La navidad del año pasado fue el peor día de mi vida. Bueno, quizás no el peor, pero alcanzaría tranquilamente una de las tres primeras posiciones. Para no inducir a errores, no es que yo me dedique a hacer rankings de esos momentos en que todo se tuerce, pero es difícil olvidarlos.
También recuerdo que una vez inmerso en esos minutos en que parece que una tormenta de arena se te atasque en la gola, pensé ‘bueno, no puede ser peor’, pero un año después, aquí me tienen, y es peor. Tengo todo lo que me hundió el galeón en 2014 y me falta mi padre. Uno se da cuenta de que a veces es complicado relativizar, cuando parece que has perdido hasta a tu sombra, pero tampoco tenemos más remedio qué hacerlo. No tengo confianza en el futuro, porque después de 2014 pensé que ya llegaba 2015 y el segundo resulto ser más lodoso que el primero. Ahora sólo puedo pensar si el 2016 será otra ración de fango y quiero estar preparado, lo cual –quede dicho- es un disparate: nada nos prepara para los malos ratos porque eso implicaría que estamos inmersos en esa suerte de centrifugadora del pesimismo que es pensar que todo va a salir mal. Decía Sartre (ya lo he citado aquí otras veces) que “quien piensa en el infierno puede estar obligado a vivirlo dos veces” y no es que le falte razón.
Yo no creo que el hombre sea el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra, creo que el hombre coge la piedra e intenta comérsela, y cuando ve que no puede se la estampa en la cabeza. Así estamos hechos, criaturas de una ingeniera emocional a veces bochornosa, y otras veces simplemente ininteligible. Yo no escapo a ese diseño, naturalmente.
Hay una palabra inglesa que siempre me ha fascinado, ‘oblivion’. Oblivion es el olvido absoluto, cuando alguien o algo nunca vuelve a ser mencionado. A veces me gustaría residir ahí un ratito, sólo un ratito, no vayan a pensarse que deseo caer en el olvido por toda la eternidad. Tengo la impresión de que todos/as hemos caído ahí alguna vez, por voluntad propia o ajena. Como cuando uno cae en la cuenta de que si no es él/ella el que llama a sus amigos, ellos/as no le llamarían a él/ella. Ya saben de qué les hablo. Seguro.
Hasta ahí mi bonita reflexión navideña, con ganas de quemar el árbol y asesinar a Papa Noel. Con suerte el post del 24 de diciembre del año que viene será un mar de emoticonos felices, así que sigan por aquí.
Dicho esto, y esperando que no estén pensando qué cojones hacen leyendo este tipo de cosas en lugar de estar en el bar bebiéndose toda la estantería de whiskies, paso a hablar de Star wars, la película que todos/as queríamos ver y que todos/as acabaremos viendo.
He leído críticas del tipo ‘blablablabla’ sobre que si estos personajes y los antiguos no dejan que avance la trama y sobre que si se parece mucho a la primera y que si esto y lo otro y lo de más allá. La conclusión es que hay personas que no saben disfrutar, esas personas que van al cine a ver a una pareja de ancianos franceses que primero lo pasan mal y luego se mueren. Pues oiga, con todo el respeto, si van a ver una película que se llama Star wars no esperen un baño de realidad, para eso sólo hace falta salir a la calle.
Luego están los hipercríticos, esos que buscan seis o siete capas de narrativa y ven significado en un bicho peludo que sale dos segundos volando por los aires en el fondo. Es como esa teoría de la cebolla, en el que tratas de analizar que se esconde bajo cada capa y acabas llorando y con las manos vacías.
Star wars: el despertar de la fuerza, es una película cojonuda, con momentos sensacionales. Hecha respetando escrupulosamente la mitología de la saga, con amor por los personajes clásicos que convirtieron la saga en un icono de la cultura pop. Además, las aportaciones, especialmente Rey, son magníficas: figuras carismáticas que enriquecen la trama y que prometen emociones fuertes. Por si fuera poco, el final de la película contiene un momento glorioso (y muy doloroso, sin spoilers) que lleva la firma de Lawrence Kasdan, aquel guionista que nos regaló la mejor entrega de la serie, El imperio contraataca y el libreto de En busca del arca perdida.
Lo mejor: las dos horas de sonrisa en el rostro que le proporcionará el filme a los fans y las dos horas de diversión que proporcionará el filme a los que no son fans. Si hay una cosa que se puede decir de El despertar de la fuerza es que es la mejor película de aventuras que vemos en un lustro. Parece poco, pero no lo es.
Feliz navidad amigos y amigas, que la suerte les sea propicia.
T.G.
Qué ganas de ver Star Wars, caerá esta Navidad, ojalá me den una espada láser con la entrada, para rebanar cabezas a quien moleste en cine. Como siempre su post genial, que gracia lo del bicho peludo.
Me encantó la del Puente de los Espías, hasta el punto que pensé que todas las demás películas que he visto durante el año eran basura. Un «one perfect shot» detrás de otro.
Nosotros seguiremos aquí, somos muy fanes. Nos hace reír mucho, pero como escribe Ud. tan bien, nos hace sentir lo horrible que puede ser la vida a veces… O igual es que siempre es así, pero que hay veces que generamos alguna sustancia que nos hace verlo menos. Le deseo lo mejor para el próximo año. Eso del olvido me ha recordado un cómic que me recomendó un amigo «Midnight Nation», no es que sea una obra maestra pero es muy entretenido, mezcla un poco de novela negra y ficción, y un poquillo de metafísica ( quizás esto es exagerado)
Saludos y felices fiestas a todos.
