Amigos y amigas,
¿Qué tal todo? Me estoy prodigando poco estos días, porque la vida me ha atropellado un poco. O un mucho.
La verdad es que no he visto nada excesivamente bueno, dejando de lado el reinicio de algunas de mis series favoritas como Chicago fire & PD, Bull o SWAT. Así soy yo, aún me gusta ver series con cadencia semanal. Solo me falta que vuelvan a emitir La casa de empeños y ya sería un tipo feliz.
Pronto llegará Mank, pero hasta entonces les recomiendo dos cosas.
Una de ellas es Gambito de dama, protagonizada por Anya Taylor-Joy.
Con este título me esperaba yo lo peor, pero resulta que no, que es cojonuda.
Explica la historia de una niña que resulta ser un genio del ajedrez y de cómo eso modela su relación con el mundo que la rodea. Ella está espléndida, la relación con su madre (en la ficción) es una maravilla y se ve con gusto, y -a veces- con admiración.
Efectivamente: me ha gustado mucho.
La pueden ver en Netflix.
La otra cosa interesante (también en Netflix) se llama Los favoritos de Midas.
Reconozco que después de Nasdrovia, no quería volver yo a meterme en una serie española. Además, estaba por ahí Mateo Gil, al que no soporto (con películas en su carrera como Nadie conoce a nadie y la -horrible, horrorosa- Las leyes de la termodinámica como banderas de proa. También estaba Blackthorn, que no estaba mal. Y Mar adentro, que no he vuelto a ver, pero que no me pareció horrible. No he vuelto a verla, así que no se sí habrá perdido mucho.
Los favoritos de Midas habla de un magnate español a cargo de un periódico que empieza de repente a recibir extrañas notas de chantaje de un grupo anónimo llamado precisamente así: Los favoritos de Midas. En las notas se le pide al tipo una gran cantidad de dinero a cambio de que un montón de extraños no pierdan la vida.
Ahí empieza a interesarme la serie: en la idea de que no es la vida de uno lo que protegerías si pagaras, sino la vida de un montón de desconocidos. Creo que es uno de los grandes hallazgos de una serie extremadamente entretenida.
La otra gran cosa es la interpretación de Luís Tosar, un tipo que al principio me parecía un actor prometedor, con cosas tan bonitas como su papel en Los lunes al sol. Luego se torció un poco con pelis que me importaban dos pitos, incluyendo esa ridiculez llamada Quien a hierro mata. O algo así. No recuerdo ni cómo se llamaba.
La excepción fue Miami Vice, que me encantó y en la que él estaba estupendo.
Él le da el empaque necesario al personaje y hace creíble la trama. También está magnífica su parteinare, Marta Belmontes, que interpreta a una periodista que destapa un asunto muy sucio en Siria, con ramificaciones españolas.
La serie aguanta bien (son solo seis episodios), entretiene, aloja hasta cierto nivel de reflexión y tiene un final potente. Ah, y sale Willy Toledo que -la verdad- está magnífico. Ni entro ni salgo en otras cuestiones: el tipo está francamente bien.
Échenle un ojo, de verdad.
Y luego vienen aquí y lo cascan.
Abrazos/as,
T.G.
Pues yo había visto GdD hace un par de semanas, y me había encantado, y esperaba ansioso si alguien decía algo por aquí. La mirada de la protagonista es una pasada, la historia, las imágenes, la ambientación… me cuesta mucho ponerle un pero la verdad.
Y mientras esperaba, pues me he visto lFdM.
También me ha gustado mucho la ambientación, conocida y «local» para variar respecto a las sempiternas historias americanas. Y la historia también, sobre todo el detonante que comenta usted de «cuánto pagarías por proteger la vida de desconocidos». También el ambiente empresarial, y cómo suceden las cosas a esos niveles (grandes decisiones, chantajes de otro estilo, presiones, etc).
A partir de ahí, en el fondo de la historia me chirrían un par de cosas (y no me gustaría hacer spoilers). Primero lo primero, resulta que sin comerlo ni beberlo el tío hereda un imperio… ¿y no sabemos por que´? Luego, el «cambio de chip» del magnate. O algo me he perdido, o no está lo bastante fundamentado. Para mí eso son dos agujeros tirando a grandes en hacer la historia creíble.
Y luego el final, que si bien tras el «cambio de chip» era previsible… pues traiciona la historia original (The minions of Midas, Jack London), y eso de coger la idea original y cargarte el fondo, pues no me acaba de molar mucho. Es como si basándome en el libro de El Silencio de los Corderos, hago una peli y al final Hannibal había sido encerrado injustamente…
Dicho ello. Tosar, al que he visto en muy pocas películas, me gusta mucho. Y viendo la serie no dejaba de plantearme que le habría preferido en la piel del poli. Lo único que no encajaría sería su edad, que tiene una cierta importancia en la historia… pero bueno lo habría arreglado de alguna manera.
Toledo, no es que lo haga mal. Pero como digo habría preferido a Tosar ahí. Lo que no he conseguido es decidir a quién me habría gustado ver en el papel del empresario. Si fuese americana lo tendría claro, Michael Douglas.
Marta Belmontes muy bien, en ese papel puro de «la voz de la conciencia», y quizá la ayudante del poli había merecido un poco más de chicha en la historia.
Me gustaría entrar más en cosas de la historia (relacionado con los apuntes de más arriba), pero creo que es importante no hacer spoilers aquí.
Por cierto al parecer no hay ninguna intención de hacer una segunda temporada (o al menos así lo he leído), lo cual choca frontalmente con el final de ésta.
Saludos!!
Gracias por las recomendaciones, lo de gambito es un despropósito de título.
No entiendo, ¿Qué le pasa al título de Gambito de dama?
Es curioso, vi ambas series en ese mismo orden que usted cuenta la semana pasada. Consecuencias del confinamiento de fin de semana catalán, que tiene un regusto horrible distopia donde el trabajo es importante (las infecciones derivadas de esta actividad se asumen con naturalidad) y el ocio prescindible (no nos infectemos durante el asueto, que luego no se puede trabajar).
Dicho mi desvarío, gambito de dama me gustó mucho, y la prota es maravillosa. Le falta algo para ser grandiosa pero resulta de lo mejor que he visto este año.
En cuanto a los favoritos, la vi porque a mí Toledo me gusta mucho como actor y Tosar desde Celda 211 me tiene conquistado. La serie me pareció magnífica, bien grabada, buenos actores y la historia es interesantísima. Pero tiene demasiado regusto a «nadie conoce a nadie», a secta secreta y oscura, y al final se desinfla hasta el punto quedarme con cara de «me han estafado». Aun así la recomiendo por todo lo bueno que se ha mencionado.
Las series es un buen entretenimiento, al igual que las películas. Y durante el confinamiento ha aumentado considerablemente la audiencia, ya que había mucho tiempo libre. Puedes elegir la serie que quieras y si no te gusta, pues a otra. Poder elegir da una sensación de libertad que hoy en día se agradece. Sin embargo las noticias no se pueden elegir, ya que los medios suelen dar las mismas, para introducir en los cerebros lo que ellos quieren. Así las personas son manipulables y se les puede manejar fácilmente. La libertad en este caso es muy limitada. Y sólo se vive una vez y esa vida está llena de engaños, que muchos se llevan a la tumba. Y después se recuerda a aquél pobre desgraciado que aunque tenía estudios era un gran analfabeto que se creía y se sabía todas las noticias.
Una lástima, pero fue, es y será siempre así, para diversión de los dueños de los medios.