Escribir ebrio debería estar reservado a Bukowsky, Pynchon, Ballard, Dick (a éste le permitimos incluso las drogas) y Hemingway.
Por eso, cuando ayer llegué al hotel, después de una cena larga y densa, decidí renunciar a plasmar mi melopea en este blog. Era una melopea malsana y desordenada y me hubiera perdido en vericuetos que nada tenían que ver con lo que realmente quería contar.
Ayer cené con dos de mis mejores amigos de Madrid. Siempre hago la distinción entre mis amigos de Barcelona y los de Madrid, porque a los primeros les veo más y a los segundos les echo realmente de menos, con esa morriña que se tiene por las cosas buenas. Por las cosas que uno sabe que son buenas.
Uno de ellos (no lee este blog, tampoco tiene importancia que su nombre aparezca aquí) está casado con una mujer maravillosa. Y si alguna vez he creído (ya no lo creo) en el concepto de media naranja ha sido viéndoles a ellos. Dos personas que se tienen el uno al otro.
Hace cinco años (cuando ella tenía 25) le diagnosticaron un tumor cerebral inoperable. Nadie le puso fecha de caducidad, probaron la quimio, ella pareció recuperarse. Después el maldito tumor volvió y vuelta a empezar. Después volvió. Y volvió.
Ahora ella (siempre la llamamos ‘ella’, como si por el hecho de no decir jamás su nombre le quitáramos algo de peso a todo. Como si el piano de cola pesara algo menos) se encuentra en esa fase en la que empieza a tener dificultades para hablar, ha perdido capacidad psicomotriz, y lo que antes eran unas horitas de cama, ahora son días enteros allí.
Él nunca habla de esto. A veces dice ‘hoy ha sido un mal día’ y le ponemos la mano en la nuca y le miramos y no decimos nada. Porque tampoco hay nada que decir. Ayer nos quedamos en silencio, mirando nuestras copas de vino, como si buscáramos algo en el aire, alguna promesa de algo mejor. Lamentablemente, ninguno de los tres creemos en los milagros, así que nos quedaba la opción de simplemente llorar. O soltar alguna frase grandilocuente. Decir ‘la vida seguirá, hermano’. O ‘mañana volverá a salir el sol’.
Pero la vida no seguirá. O al menos no seguirá igual. Y el sol saldrá sólo para él.
Así que seguimos sin decir nada. Volvimos a los chistes, a los insultos, a hablar de otras mujeres, de otras vidas (de las nuestras, no de la suya). Y de repente nuestros grandes quebraderos de cabeza parecían tan jodidamente insignificantes, tan insultantemente diminutos, que casi nos daba vergüenza seguir hablando.
Al final nos abrazamos. Con dos segundos de más antes de soltarnos. Porque somos machos, y los machos se abrazan con un cronómetro.
Pero ayer nos permitimos alargarnos un poquito más, y darnos dos besos. Y desearnos suerte. Aunque los dos le hubiéramos cedido la nuestra a él, toda.
Después me fui a tomar una copa solo. A pensar en memeces y en el ratito que dedicamos a olvidarnos de lo fácil que es que a nuestro alrededor todo se derrumbe en un minuto.
Y recordé aquella frase que a veces oigo de boca de personas a las que considero inteligentes: “Todo pasa por una razón”. Como si Dios estuviera de pesca con una caña o en algún lugar de la vía láctea alguna estrella que se apaga tuviera un plan para cada uno de nosotros.
Nada pasa por una razón. Todo es perversamente aleatorio, nadie tira de ningún hilo, las cosas simplemente suceden. Y me acorde de esa frase de Willem Dafoe: “No hay significado u orden en esta vida; son sólo algunos días, amontonados entre otros días, los que importan”.
Y en esa sensación de profunda tristeza disfrazada de indignación paseé hasta mi hotel con la intención de sentarme a escribir sobre la incomprensión, la apatía, la injusticia, el olvido, el perdón y la rabia que me produce ver a alguien a quien quiero sufrir por algo cuyo final parece cercano.
Pensé en la docena de veces que brindamos con un ‘que se joda el mundo’ cuando sabíamos que el mundo nos estaba jodiendo a nosotros.
Me acordé de aquellas palabras de Dante en La divina comedia, “A partir de aquí, abandona toda esperanza”. Pero lo cierto es que cuando pase lo que pasará, los tres nos iremos a un bar, nos abrazaremos, nos llenaremos las copas de vino y volveremos a brindar. Y luego, seguiremos. Sin plan, sin sueños, sin visiones del futuro. Simplemente seguiremos.
Un fuerte abrazo, sigan ustedes fuertes, pero -sobre todo- sigan.
Toni
Gracias Toni. Me has hecho pensar y disfrutar el articulo. Esos dias son los que importan.
T.G., useted tiene la facilidad de dejarme las tripas del revés con alguno de sus post (y con algún artículo que le he leído recientemente en otro medio). Recientemente el azar también se ha cruzado en distintas formas de manera cruel con amigos y conocidos. De todas formas, gracias por escribir esto. Y mucha suerte (o lo que coño sirva para darnos alguna esperanza) para ella y para su amigo.
