El asunto de las furgonetas ha dado lugar a un debate tan intenso que, como ya he dicho en el comentario 61 a dicha entrada, lo que iba a ser un comentario se ha acabado convirtiendo en esta nueva entrada, porque pretendo tocar algunos aspectos que en todo el debate anterior habían quedado en la sombra o, como mucho, en el claroscuro. Pero antes de nada, quisiera manifestar mi alegría porque esta es una de las formas, entre otras también muy válidas, como a mí me gustaría que se desarrollase este blog: partiendo de algo que no pasa de relatos más o menos anecdóticos, entrar en aspectos subyacentes de mucho más interés; en este caso concreto, comportamientos en el tráfico entre conductores lentos y rápidos, agresivos y timoratos, observantes fieles y a rajatabla de la letra de la ley y otros que se apuntan a la interpretación de San Pablo (supongo que en alguna epístola) cuando dijo aquello de “la letra mata, el espíritu vivifica”.
Es evidente que yo estoy entre estos últimos; lo mismo que JotaEme, Gurb, Cupraboy, Ayatolah, Sisu, Valmhö, Enrique, Joaquín, Ele de Luis y algunos más que se me pueden haber escapado en el recuento. En cuanto a los que no opinan igual creo haber detectado dos categorías: los que simplemente prefieren no meterse en problemas, dejar pasar a cualquiera que les achuche, pero sin preocuparse específicamente de si tanto uno como otro va por encima o por debajo de los límites legales de velocidad, y los que todo lo fían a la estricta observación de los límites, a la actuación de la habitualmente invisible (sobre todo en dichas ocasiones) presencia de los agentes de tráfico, y a considerar como “justicieros de la carretera” o “chulitos” a quienes no opinan como ellos, y quieren defender su derecho a circular sin ser avasallados.
Los del primer grupo tenemos una ventaja de salida: no pretendemos que el resto de los conductores actúe como nosotros; de hecho, yo no se lo recomendaría, y de forma muy encarecida, a quien no estuviese más que razonablemente seguro de ser capaz de salir airoso y sin problemas del lance; por el contrario, el segundo grupo no sólo actúa como ellos, en pleno uso de su libre albedrío, consideran oportuno, sino que nos quieren obligar a los demás a hacer lo mismo. No es que esta diferencia nos convierta automáticamente a los primeros en más acertados en nuestra elección, pero al menos sí que mantenemos una postura más liberal. Porque el simple recurso a la observancia ciega de las normas (que, por cierto, parece que van a contemplar como punible que te meten encima una furgoneta en un tráfico denso y congestionado) es uno de los temas que precisamente están en juego. Y el que no haya infringido alguna, o muchas veces, la letra de la ley, con total y absoluta tranquilidad de conciencia de no haber creado ninguna situación de peligro ni a propios ni a extraños, que levante la mano, o que con ella tire la primera piedra.
A este respecto, JotaEme lo deja muy claro en uno de sus comentarios, que me tomo la liberta de repetir, unificando párrafos: “El problema no es la velocidad, pues la velocidad no determina un desenlace fatal; es la incompetencia del conductor la que, a cualquier velocidad, desencadena un accidente. Lo único cierto es que la mayor velocidad trae consigo un accidente más grave, pero no que sea ésta la que lo originó. Se legisla para que los incompetentes tengan menos oportunidades de cometer errores y así el Estado-niñera nos convierte a todos en ineptos por nuestra propia seguridad. Yo tampoco cumplo los límites de la velocidad y no estoy orgulloso de hacerlo, ni lo contrario; soy indiferente. Y también adelanto por la derecha a imbéciles creídos de que nadie puede adelantarlos y de que los espejos retrovisores no deben ser mirados. De no hacerlo así, estaría admitiendo el determinismo de los idiotas sobre mi vida, y no señor, por ahí no paso, y no pienso pasarme tres cuartos de hora tras un estúpido por más código que lo diga. Resulta cansino ver cómo tratamos de ahormar a la gente al molde de la mediocridad en la que tan a gusto nos encontramos”. Clara y concisa declaración de principios, a la que me adhiero totalmente.
Y ya en el tema concreto de las furgonetas, me parece adecuado seguir copiando a otro comentarista, en este caso Enrique: “Un conductor bueno y experimentado (cualidades que no siempre van juntas, por cierto) puede ir rápido y seguro en un turismo, y más si éste es moderno y de alta prestación; en cambio un conductor de furgoneta, por muy bien que conozca la ruta, suele ir mucho más cansado, lleva un vehículo de alto centro de gravedad y escasas cualidades dinámicas, y ya sin margen de respuesta ante un imprevisto; y en muchos casos son gente con no demasiada experiencia al volante, y mucho menos formación automovilística”. Pero llega, como suele ser habitual, “emprendeitor”, y me suelta: “Y no le entiendo… porque usted se queja de quien no quiere ser adelantado… pero luego se queja también de que le quieran adelantar a usted…”. Desde luego que no me entiende: tanto en uno como en otro caso, yo voy a los mandos de turismos de mucho mayor nivel prestacional y mejor comportamiento rutero que un vehículo de carga, y tengo más que sobrados conocimientos para saber que lo que él (él, y no yo) pretende hacer atenta contra las más elementales normas de seguridad vial. No me quejo de que otro vehículo cualquiera me quiera adelantar (de hecho, cuando voy a crucero constante me adelantan bastantes e incluso lo facilito dando el intermitente derecho, a la menor duda), pero sí me molesta y me parece peligroso que lo quieran hacer cuando es algo que está claramente por encima de las posibilidades reales de su vehículo, y de la más elemental prudencia. Y procuro ponerle coto no tanto por mí, sino por los demás; que otros sean partidarios de ceder ante el avasallamiento es cosa suya, pero que no nos intenten imponer dicha actitud a los demás.
Pero incluso obviando la mejor o peor técnica de conducción del furgonetero, también tenemos comentaristas que, como “emprendeitor” (una vez más) no acaban, o no quieren acabar, de entender lo que otros dicen; así su afirmación de “si alguien le achucha, será que lleva más prisa” cae nada menos que en cuatro errores de apreciación. Y no olvidemos que estamos hablando de condiciones de tráfico denso y aglomerado, y no de que un vehículo te alcance en una carretera o autovía con tráfico fluido y despejado. Pues bien, el que achucha por detrás puede ser por la mala costumbre de algunos conductores de seguir demasiado de cerca, aunque no tengan ni más prisa, ni intención de adelantar; puede ser que no tengan prisa, pero sí intención de adelantar por impaciencia (el clásico “quítate tú para ponerme yo”); puede ser que tengan ambas cosas, sólo que yendo en caravana lo que deberían hacer es aguantarse hasta que el tráfico se clarifique, y entonces ya veríamos; y puede ser que efectivamente adelanten, y en cuanto el tráfico se libere, resulte que tienen menos prisa, o al menos, un ritmo de marcha inferior al del coche al que han achuchado, avasallado y quitado de en medio, cosa que suele ocurrir.
