Esta que escribo es la continuación de la prueba que se publicó el 12 de Junio de 2017. Os dejo el enlace aquí, por si os interesa leer la primera parte. 

Prueba Fiat Bravo GLP

El coche ya no lo tengo actualmente, lo vendí al concesionario en febrero de 2019 a raíz de la compra de otro vehículo nuevo, una furgoneta. 

Me he animado a escribir el artículo dado que aunque a día de hoy es más común encontrar mecánicas con opción a GLP, es una opción minoritaria y el que compra un coche con este combustible en muchos casos lo hace como yo, bastante a ciegas. Fué un acto de “fé” y “compromiso ecológico” (en su día hacía muchos kilómetros), y quisiera dar mis impresiones al respecto. 

Voy a tratar de ser lo más exacto posible al describir mis vivencias con él, y me centraré en relatar las ventajas y los problemas que me causó. Es una experiencia personal, no soy profesional del motor y tampoco escritor, ni pretendo serlo. Mi objetivo es mostrar el balance económico de la compra de un vehículo con este tipo de carburante, para valorar o no su idoneidad. También quiero compartir algunas sensaciones que aparecen cuando uno tiene un problema con su coche, seguro que muchos lo habéis sentido cuando habéis tenido una avería o problema. 

Dispongo de un registro de todos o la gran mayoría de los gastos derivados del mantenimiento del vehículo, y voy a detallarlos todos en el artículo. 

En el tiempo que transcurrió desde la publicación de esa primera prueba en este blog, hice aproximadamente un total de 100.000km, vendiendo el coche con unos 115.000km aproximadamente. No dispongo de los registros exactos de kilometraje, aunque si los tengo de los mantenimientos, averías y del combustible, a través de la app Spritmonitor, aunque no sé exactamente en qué kilometraje empecé a usarla. 

Como se puede observar, es un kilometraje bastante elevado en un tiempo corto, y casi todos de ellos los hice circulando a gas, ya que para eso me decidí en su día por un coche de GLP. Este hecho fue especialmente relevante ya que provocó problemas de fiabilidad en el coche, que me animaron finalmente a desprenderme de él. 

En su día ya relaté en su momento el equipamiento y las impresiones acerca de la calidad constructiva del coche, así que aquí no voy a volver a hacerlo. Mi impresión no ha cambiado. El vehículo estaba bien rematado y construido (teniendo en cuenta el segmento en el que competía) y el desgaste de fue acorde al uso, no se rompió ni hubo que sustituir ningún elemento del guarnecido interior del coche, carrocería o equipamiento. No hubo que cargar el aire acondicionado, ni hubo problemas con óxidos (dormía en la calle) ni con la pintura. Sí hubo, al ir envejeciendo, la aparición de algunos crujidos y ruidos, básicamente del asiento del acompañante y un ruido mecánico, similar al ruido que se hace al hacer una copia de una llave, localizada en la rueda delantera derecha.  Aparecía intermitentemente al circular a cierta velocidad. Nunca se encontró explicación a este sonido, a pesar que lo miraron varios mecánicos en distintos talleres, incluídos dos talleres oficiales de la marca. 

En cuanto al apartado mecánico, el coche equipaba un motor atmosférico de gasolina, con una cilindrada de 1368cc y 90cv, con doble árbol de levas mandado por correa y 16 válvulas. El sistema de GLP es Landi Renzo, y la inyección indirecta. Disponía de dos centralitas, una que controla el sistema de inyección de gasolina y otra dedicada para el GLP. Esto lo menciono ya que no es así en todos los vehículos, un amigo mío es propietario de un Dokker a GLP (de fabrica, no convertida) y según tengo entendido sólo dispone de una centralita, que gobierna ambas inyecciones. Por mi experiencia (en la familia hay una Pajero pinin a GLP, adaptado), suele haber dos centralitas, no sólo una. 

Era y es un coche agradable de conducir, al que sólo se le puede achacar el poco par motor derivado de su mecánica, en su variante turbo este hecho debe estar muy mitigado. La transmisión es bastante precisa, con un buen guiado y recorridos ni cortos ni largos, sin apenas holguras ni ese tacto blando e impreciso que tienen algunos cambios. 

Fué precisamente el grupo propulsor el centro de todos los problemas y averías del vehículo, en concreto, el sistema de GLP. Voy a intentar relatarlas en el orden en el que llegaron, y lo que en su día me fueron diciendo mecánicos de diferentes talleres, entre ellos los oficiales y algún taller especializado en adaptaciones. 

