Las llaves pesan y abultan. Es un despilfarro energético y un trastorno continuo cargar con ellas todo el día para utilizarlas a dos centímetros del lugar en el que la has utilizado por la mañana.
Es como si fuéramos todo el día con la sartén a cuestas, ensartada en un sartenero, para utilizarla por la noche en el fuego de al lado del que hemos utilizado por la mañana para preparar los huevos revueltos.
Lo racional, lo lógico, lo que a todo el mundo debiera ocurrírsele debería ser dejar colgada la llave por fuera, al lado de la puerta, nada más salir de casa, para recogerla de su clavo, al llegar por la noche, para abrir la puerta.
Las llaves y su modo de utilización son un síntoma de la falta de inteligencia del ser humano. Cargar con ellas todos los días en el mejor de los casos y perderlas, en el peor, son consecuencia del anacronismo conceptual intrínseco de la llave.
Las alternativas a la llave que conozco son todas peores. Un motor eléctrico para abrir una puerta es un despilfarro sideral. Pilas, corriente eléctrica, fabricación, consumo, para una operación que ni siquiera requiere un clic.
Las llaves son un síntoma de nuestra imbecilidad. ¿Cómo es posible que todavía existan? ¿No hay nadie capaz de encontrar una solución decorosa para que no lo noten los marcianos cuando nos invadan?
Las llaves lo que son es un síntoma de la codicia humana.
Un síntoma de nuestro afán por acaparar recursos que no necesitamos (ajenos, naturales…).
Luego, como para casi todo, hay categorías: en España hay que ponerle llaves hasta a los bolígrafos y a los carretes de cinta adhesiva de uso público para que no desaparezcan.
El exceso de llaves es un síntoma de falta de civilización.
No veo yo tanta semejanza entre llevar las llaves, y llevar una sartén colgando…
El sistema será mejorable, y mejorará; pero ahora mismo a servidor sólo le parecen un mal menor. Lo que no nos vendría mal a todos es tener una copia cerca en casa de algún familiar, vecino, etc. Pero vamos -y con su permiso, Don Javier- que no sé que cara hubiese puesto Yuka, la japonesa que conocí ayer, si le digo que me pesan las llaves… Y ya me disculpará el tono.
De acuerdo con Jota. Lamentablemente, demasiado. ¿Algún día el grado de civilización hará innecesarias las llaves?.
No hace tanto tiempo, en los pueblos, la gente se dejaba la puerta de casa abierta
Vamos pacatrás
Efectivamente, todavía hay pueblos donde la puerta no se cierra. Un simple resbalón es suficiente (no hay cerradura, no hay llaves). Pero cada vez hay menos.
Estoy de acuerdo con Jota es una falta de civismo. Si la gente fuese honrada no harían falta las llaves, bueno las cerraduras.
Cerrar con llave para dejar la llave junto a la puerta sí que es un disparate. Para eso, dejemos abierto.
Ha perdido las llaves no?
No sé qué pueblos frecuentarán ustedes… pero en el pueblo en qué pasé todos los veranos de mi infancia (bueno, y parte de los actuales), pueblecin de 100 habitantes en donde se acaba la Meseta Norte… todas las casas tenían cerradura con un llavín (llavín = llave extragorda, de unos 2 kg), y siempre que salíamos al corral o nos íbamos a dormir, sonaba la voz de mi abuela
-«no te olvides de «trancar» la puerta.
(trancar = poner un pasador de hierro de unos 2 cm de grosor).
O sea, eso de que en los pueblos pequeños no se cierra con llave, es mentira y gorda (al menos por Castilla y León).
Se cerraba hasta para estar dentro de casa lejos de la puerta.
Señor Moltó, tiene más razón que un santo.
emprendeitor, por tierras extremeñas tambien es así, en casa de mi abuela (en paz descanse) era una barra de madera que atraviesa la puerta y se le ponia una pequeña cuña de madera o de hierro.
Más despilfarro es tener decenas de llaves y tarjetas para una sola persona. Si yo soy yo, ¿no tendría que bastar con una sola huella dactilar o iris del ojo para hacer lo que quiero?
Dejas las llaves al lado de la puerta tiene sentido si las llaves están adentro y el objetivo de trancar es que nadie de afuera pueda entrar. Entonces, el problema es la posibilidad de que un extraño quiera entrar. Es un problema humano, no llavístico.
Me encantaría que las puertas interiores de casa fueran de empujar. Si tuvieran un imán o gancho con resorte, un empujón suave a la manija bastaría para abrirla o cerrarla. Me aburre enormemente tener que girar la mano para abrirla, y más aún colocar el gancho en el piso para dejarla abierta. Eso no quita que tengan u pestillo para trancar, y que desde el otro lado no se pueda abrir.
Pues en mi pueblo todavía dejamos las puertas abiertas. Si queremos que alguien no entre dejamos al perro suelto. Si alguien ha pasado por encima del perro ya da igual si la puerta está cerrada o no.
Las marcas ya estamos trabajando en sistemas de reconocimiento de huella y/o voz (por ejemplo). En el fondo sigue llevando la llave a cuestas pero le sirve para más cosas 🙂
¿Por qué tienen cerradura las puertas de los establecimientos que siempre están abiertos?
Eso que dice Vd. de dejar las llaves colgadas al lado de la puerta lo hacen los que salen en los telefilmes americanos, siempre hay llave debajo del felpudo o de la maceta de al lado. También es frecuente que dentro de la casa haya una escopeta o una pistola para defender la propiedad. Nunca entendí esto, prefiero una llave a una pistola.