Mi anécdota con los furgoneteros del desguace ocurrió cuando yo iba más rápido que ellos, y se conjuraron para no dejarme pasar; porque muchas otras madrugadas, cuando yo iba (y ahora sigo yendo) por la misma autovía pero a 140 km/h constantes, me habían adelantado cantidad de veces, sin el menor problema por mi parte. Así que de “justiciero del asfalto”, nada de nada; allá ellos, aunque sigo pensando que, desde un punto de vista puramente técnico, una furgoneta a 150 km/h reales, o incluso más, no es precisamente un vehículo muy seguro, pero ni se me pasaría por la imaginación bloquearles el paso. En cuanto a lo del Porsche y la C-15, no hubo guerra en absoluto, ¿cómo podía haberla?; simplemente, me partía de risa al ver sus ingenuos intentos de dejar atrás al deportivo. Y respecto al aguerrido muchacho de la furgoneta por la calle Princesa, el que hizo o dejó de hacer cosas raras sería él; yo, con un coche de mucho más tirón para encontrar un hueco, iba siempre jugando con ventaja, sin necesidad de correr, sino simplemente consiguiendo la posición más ventajosa. El que tiene que hacer cosas arriesgadas es el que, con un vehículo de inferiores prestaciones, pretende plantarle cara a uno que las tiene mejores.
Y esto nos lleva a la forma de actuar frente a estos conductores que, con vehículos de inferior nivel prestacional (o incluso aunque lo tengan más elevado), pretenden ir ganando huecos en el tráfico congestionado a base de avasallar al de delante, para que se aparte. A la inversa, también es intolerable la postura del que se apodera del carril izquierdo y no sale del mismo ni con agua caliente, dejando decenas y en ocasiones centenares de metros, hasta el coche de delante. Yo admito la postura de quienes consideran que lo mejor es dejarles pasar cuanto antes a los primeros; pero reivindico el mismo derecho a poner pie en pared y no dejar que impongan su voluntad. Porque como ya han indicado diversos comentaristas, ante dicha actitud concesiva, dichos individuos se van creciendo más y más, y se convencen de que todo el monte es orégano. Repito: quien quiera ser orégano que lo sea, pero algunos preferimos ser cardos con el mismo derecho.
Por eso mismo, no puedo entender a Joan cuando dice: “Por conductores temerarios como Vd sufro el radar en sitios que no tienen ninguna justificación y limitaciones de velocidad draconianas. Puede pensar de mí lo que quiera, mañana conduciré igual de lento. Pero esto también lo leen personas que se acaban de sacar el carnet o se lo van a sacar. Reflexione”.
En primer lugar, lo de temerario es una opinión que, sin tener conocimiento de las aptitudes de Joan para enjuiciar el tráfico y a sus protagonistas, me dice más bien poco. En segundo lugar, si Joan es tan ingenuo como para pensar que los radares colocados en recta y cuesta abajo están ahí a causa de conductores temerarios, y no para recaudar, allá él. En tercer lugar, no sé como conduce de lento, pero en tal caso deberían importarle bien poco las limitaciones draconianas, que a quienes molestan es a los que creemos que se puede circular más rápido con seguridad.
Pero en tercer lugar, entramos en el “quid” de la cuestión: a estos conductores avasalladores, ¿habría que meterles en vereda, o no? Por lo visto, según la opinión de los de “yo me aparto, y que pasen”, o no hace falta pararles los pies, o lo dan como caso perdido. Porque confiar en que de pronto aparezca, en ese preciso instante, la pareja de motoristas o el coche-patrulla, es esperar demasiado. Y entonces entra en juego la teoría de quienes pensamos que pararles los pies puede ser la postura adecuada, precisamente para que esos novatos a los que se refiere Joan, no acaben subidos a un bordillo o estampados contra un muro por la actuación agresiva de dichos conductores. Si hubiera más porcentaje de conductores que no cediesen tan fácilmente a esos intentos de avasallamiento, a lo mejor iría disminuyendo la frecuencia de dichas prácticas. O no; pero tanto derecho tenemos a pensar que sí los unos, como que no los otros. Y aquí viene a cuento el comentario de Juan Antonio: “Por cierto, aquellos que se quejan de los “justicieros del volante” y luego actúan igual, yendo a 100 km/h impertérritos, “poniendo en su sitio” a todos esos que osan ir más deprisa, actúan, al menos, de la misma manera”.
Y luego está la forma de reaccionar en cada circunstancia concreta, como lo pone en evidencia el tira y afloja que se han traído Nano, Javier y Valmhö a costa de la aventura del primero con el trailer y la zona en obras. En mi opinión, y puesto a delinquir (ir a 100 adelantando a un trailer que va a 95 en una zona de inexistentes obras), ya le valía la pena haber delinquido un poquito más, acelerar a digamos 115/120 y no bloquear el carril izquierdo; o de lo contrario, ya que no tenía demasiada prisa, haber dejado pasar al de la furgoneta loca y luego adelantar él, porque hacerlo con sólo 5 km/h de ventaja (paso de persona) es un poquito escaso. Pero luego viene lo de Javier, con su Twingo y su remolque con la moto encima, perseguido por un impaciente. Yo creo que Javier, sin duda con buena voluntad, se equivocó en la estrategia a seguir, y le envió a su perseguidor señales equívocas al acelerar, haciéndole pensar que pretendía quitárselo de encima, cuando es evidente que con el Twingo ya algo comatoso más el remolque, difícil sería despegar a un turismo. Lo suyo hubiera sido dejarle pasar cuanto antes, pero esto depende de la carretera, que ya nos decía que era retorcida y poco adecuada para adelantamientos. Todo lo cual demuestra que, en un momento determinado, cada cual reacciona como Dios le da a entender, y dar normas de conducta fijas e inflexibles es inútil. De todos modos, y ya que hemos hablado de Nano, me asombra, como a Valmhö, que sea capaz de adivinar, al llegar al lugar de un accidente debido a su profesión (tal vez bombero, agente de tráfico o sanitario), que los trocitos de accidentado que encuentra pertenecen a un “valiente” o a un “cobarde”, ya que los accidentes no suelen tener la costumbre de ocurrir justo cuando pasa un ambulancia y presencia los hechos. Y juzgar lo que allí ha pasado, sólo con observar los restos, es una presunción excesiva.
Muy cierto lo que dice Ángel: “Peor ocurre cuando un camión, con el limitador ajustado a 99,99 Km/h adelanta a otro que lo tiene a 99,98. Leí una historia de horror al respecto sobre un adelantamiento de camiones que duró 7 minutos”. Pues no sé si me lo leería a mí, porque tengo escrito algo similar (si no es exactamente ese caso) que me ocurrió en la autovía de Andalucía, en la provincia de Sevilla: dos camiones “echando carreras” durante kilómetros y kilómetros, que consiguieron reunir tras de sí a varias docenas de otros vehículos. Antes, el Código decía algo acerca de que el adelantado debe facilitar la maniobra; pero eso era para carreteras clásicas, porque ahora en las autovías esa norma no existe, y dependemos todos de la cortesía de los dos conductores: uno podía cejar en su empeño, si ve que no puede adelantar, y el otro bien podría levantar un poquito el pie y dejarse adelantar, al ver el lío que están formando detrás de sí. Eso sí que es una competencia de “egos”, pero con repercusiones sobre terceros que no tienen nada que ver en la disputa.
También dice Ángel que “por otra parte debería ser legal adelantar por la derecha, como en EE.UU. Aumentaría la fluidez del tráfico, y aquéllos que gustan de vivir en el carril izquierdo quizá cambiaran sus costumbres”. No estoy tan seguro y, por supuesto, habría que cambiar la legislación; allí impera lo de “keep your lane” (mantenga su carril). Y también es cierto que los camiones circulan allí tan o más rápido que los turismos, ya que los “truckers” van todos interconectados por radio “city band de 2 metros”, y se informan de donde hay policía y radares. Por ello, es muy frecuente ver a enormes camiones, por el carril que sea, adelantando a columnas de turismos por otro carril. Lo cual indica que algo falla, y es que en gran parte de la red, la limitación es la misma para todo tipo de vehículos, lo cual impide un lógico escalonamiento de ritmos de marcha; claro que con la limitación a 50 millas (80 km) tanto da. No recuerdo de mis últimos viajes por aquellas tierras, si en las zonas en que ya han subido a 75 millas (120 km) se mantienen limitaciones únicas, o ya las tienen más bajas para los vehículos pesados, que sería lo lógico.