A pesar que el mantenimiento estaba programado cada 30.000km, me recomendaron llevarlo en los primeros mantenimientos cada 15.000km, ya que según me explicaron durante el rodaje algunos motores sueltan “virutas”, pequeñas limaduras de las partes internas del motor que el aceite recoge. En este caso me recomendaban realizar los cambios antes para garantizar el mejor rodaje posible y minimizar el desgaste del motor, algo que me pareció razonable, así que seguí sus indicaciones. Lo hice poco antes de cumplirlos, según tengo anotados a los 14.008km. Me cobraron por cambio de aceite y filtro del aire 91.08€ en esta primera revisión, y el primer problema vino justo después de ella, aunque se solucionaría en garantía. 

Ocurría que al circular, el coche cambiaba constantemente de GLP a gasolina, siendo incapaz de funcionar con gas, ya que al mínimo toque del pedal derecho se cambiaba a gasolina.  Aunque se forzara al sistema a funcionar a gas mediante el cambio manual de carburante (disponía de un botón para la selección del carburante), no había forma, a no ser que estuviera parado al ralentí, el coche no funcionaba a gas. Tampoco volvía a funcionar a gas sin apagar y encender el motor, o ponerlo en punto muerto al circular (aunque esto nunca he entendido por qué ocurría). 

Con estos antecedentes, se llevó al distribuidor oficial. Se quedaron el coche y después de unos días me llamaron diciendo que habían sustituido el filtro de estado gaseoso, y que ya estaba solucionado. Por cierto, intentaron que pagara el filtro, ya que según ellos era un consumible y se había cumplido más o menos la mitad de su ciclo de vida, que según el fabricante era de 30.000km. Protesté al respecto, ya que no me parecía lógico tener que sustituirlo a la mitad de su vida útil, y no lo cobraron. No lo reflejaron en la factura pero sí en la orden de trabajo, a mano, dejando constancia del cambio de filtro de GLP. 

Al recoger el coche y circular con él, volvió a aparecer en menos de 20 minutos, con lo que el coche volvió al taller ese mismo día. Parece que no era el filtro, ¿no? Al cabo de un par de días, cuando ya prácticamente se cumplía la semana, me volvieron a llamar indicándome que estaba ya solucionado. Pasé a recogerlo y me entregaron la orden de trabajo, y me comentaron que había sido necesario sustituir el regulador de presión del sistema, ya que al parecer ahí estaba el problema. 

De nuevo, me volví a llevar el coche del concesionario, y de nuevo, el problema volvió a aparecer en muy poco tiempo, aunque esta vez y tras unos minutos en el taller se solucionó, ya que al parecer, simplemente había una presilla o “grapa” sin atornillar. Me pregunto si no sería ese el problema desde el principio, pero a día de hoy no hay forma de saberlo. 

Desde ese momento y llegados a los 34.000km, se realizó cambio de aceite y filtros, con un coste de 241.99€, siguiendo esa política de cambios de aceite prematuros que me había recomendado en el taller. Lo llevé un poco tarde, ya que debería haber sido a los 29.000km, pero por temas varios necesitaba el coche y tampoco me pareció arriesgado esperar unos kilómetros más, al fin y al cabo los estaba ya haciendo mucho antes. 

Más adelante, cerca de los 45.000km volvieron los problemas. Empezó a cambiarse de nuevo a gasolina al circular con gas, aunque no de forma tan preocupante como en la primera ocasión. Aquí sí parece que el filtro de GLP había llegado al fin de su vida útil, así que se cambió, esta vez sin cambiar aceite, ya que como recordaréis se había hecho anteriormente , y el fabricante recomendaba cada 30.000km. El cambio del filtro de GLP costó 87.75€, y con ello el problema quedó resuelto, el coche funcionaba divinamente. 

En el taller, hablando con los mecánicos, me comentaron algo que ya estaba empezando a percibir, y que otras personas que tenían alguna experiencia con este carburante ya me habían ya comentado, y que me parecía inverosímil; todos me decían que el GLP era un carburante “sucio”. De ahí que al llegar al final de su vida útil, empezara a haber pequeños problemas con el funcionamiento a GLP. Si bien esto es y puede parecer algo “razonable”, en aquel momento empezaba a inquietarme bastante. Leía en Internet problemas de filtros, de recesión de válvulas, de inyectores, y estaba preocupado, el coche rateaba al ralentí con GLP, no iba redondo y si se sobrepasaban las 3000rpm se cambiaba constantemente a gasolina. 