A mi las llaves me parcen extremadamente útiles así que no veo que sean un síntoma de imbecilidad, es más se me ocurren síntomas de imbecilidad mucho peores que las llaves…
¿Decir que llevar las llaves en el bolsillo (2 gr? / 5 gr?) es un despilfarro energético?? No, no diré que es un síntoma de nada…
Me voy a pesar. 76,700 gramos, he engordado 300 gramos (ahora llevo encima 150 llaves, además de las 3 habituales), . Llamenme CAPITáN DESPILFARRO.
Las llaves no se inventaron precisamente ayer, así que el hecho de tener que «proteger» tus pertenencias nos es desde hace poco.
Por otra parte , emprendeitor, había y todavía hay pueblos en los que la gente no cierra la puerta. Y mas concretamente, en Zaragoza capital, mi hermano vive en un barrio en el que es normal tener la llave puesta en la puerta. Solo la quitan por la noche.
Pero digo yo que todo dependerá del número de llaves que llevemos, porque hay manojos superlativos, ruidosos y pesados, verdadero lastre para sus dueños.
Jamás entendi vivir colgado de tanta llave, salvo profesiones muy concretas.
Yo soy feliz con sólo dos llaves: la que me da acceso a la máquina que me transporta y la que me permite entrar en la morada donde yago, que dijo alguien.
Y por más que pienso no se me ocurre para qué diantre necesitaría llevar otras.
Aunque igual me estoy perdiendo algo.
saludos
La llave es todo un símbolo de poder y de posesión, alrededor del cual giran grandes momentos de la vida de cada uno: la entrega de llaves de tu primera casa, de tu coche nuevo. También es un símbolo de confianza: te entregan las llaves de tu trabajo (para que curres a deshoras) o tu pareja te entrega las de su casa.
Dejarán de ser un trozo de metal y se convertirán en una tarjeta, una huella o una clave, pero nunca nos libraremos de ellas.
Sr. Moltó, las llaves o sistemas de cierre existen por varios motivos.
1) En las sociedades de todas las culturas hay un cierto número de individuos que no respetan las propiedades ajenas, por lo que se ponen impedimentos para evitar sufrir un daño o sustracción de los mismos.
2) Es también una seguridad para que personas sin los conocimientos suficientes o irresponsables como los niños puedan poner en peligro sus vidas o provocar daños materiales. (Botiquines, cuadros eléctricos, etc).
3) Desde el punto de vista jurídico, no es lo mismo un robo que un hurto, y simplemente el tener o no cerrada una puerta con llave puede marcar la diferencia.
Respecto al peso de las llaves, el dia que le hagan vecino honorífico de álgún pueblo o ciudad, sabrá lo que pesa y abulta una llave clásica.
Ahora son de aluminio o incluso magnéticas y si quiere puede acceder a su casa u oficina por medio de reconocimiento de su huella digital o un código pin. En mi empresa lo tenemos así.
Y si no siempre puede acudir al sereno, en algunas poblaciones ya han vuelto.
Ráfagas, GTO.
Se me ha olvidado comentar que en el campo del automovil, el tema de las llaves dió un vuelco gigantesco en los ´80 cuando se generalizó el uso de la llave única para todas las cerraduras del coche.
En mi casa hubo un 1430 que tenia cinco llaves en su llavero. Arranque, maletero, depósito gasolina, puerta derecha y puerta izquierda.
Ahora en muchos coches con una simple tarjeta que lleves contigo te basta y sobra.
Ráfagas, GTO.
Le pondré una pequeña comparanza:
Podríamos hacer pis (con perdón), cuando lo vejiga esté al 50% de llenado así compensaríamos el peso de la llave.
Despues no cerrar la cremallera de la bragueta, absurda maniobra, ya que pasado un lapso de tiempo deberemos abrirla de nuevo.
LLegado a este punto sobran cremalleras y botones. Serìamos la versiòn aligerada de nosotros mismos.
Y por fin y como apoteósis corolárica, no pondríamos nigún tipo de impedimento a quien venga a utilizar nuestros órganos, que como antes mencioné están líbremente expuestos al albedrio y diligencia de quien guste disfrutarlos.
Extrapole (o intrapole).
Sr. Moltó ahora piense en la de gente que se iría al paro si los ladrones dejasen de existir: Policias, fabricantes de llaves-candados-cajas fuertes-tarjetas…, fabricantes de dispositivos de vigilancia y control, empresas de seguridad, conserjes, banqueros y sobre todo POLITICOS!!!.
Acabaríamos todos en el paro con lo que los ladrones resulta que son necesarios y son los responsables del 99,99% PIB.
cmax, ¡muy bueno!.
El argumento que usted menciona es el mismo que utilizan quienes tiran los papeles al suelo en la calle. «¡Así doy trabajo a los barrenderos!».
Me pregunto por qué no se rompen un brazo para dar trabajo a los traumatólogos, chocan su coche contra una piedra para dar trabajo a los mecánicos o queman su dinero para dar trabajo a quienes recogen las cenizas.
Mientras escribo en este blog acabo de tener una revelación.
Excepto los iluminados por el ingenio que crean algo novedoso, el resto trabajamos para contrarrestar el trabajo, acción o errores de otros. Esos genios son los que realizan una primera acción que hace que el resto se movilice gracias a ellos. En ese grupo puede haberlos buenos y malos. Entre los buenos puede estar un inventor, un artista o un innovador en la material que sea. Entre los malos puede estar un ladrón o un guarro que tira papeles al suelo.
Ambos grupos tienen algo en común, el resto de humanos nos movilizamos gracias a ellos.
Pues donde yo veraneaba de niño, la puerta sólo se cerraba cuando nos íbamos a dormir. Ahora hay que poner candado hasta a las macetas. Estoy de acuerdo en que en algunos aspectos vamos «patrás»
Diez años después sigue siendo un articulo para reflexionar