Finalmente, voy a mediar en el ataque que Sangralunas le hace, muy educadamente, eso sí, a JotaEme; y no porque este último necesite para nada mi defensa, que bien que la hace, como copiaré a continuación, sino porque el coloquio entre ambos me da pie para un último aspecto que querría tocar antes de cerrar esta entrada. Dice Sangralunas: “Cuando la DGT dice que la velocidad es un factor determinante en los accidentes (no sólo en sus consecuencias) tengo que suponer que sus técnicos, que seguramente sepan más que yo de ello -más que nada porque ese es su trabajo-, habrán estudiado el asunto. Por otro lado, se legisla para ahorrarnos el trabajo de decidir aplicando nuestro propio criterio, que puede entrar en conflicto con el de otro, y que no tiene por qué ser mejor que el que ha creado la norma. El hecho de que usted opine que su criterio es mejor que el de la norma ya pone de manifiesto su temeridad. En temas de seguridad, prefiero el Estado-niñera al Estado-hotel”. A lo cual responde JotaEme: “Me va a permitir que diga que el que alguien ocupe una función no determina su competencia. Por otro lado me creo (bastante) más competente que muchos que ocupan cargos que me quedan a la altura del tobillo, porque estoy algo por encima de cuestiones de perfil tan bajo”.
Y aquí es donde quiero entrar yo; en primer lugar, si Sangralunas siguiese las andanzas de la DGT y sus campañas de Seguridad Vial con la misma atención que lo hacemos algunos profesionales (sin ser de la DGT, pero lo somos), tendría algo menos de fe en lo acertado de sus decisiones y enfoques. A lo largo de los años he oído y leído achacar, como máximos o al menos grandes responsables de la siniestralidad, a las siguientes causas, en función de la campaña que se esté impulsando en ese momento: velocidad, distracción, cansancio, alcohol, drogas, manejar los diversos elementos de “infotainment”, lo mismo pero del navegador o GPS, fumar conduciendo, mal mantenimiento del vehículo y algún otro que se me olvida; y todo ellos con unos porcentajes de culpabilidad que, sumados, superan muchísimo el 100%, sin duda debido a una responsabilidad compartida que, una vez ocurrido el accidente, ya me gustaría saber cómo se establece.
La afirmación de que se legisla para ahorrarnos el trabajo de decidir en función de nuestro criterio, me produce un escalofrío, al traerme a la memoria dos obras fundamentales de George Orwell sobre el estado fascista: “1984” (con su Gran Hermano que vigila), y “Animal Farm” (donde todos los animales eran iguales, sólo que unos más iguales que otros). Como bien decía JotaEme en su primera entrada, se legisla cortando por el nivel más bajo, el del incompetente; y se recortan los derechos de otros ciudadanos más y mejor preparados, simplemente para que los anteriores no se sientan marginados, instaurando el reinado de la mediocridad (esto lo añado yo). Por todo ello, el que JotaEme, un servidor y bastantes más comunicantes pensemos que nuestro criterio pueda estar igual o mejor fundamentado que la norma no pone de manifiesto ninguna temeridad, sino la firme convicción de que sabemos de lo que hablamos. Creo que fue Dürrenmatt (y si no, fue otro, también de indudable categoría intelectual) el que dijo aquello de “tristes tiempos estos, en los que es preciso tener que luchar por cosas evidentes”.
Y es que, y con esto acabo, conviene puntualizar muy bien qué entendemos por “expertos en tráfico”. De entrada la circulación, el tráfico o como se le quiera llamar a la utilización conjunta de múltiples vehículos sobre vías comunes, no es una ciencia, ni tan siquiera aproximativa; se trata de un fenómeno a cuyo conocimiento se llega por métodos absolutamente empíricos, porque no hay una disciplina científica concreta que lo abarque: la física, la ingeniería, la meteorología, la medicina, la psicología y diversas ramas de la sociología tienen arte y parte en la comprensión de una actividad tan especial. Por ello, para captar lo mejor posible todas sus facetas, hay dos cauces que deberían ser complementarios, pero que con frecuencia no lo son: la observación fría y lo más desapasionada posible de lo que ocurre realmente en la carretera, por observación directa y a través de un bagaje de cuanta más experiencia mejor, y la acumulación de datos estadísticos. Y ya se sabe que algún cínico dijo que en este mundo existen tres categorías de mentiras: las mentiras normales, las grandes mentiras, y las estadísticas. No estoy de acuerdo con un enfoque tan radical, siempre y cuando las estadísticas no se tabulen primero, y se publiquen después, con intenciones voluntariamente sesgadas.
En la DGT es indudable que hay muchos expertos en estadísticas, y también los habrá en la observación del tráfico (estos, más bien en la parte de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil); la cuestión es cuantos de ellos aúnan ambos saberes. Por mi parte puedo decir que he hablado con bastantes de ellos, y con frecuencia he encontrado un preocupante vacío en cuanto a conocimiento de lo que realmente se cuece sobre el asfalto, desconocimiento que se intenta disfrazar con tales o cuales estadísticas, o con frases que a nada comprometen sobre prudencia, responsabilidad u otras obviedades. Así pues, una cosa es que existan y deban existir normas, otra que sean lo mejor, otra que las aceptemos aun a sabiendas de sus carencias, y otra que nos consideremos moralmente obligados a decir “Sí, Bwana” a todo lo que nos pongan por delante.
P.D. para “emprendeitor”: Puesto que no se cansa de, entrada tras entrada, llevarse revolcones tanto por mi parte como por la de otros comentaristas, una vez más recurre al ataque personal con eso de “y más ahora, Sr. AdeA, que los reflejos ya no son los mismos… hay que ir aminorando la marcha… recuerde: “ahora toca que me lleven”. Señor “emprendeitor”: Vd no tiene ni la más repajolera idea de cual es el estado de mis reflejos; por otra parte, si atendiese un poco menos a los foros de hipermilers, habría tomado nota de lo que dije acerca de lo peligroso que es conducir por los mal llamados reflejos, y que lo suyo es tener la capacidad de anticipar, prever y prevenir. Con lo cual no es que esté admitiendo que me encuentre ni falto de reflejos, ni que necesite “que me lleven”; se asombraría Vd de la cantidad de kilómetros que yo sería capaz de seguir haciendo cuando Vd ya estaría con la lengua fuera conduciendo a sus ya famosos 100 km/h por autovía. En todo caso, y si Vd quiere comprobar mi más o menos aceptable estado de forma física, podría venir a Madrid (suponiendo que resida fuera de la capital) para la San Silvestre de este año (sí, esa carrerita lúdica de 10 km el día 31 de diciembre), y la corremos juntos. Pero por favor, con un tiempo bien por debajo de la hora, porque de lo contrario me aburriría mucho.