Desde el taller simplemente me indicaron que los vehículos de GLP necesitaban un cambio de filtro antes de lo que el fabricante indicaba, ya que la calidad del carburante no era la misma en todos los países en los que este modelo se vendía (el mío al parecer estaba fabricado en Italia), y podían presentarse este tipo de problemas de funcionamiento “inestable”. Quizás un usuario no tan obsesivo como yo no se hubiera ni percatado del asunto, el caso es que a mí nunca me pareció normal. De nuevo, hecho el mantenimiento, de nuevo el coche funcionaba correctamente. 

Cerca de los 50.000km realicé un cambio de las dos ruedas delanteras por dos nuevas, al sufrir un reventón con un desprendimiento de rocas en una carretera secundaria vizcaína. Se montaron las mismas ruedas en modelo y marca, con otro código de velocidad, ya que el que montaba el coche no lo tenían disponible y yo necesitaba el vehículo. La operación se hizo en Feuvert,y aunque este es el único gasto que no tengo anotado, recuerdo que costaron alrededor de los 200€ con el montaje y el alineado. 

A los 67.700km se realizó otro cambio de aceite, de nuevo un poco tarde ya ya siguiendo la directriz de los 30.000km, y esta vez no en un concesionario oficial, si no en un taller de la cadena Feuvert. 

El coste del cambio de aceite y filtro de aceite fue de 62.25 €, y el filtro del aire, lo compré y sustituí yo mismo, costándome 13.73 € en Amazon, de la marca Maan. Cuando indagué más tarde en la casa oficial respecto a la diferencia de precio, me comentaron que el aceite que llevaba el vehículo era uno especial, y por eso la diferencia de precio. La explicación que me dieron era que, teóricamente, el gas licua los aceites y se necesita uno más denso, debido a las altas temperaturas generadas en la cámara de combustión (el GLP no produce efecto rocío sobre las válvulas, y tiene más octanaje que la gasolina).

Decir que el aceite que yo compré para el coche también estaba indicado para GLP y GNC, y de hecho se notó una sutil diferencia en los arranques en frío, ya que el coche parecía arrancar con algo más de facilidad. Además de este hecho, me llevé una gran decepción al cambiar el filtro del aire. 

Nunca lo habían cambiado, a pesar de haberlo cobrado en dos ocasiones. Estoy totalmente seguro de este hecho, ya que tenía una cantidad de hollín desmesurada, y ni tan siquiera se podían leer las letras que suelen indicar la marca. Os adjunto una foto, juzgad vosotros mismos. 

Prueba Fiat Bravo GLP. Filtro de aire

Además, dañaron las roscas que soportaban el filtro, que se fijaban con tornillos. Este hecho lo corrigió a petición mía el taller oficial al que llevaría después el coche, ya que me propuse no volver a ir al anterior. No me cobraron nada por el hecho, pero les sorprendería encontrarlo así.

A los 80.900 km el coche visitó de nuevo el taller oficial, otro distinto al que solía llevarlo y dónde lo compré, para cambiar las pastillas de freno delanteras, y el filtro de GLP. En este caso el coche había estado funcionando sin problema y de nuevo, culpa mía, se llevó algo más tarde de lo que tocaba a la revisión. 

Se les comentó también a los mecánicos el sonido metálico antes descrito, que se observaba al girar a cierta velocidad la dirección, y me indicarían y lo reflejarían en el parte que extrajeron una piedra de una de las zapatas de freno, con lo que achacaban el ruido a eso. Era plausible ya que como he indicado antes, había sufrido un reventón en la rueda por unas rocas. Nunca solucionaría el tema del ruido, y de hecho me acompañó hasta que cambié de coche. 

A los 92.000km empezó la auténtica juerga. Llevaba un tiempo observando consumos algo superiores a la media, y el coche volvió a ser incapaz de circular de forma continuada usando GLP, y se encendió la temida luz de fallo de motor. A pesar de eso, el coche funcionaba correctamente en gasolina, y en ocasiones también a GLP. 

