2008 ha sido el año que ha puesto en cuestión la economía de libre mercado. Más que ningún otro año, en las tres últimas décadas, el sustento teórico de la economía capitalista se pone en cuestión.
He sido un defensor del libre mercado durante la última década, por lo menos. El libre mercado bien entendido. es decir, cuando se dan las condiciones. Competencia e información transparente son condiciones básicas para que pueda haber libre mercado con garantías y beneficio para el consumidor.
Por lo que yo sé, hasta ahora nadie cuestionaba los beneficios de la competencia para el consumidor. Se ha hablado mucho de «dumping social» y de proteccionismo, pero no como planteamiento teórico en contra de la competencia, sino de la competencia desleal.
Sin embargo, en esta crisis, quizá haya que replantear los beneficios de la competencia para la economía. Por lo menos en algunos sectores y en determinadas circunstancias.
– En el sector productivo, cuando la competencia es infinita, los márgenes se reducen a cero. Los márgenes cercanos a cero son un beneficio indudable para el consumidor, pero quizá sea a costa de una debilidad excesiva de la oferta. Es muy difícil que haya competencia infinita. En la mayoría de sectores no puede haberla, pero en algunos se acercan (los coches). (Hay gran competencia pero no libre mercado, porque las marcas apenas informan a los consumidores de sus proyectos).
– Donde más claro está que la competencia debe tener límites es en el sector financiero. La competencia en este sector genera burbujas o algo parecido. Un banco, que necesita atraer clientes, les ofrece las mejores condiciones por su pasivo. El banco de al lado, para atraerlo, le ofrece todavía más. Para pagar esos intereses, se dan más créditos, se arriesga más, se buscan directivos más caros, se arriesga más, se aseguran las inversiones para poder volver a invertirlas y poco a poco se infla el aerostato, hasta que revienta.
Vivimos en una época de mucho dinero ahorrado del que no sabemos obtener rentabilidad. Nadie sabe qué hacer con el dinero. El dinero ya no es un bien escaso y pierde su valor. Puede convertirse en papel. Nadie sabe cómo sacar rentabilidad al dinero debido a la alta competencia del sector productivo.
¿Qué solución hay? Buscarle rentabilidad en el sector financiero, como si la magia existiera. Sólo es posible obtener rentabilidad del dinero, si sabemos invertirlo en sectores productivos que den valor añadido y generen rentabilidad. Como eso no es posible debido a la alta competencia, no nos queda más remedio que reconocer el poco valor del dinero ahorrado, porque no sabemos obtener rendimientos de él.
¿Qué significa eso? Que no es posible invertir 30 Euros al mes en un plan de pensiones durante 30 años y que esos 30 euros se conviertan en 600 euros al mes durante otros 30 años cuando nos hayamos jubilado. Que quienes venden la posibilidad de obtener grandes rentabilidades en las inversiones en los planes de jubilación engañan a los depositarios, porque en una economía global, eficiente, esas grandes rentabilidades no son posibles.
Con una población mundial envejecida, no hay posibilidad de que un sistema público de pensiones garantice el reparto digno entre todos los jubilados. Tiene que haber más de tres trabajadores por cada jubilado para que puedan obtener pensiones que merezcan ese nombre. Y en el futuro no los habrá.
No tengo soluciones. Sólo sé que el futuro es sombrío. A mi juicio el batacazo de 2008 no es un problema en sí mismo. Volveremos a producir y a crear más burbujas para mantener la ilusión. Pero es un sistema falso, que no se mantiene. El sistema capitalista permite generar mucha riqueza y repartirla con más o menos acierto cuando la economía es ineficiente.
Lo que sucede es que hemos llegado a un punto de gran eficiencia, gracias a la energía suministrada por el petróleo en el último siglo, que ha permitido mejorar las comunicaciones para el intercambio de conocimientos información y productos. Ese intercambio ha acelerado la competencia del sistema productivo, que ahora es global.
De hecho, la competencia infinita, supone el regreso a la época del trueque global, eficiente, en el que no hay márgenes ni plusvalías. Cada uno recibe por lo que trabaja. Por ello, en parte, el dinero pierde sus propiedades como activo financiero.
Este panorama que me invento (no sé si habrá alguien más en el mundo que diga estas cosas que no sé de dónde me saco y que probablemente no tengan ningún sentido, porque mi conocimiento de la materia es escaso) no tiene nada que ver con una previsión apocalíptica. La humanidad ha vivido durante milenio en condiciones mucho peores que las que tendremos en los próximos 40 años. No me preocupa nada de lo que pueda venir.