Desde luego, no en la forma de conducir, pero sí hay otra cosa en la que le tengo envidia; tal y como ya dije en una entrada anterior, en el tiempo disponible. Apenas había pasado media hora de poner yo mi comentario 61 en la entrada anterior sobre este tema de las furgonetas, anunciando esta nueva entrada, cuando ya estaba Vd con un comentario jocoso (bueno, creo que pretendía serlo) al respecto. Pero ¡cuidadín, cuidadín!, en pleno horario laboral; a ver si le van a echar una bronca en el trabajo y también voy a tener yo la culpa. Salud.
Buenas noches,
Hemos cometido un error (desconozco los motivos porque en principio el proceso es automático) y no se podían escribir comentarios en esta entrada de Arturo de Andrés. Ya está corregido. Pido disculpas.
«El que tiene que hacer cosas arriesgadas es el que, con un vehículo de inferiores prestaciones, pretende plantarle cara a uno que las tiene mejores.»
Ambos jugaban a un juego que aumentaba el riesgo de accidente.
@2 Guille Z, y en general a todos los rasgavestiduras de la velocidad. Desde el momento en que la velocidad de un vehículo, abstracción sea hecha de su tipología, es igual o superior a cero, suceden fenómenos que pueden acabar en una colisión. La alternativa es no moverse y con ello evitaríamos un disgusto.
Déjenme decirles una cosa a los fácilmente escandalizables: vivir es una actividad de riesgo. Estamos expuestos al riesgo desde el momento en que ponemos nuestros pies fuera de la cama, pretender que ello no es así es lo que explica muchas airadas respuestas y muchas frustraciones al comprobar que no podemos controlar el mundo y a los individuos que nos marchitamos en él hasta el último aliento. No podemos tener un entorno controlado a lo que nos parezca asimilable o tolerable.
No es libertario conducirse con responsabilidad pero a un ritmo mayor que el que otras personas menos capaces pueden sobrellevar. No es temerario ser más hábil. Conducir despacio no es conducir bien. Conducir rápido no es conducir mal. La velocidad no le convierte a uno en asesino, salvo entendimiento de que los alemanes deberían estar todos ellos presos.
Creo que ya basta de identificar incompetencia con responsabilidad. Hay gente que conduce mal, muy mal, y no necesariamente deprisa. Ellos son irresponsables, incompetentes y lentos.
Yo sólo pido que no me estorben y les deseo una vida en la que no se den cuenta de que vivir mata y hay que aprovechar el tiempo que estemos aquí, que no es mucho.
JM
A mi hay un planteamiento que me llama mucho la atención de este artículo y el anterior. ¿Un conductor es mejor en relación a otros? ¿Un conductor es siempre un buen conductor o un mal conductor? Sé que A. de A. habla de técnica al volante y tiene toda la razón del mundo. No todo el mundo tiene la misma técnica al volante pero ser un buen o un mal conductor seguro que depende de alguna cosa más…
Los psicólogos hablan de un fallo común en el comportamiento social que se conoce como Fundamental Atributtion Error (FAE) y se debe traducir por algo así como Error de Juicio General. Es una forma de referirse al hecho de que los seres humanos tendemos a juzgar el comportamiento de otros seres humanos de forma constante e independiente del contexto. Esto es, «Paco es amable», «Julio es un Borde» o «Alvaro (el del C6) es un fan de Citroen». Lo cierto es que todos somos bordes según el contexto y, en mi modesto parecer, todos conducimos mejor o peor según el día, el tráfico y hasta el comportamiento de los que nos rodean. Claro que ver el mundo a través del FAE es mucho más sencillo y además nos permite hacer la siguiente trampa.
Y es que, si los demás «son» buenos o malos conductores, este mismo error de Juicio lo podemos trasladar a nosotros mismos y llegar a la conclusión de que «Soy un buen conductor». (Con carácter general, universal e irreversible, claro). De hecho, el 85 % de la población llega a esa misma conclusión.
Yo no sé, ud, Sr. A. de A. pero a mi hace años que un amigo me dijo «Nunca te creas un buen conductor, ni un buen amante: es un camino seguro para el desastre». Y me lo tomo al pie de la letra. 😉
@Jaime
En cuanto hay mas de una unidad diferente de lo que sea, con sus caracteristicas comparables, siempre habrá alguna caracteristica que sea mejor o peor en uno u otro elemento.
Yo soy buen conductor… pues si y no, segun con quien me compare y las caracteristicas que compare. Reflejos, anticipacion al trafico, mantener mi marcha sin molestar al resto del trafico, adelantar sin arriesgar mi vida ni la de los demas… tantos son los factores son comparables como personas que conducen.
Respecto al articulo en si, comentar una anecdota que me paso un dia:
Entro en la autovia, por el carril de aceleracion a 100 km/h mas o menos, avanzo un poco mas y me encuentro el carril izquierdo con mas de 6 coches a menos de 100km/h. Me quedo en el derecho, observo y veo una furgoneta intentando adelantar a un camion por el carril izq. cuando el camion estaba a unos 50m de distancia. ¿que harian uds.? ¿bajar a 90, y cambiar al izquierdo a esperar a que la furgoneta pueda adelantar? Yo no, acelero y sin quitar la atencion al carril izq. adelanto a toda la fila y cuando llego a la altura del camion, me cambio al izq. sin molestar a la furgoneta, ya que habia algo asi como 30 m. de distancia entre la furgoneta y el camion. Despues de echo esto, mas de un coche me siguio.
Yo no sé si es que a la primera no entiendo lo que escribe o qué, pero estoy muchísimo más de acuerdo con lo que ha escrito hoy que con el artículo de las furgonetas del otro día.
Ahora bien, lo que no entiendo es por qué continúa con el «automolismo». Y esos ataques contra Emprendeitor. Sobre todo porque dice que contesta en horario laboral, ¿sabe en qué trabaja? Además, el párrafo entero me ha parecido un «eso no me lo dices en la calle».
Y del episodio de su coche contra la furgoneta, buscando los huecos para colarse en la calle Princesa, sigo pensando que hicieron los dos igual de mal. Porque a 50 km/h vale cualquiera de los dos, así que el argumento de «mi coche tiene más posibilidades» no me sirve.
Antes que nada un inciso para Ángel: los camiones articulados (trailers) tienen el límite en 90 km/h y los autocares a 100 km/h. Aclarado este punto quisiera decir que en Barcelona hace unos 3 años, desde que entraron en funcionamiento los radares en toda el área metropolitana, se viene produciendo un fenómeno que consiste en que debido precisamente a los radares (a 80 la mayoría) hay bastantes conductores que se plantan en el carril de la izquierda a esa velocidad (de marcador, lo cual suelen ser algunos km/h menos) ya sea de día, de noche, haya tráfico intenso o fluido. Un servidor que pretende ir con cierta alegría (hasta 89 km/h reales no te sacan la foto) ve en ocasiones como en dicho carril izquierdo se forma una cola de decenas de coches originada por un individuo que se ha plantado a 80 o incluso menos, pensando (o no) de que va circulando de forma correcta ya que va a la máxima velocidad permitida y por lo tanto no es posible que nadie le adelante. Supongo que esta forma de pensar tiene que ver con la poca cultura automovilista de este país.
Para acabar, felicitarle don Arturo, por el blog. Tengo guardados como oro en paño todos los números de Automóvil desde 1990 que compraba la mayoría de las veces por sus artículos, a veces sin importarme demasiado el coche en cuestión y que releo en más de una ocasión por el placer de leer al mejor periodista del motor de este país. Un saludo.
