Un amigo, que vive en Alemania, ha leído la entrada de ayer. Me ha enviado la foto que yo no tenía y que eché en falta. Gracias.
(Recuerden que tienen una dirección para enviarme lo que quieran: teletransporte(arroba)km77.com )
Esto sí que es amor. No se pierdan el detalle del recubrimiento de los retrovisores.
Lo de los retrovisores tiene como función evitar que se peguen los mosquitos. 🙂
Eso es patriotismo, cosa que falta un poco en España…
Seguramente que las fundas sean lavables y así como dice EJ25MT5 poder evitar las marcas de los mosquitos y tener siempre los colores de la patria limpitos!
¿todo eso se considerará como extra a la hora de vender el vehiculo?
No veo relación entre la bandera y un desempeño más eficiente de la selección deportiva. No rendirán más ni mejor, no existe un desempeño mejorado por causa del adorno del vehículo familiar cuya contemplación no verán los jugadores. No veo que un jugador vaya a correr más por causa de que la familia Schmidt decore su Ford Mondeo (melameneo) con unas banderitas plásticas que corren el riesgo de desprenderse en marcha, lo que resulta potencialmente peligroso si tal circunstancia sucede fuera del tráfico urbano, a una velocidad a la que el súbito impacto contra el cristal por haberse desprendido del vehículo precedente pueda causar una ceguera instantánea o un susto que pueda acabar provocando un accidente.
Yo sería partidario de sancionar duramente a los que instalasen tales banderitas de apoyo patrio.
Y a los que lleven vuvuzuelas de esas, los emparedaría, eso seguro.
JM
Donde pone «susto», entiéndase «sobresalto», que así queda como más redondo el texto, y eso.
JM
¡Venga, don Jota! Que no le subiría a usted la moral guerrera el vernos con los coches decorados con banderas que pusiesen «¡Viva JotaEMe!». Las banderitas son una manifestación más, como es llenar los estadios, gritar animando a su equipo e insultando al contrario. El fútbol, como muchos deportes, está lleno de «talibanes».
El problema está en que ese fervor patrio y ese fanatismo desmesurado no se extiende a muchas otras parcelas de nuestra sociedad: llenar un estadio de 90000 personas o un «botellódromo» es relativamente fácil (y encima los que entran gastan dinero), apoyar una manifestación contra el pario, la violencia de género o la discriminación social del mosquito Tigre es ya otro cantar.
El fútbol -y por extensión, el deporte profesional- es la continuación de la guerra por otros medios. Nada tiene que ver el desempeño de 11 fulanos en calzoncillos que supuestamente representan a toda la población de un país con lucir los símbolos nacionales en el coche o pintados en la cara. Es lo mismo que ondear banderas asturianas pensando que así Alonso ganará más carreras. Pensamiento mágico. A los gobernantes les viene esto de perlas.
Conste que a mi sí me gusta el fútbol. Sobre todo cuando juego yo.
No tiene nada de malo, si el señor es feliz con sus banderitas, y cada vez que se sube al auto se siente reconfortado, pues bienvenido sea.
Se que quedarme afonico por gritar improperios contra el que esta delante de Schumacher no hará que se frene, ni le ceda el paso, pero a mi me distrae, y me divierte. Si ese sentimiento es compartido por todo un pais, es aun mas interesante, pero evitemos los analisis sociologicos, es simplemente un entretenimiento, porque es facil, es barato y no le hace mal a nadie. Y ojo que no soy amante del futbol ni los mundiales.
Saludos.
La bandera es un símbolo que nos indica que pertenecemos a un colectivo a una unidad. No deja de ser una transformación moderna del sentido de tribu clásico que aplicaron los estados modernos en si para sus ciudadanos.
