Aún no he podido ver Extraterrestre, de Nacho Vigalondo, intentaré verla este lunes para después contarles qué tal. De momento he oído de todo, con individuos/as diciéndome que ni se me ocurra y otros individuos/as cantándome sus excelencias. Alguno de ustedes/as ha ido a verla?
Dicho esto, en realidad este post va a ser breve (prometo actualizar el martes con lo de Vigalondo y alguna otra cosa interesante… o no) porque con él quiero dar espacio a una anécdota que el otro día me contó un amigote y que creo que ilustra muy bien las coordenadas del país en que vivimos.
La historia empieza con un pase de Luces rojas, la película de Rodrigo Cortes (¿han visto ustedes/as esa?) en una localidad situada en el cinturón industrial de Barcelona. La curiosidad (y motivo de la visita a ese cine en concreto) es que era una de las pocas salas donde la película se proyectaba en versión original.
Así que mi amigo, acompañado de media docena de personas más, todas dispuestas a ver la película en versión original, llegó al cine, compró las entradas y entró en la sala.
Allí solo había una pareja, de treinta y tantos, sentados en la última fila.
Ellos (mi amigo y los suyos) se sentaron en el centro de la sala a esperar a que empezara la película.
Luces rojas arrancó con puntualidad y cuando llevaba aproximadamente cuatro minutos de proyección oyeron unos gritos, una discusión que parece que iba a más: el tipo de atrás se levantó y salió de la platea a toda prisa. Su pareja sacó el móvil y se puso a hablar con alguien a un fuerte volumen.
Mi amigo, entre intrigado y molesto le dijo a ella: “¿qué pasa?, ¿hay algún problema?”.
Ella, apurada, dejo por un momento de hablar por teléfono y dijo:
-“Oye, estos tíos no hablan en español, ¿verdad?” refiriéndose a los actores de la película, que –obviamente- hablaban en inglés.
-“Sí, claro, la película es en versión original” respondió mi amigo.
-“Ah, ¿entonces no es la película que está mal? Es que estaba llamando a mi hermana que vino ayer a verla por si ella sabía por qué no hablaban en español”.
Entonces, cuando más se enrocaba la conversación, entro de nuevo en la sala el tipo que se había marchado. Se posicionó delante de la pantalla y exhortando a todos dijo:
-“¡Vamos!, ¡vamos todos!, ¡vamos!, ¡larguémonos de aquí, esto es una vergüenza”.
A ver que ninguno de los otros espectadores se levantaba les increpó.
-“¿Qué os pasa?, ¡vamos!”.
Mi amigo se levantó y le dijo que no pensaban irse porque habían pagado por ver la película en versión original y que era eso –justamente- lo que estaban haciendo.
El tipo se indigno, dejó de hacer gestos, le dijo a su mujer que fuera tirando y plantado en la puerta de salida y antes de irse gritó:
-“¡¡Estoy hasta los cojones de leer!!”.
T.G.
P.D.: les dejo que hagan ustedes las valoraciones pertinentes…
Sí, bueno, lo normal en el país. No es culpa suya; los fabricaron así.
Estas historias son inventadas ¿no?
Termonucelar. YA.
@3: Mejor infección de virus que los transforme en zombis. Así se les podrá pegar un tiro sin remordimientos. Digo yo. 😛
Sera para tanto??? Si yo fuera capaz de inventarme algo así no estaría aquí sino en Hollywood, hinchándome a ganar dinero.
Pa mear y no echar gota.
Bueno, leer, leer, lo que se dice leer, no ha leido mucho el pobre hombre. Si lo hubiera hecho, no estaría en ese cine 😛
@3 Pero YA!
No todo el mundo está capacitado (y no es broma) para seguir una película al mismo tiempo que se lee.
Ahora, eso sí, lo de vociferar y montar el pollo, no estoy conforme.
Saludos
Impresionante. Bueno no, increíble.
Que leches, aquí es normal.
Adiós, que estoy cansado de escri…
Si me llega a ocurrir a mí, tras el pollo me habría inundado una paz y una satisfacción… tras 5 minutos de filme ya sabes que la entrada ha merecido la pena jajaja.
¡Venga ya!.
No me lo creo.
No cabe un tonto más, España va a reventar. Encima los inteligentes emigran porque no hay trabajo.
¡Buah! Eso pasa continuamente. ¡Ah! qué divertidas deserciones de papás con niños pequeños cuando proyectaron «South Park: La película» y sonaban las primeras notas de «Eres un c…, h… p…, un c… p… h… p…»
Elijan el Air Lauched Cruise Missile, y todo irá bien:
http://www.nucleardarkness.org/nuclear/nuclearexplosionsimulator/
(Todo esto les pasa a ustedes por no ir a la mili, por juntarse sólo con gente de su entorno, de su instituto, de su facultad, de su multinacional. Si conocieran a la otra España no se sorprenderían, hombre.)
Puedo entender hasta cierto punto el enfado del pelocenicerista maduro, al no saber a dónde se metía -no su reacción, que se joda-. La película, especialmente en su primera parte, contiene parrafadas insustanciales de la Weaver adornadas de una supuesta trascendencia-inteligencia abrumadora que en realidad son un peñazo insulso, verborrea ineficaz.