Otro muy buen articulo de Arturo,muy aclaratorio sobre el tema iniciado en la primera entrada sobre las furgonetas; sobre ellas, me reafirmo en lo que ya comente;su peso y sus caracteristicas tecnicas ( sobretodo a nivel de chasis),las hace incompatibles con las velocidades que un turismo, o incluso un todo terreno,pueden alcanzar, mas si van cargadas.
Como comente, trabajo en autopista de peaje patrullando con furgon cargado casi a tope de conos, señales y mas enseres para assistir a la vialidad.Primero maneje una peugeot boxer 2.5D de simple rueda atras sin ninguna ayuda a la conduccion ( ni abs); despues uma sprinter cdi 110 con rueda gemela atras y abs y asr y actualmente otra sprinter 110 6velocidades,simple rueda atras y,las mismas ayudas que la anterior.Decir que con todas ellas se puede alcanzar los 130-140km/h con relativa facilidad, mayor en el caso de las sprinter: Pero con ninguna de ellas me he sentido seguro circulando a mas de 120 y me explico: si todo va bien,santo y bueno, pero como deba de hacer alguna correccion y/o maniobra con un minimo de agilidad a uno se le ponen los cataplines por corbata y se da cuenta de verdad de la masa que estamos manejando;quiza la sprinter de rueda gemela de algo mas de tranquilidad, sobretodo en el caso de sufrir un pinchazo atras.
El tema de los camiones tambien se podria hablar largo y tendido. En el trabajo trato a diario con ellos y se ve de todo. Lo de ir a 90 digamos de entrada que se incumple con relativa frequencia, ya no en bajada, ahi el limitador poco puede hacer, sino tambien en llano e incluso subida. No se si alguno de uds. ha pasado por la AP7 en la frontera francesa entrando en España, entonces sabran que es un tramo de unos 3’5 km de dos carriles y con una bajada realmente pronunciada ( quiza del 10% de desnivel). Pues por este lugar, para mi el mas peligroso de la ap7,se pueden ver a diario trailers de 40 toneladas adelantando por el 2º carril a 100 o incluso algo mas.
Es como el tema de las furgonetas: estos vehiculos han mejorado una barbaridad;la practica mayoria no lleva menos de 460 cv ( los hay de hasta casi 700cv),cambios automaticos,ayudas a la conduccion,airbags,etc…,pero estamos en las mismas, las leyes de la fisica no entienden de modernidad y 40 TN siguen siendo 40TN.¿ Entonces para que sirve tanto avance?; segun mi punto de vista, aparte de hacer-le mas llevadera la conduccion al chofer, a nivel de lo que es desplazar-se, para mantener su limitacion de 90 km/h el mayor tiempo posible, logrando con ello, lo que en la jerga del transporte se llama una buena velocidad comercial y que equivaldria a decir, llegar cuanto antes mejor para que el clente no se nos cabree y tenga su mercancia a tiempò.
Usted viene a afirmar que algunas normas de conducción se deben tomar aproximadamente como sugerencias.
– ¿todos deben hacerlo?
No, claro. Todos no.
– ¿quienes?
los hábiles, los que no son ¿cómo dice usted? Incompentenes.
– ¿quien determina esa incompetencia?
Uno mismo (somos liberales, ¿no?).
¿quien se considera a sí mismo incompetente?
Pues hombre, más bien pocos. Digamos que aproximadamente el 90% de la gente se considera a sí misma buen conductor, y el 10% restante, incompentente….
Por tanto, legislemos para el 10%, para los incompetentes, y el resto, pues que hagan lo que ellos consideren oportuno.
(¿recuerda usted el video de «callejeros» en el que 4 tipejos presumían de consumir cocaina delante de la cámara mientras estaban esperando en el control policial? ¿usted cree que esos se consideran a sí mismo incompetentes, o por el contrario debemos dejar que ellos establezcan más o menos sus propias normas?)
Que haya gente que conduzca un poco fuera de los límites… pues bueno, en este país de rinconetes y cortadillos, ha habido una gran tradición de no respetar las normas. Siempre habrá quien quiera ir un poco más allá, porque se considera un poco mejor.
Pero encuentro una gran diferencia entre el no respetar las normas (lo cual, repito, es algo bastante latino) y el hecho de que eso se exponga y se defienda ante miles de lectores potenciales, defendiendo que el incumplir la legislación es una postura aceptable porque somos libres y blabla…
Usted, con su comportamiento y su exposicion, lo que está haciendo es incitar a que el personal no cumpla las normas, que consideren que el saltarselas no es algo malo (no lo dice así, pero es una interpretación aproximada). Lo que hace es incitar a que la gente incumpla las normas. Desde luego, a mí me parece algo muy reprochable. Si a usted no le gusta una norma, luche por cambiarla, pero no se la salte a la torera.
Por otra parte, usa expresiones tipo «alguien tiene que pararle los pies a los que van avasallando»… pues usted mismo… (¿eres tú John Wayne?… ¿o soy yo?).
El ir de sheriff del lugar, me parece totalmente innecesario y peligroso (no hace muchos años un tipo que quería parar los pies a la gente acabó cerca de la ciudad donde vivo en una cuneta con una bala en el cuerpo. Ya, ya, suena exagerado… pero seguro que usted ha visto en más de una ocasión como algunos responden el «te voy a parar los pies» con un «te voy a echar de la carretera»).
Yo tengo un teléfono móvil con manos libres. Y si alguien hace el borrego, aviso a la autoridad y ya está.
Sobre el tema de que la conducción no es una ciencia, se equivoca.
La gestión del tráfico sí que es una disciplina que, como muchas otras, se llega efectivamente a través de métodos empíricos… pero que responde a casuísticas, que permiten modelizar métodos teóricos.
Nunca he visto tantas ecuaciones diferenciales como cuando me asomé a la posibilidad de hacer un doctorado al respecto (finalmente por temas laborales, no lo hice).
El tráfico es otra más de las múltiples disciplinas que responden a la teoría del caos (múltiples entradas con múltiples interacciones, de forma que un pequeño cambio puede tener efectos de magnitudes muy diversas imposibles de prever con sistemas simples).
Es una disciplina compleja, pero con reglas, con casuística, con modelizaciones que son efectivas y se cumplen.
Claro que hay que observar. Pero observar toda la vida no le convierte en más experto que alguien que observa, y no sólo hace eso sino que estudia las observaciones, busca patrones, simula (a través de distintos programas y funciones), el comportamiento real del tráfico, etc.
Hace muchos años que existen técnicas de gestión de tráfico, que se articulan de forma transversal a través de los ITS (Intelligent Transport Sistems).
Si usted ya conoce el tema, entonces no entiendo porqué dice que no es una ciencia (es una ciencia no exacta, como le indico, es una disciplina que responde a la teoría el caos, como tantas otras en las que intervienen variables múltiples).
Si no conoce el tema, le animo a que lo haga, porque es todo un mundo de lo más interesante.
(sobre lo de llevarse revolcones… eso es según su opinión… uno ve lo que quiere ver…
—sobre lo de la San Silvestre… no me haga reir… ¿qué pretende demostrar? ¿que está en buena forma? Yo no corro, creo que es algo antinatural… pero si de estar en forma se trata… aguanto 3 seguidos sin sacar…).
