetro de neumático, si disminuye el perfil y crece la llanta, el peso está más afuera, por lo que el momento de inercia aumenta.
Dicho momento perjudica a los cambios de dirección y a las recuperaciones, aunque uno solo lo nota si experimenta en un mismo vehículo, porque si se sube a un vehículo nuevo con más potencia, neumáticos deportivos y una dirección más directa o con menor avance todo queda enmascarado y parece que los neumáticos grandes son mejores.
@6
Lo que vd. dice es cierto.
Ahora bien, en la práctica el aumento del momento de inercia es mínimo (a diámetro constants nulo) Y queda de largo compensado con la ganancia en direccionabilidad y por consiguiente en la mayor precisión y el aumento de la seguridad en paralelo.
Por lo tango las llantas grandes tienen muchas ventajas dinàmicas, estèticas y estáticas (albergar equips de freno de mayores dimensiones ).
Otra cosa es valorar los inconvenientes, que los tienen via confort, precio, ruido etc, etc.
Por no entrar en que si valoramos aumentos teóricos, debemos tambien poner como activo el aumento de superficie en contacto con el suelo.
En definitiva mejor llanta 17″ que 13″ para conducir , para desplazase…no siempre.
Lo del tamaño grande de la llanta y el bajo perfil tiene sus ventajas y desventajas
Ventajas:
– Estética: Transmite deportividad, fuerza, dinamismo:
– Hace al vehículo menos subvirador
– Mayor agarre en seco.
Desventajas:
– Al aumentar la superficie de contacto, es más fácil entrar en aqua-planning.
– Mayor coste en el cambio de neumáticos.
– Mayor desgaste en circulación en curva y mayor resistencia a rodadura en la misma.
– En caso de impacto en la rueda, mayor probabilidad de golpear la llanta y dañar la misma, así como a dirección y suspención.
@4
Es inútil todos los argumentos que dé.
Hace ya años escuché por primera vez eso de que «en un coche las llantas y los discos de freno, como las tetas en las mujeres, cuanto más grandes mejor»….
Ah, y los fabricantes también lo han oído.
Pues en general, aparte del problema de los perfiles bajos con los baches, los momentos de inercia son superiores en las llantas grandes aunque el diámetro total de llanta mas neumático no varíe. Eso se lo pueden corroborar todos los foreros que han probado llantas mayores en coches poco potentes como el Yaris. Además de eso, se ha probado experimentalmente de forma muy concreta:
«Car&Driver en su edición estadounidense ha publicado un interesante artículo sobre el efecto que produce en nuestro coche montar llantas de mayor diámetro que las originales. Car&Driver ha experimentado con un Volkswagen Golf. Las llantas han sido siempre unas ASA GT1 de aluminio en medidas de 16, 17, 18 y 19 pulgadas.
Las prestaciones son siempre mejores con las llantas de menos diámetro. En el 0 a 96 km/h hay una diferencia favorable frente a las de 19 pulgadas de 0.3 segundos, de 1.3 segundos en el 0 a 160 km/h y de 0.2 segundos en el cuarto de milla. El mayor diámetro causa que el motor tenga que hacer un mayor esfuerzo en mover el coche, lo que lleva a menores prestaciones. Un apartado también interesante son los consumos, penalizados por la mayor superficie de contacto con el suelo»
Por lo tanto, parece que la mejor montura es la original, además de la mas barata, con mucha diferencia.
«Pues en general, aparte del problema de los perfiles bajos con los baches, los momentos de inercia son superiores en las llantas grandes aunque el diámetro total de llanta mas neumático no varíe. Eso se lo pueden corroborar todos los foreros que han probado llantas mayores en coches poco potentes como el Yaris. »
@10
Todos los foreros?
Creo que con esto está todo dicho.
Quiero concretar con propuesta, porque veo que no se ha entendido mi pregunta en #4.
Los dos automóviles de la prueba comparativa montan una ruedas ya considerablemente grandes de 18″, uno en ancho 225 y perfil 45% y el otro en ancho 215 perfil 55%. Yo no planteé el ponerles otras aún más grandes. Mi pregunta estaba relacionada con que si estos anchos son tan desmesurados para este tipo de coche ¿porqué no montar el mismo tamaño pero más estrecho, pongamos unas 195-60 R18, o unas 195-65 R18, o incluso unas 205-60 R18? Me refiero por supuesto a que vengan instaladas de origen con su llanta apropiada, no a cambiárselas nosotros.