Victor Frankl sobrevivió a un campo de concentración donde perdió a su familia y aun así encontró sentido a su vida. Por favor, busque su libro, «el hombre en busca de sentido» y lealo cuando le sea posible.
Feliz Navidad.
Totalmente en desacuerdo. Fuimos 5 a ver la peli y no nos gustó nada a ninguno, y eso que algunos eran fans. Han reciclado todo el material disponible de películas anteriores, sus tecnologías (las de la resistencia y las del imperio) no han evolucionado en todos estos años y el guion es una mierda. Los efectos sin nada nuevo salvo unas cuantas cosas, las naves recicladas y la estrella también: Un desastre. Francamente, se confirman las críticas que había leído desde Italia: Una gran decepción en todos los sentidos.
Pues un servidor disfrutó como un enano en la peli. Aventuras a lo bruto, con ritmo y un poco de espíritu gamberro.
Pero hombre, si el malo no es creíble, es un chaval feo, orejudo, nasón…. y mindundis.
Y en todos los planetas se puede respirar como en casa, sin traje espacial
Y la chica, sin ningún entrenamiento……Y no digo mas por si alguien no la ha visto
A mi también me ha encantado!! Ha respetado muchísimo las originales, tanto que podía haberse estrenado unos años después. Me han gustado mucho los protagonistas, me caen todos muy bien. La chica me encanta. Eso si, me dió un ataque de nostalgia que casi acaba conmigo…
Saludos.
Yo no puedo añadir ni restar una coma a lo que cuentan aquí sobre la infame, ignominiosa, maldita película basada en Star Wars: http://www.jotdown.es/2015/12/star-wars-vii-el-despertar-del-enganabobos/
JM
Pues no digo que no tenga razón, pero yo veo un poco exagerada la crítica del artículo, es como decir, por poner un ejemplo; » El fútbol es 11 tíos corriendo detrás de una pelota» pues no te voy a decir que no, pero está claro que no quieres ni te apetece ver nada más. No se si me explico. Claro que según al artículo si te gusta la película eres un descerebrado sin criterio, así que igual tampoco tengo mucho que opinar.
Saludos ( one more time)
Yo no he visto Star Wars, pero sí que vi dos películas que me gustaron mucho últimamente: «Isla Bonita»de Fernando Colomo y «Sicario», con Benicio del Toro como uno de los protagonistas. La primera, una película con un estilo Woody Allen, pero que en lugar de transcurrir en la gran manzana, transcurre en Menorca. La segunda, una película de acción sin violencia gratuita, pero sí justificada.
La he visto. Además en 3d, no es necesario pq no es muy bueno. La película es bastante mala, una vulgar copia de la primera entrega. Algunas escenas de accion no están mal pero el contexto las mata.
Comprato completamente el comentario #7JotaEme
salu2
Pues como dirían Hernández y Fernández, yo aun diría mas. Cuando en el articulo que menciona JM (y en la peli, claro) dicen hablando de la estrella de la muerte eso de:
*Gracias a esa enormidad, el engendro es capaz de drenar por completo la energía del sol y proyectarla sobre un sistema planetario*
Pero oigan, que el sol, el único que se llama sol, lo demás son estrellas, cada una con su nombre propio ESTÁ A AÑOS LUZ, EN OTRA GALAXIA DISTINTA. EL IMPERIO QUEDAMOS HACE MUCHO QUE ESTÁ EN OTRA GALAXIA MUY MUY LEJANA!
Parece mentira, y yo aquí sin venderle a Hollywood un guion de los míos, que son estupendos.
Roger, roger.
Me lo temía.
¿Saben por qué no se ha rodado una versión en 3D de la versión en color de la versión sonora de la película original (muda en blanco y negro bidimensional) de Fairbanks basada en la novela «Ben Hur»?
Seguro que a ustedes se les ocurre más de una razón. O aunque solo sean motivos. Pero tranquilos, que los de Disney seguro que tienen en proyecto rehidratar las «frías manos» de Heston para que pueda soltar el rifle y agarrar de nuevo las riendas de una cuádriga.
¿Dónde quedaron aquellos comics de los últimos años 70 que continuaban la lucha de la Alianza Rebelde y las aventuras individuales de los personasjes de Starwars (la 1ª y única)? Eran historias completamente originales, sin repetir la misma trama, como en la 2ª y la 3ª, dos mitades de lo que a mí incluso siendo crío me pareció un culebrón. (Vos no podés besar a Lía, porque sos hermanos y tampoco podés matar al boludo de Vader [Father en holandés] porque sos su hijo. ¿Byte? Digo, ¿viste?)
En fin, que si con menos de 15 años las 2 mitades de la versión extendida culebronera de Lucas no me parecieron más que una forma descarada de ganar pasta a costa de los pánfilos adolescentes estadounidenses, esto de Disney no tiene nombre.
O sí: Previsible. Porque Disney Corporation es a la cinematografía lo que los fabricantes de coches a la automoción: Reaprovechamiento constante de dibujos, de personajes, de temas, de…
Mientras la gente trague…