Creo que ya hablamos en un post de ese realizador llamado Quentin Tarantino, el tipo que hizo películas como Kill Bill 1&2, Jackie Brown, Pulp Fiction y Reservoir Dogs (todas cojonudas o muy cojonudas) y que también hizo eso llamado Death Proof, con el pobre Kurt Russell, que parecía haberse caído de un guindo.
Este fin de semana se ha estrenado en Estados Unidos su último filme, Inglorious Basterds, que como todos/as o casi todos/as sabréis explica las aventuras de una patrulla de irregulares, militares judios, que actúan tras las líneas enemigas con un considerable afan de venganza (el jefe del grupo, Brad Pitt, le pide a cada soldado que vuelva con “100 cabelleras” nazis, y que piensa “contarlas personalmente”).
O sea, puro Tarantino. Un tipo que, guste más o menos, tiene un talento mayúsculo y un gusto por la cinefilia aún mayor. Por lo que se ha visto (y leído) el hombre llevaba ya años obsesionado con ponerse a los mandos de una película bélica y fnalmente lo ha conseguido.
La película participó en el festival de Cannes, después de ser montada a toda prisa por el propio director, y no obtuvo una acogida demasiado buena. Sin embargo, en su primera semana en el país natal del realizador se ha puesto en lo más alto de la taquilla con casi un 90% de críticas positivas y unos 40 millones de dólares en la caja. La película que ha hecho más pasta de todas de las firmadas por Tarantino en su primer fin de semana.
Los hermanos Weinstein, que fueron los fundadores de aquella legendaria productora y distribuidora llamada Miramax, han respirado semi-aliviados ya que del periplo taquillero de la película de Tarantino en la taquilla mundial dependen casi todas sus esperanzas de supervivencia: la nueva compañía de los Weinstein (seguramente los tipos más odiados de Hollywood por sus extraños métodos de negociación de los que más de un distribuidor español confiesa en privado que son “repugnantes”) esta en quiebra técnica y ni siquiera pudieron estrenar Inglorious basterds en solitario sino que tuvieron que partir gastos y beneficios con una multinacional, con lo cual solo verán la mitad de la pasta.
Pero, quiebras aparte, en tres semanitas la película de Tarantino aterriza en España y un día antes en Israel. Precisamente la prensa judía ha sido casi unánime al poner a parir al filme y al propio Tarantino, acusándole de violento, falseador, mentiroso y no se sabe cuantas cosas más, simplemente por mostrar a un grupo de soldados judíos cuyo motor vital es la venganza.
Tarantino, polemista como pocos ha declarado al respecto que “si yo hubiera estado por allí en la 2ªGuerra Mundial seguro que no me hubiera quedado tan quieto, y apuesto a que muchos judíos aprecian la idea de venganza”.
En fin, hablaremos más del tema en cuanto estrenen la peli (tenemos pendiente esta y District 9, que si no me equivoco va a estrenarse el mismo fin de semana).
Así que hasta entonces os dejo con una pregunta: ¿cuál es vuestra escena favorita del cine de Tarantino?.
Aquí va la mía: cuando el personaje de Bruce Willis intenta atropellar al de Ving Rhames y éste último acaba en la tienda de dos tipos que quieren violarle…pero casi todas las escenas del cine de Tarantino con coche me parecen memorables (excepto -curiosamente- Death Proof en su totalidad)
Cuídense mucho señores/señoras,
T.G.
Pulp Fiction entera está llena de momentos memorables: la cartera de «cabronazo peligroso», Samuel recitando la biblia, el baile, la aguja en el corazón, el sr Lobo, «y tú qué opinas, Martin?», el tarado, la cara de Bruce al descubrir la katana, la música de toda la peli… una obra maestra…
Sin duda alguna, memorable es toda la actuación del sr. Lobo en Pulp Fiction y su «no nos chupemos las p… todavía»…
Poco tardarán en producir otra película hiperglucémica para que puedan seguir justificando cualquier cosa a cuenta del victimismo existencial en el que viven. Y es que cualquier comentario crítico es rápidamente teñido de antisemita; claro, ellos han de estar por encima de cualquier crítica, faltaría más.
El Holocausto fue una barbaridad espantosa, sin duda, pero no toda actuación presente puede quedar justificada por sufrimientos pretéritos.
En fin.
A mí Death Proof sí me gusto.
Antes de verla vi una entrevista que hicieron Tarantino y Rodríguez sobre su proyecto «conjunto» (Death Proof + Planet Terror) y dijeron que tenían ganas de pasar un buen rato rindiendo homenaje al auténtico y genuino cine B americano, ese que sólo se estranaba en un circuito secundario y rural de cines de verano, autocines y destartaladas salas. Películas que divagaban en torno a una idea quizás original pero maltratada sin piedad por un guión insostenible, pequeños oasis en forma de sketchs brillantes intercalados como un burdo collage… hamburguesas grasientas, agosto, sudor, tu chica a tu lado en el descapotable de tu padre…
Sabía lo que iba a ver y me encantaron las dos (las vi de casi de tirón).
Es extraño, no me considero una persona violenta, pero en el estreno en provincias de «Pulp fiction» , donde sólo estábamos 4 gatos, todos estallamos a reír cuando, por error, le saltan la tapa de los sesos a un yonki, en el coche. Ese que tiene que limpiar el Sr. Lobo…
«El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por la injusticia de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad, porque él es el auténtico guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. Y les aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos. Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti.» (Wikipedia dixit)