El día 5 de enero empezaba esta nueva andadura del Dakar. Partíamos desde Lima, camino de Chile, para posteriormente tomar un merecido descanso en Tucumán. Pero la última especial no ha sido un camino de rosas para nadie. La especial empezaba por una zona rápida y con buen piso, para luego volverse más estrecha y con numerosos badenes con fuertes compresiones. Poco a poco la pista se iba estrechando y haciéndose más rota y delicada. Transcurridos unos 35 km, hacíamos unas zonas de fuera pista de arena con ondulaciones, que nos permitían lanzar el primer ataque para intentar recuperar el tiempo. Después entrábamos en un sinuoso río de arena, rápido, en el que doblamos a Giniel y sacábamos una buena distancia.
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Nos encontrábamos cómodos y seguros, tanto con las notas como con la conducción. La zona más complicaba llegaba cuando empezaba a bajar el agua por el cauce de los teóricos ríos secos, que no nos permetian circular por ellos. Tomamos la alternativa de ir paralelos y no perder la referencia, para no irnos del roadbook. La estrategia nos salió perfecta, no cometimos ningún error de navegación y salimos airosos de la situación, pero nos falto poco porque en un momento en el que teníamos que ir por el cauce para salvar unas rocas, el rio empezó a crecer y no nos dio la posibilidad de continuar. Dimos media vuelta y, con muchas dificultades, salimos del cauce para salvar el río. La zona era muy arenosa y extremadamente blanda. Una de las más difíciles que recuerdo en los últimos dakares.
Un problema con el limpia parabrisas y una junta del circuito de inflado posterior nos hicieron perder unos 4 minutos. Después de solucionar el problema, retomamos la marcha y conseguimos llegar hasta un río que nos fue imposible atravesar. Nos encontramos con Geniel y decidimos buscar una ruta alternativa, pero fue una misión imposible. Finalmente decidimos llamar a dirección de carrera e informar de la situación. Al cabo de 40 minutos el nivel del río bajó y pudimos retomar, pero con mucha cautela por la sedimentación que había ido dejando el agua y que lo hacía peligroso. Los siguientes 30 km hasta el final los hicimos neutralizados, pero con serias dificultades en tres pasos de ríos que tenían crecidas de más de un metro. Incluso llegamos a quedarnos atascados.
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La organización decidió neutralizar la carrera en el CP2 y todos los que habían pasado por ese punto podrían continuar en carrera. El tiempo que se nos ha aplicado fue el del piloto que llego a la meta antes de decidir la neutralización: Peterhansel. Justa o injusta, ésta es la decisión, y como el reglamento contempla que la decisión la toman los comisarios deportivos y el reglamento es claro, no hay nada que hacer, el criterio de los comisarios es el que manda.
Pero bueno, estamos segundos, quedan seis días y muchos kilómetros por delante. La carrera no está acabada y aún pueden pasar muuuuchas cosas.
Disfrutad con el resto de la carrera que se presenta muuuuy interesante.
Por nuestra parte deciros que haremos todo lo que esté en nuestras manos para llegar al final!!!
Saludos desde Tucumán.