La peli, cosas interesantes en particular, aburrida en general, el toque de Hitchcock sigue bien presente, el entorno televisivo en la era de Internet, desconcertante y algo cutre. Como con en El Concursante, el amigo del Goya como una olla demuestra que es un tío brillante, y también que derrapa de nuevo por pretencioso.
Y maldita la necesidad de hacer otra vez El Sexto Sentido, y ya lo del «resumen inside» del final de la peli, al estilo del cine más palomitero para que lo entienda hasta el más tonto… ¿Una imposición de alguien? Mi no entender.
Esto es España…desgraciadamente. Y a los que no nos gusta, nos vamos.
Mucha suerte para los que se queden (la van a necesitar).
Pues la España que yo conozco no es tan mala como para irsei, no se será que no me fijo demasiado.
A su amigo le destrozaron 4 minutos de pelicula pero le dieron una anecdota de por vida, la gente es generosa en este pais
Lo que dijo realmente fue: hestoi arto di leer los sustitutos.
Bueno, eso de que los inteligentes se las piran y el resto se queda aquí es tan jodidamente pretencioso que tira de espaldas.
Con el mismo tipo de argumentación podría decir que es como las ratas, que son las primeras en abandonar el barco. A lo mejor es más fácil darse el adiós que quedarse en el país intentando poner firmes a los políticos de turno para que esto deje de ser la monarquía bananera que sigue siendo. Pero claro, lo mejor es salir por piernas. ¡ya te digo!
Palurdos los hay en todos lados, aquí, y como decía el otro, en la China Popular. Ni los españolitos son tan estúpidos y vagos como algunos nos quieren hacer creer, ni los alemanes tan eficientes o los suizos tan piratas, hay de todo en todos lados y no tiene mucho arreglo.
En cuanto a las películas en versión original: ¿os habéis planteado que hay bastante gente que va al cine y que no puede leer los subtítulos? bien porque son ciegos o deficientes visuales, bien porque tienen vista cansada, bien porque no son veloces leyendo o simplemente porque leer y ver la película los distrae? Pues sí, las versiones originales están muy bien, pero eliminar el doblaje es una memez.
#4 ¿Tiene Ud. 47.190.500 balas? ¿Y un arma de repetición que no se encasquille ni se recaliente antes de haber liquidado al último de los analfabetos funcionales?
#13 Me ha amargado Ud. la noche. Ahora sé que el agujero negro que es Madrid no podría ser destruido completamente. Ni con el pepino de 1.300 kilotones de los yanquis se arrasaría todo el término municipal. Sobrevivirían los PAU de mierda construidos el decenio pasado.
Lo peor de todo: La Peineta y el «estadio Alfredo di Stéfano» sobrevivirían. Ni una guerra nuclear acabaría con los espectáculos (balompédicos) de masas.
#18 Tiene Ud. razón. La emigración por motivos económicos la realizan los peor adaptados a su entorno.
Hay albañiles que se han bajado al moro o se han ido a Sudamérica para poder seguir trabajando de lo mismo. Como en los años 50, 60 y 70 nuestros abuelos y padres.
Pero también hay profesionales con titulación universitaria que aquí no encuentran empresas que les empleen o que les paguen más de 25.000 € brutos por más de 40 horas semanales.
Según Ud, los que no son listos se van a otros países a trabajar para empresarios de verdad, que les emplean para hacer cosas serias, de las que luego España importa porque nuestros empresarios no las saben fabricar. Y, claro, les pagan más de 50.000 € por 40 o menos horas semanales y con jubilación a los 60 años, como la tenía Francia hasta que la retrasó Sarko. Pobres tontos, ¿verdad?
Al final aquí nos vamos a quedar las personas ya mayores y demasiado arraigadas. Bueno, y los que sí son listos: Los enchufados por los concejales, por los empresarios y por los directivos de según qué empresas. Y, los más listos de todos, los que trabajan por 1.000 euros y se dan por satisfechos porque otros no encuentran trabajo.
Como ve, nos quedamos los mejor adaptados y se van los que no pueden aguantar que la octava potencia mundial (juajuajua) solo lo fuera a base de multiplicar el precio de los ladrillos.
Amigo Juan, me temo que eso de los subtítulos que usted cuenta no se aplica al señor que estaba hasta los cojones de leer. Ni a él ni a su acompañante. En todo caso, el doblaje no debería ser la panacea ni la versión original una cosa de cuatro tarados. Es triste que en este país haya personas que nunca hayan oído la voz de Daniel Day Lewis, Pacino, DeNiro o Clint Eastwood. El que no haya oído a éste último en su versión original simplemente se ha perdido el 50% de Eastwood. En todo caso yo nunca he tenido ningún problema para encontrar la versión doblada de una película: para encontrar la versión original ni le cuento la de vueltas que me he visto obligado a dar. No es cuestión de esnobismo, ni por dar el cante, a mi me gusta oír las voces de verdad, no las que un tipo les ha grabado encima. ¿Soy raro? En este país nuestro seguro que sí.