Se llevó a taller oficial para diagnóstico electrónico, que concluyó que no había ningún fallo, y se me recomendó una limpieza de inyectores mediante aditivado, que realizaron en el propio taller. El coste fue de 144 €, y borraron el error. La limpieza de inyectores se realiza aplicando un bote con una suerte de gas al GLP, con el depósito lleno. Estos aditivos son comunes en Italia, pero en España eran difíciles de encontrar en ese momento, de hecho en Amazon debía pedir el producto a un vendedor en Italia. La explicación fué la misma que anteriormente, literalmente apuntaron al carburante como problema, y me indicaron que el gas provocaba el manchado y la acumulación de restos en los inyectores y en la cámara de admisión. Esto es algo que luego iba a constatar (por desgracia no tengo la fotografía de cuando se cambiaron los inyectores posteriormente, pero no adelantemos hechos) pero en ese momento no pude si no dudar de lo que me estaban diciendo, ya que no tenía ninguna prueba. De hecho, les pedí que me lo pusieran por escrito, ya que si esa era la causa iba a proceder a reclamar al suministrador del carburante, en este caso Repsol, ya que en mi zona ningún otro proveedor disponía de surtidores de GLP. Se negaron en rotundo a esto, lo que sólo hizo que aumentar mis sospechas sobre la posventa de la marca. 

El problema del cambio de GLP a gasolina continuó aún con la limpieza del sistema de inyectores, así que me planté en otro taller, uno que realiza adaptaciones. Fueron muy amables y sinceros, y ya desde un primer momento me dijeron que no tenían ninguna experiencia con adaptaciones de fábrica, ni tan siquiera habían visto un vehículo al que la propia casa le hubiera adaptado el motor a GLP. Se quedaron muy sorprendidos al ver como estaba implementado el sistema tanto de cableado como la inyección, y me enseñaron como ellos montaban un sistema en un coche, un Citroën C4 en este caso. También habían tenido problemas de inyectores en algunos coches adaptados, y recomendaban limpieza preventiva cada 20.000 km. Casi todas las conversiones que habían realizado eran de coches del grupo PSA, algún Toyota y poco más, siempre todas de inyección indirecta. En este taller fué donde me cambiaron las bujías, cobrándome por ellas 44 €. Se negaron a cobrarme el diagnóstico, alegando que les había servido para aprender mucho al respecto, aunque habían estado varias horas con ello e incluso habían hecho pruebas de conducción con mi coche, e incluso habían borrado el fallo de motor que les apareció cuando lo probaron. 

A los pocos kilómetros (93.384km) se llevó el coche de nuevo, con luz de fallo de motor encendida y para hacer el mantenimiento. Esperaba solucionar ambas cosas ya que se achacaba el problema al filtro. El coche seguía dando los mismos problemas, no había ningún síntoma nuevo y esperaba poder solucionarlo fácilmente, como hasta ahora. En esta revisión se volvió a cambiar filtro de estado gaseoso de GLP, aceite, filtro de aire y filtro de cabina. Además, cambiaron las bujías de nuevo, sin preguntarme al respecto, y cuando les indiqué que se habían cambiado recientemente me indicaron que las bujías que llevaba montadas no eran adecuadas al uso de GLP. Este hecho lo constaté yo mismo ya que al dármelas estaban muy, muy dañadas, con los electrodos e incluso la camisa ennegrecidos y con hollín, sin duda muestra de una mala combustión. Por desgracia no tengo fotografía de la pieza, aunque me las entregaron, incluido el filtro del aire antiguo, ya que con los antecedentes de lo acaecido anteriormente pedí todos los consumibles que hubieran estado instalados. 

La operación tuvo un coste de 379.20 €, y en el momento de llevarme el coche del taller, no sólo volvió a aparecer la luz de fallo de motor, sino que el coche se detuvo y no volvió a arrancar, pocos metros después de salir. Inmediatamente corrí al taller, donde dos mecánicos consiguieron arrancar el coche y meterlo de nuevo dentro, funcionando a gasolina y con un sonido que denotaba que algo grave ocurría. El ralentí estaba inestable, subiendo de golpe a las 2000rpm y volviendo a bajar hasta las 800 de forma constante, y la luz de fallo de motor parpadeaba en naranja intermitentemente, síntoma según me dijeron que la centralita trataba de corregir el fallo. Nunca antes había mostrado problemas con el funcionamiento a gasolina, y tampoco antes había mostrado ese comportamiento la luz de fallo de motor. 