Pero es que estas combinaciones de diámetro y ancho no están comercializadas; y mi pregunta, por si alguien lo sabe y quiere dar una explicación, era si existe algún impedimento de tipo técnico para estas combinaciones o es sólo de tipo comercial.
Perdón. En mi anterior comentario me refería a @6 chicane.
Debo entender q prefiere el Fiat? A mí personalmente me lo parece. Gracias
Un poco absurdo si que es poner ruedas tan anchas a un coche por lo demás tranquilito, pero sin pasarnos que después volvemos a cifras de frenada de los 80, cuando un compacto corriente llevaba una 165 y se tiraba 90 metros para frenar de 140 a 0. En cuanto al diámetro yo si creo que cuanto mas grande mejor, hablando de diámetro del neumático, y después ya se pone un perfil u otro, una llanta mas grande u otra según conveniencia.
Los inconvenientes de inercia (que lo son relativamente en un turismo, perjudican a veces y ayudan otras) se compensan con mayor confort, mayor agarre y menos desgaste. Porque el precio depende mas de que nos toque una medida rara que del tamaño en si.
La prueba del Golf de marras esta un tanto trampeada, porque varía mucho la anchura de un neumático a otro, si los anchos hubiesen sido iguales los resultados no serían tan dispares.
Y ahora una pregunta para los defensores de las miniruedas: ¿se comprarían un Mondeo con llanta 14? El lenguaje de diseño de los coches actuales necesita llantas grandes, imaginense un Smart con llanta 10″, como un Mini de los viejos.
Pues yo siempre he llevado la medida más baja que salía en la ficha técnica.
El BMW 320 de 163cv salía desde rueda de 16 con 205/55 (la que llevaba) hasta 235 delante y 255 detrás con 18 y hasta 19 pulgadas en pack M o llantas opcionales (!)
El Mini Cooper de 2007 (120 cv) con 175 en llanta de 15.
Suficiente y más barato.
Dando por perdida la batalla de los neumáticos extra anchos, se echa en falta un poco de coherencia,tiene poco sentido ponerle una 205 a un segmento B de 90 cv y apenas una 225 a un segmento D de 200 cv y un 60% más de peso.
La verdad es que resulta tremendamente interesante la discusión que están manteniendo respecto a la cuestión de las dimensiones de los neumáticos. Yo, por mi parte, no puedo aportar nada más al respecto. Pero hay una cosa que me hace mucha gracia sobre el tema del Fiat. Es el propio concepto del 500 y la distorsión que ha sufrido paulatinamente. Cuando lo lanzaron me pareció un completo acierto, la actualización del antiguo 500/600 se había hecho con un modelo que no sólo recordaba al anterior estéticamente (la verdad es que es muy bonito, o a mí me lo parece), sino que realmente parecía una reinterpretación actualizada del pequeño utilitario a los tiempos actuales que daba en el clavo. En estos momentos, tras el 500L, el 500X y otras versiones supervitaminadas, cualquier cosa es un 500. Si resulta que el L o el X son casi tan grandes como cualquier coche dos segmentos superior. El día menos pensado nos sacan un 500 de batalla extralarga que será más grande que un A4, una excentricidad.
@18 Xabi. Comparto su reflexion plenamente. Pero tampoco me extraña. Para Fiat, el 500 es su principal bastion comercial, y lo esta exprimiendo al maximo, al igual que lo esta haciendo tambien Mini., como usted, no lo veo muy correcto, pero entiendo que lo hagan.
@18,
Xabi, creo que usted no recuerda bien el 500 original. Tenía una versión Multipla alargada, y que por concepto encajaría totalmente en lo que hoy en día consideramos monovolumen.
El Multipla no era un 500 si no un 600, si no recuerdo mal.
Y el 600 era otra cosa, Muucho mas grande 🙂
@20
Me autocorrijo. El Multipla derivaba del 600, no del 500. Y además no me acordaba del Topolino, que era el 500 original.
@20 rv, @21 Joaquín
Acabo de ver el Multipla antiguo por Internet. Efectivamente, a pesar de que recuerdo perfectamente el 500 estándar, por así decir, no tenía ni idea de la existencia de esa versión del 600. Un coche bien raro, con esa silueta tan extraña (el frontal vertical y la zaga inclinada, como la del 600 normal).
No deja uno de aprender cosas nuevas (o viejas) pasándose por aquí.