Voy a hacer de abogado del diablo. Un camión bajando a 100 por hora en según que bajada no es demasiado peligroso, si se conoce la carretera, hay visibilidad y tenemos garantías de poder frenar en caso de emergencia (los camiones modernos frenan bastante bien, se regula la velocidad con el retárder y los discos están frescos para una frenada de emergencia). De hecho en muchos sitios fuera de Europa, USA y Canada por ejemplo, sea autorizan 100km/h de crucero, y donde no abunda la vigilancia policial suelen ir a unos 120. No entro a hablar de las presiones que reciben los choféres para llegar a tiempo, solo tienen ustedes que pensar que si envían un paquete por mensajería de una ciudad a otra siempre tarda lo mismo en llegar, haga sol, haya niebla, llueva o nieve.
En cuanto a las furgonetas, ni tanto ni tan calvo. Actualmente tienen el mismo límite legal que un camión, 90km/h. Es ridículo, un autobús, que no deja de ser un camión cómodo, y mucho mas sensible al viento lateral por la relación entre superficie y peso, tiene autorizados los 100 por hora, y oficiosamente 105 en las empresas grandes, unos 110 de aguja en coche o furgoneta. ¿Es mas delicado un bus que una furgoneta? En Alemania los primeros tienen límite, mientras que las furgos tienen velocidad libre en los tramos correspondientes (y esto se nota en lo bien que van las furgos alemanas por la autopista).
Evidentemente no son coches, y exigen mayor atención, en especial al viento cruzado o racheado. Y tampoco se puede andar subiendo bordillos todo el día y después ir a trapo, hay que estar seguros de que todo esta en buen estado. Si hay poco tráfico, no hay viento, y lo llevamos todo en buen estado no hay problema en ir a 120 o 130, pero quizás en condiciones adversas no se pueda pasar de 80.
Para que se entienda bien mi intervención anterior:
ITS no es la ciencia sobre el tráfico… es una aplicación.
El tema va mucho más allá.
En la UPC existe el LAMOT (laboratorio de analisis y modelización del transporte), así como el CENIT que es el Centro de Innovación del Transporte.
http://www.cenit.es/esp/inici_esp.htm
(y no, no son expertos a base de hacer miles de km al año y apuntar lo que ven en una libretita).
En fin, que hay expertos en este tema, y sí, es una disciplina científica (basada, como tantas, en observaciones empíricas, razonamientos, modelizaciones, establecimiento de leyes, etc.).
(le animo a que conozca a esa gente, son buenos)
Emprendeitor, sólo un detalle: poco acostumbrado debe estar vd. a lidiar con temas ITS como para citarlo tan alegremente y pretender sentar cátedra.
Al menos, si lo estuviese, citaría bien el significado de sus siglas.
Es cierto. No es Sistems, sino Systems.
Si se refiere a la T es verdad que generalmente se usa «transportation» pero también se usa «transport».
Pero da igual. En efecto, es como usted dice. No estoy nada acostumbrado a lidiar con esos temas. No husmeo por ahí más que de cuando en cuando y como aficionadillo al tema. Pero ni muchísimo menos soy un experto.
Pero no me negará igualmente que el tema del transporte y circulación, sí que tiene ciencia detrás, y bastante…. quiero decir, que el hecho de hacer km., no capacita a uno como experto… el estudio, el análisis, los modelos matemáticos de simulación, etc., sí.
Si, es una ciencia.
Pero en esa ciencia hay trabajando gente que no tiene ni puta idea ni de lo que es un coche, ni de lo que es conducir. Y de dilapidan auténticas fortunas en simular perogrulladas.
Es decir: ni una cosa ni otra.
Slayer.
Si «hay trabajando gente que no tiene ni puta idea ni de lo que es un coche, ni de lo que es conducir», significa que entre las numerosas personas que trabajan en ello, hay algún hijo del cuñado de nosequien, que no tiene ni idea de lo que está haciendo… pues seguro.
Si esa frase, por el contrario, sugiere que en general, la gente que se dedica a eso no tiene ni puta idea… pues me parece muy osado.
Yo sólo puedo decir que las charlas a las que he ido, en la UPC, me sugerían que ahí se sabía mucho del tema.
El CENIT, según ellos mismos dicen, tienen proyección europea, y son parte de la Eureopan Conference of Transport Research Institutes.
Colaboran con entidades como el centro de investigación sobre transporte que Volvo tiene en Berkeley.
Gestionan varias de las catedras Abertis.
Si abres algunas de sus publicaciones estudios e informes, siempre hay referencias y apoyos de colaboradores de universidades prestigiosas, como Berkeley, el MIT, etc.
Si miras algunas de sus ponencias, ves que algunas se realizan dentro de las conferencias del European Working Group on Transportation, etc.
Vamos, que no se puede poner la mano en el fuego por nadie… pero a mí me parece que esa gente, en general, sí que es bastante seria.
El CENIT le parece serio tras las charlas a las que asistió de la UPC??? Me lo dice de verdad???
Por lo que veo del resto de su mensaje, vd. se centra mucho en lo que ve en un papel o en un ppt. No lo haga tan alegremente.
Y si, hay gente trabajando en esto que es «hijo de alguien». Pero también los hay que no son «hijos de nadie» que tienen carencias graves, tanto de conocimientos como de motivación.
Entrando en la web del Institute of Transportation Studies de Berkeley, me encuentro que ellos hacen referencia al CENIT en la primera página de su centro de la fundación de Volvo.
http://www.its.berkeley.edu/volvocenter/
He conocido al director del CENIT, he leido artículos, he estado en ponencias.
Obviamente, no van a hacer una conferencia diciendo «somos unos inútiles», pero por lo oido en las mismas, no tengo ningún motivo para pensar que esta gente no sabe lo que hace.
Si mira las publicaciones realizadas en revistas científicas verá que es un número notable.
Si observa los trabajos realizados, verá que han realizado varias decenas de proyectos para empresas privadas y corporaciones públicas en los últimos años.
Si usted dice «son unos inútiles», no se lo negaré de forma categórica…. pero le animo a que explique porqué lo cree.
Y dónde lee vd. que yo haya dicho que «son unos inútiles»? Oiga, no ponga en mi puño palabras que yo no he escrito.
Le he seguido durante muchos años en su etapa de «Autopista» y «Automóvil» y he de reconocer que gran parte de lo poco que sé de coches se lo debo a usted.
También reconozco que, a tenor de las anécdotas que nos cuenta y del seguimiento de tantos años, creo que mi forma de conducir se parece bastante a la que usted practica, pero personalmente creo que es un error alardear de ese tipo de «hazañas».
Dado el predicamento y prestigio del que usted goza, no debe desestimar el efecto «pedagógico» de sus palabras. De hecho me ha hecho recordar a otra persona a la que también admiro, el filósofo Fernando Savater, que en cierta ocasión, durante una entrevista hace bastantes años, se permitió asegurar que se estaba mintiendo a la juventud al asegurarles que la heroína, «el caballo», era perjudicial y que él personalmente la consumía, controlando eso sí, las dosis con una periodicidad suficientemente distanciada como para «tener bajo control» su adicción.
Vista su trayectoria posterior a esas palabras, no me cabe duda de que decía la verdad y en su caso, el consumo de tal sustancia no le supuso caer en el abismo, pero la carga «pedagógica» de sus palabras se me antojaron y se me antojan desmesuradas, inapropiadas y fuera de los límites de la prudencia y de la razón ya que la inmensa mayoría de la gente que ha entrado en ese mundo no ha logrado salir del pozo y predicar lo contrario no deja de ser una gran irresponsabilidad.