De nuevo en el taller, se realizó diagnóstico y arrojó un fallo de inyectores. El presupuesto en este caso ya se iba a disparar, pero necesitando el coche y sin tener muchas opciones, ya que además el coche debía pasar ITV en breve, se procedió al cambio de la rampa de inyectores, con un coste de 805,45 € en total, incluida la mano de obra y demás. 

Sólo la rampa de inyectores ya valía casi 600 €, y suerte que el coche era de inyección indirecta, además de la mano de obra. La verdad que sabiendo lo que vale un inyector diésel, ahora me parece hasta barato, aunque en el momento me tiraba de los pelos. Me regalaron unas entradas para ir a ver al Athletic Club como cortesía, y lo tuvieron solucionado en menos de 72 h, a pesar que la pieza venía de Italia. Pedí que me dieran la pieza, cosa que hicieron, y en efecto mostraba unas manchas blanquecinas en toda la rampa de inyección, parecían restos o adherencias. La conservé un tiempo, lástima no haberle hecho foto, ya que con la última mudanza debo de haberla desechado o dejado olvidada. Se veía perfectamente que la pieza estaba en malas condiciones. 

Una vez solucionada la avería, el coche funcionaba de nuevo correctamente, pero mi paranoia con el gas ya había llegado a niveles alarmantes. Había ido recabando toda la información que había podido, a través de internet y también con algunos talleres adaptadores de la zona. No obtuve ninguna información completamente uniforme, lo único común que me decían era que no era conveniente funcionar siempre a gas y que la calidad del carburante que se comercializa en España no la daban por descontada. Algunos talleres contactados recomendaban limpieza de inyectores mediante aditivado, cada 20 o 30.000 km. Otros no lo hacían, pero sí recomendaban gastar un depósito de gasolina cada X depósitos de GLP. 

Visto como me estaba saliendo el negocio, y con la necesidad de un coche más práctico para mi día a día, que implica cargar tablas de surf, empecé a mirar furgonetas pequeñas, y acabé comprando una Kangoo dci. Quizás escriba un análisis de ella. 

En lo que a mí experiencia personal se refiere, si en el momento de compra del coche me hubieran comentado alguno de estos aspectos, probablemente hubiera hecho la compra igual, y hubiese seguido las indicaciones de mantenimiento referente al uso no continuado de gas, y el uso del aditivo. También hubiera sido más concienzudo con los plazos de mantenimiento, creedme que no voy a cometer el mismo error con ningún otro vehículo. 

Pero esta fué mi experiencia. Leyendo encuentras absolutamente de todo, desde motores que han tenido que ser completamente reconstruidos (japoneses, sobre todo), con recesiones de válvulas e incluso gripados, hasta coches que llevan cientos de miles de kilómetros funcionando a GLP sin problema alguno. La mayoría de problemas de inyectores acaban en cambios de estos, y los problemas de filtros son habituales también.

Creo que hay poca formación en los talleres y menos fiable aún es la información que encuentras foros, ya que como lo que yo he escrito, son experiencias personales y son muy condicionales, debido al uso y mantenimiento particular de cada vehículo. Mi coche se condujo el 98 % del tiempo a GLP, ya que mi intención era ahorrar lo máximo posible en carburante, y de paso, ser algo más ecológico, o eso tenía entendido. Seguramente coches iguales que se hayan conducido de forma menos programática, alternando más los dos carburantes, no hayan tenido ningún problema, pero la realidad es que me parece muy poco práctico comprar un coche con un carburante que no vas a poder usar siempre, debiendo controlar el uso que haces de él, y más cuando sabes que es mucho más barato circular con ese combustible y teóricamente “más verde”. 

Al recabar información antes de comprarlo, encontré datos que se referían a un refuerzo realizado en las partes susceptibles del motor por el uso de GLP. En el concesionario me confirmaron esa información, y ese refuerzo suponía yo que garantiza mayor tranquilidad, con los asientos de válvulas reforzados. Es un motor que tiene fama de duro, y no he encontrado versiones con problemas de recesión de válvulas, además de haberse montado en infinidad de coches, desde Pandas de 70 CV a distintos modelos Abarth de potencias mucho más altas. 