Has expresado muy bien esa sensación que solemos traspapelar,pensando que nuestras ideas y posesiones blindan la vida, nuestra vida. Se trata de vivir con conciencia y disfrutar del viaje, porque al final siempre hay premio. Nos toca a todos. Keep on.
iba a leer su blog pensando en la proxima pelicula que me gustaría ver y me he encontrado con esta grandisima, cruda y descorazonadora entrada
chapeau!
Algunas veces sólo es necesario decirle que en este blog hace muy bien las cosas, que nos agrada leerle semana a semana y darle las gracias por seguir escribiendo.
Saludos
TG, su amigo es un tipo afortunado: va a doler, sí, pero hay muchas personas ni siquiera han visto de lejos esa felicidad absoluta. Aunque el precio a pagar es alto, siempre habrá merecido la pena, se lo puedo asegurar.
Un abrazo a ambos para lo que viene.
D.
Aleatorio como los caminos excavados en la nieve que recorre aquel chico en busca de su amada sin éxito.
Querido 4ruedas, la del cine en esta casa es mi parienta. La sensible y que me enseña lo que es el día a día también es ella.
Hágase un favor, le invito a mi casa y le doy permiso a Km77 a que le dé mi E-mail que aparece en los comentarios. No soy ni un Friki ni un paranoico (al menos diagnosticado) La casa es pobre pero caliente y la cama es buena.
El mar está cerca, la comida es buena y hay un cine «viejo» que pone las pelis que nadie ve.
El avión lo paga Vd. El resto lo pago yo. Le prometo que mal no le sentará.
P.D. Agárrese a lo que tenga, la mala racha es para muchos.
Un abrazo largo, lo de los besos me cuesta mas.
Simplemente maravilloso, nunca comento aunque leo su blog habitualmente porque nunca he encontrado una mala recomendación para una película, pero hoy tengo que felicitarle por este texto.
Cuídese mucho
No se como dirigirme a usted, le leo desde hace años pero no se su nombre. Nunca he comentado nada. Me gusta su estilo y el fondo que intuyo. Me considero una persona alegre, tengo amigos tan cabrones (a ratos) como buenas personas (siempre), disfruto de dosis de felicidad, pero siempre he creído que «la vida no es bella» como nos venden.
No hay un sentido, un plan justo y bueno esperándonos. Intento buscar y dar ese calor, ese abrazo largo del que habla, la mayoría de las veces no me atrevo y las personas no son eternas.
No le voy a dar la tabarra, no hay una receta para lo de su amigo, la vida a veces se vuelve muy fea, yo no dejo que me digan la expresión «que sea lo que Dios quiera…» porque el tal Dios tiene unas cosas… solo quiero transmitirle algo de ánimo, de confianza en el futuro, yo la encuentro en los ojos de mis niños (que no son míos, soy maestro), hay que seguir, yo soy de un barrio de tener pocas expectativas pero he aprendido que siempre hay que seguir buscando en los demás.
Una historia realmente triste, y tristemente real.
Como muy bien ha dicho, no existe una razón para nada, simplemente aleatoriedad. No creo en los milagros, pero sí en la esperanza. A lo mejor dentro de esa aleatoriedad del mundo aún queda alguna pequeña probabilidad. Hay un oncólogo español que tal vez pudiera incrementarla algo, y aunque sea difícil, mi conciencia me obliga a compartirlo con usted por si acaso:
https://www.youtube.com/watch?v=IMNbLqqMJ60
Como dije antes, no creo en los milagros, pero siempre he pensado que si no luchas ya has perdido.
Mucha suerte a su amigo.
Un abrazo, Toni. Un abrazo largo y fuerte.
Los abrazos tendrían que servir para algo. Agarras a alguien con fuerza, lo aprietas, llora, sigue llorando, te aprieta, quiere algo, queremos algo. Lloramos apretados. Mierda. Lloramos. Para qué sirve el abrazo. No lo sé. Lloramos juntos. Lloramos más. Apretados. Acompañados. Solos.
Quien te falta nunca está.
Un abrazo amigo.
Hola.
Que lo sepa, no leerle a VD. debería ser considerado crimen de Lesa Humanidad.
Con tan pocas líneas de texto es VD. capaz de voltear el mundo y definirlo exactamente tal cual es.
No deje de aparecérsenos
Estimado T.G, que Ud escriba y que nosotros le leyamos, siempre deviene en quitarle un poco de entropía a nuestro pequeño entorno, y retrasar aunque sea un poquito los efectos del azar, del caos, aunque sea a nivel mental de los lectores; simplemente gracias por ello.
A mí también me han llegado aseveraciones del tipo “Todo pasa por una razón”, incluso procedentes de manera sorpresiva de alguna persona por cuyo perfil menos me puedo esperar algo así. Yo tampoco me lo creo.
Yo diría que todos los lectores nos sumamos a ese breve pero intenso, abrazo de amigos, y desearle que la mujer de su amigo tenga la mayor placidez y menor sufrimiento posibles en lo que le quede de vida.
http://pijamasurf.com/2012/08/genial-entrevista-de-stanley-kubrick-en-playboy-sobre-el-significado-de-la-vida-el-renacimiento-y-la-luz-de-la-psique/
Un abrazo.