Lo que sí me parece es que tendremos que cambiar nuestra mentalidad, trabajar más años y buscar formas de traspasar parte de nuestra capacidad actual para generar riqueza a los años en los que no tengamos esa capacidad. Lo que no sé es si el dinero seguirá siendo la herramienta adecuada para ese traspaso. Lo malo es que no tenemos otra.
Feliz 2009 a todos.
(Espero que no esté muy mal escrito. Me he sentado a escribir, quería poner un mensaje de feliz 2009. Y me ha salido esto. No está revisado, que no me da tiempo. Tengan ustedes un buen año)
Demasiada reflexión para mi capacidad cerebral actual post-cotillón.
¡Feliz 2009!
Joer Javier, para estar esquiando y de vacaciones te lo has currado…
Lo primero, Feliz 2009…el puto 2008 ha muerto…a ver si el 2009 se porta.
Lo segundo el artículo.
La competencia es buena y el intervencionismo malo. Y el sistema mixto este que tenemos de «somos liberales hasta que hay crisis, entonces tiramos de papa estado y arreglado» es pérfido y solo hace perpetuar los inconvenientes de la competencia.
Si en esta crisis hubieran quebrado 6 contructoras, 3 bancos y 2 cajas de ahorro, la limpieza hubiara sido muy sana. Los malos «gestores» (o mejor los buenos chorizos), estarían de patitas en la calle como mínimo, si no entre rejas.
Si esto funcionara como debe de ser, más de un gobernador de banco central, ministro y asimilado, habría dimitido o cesado
Pero no, los que han quebrado las empresas, llevado a los países a las crisis y demás, siguen en donde están, con lo que se ha validado su actuación
No creo que se vuelva al trueque como tal. Es probable que los «Bancos de tiempo» que se están poniendo de moda, funcionen, pero no a gran escala…el pan, de momento, hay que pagarlo con dinero, y establecer una tabla de equivalencia de todos los bienes y servicios de una economía tan globalizada como la actual es inviable. El «capitalismo» seguirá vivo, hay muchos intereses en juego como para matarlo, y dentro de unos años, nos olvidaremos de la crisis y será un capítulo más o menos extenso de los libros de texto. Los que hablan de la muerte de la Banca de Inversión o de los «hedge funds», no sabne de lo que hablan. Necesidades de este tipo siempre la va a haber, no pueden, y no van a, desaparecer. Muertos y daños colaterales, si, pero com en todas las guerras.
De todas formas, esto no ha hecho más que empezar, es muy pronto para tener perspectiva y hablar sobre lo que va a pasar o no.
Saludos
Brillante!!!
Es divertido que llegues a algunas conclusiones válidas partiendo de varias premisas incorrectas. Pero es lo que les pasa a los que viven cegados por el mantra del liberalismo, una doctrina inaplicable con los dogmas de hoy, en los que es imposible el mercado libre tanto como lo es la dictadura del proletariado.
Es cierto, tendremos que cambiar de mentalidad. Y de sistema, o esta crisis será de risa comparada con la que ha de llegar.
«El dinero ya no es un bien escaso y pierde su valor»
Y una de esas premisas erronea es considerar el dinero como un bien. Yo soy mas de la opinion de que la moneda es un vinculo social y debe usarse como un intercambio social entre bienes y mano de obra.
Lectura recomendada: http://www.humanite-en-espanol.com/spip.php?article122
Salu2 y feliz año 2009
Hola miguelsan,
Me interesan estas cuestiones y me gustaría aprender. ¿Cuáles son las premisas incorrectas?
Andrés, voy a leer ahora mismo la lectura recomendada.
No entiendo que considerar el dinero como un bien se pueda considerar una premisa errónea. A mí me parece la constatación de una realidad. El dinero, como medida del ahorro, no puede ser otra cosa que un bien. ¿Qué si no? Otra cosa es que esa equivalencia sea errónea, pero de momento es la que se utiliza.
Javier
Hola Andrés,
Ya he leído el artículo. Dinero y moneda no son lo mismo. Por eso tiene mucho sentido hablar de moneda como vínculo social, como el idioma, por ejemplo.
Comparar el dinero con la moneda sería como comparar el idioma con la obra literaria escrita en ese idioma o la obra científica escrita en esa lengua.
El contenido es el mismo, puedes leerlo en cada idioma. El dinero es el mismo, sea en la moneda que sea. Puedes cambiarlo de una moneda a otra, traducirlo de un idioma a otro, pero el fondo es el mismo.
La moneda, como el idioma son elementos de ligazón social. Tanto es así que algunos estudiosos incluyen la moneda en su concepto de nación.
No tiene nada que ver con el dinero, aunque tengan relación.
Javier