En cualquier caso, me pareció una buena compra, me iba a ahorrar dinero ya que el precio era bajo y el equipamiento bueno, y encima funcionaba con un carburante barato y ecológico. Y viéndolo así, hasta lo volvería a comprar, ya que viendo los números salieron esos 115.00km mucho mejor que casi con cualquier otro coche.  Una media de ocho litros de GLP, unos 5€ los 100km, a lo largo de 115.000km. Nada mal. ahora tengo una Kangoo con el 1.5dci y estoy encantado con el consumo (5.4-5,6 lts/100km), aunque no iguala las cifras de coste por kilómetro. La lástima fue que acabé gastando lo mismo prácticamente en averías y mantenimiento que en carburante, y a pesar de eso, no quedé descontento con el coche. 

Mi coche me gustaba, aún sin ser un coche deportivo me agradaba su conducción y manejo, incluso tener que estar atento para repostar en viajes, y así poder aprovechar al máximo la ventaja del GLP a nivel de gasto (hace unos años había muchos menos surtidores de GLP). 

Si quedé descontento con algo, fue con la posventa en cierta medida, pues no me dieron nunca una certeza de que sabían que pasaba. Tampoco sé hasta qué punto los problemas que tuve fueron culpa suya, mía, del carburante, del motor… Me da rabia porque seguro que hay quién pensará que claro, es un coche italiano, pero no es así, las marcas italianas son y sobre todo, han sido, grandes innovadoras tanto en lo técnico como en lo estético, y la cantidad de marcas deportivas italianas que hay no las iguala ninguna otra nacionalidad. 

En spritmonitor están todos los datos, si alguien los considera de interés, que lo haga notar en los comentarios y los pondré todos. 

No es que vaya a desaconsejar a nadie que compre un coche de GLP, pero sí que busque información al respecto y haga una compra bien informada, sabiendo los pros y los contras, y sobretodo, que se asegure de contar con uno o varios mecánicos que puedan trabajar con el coche, sin depender de un sólo taller. 

El aspecto económico debe ser clave si se plantea hacer la compra de un vehículo así, eso y poder acceder a zonas restringidas en ciertas ciudades, aunque francamente yo soy de los que cuando me muevo por mi ciudad, o voy en transporte público o voy a pié.

En cualquier caso, si no realiza más de 15.000km al año no creo que merezca la pena, por la diferencia de precio que suele haber entre las motorizaciones adaptadas y las que no lo están, y el consumo “adicional” que tiene un vehículo funcionando a GLP. Quizá ya lo sepa, pero el GLP tiene menor densidad que la gasolina, con lo que hay que inyectar mayores cantidades de carburante y por ende consumir algo más. Las diferencias entre funcionar con gasolina y glp en este coche eran de menos de un litro, con lo que seguía resultando muy económico. Además de esto, hay que tener en cuenta que el tener instalado en sistema de GLP conlleva que en los mantenimientos también vamos a pagar algo más, además recomendaría realizar el aditivado preventivo cada 20 o 30.000km para evitar experiencias como la mía, o al menos, comentarlo en el taller para ver que dicen. Hay que tener en cuenta que además de los consumibles debe cambiarse el depósito de combustible, en el caso del Bravo eran 10 años. 

Nunca entendí muy bien a cuenta de que hay que cambiar un depósito, por mucha presión a la que vaya, lo recomendable sería revisarlo y si es pertinente cambiarlo, ¿no? Y más siendo un depósito bastante más resistente que uno de gasolina, que suele ser de plástico. Pero bueno, ahí está en el libro de mantenimiento y debería seguirse. 

Por otro lado, hay que tener en cuenta la red de repostaje y el precio del carburante. Cuando compré el coche, llegué a poder repostar a 0,42 cts/litro, ahora roza los 0.75 cts/litro en la mayoría de gasolineras, aunque sí que es cierto que hay muchas, muchas más. Con el precio de ahora, si el coche consume 7 litros de gasolina y 8 de glp, la diferencia ya no es tanta…hay que echar cuentas. 

Sobre el tema ecológico, hay alrededor de un 10% de reducción en emisiones de CO2, que algo es, y casi nulas en óxidos nitrosos en coches de inyección indirecta, pero si nos ceñimos exclusivamente al tema ecológico, un híbrido (enchufable especialmente) va a ser más cómodo y menos contaminante por ciudad. 

Incluso algunos coches diésel por carretera, y los nuevos diésel con los sistemas adblue y demás se supone que no emiten la barbarie de óxidos nitrosos que antes emitían. De nuevo, no hay una solución para todos, cada uno debe ir a la que más se le adapte, sin prejuicios. Yo nunca creí que compraría un diésel después del GLP, pero… 

Un saludo, y gracias si habéis llegado hasta aquí.

Enric Tejerina