Con los temas de conducción puede pasar algo parecido y yo no dudo de que su conducción sea segura y responsable, incluso sumamente segura y responsable, aunque quizá no lo sea tanto pregonarla a los cuatro vientos para que la mayoría de sus lectores, muchos de los cuales no tendrán ni la técnica ni «el sentidiño» como dicen en mi tierra, la absorban como una esponja, porque efectivamente, como señalan otros comentaristas, «todos nos creemos buenos conductores».
No soy quién para dar consejos a nadie y menos a quien sabe del asunto infinitamente más que yo, pero me gustaría que los buenos conductores, o los que nos tenemos por tales, purgasemos nuestras alardeadas hazañas contanto también nuestras meteduras de pata, nuestras «excursiones a la agricultura» y nuestros accidentes.
Al menos un servidor, podría contar unos cuantos, por lo menos tantos como «hazañas».
Estimado Don Arturo,
Primero, deseo agradecerle el tiempo que aquí comparte con nosotros.
Segundo, deseo invitarle a ignorar a aquellos que se atreven a cuestionar y discutir sus opiniones, pues pienso, que desconocen por completo, a la persona con la que intentan discutir, desde mi opinión, son como el bueno del chico de la C15, que intentaba ganar al tío ese del PORCHE para contárselo a sus amigos, su tiempo vale mas que, estas absurdas discusiones con necios que se creen sabios.
Tercero, si me atrevo a llamar necios, a aquellos que cuestionan o critican las entradas de este maestro, es simplemente por incomprensión del trato que aquí algunos blogeros dan a Don Arturo. Entiendo que estos, también hablarían de economía con Paul Krugman y cuestionarían sus afirmaciones, atreviéndose a discutir con este, apreciaciones económicas.
Cuarto, me da autentica pena, que usted, una persona culta en todos los sentidos, tenga que realizar entradas como esta, justificándose ante simples guerrilleros, que buscan su momento de gloria, u otras como Conducción, Matemáticas, Aerodinámica, Inercia… Viendo como algunos ignorantes cuestionan sus criterios y procedimientos para la realización de pruebas de consumo, pues no son criticas constructivas, o cuestionando porque seguía al gran Juan Manuel Fangio y como era capaz de hacerlo.
Quinto, personalmente, me deleito con cada una de sus entradas, relacionadas con las anécdotas de sus tiempos mozos y no tan mozos en cruzadas “callejeras” con otros ases del volante, una vez mas no puedo entender, como alguien puede criticarle y no entender lo que nos esta intentando transmitir. De todas formas, le invito a seguir con sus anécdotas para mi deleite personal.
Sexto, a la vista está, que tan solo una eminencia en la cultura automovilística, sabe quien es usted y conoce su trayectoria profesional, pues, de lo contrario, no entiendo, como dada la oportunidad que aquí se nos brinda, hay quienes no la aprovechan, aprendiendo y preguntando, prefiriendo criticar. Entiendo que la forma se pueda cuestionar, pero el fondo del mensaje de cada una de sus entradas es, en mi humilde opinión, sublime.
Séptimo y por fin relacionado con lo que aquí tratamos, el automóvil ha sido el negocio del siglo y por ello a debido ser vulgarizado para que las masas puedan adquirirlo y de esta manera hacerlo rentable, por ello las normas deben ser vulgarizadas y genéricas, pues son mas fáciles y rentables. La utopía de unas carreteras pobladas de personas cualificadas en países tan “subdesarrollados culturalmente” como España, es absolutamente imposible por tres motivos, exceso de población, falta de ganas por parte de nuestras “sabias” administraciones y el mas importante, por motivos puramente económicos. Cuando algo se vulgariza y se masifica, automáticamente se vuelve más asequible y aquí me refiero en todos los sentidos, tanto en el económico, como en lo que a conocimientos y cualidades debe reunir el interesado.
Considero una minoría, a aquellas personas que tienen los suficientes conocimientos y cualidades para poder conducir un coche. Si bien, es cierto que la mayoría, como ya se ha comentado por aquí, pueden circular. Aquí reside nuestro problema, los conductores expertos (y me incluyo pues unos cuantos años de competición y formación me avalan) no podemos imponer nuestra ley, pues somos una minoría. Claro que me gustaría poder conducir sin normas, ni sanciones ni leyes, pues tengo plena capacidad para hacerlo, pero entiendo, que no es posible, dado que, el automóvil, se ha vulgarizado y se ha convertido en una necesidad económica, por ello todo el mundo, que legalmente pueda conducir, independientemente de sus cualidades, debe hacerlo, lo que conlleva unas normas, lo suficiente accesibles para que una mayoría de la población, pueda conducir.
Entiendo y acepto lo arriba citado, pero, pido un poco de consideración, hacia, los buenos conductores*, que dadas una cualidades y conocimientos, reúnen unas capacidades superiores a la media, para realizar una actividad que para la mayoría es un medio de transporte, pero que para una minoría, es algo mas, que tan solo podemos unos pocos devotos del automóvil y el pilotaje.
Ruego, que nadie se ofenda y que entienda, que no se puede ser el mejor en todo, yo jamás tendré los conocimientos de Paul Krugman, pues nos separan muchas cualidades y capacidades para tal fin, lo que si puedo hacer es informarme y formarme. Afortunadamente y posiblemente llevado por esta pasión hacia los automóviles y todo lo que los rodea ¿y porque no decirlo? gracias a unas cualidades que yo no he elegido tener, tengo unas capacidades superiores para llevar rápido un coche, haciéndolo de forma natural, sin esfuerzo y encima disfrutando, ¡perdóname mundo por haber nacido así! Sin embargo, no tengo las mismas cualidades para entender o para estar al nivel del citado Krugman. Por ello acepto, que puedo discutir con mis colegas de cerveza, las fortunas o desfortunas del sistema capitalista, pero no puedo acercarme al Blog del señor Krugman y cuestionar lo que allí se cita, simplemente por estar en inferior grado de cultura, conocimientos y capacidades, para hacerlo. Acepto así mismo, aunque a regañadientes, que el automóvil, es un medio de masas y que por ello debo acatar unas normas, lo suficientemente vulgares, para que todo el mundo pueda, circular, pero por favor, acepten ustedes, los furgonetereos, domingueros y tantos otros sabios al volante, que jamas tienen accidentes y que cumplen todas las normas, que existen unas “elites” con unas capacidades superiores a las suyas y respétenlos igual que estos les respetan a ustedes, acepten que lo que dice la DGT, dista mucho de la realidad, así como lo que los políticos dicen de la crisis, también dista mucho de la realidad, aprendan a ser objetivos y tolerantes con todo lo que les rodea, vivirán mejor.
Gracias, una vez mas Don Arturo, por su tiempo con nosotros, no siempre puedo dedicarle el tiempo que se merece, pues sus textos, deben ser leídos con atención y tiempo del que en ocasiones no dispongo, aun así, aprovecho, la entrada de hoy, para poder mostrarle mis respetos y elogios, tanto a su persona como a su carrera profesional y nivel cultural, ojala hubieran mas personas como usted, tanto en la vida como en los medios de comunicación
* Atendiendo a su capacidad para manejar el coche, un conductor bueno es el que consigue —en curva, al ganar velocidad y al frenar— la máxima aceleración media con la mínima aceleración instantánea.
Se reconoce a un buen conductor en que sus aceleraciones y frenadas son uniformes, aunque sean fuertes (no sacude a los pasajeros con cambios en la aceleración), y en que traza las curvas sin alteraciones bruscas en la fuerza lateral, dentro de lo posible.