Ciertamente en España, nótese que uso el nombre en vez de la típica expresión «en este país», hay un gran sentimiento de verguenza por ser español por varios motivos. Desde el uso intensivo y propio del régimen franquista de los síimbolos denominadores comunes de nuestra unidad, hasta los separatismos autonómicos de comunidades históricas como de las que no lo son, con nuevos iluminados que con la tontería de la banderita diferente vive del cuento. Por los inútiles del gobierno de España capitaneados por el gran necio Zapatero y los de las autonomías com el «tio tom» Montilla.
Esto hace sentir astio al pueblo llano sobre el sentido y uso de cualquier bandera y de sus colores, excepto en ocasones como en el fútbol y el peloto donde todo dios se va de la pinza.
Espero que con los años, si los sociatas no hunden antes el país, perdón España lleguemos a una situación mas natural con nuestros símbolos.
He estado dos veranos en Alemania y nunca había visto nada semejante. Madre mía, me he quedado ojiplático.
Creo que el mayor problema de nuestros símbolos no es, entre otras cosas, quiénes se apropiaron de ellos (nótese que utilizo «apropiarse» en vez de «uso propio»), sino que quienes simpatizan (sentir simpatía; s i m p a t í a) con aquella época, que son minoría, siguen abanderando sus ideologías (democráticas o no, más o menos radicales…) con la bandera de todos. Tengo también el convencimiento de que vivimos un tiempo en el que, para la mayoría de españoles, los cuentos de naciones y patriotismos (que son auténticos «best sellers») ya no valen. Es cierto que, como dice Joan, hay un sentimiento de hastío y desentendimiento que tampoco es plan.
Ahora, ¿una de sentimiento moderno a lo estadounidense? no para mí, gracias. Bueno, primero debería decir «¿¿moderno??» y luego «no, gracias».
Don, puedo asegurarle que, cuando uno se pone a hacer deporte al máximo nivel (que sabe o puede) el hecho de que haya una multitud alrededor (cerca o lejos, eso no importa tanto) jaleando y animando lo que ud hace sí tiene influencia en el desempeño de la tarea. De todas formas, le perdono, ud no lo entiende porque no ha hecho deporte nunca; como decía en otra respuesta, no sabe (ud y otros) lo que se pierde.
En todo caso, el hecho totalmente respetable de que ud no entienda ni comparta lo que significa el deporte y lo que se forma a su alrededor no significa que ud sea ni más ni menos, ni mejor ni peor, por tomar otro punto de vista y otra forma de hacer las cosas. Si no le gusta el deporte, pues no pasa nada, otras cosas le gustarán.
Hasta luego.
No acostumbra a caer en estos errores de bulto, caballero. Campeonatos de ténis, de pádel y del propio automovilismo. Y hablo de campeonatos nacionales, no de barrio. Bien, el pádel no es el fútbol, pero público he tenido y no poco. Y en las carreras también. De vez en cuando alguien pide, inicluso, hacerse una foto conmigo. Me pongo el casco.
Cuando he estado en un campeonato, la escasa educación de buena parte del público me ha irritado, me desconcetrado y molestado, habiendo preferido que no hubiese público. Un grito a destiempo, un móvil que suena, un gracioso que anima a quien no está. EL ocurrente que suelta una majadería. El señor que no se sienta. El que se cree importante que entra cuando estamos jugando y nos interrumpe la concentración. Los niños de los cojones.
El público viene a ver a los deportistas, porque les gusta. Los deportistas viven de la atención que generan, pero, créame, nos tocan en lo que conozco los cojones el público a base de bien.
JM
Don, créame si le digo que no ha sido un error.
Gracias por la información.
Hasta luego.
P.D.: De todas formas, los que ud cita, no son ni representan todos los tipos de deporte.
Yo imagino que usted se refiere al baloncesto, y no sé si tanto al fútbol. La verdad es que ignoro si para estos dos deportes es necesaria alguna concentración, pero en los que yo conozco y para los que la concentración es capital, el público incordia pero mogollón.
JM
No, hombre (joer, tó hay que decirlo). Yo lo que quería es aber qué deportes practica ud.
Hasta luego.