La fuente deberia ser conocida para los que aquí escriben, de todas formas, la citare por respeto al autor:
http://www.km77.com/marcas/porsche/boxster_05/s-p/sumario1.asp
Qué barbaridad, tanto elogio hiperbólico me parece embarazoso. Yo prefiero a un enemigo antes que a fans al corte como usted, Sr. Hunt (ya quisiera usted); qué miedo, con tanto deleite, tanto sublime y tanto Krugman.
Me recuerda a esa película de Kathy Bates, «Misery» en la que una fan histérica de un novelista lo secuestra llevada por su adoración al ídolo.
Estos numeritos «Atracción Fatal» no son nada buenos, guárdese de la histeria fanática.
Croq.
Con sus palabras, no tardará en tener enemigos, no se preocupe.
Yo prefiero la objetividad y la capacidad de discernir entre las críticas, los elogios y los comentarios puramente banales. También prefiero, poder expresar mi admiración a una persona que ha hecho que aprenda mucho sobre los automóviles. Entiendo, que no me entienda, mi mensaje, no va destinado a que usted lo comprenda, aun así agradezco la aportación.
Saludos,
Hunt (y si, ya quisiera)
PD: Don Arturo, espero que no se asuste si algún día le lanzo sujetadores y piropos si le veo por la calle, es lo que tiene ser una fan histérica…
No se discute con personas. Se discuten argumentos.
Krugman sabe mucho… pero muchos opinan que se equivoca completamente en sus argumentos neokeynesianos. Todos somos libres de poner en duda los argumentos de cualquiera, los dé quien los dé.
Internet es un medio distinto a los demás.
En este medio, ya no se respeta la trayectoria de las personas. Para mí, no es malo que eso se haga. Hay que batirse el cobre día tras día, y el currículum no sirve como argumento.
La trayectoria de uno sólo sirve para llegar a un sitio, con un bagaje, y a partir de ahí uno empieza de cero cada día. Para lo único que sirve dicho bagaje es para batirse el cobre de nuevo con mejores o peores argumentos. Pero ya está.
Yo no tengo que presumir que lo que dice AdeA es correcto, porque lo diga AdeA.
Él ha elegido escribir en un blog, donde evidentemente, se enfrentará a críticas etc.
Si no quiere recibirlas, hay muchos otros sistemas. Puede escribir artículos en internet y punto. Así escribe en paz y no tiene que interactuar con nadie.
Pero entiendo que si ha elegido hacerlo, es porque es un sistema interactivo.
Y entiendo también que no esperaba que la interacción con sus lectores se limitase a un «qué bien escribe usted, don Ataulfo» «cuanta razón tiene», «le he leido toda mi vida y me encantan sus anecdotas».
Hombre, para eso no escribe uno en un blog, sino que se monta un club de fans y se acaba antes.
Digo yo.
Valmo, lleva ud. razon en que en determinadas bajadas ( las de amplios arcenes y con alguna escapatoria natural o zonas especificas de frenado) se puede circular con bastante seguridad con un camion a 90 -100 incluso cargado casi a tope. Pero seguro que tal sitio no es la bajada que yo comentaba; el arcen tira a justo ( un camion no cabe) y la escapatoria es un paisaje con unas bonitas vistas a la NII direccion Le Bolou, no se si me explico..
Que los camiones han mejorado una barbaridad, es una evidencia que nos puede confirmar cualquier CHOFER ( asi en mayusculas) de los que antaño hubieran manejado alguno de los primeros Pegaso o Barreeiros ( con todos mis respetos a estas dos grandes marcas), y que todavia me los encuentro por la autopista, y te cuentan del cuidado que debian guardar en las bajadas con los frenos, de los dobles- embragues que era imprescindible hacer en los cambios o de lo dura que iba la direccion; por no hablar de lo achicharrados que iban en verano con el famoso aire acondicion…de bajar las ventanillas.., o el no disponer de una buena litera para echar-se un rato.
Como tambien es cierto de lo apretados que van de tiempo, siempre con los jefes encima, con mercancia » just in time» ( en el tiempo justo), con los limitadores/tacografos trampeados incluso por las propias empresas o la obligacion de repostar solo en los lugares en los que la empresa tiene descuento/acuerdo, lo que provoca que montones de camiones se queden sin gas-oil a pocos km de la Junquera, etc,etc..
Cambiando de tercio, quiza no le falte razon a emprendeitor cuando dice que en un blog el autor del mismo debe aceptar las criticas que se le hagan; repito que no le falta razon, pero creo que lo que busca Arturo con el blog es hallar un » feedback» con el bloggero, que mas alla de la critica pura y dura exista un intercambio de impresiones entre nosotros sobre la entrada que el propone. Piense tambien, aunque a ud. no le sirva como disculpa, que como ha dicho el mismo «es nuevo en esta plaza» y ud. posiblemente le gane moralmente por goleada, y a mi posiblemente tambien.
Ya dije otra vez que no entraria a criticar-le su manera de actuar al volante. A mi encantan los coches y me encanta escuchar-leer a la gente que cuentan esas «batallitas» con la que tan buenos ratos paso ( como la antes citada de los choferes de antaño); leo y disfruto, no estoy plateandome si esta bien o mal. ¿Significa eso que yo vaya a intentar emular su forma de circular? Para nada.Que me corrija si me equivoco.
Ademas, el anteponer el sentido comun a la estricta observacion de cualquier norma o ley ( del tipo que sea), lo veo como algo propio de gente inteligente y que tiene » el oficio de vivir» bien aprendido. A mi no me gusta que me traten como a un borrego,alegando criterios de seguridad personal, y ahora me acuerdo del tan famoso » no podemos conducir por usted» del sr. Navarro. Ni se le ocurra,por dios,ni se lo ocurra!!
Y como tambien dice A.A que tire la primera piedra el que no haya hecho alguna trampita por pequeña que fuera;TODOS las hemos hecho, señores,todos. Y yo por lo menos jamas he llegado a las manos con nadie ni he discutido ninguna multa que me hayan puesto ( afortunadamente,pocas).
Salud y relax,mucho relax..
D. Arturo, cuando dice «pararle los pies» en referencia a esos conductores que creen que la carretera es suya, a que se refiere exactamente? que medidas tomaría para parar los pies o, usando sus propias palabras, «poner en su sitio» a esos conductores avasalladores?. Tengo muchísima curiosidad en conocer sus procedimientos en este tipo de situaciones para no encontrarme con el amilibia de turno. Hace tiempo yo pensaba como usted, exactamente como usted. Y no tuve mucho éxito intentando «poner en su sitio» a ese tipo de conductores. Muy al contrario, en varias ocasiones acababamos a tortas, lo cual no es lo mas recomendable. Por eso me gustaría conocer sus procedimientos, métodos y enseñanzas para poner en su sitio a esta gente, ya que no podemos esperar a que aparezca la Guardia Civil en cada problema que haya. Creo que somos los conductores los que, como bien dice, debemos tomar medidas.
Si lo que quiere es poner en su sitio a la gente, en los tiempos que corren, yo le recomendariaque se hiciera con un revolver (con su correspondiente licencia tipo B).
Cada vez más conductores llevan algún arma de este estilo.
O mejor aún… le recomiendo que no se meta en líos.
http://www.google.es/search?hl=es&source=hp&q=discusi%C3%B3n+tr%C3%A1fico+muerte&cts=1280225003027&aq=f&aqi=&aql=&oq=&gs_rfai=
Solo aputar que me sumo a las tesis que explicó Jotaeme y que Arturo destaca al inicio de su articulo.
Mejor no se ha podido explicar.