Llevo muchos años probado coches, unos 20. Durante todo este tiempo, he conducido la mayor parte de los que han salido al mercado (al menos los de las principales marcas). Muchos de ellos en repetidas ocasiones y con diversos motores y especificaciones. En total, calculo que habré conducido unos 3000 coches distintos. Algunos los he llevado muy poco; otros, más de mil kilómetros.
Durante todo este tiempo hay algo que he pensado recurrentemente y que quizá nunca he dicho. O quizá sí. Allá va: si alguien me vendara los ojos y me dejara rodar en un entorno seguro con algunos coches (elegidos al azar) que conduje hasta hace unos 7 o 10 años atrás, es posible fuera que capaz de adivinar la marca y el modelo en cuestión. Incluso en algunos casos podría saber datos del motor, más allá de si es Diesel o gasolina.
¿Tengo alguna cualidad especial?. No lo considero así. Creo que hay otros aspectos que influyen más que mi propia sensibilidad y que a continuación trataré explicar.
La primera es que en km77.com las pruebas se hacen en profundidad. Las marcas suelen prestar sus vehículos a los medios una semana para que realicen su trabajo. En km77.com utilizamos horas de la jornada laboral para hacer un montón de cosas que nos permiten redactar buenas pruebas: sesiones de fotos, vídeos de esquiva, vídeopruebas, mediciones de prestaciones, mediciones interiores o el recorrido de consumo por autovía. Eso ya suma un mínimo de 700 kilómetros por coche en situaciones y carreteras muy diversas. A eso se añade que el redactor utiliza el coche como si fuera el suyo propio durante el tiempo que dura el préstamo. Lo conduce a diario para ir a la oficina, para hacer sus recados y, cuando llega el fin de semana, se lo lleva de viaje personal si estuviera previsto. Esto hace que cada prueba que publicamos en km77.com esté respaldada por la información extraída en un recorrido mínimo de 1000 kilómetros (que en algunos casos pueden ser 2000) y en gran diversidad de condiciones. Caso aparte son las pruebas de larga duración que hemos completado a lo largo de la existencia de km77.com de los siguientes coches: un SEAT León, un Toyota Prius, un Volkswagen Golf, un Renault Clio y un Tesla Model 3 (con el que estamos ahora mismo).
Yo siempre he defendido que para conocer bien un automóvil hay que «convivir» con él. Hay que empaparse de él y usarlo en todas las circunstancias que sea posible y tanto como sea posible. Visto desde fuera, puede parecer que los que escribimos pruebas de coches somos unos señoritos que siempre ponemos el culo en cochazos (bueno, no siempre son buenos) y «de gratis». No es por capricho; lo hacemos para poder escribir un buen artículo. Y no me desvío nada de la realidad si digo que a los redactores de km77.com no nos suele gustar probar modelos especialmente llamativos o caros, porque no permiten llevar una vida normal y pasar desapercibidos.
Cuando utilizo un coche de pruebas en un viaje personal, vengo con tal cantidad de información y sensaciones que me facilitan mucho la redacción cuando me siento frente al ordenador. Esos kilómetros de uso personal son muy difíciles de acumular de lunes a viernes en horas de trabajo, porque no haríamos otra cosa que conducir. También digo que me gusta conducir y, por ello, reconozco que muchas veces me he «inventado» escapadas de fin de semana para dar rienda suelta a mi peculiar visión romántica del automóvil. No hay nada como desplazarse en coche (o moto) por carreteras con encanto que pasen por sitios nuevos e interesantes. Afortunadamente, en España tenemos muchos parajes curiosos y variados. Como es natural, suelen estar alejados de las principales vías, de los grandes núcleos urbanos y también de las atracciones turísticas.
Ahora ya me «invento» menos viajes personales, pero hace años era muy habitual. Os podéis imaginar lo que supuso para un chico que pasó mucho tiempo de su infancia leyendo sobre coches, aprendiendo mecánica básica (y… a veces no tanto), conduciendo los vehículos de su padre en «circuitos» improvisados en descampados del extrarradio de Madrid y que se apuntó a la autoescuela con 17 años ansioso de tener en su bolsillo el dichoso papel rosa que, años después, pudiera disponer a su gusto de casi cualquier coche nuevo que saliera al mercado.
Hasta aquí queda claro (o eso espero) que hacer muchos kilómetros ayuda a recordar mejor lo que llevas entre manos. Pero no hay que olvidar, y con esto llego al segundo punto que quería plantear, es que antes (y con «antes» me refiero a un segmento de tiempo entre 7 y 20 años atrás, que es el que me atañe) los coches aún eran claramente distintos entre así. Yo suelo decir que «tenían alma».
Muchos dejaban una impronta que no se borra con el paso del tiempo. Por ejemplo, recuerdo con una nitidez que asusta esa sensación de seguridad e imperturbabilidad que transmitía el Mercedes-Benz Clase E (W211) en carretera rápida, especialmente si tenía montada la suspensión Airmatic DC. Daba igual ir a 100 que a 200. En comparación, el Clase E que actualmente se vende, tiene un rodar ramplón o, por lo menos, mucho menos sobresaliente que aquél W211 para su época.
Tampoco es fácil olvidar los coches del Grupo Volkswagen con el brutal motor Diesel 1.9 TDI de 150 y cómo tumbaban la aguja del velocímetro ya fuera en llano o en pendientes ascendentes, vacíos o cargados. A veces, este motor iba montado en modelos con un nivel de equipamiento básico y que, por ende, implicaba suspensiones que dejaban que desear. Los amortiguadores parecían excesivamente suaves en su fase de extensión. Por ello, cuando pasabas por un rasante a una velocidad elevada, la carrocería tendía a despegar y, al rato, caía comprimiendo mucho los muelles (que también eran blandos). Esa sensación de que la carrocería iba algo «suelta», y que restaba confianza, le pasaba tanto a un SEAT León con acabado Signa como al Volkswagen Golf GTI IV Diesel (el GTI de gasolina iba claramente mejor amortiguado). La solución era montar el chasis deportivo que en algunos casos estaba disponible en opción. Lo bueno de esos coches es que, aunque la suspensión estándar no fuera estupenda, tenían buen tacto de dirección que los hacía agradables e intuitivos de llevar hasta cierto punto.
A los pequeños deportivos (mi grupo favorito) también se les distinguía a la legua. En aquélla época, no se parecía en nada un Renault Clio RS a un Peugeot 206 RC. En el Renault Clio te montabas y primero tenías que lidiar con su postura de conducción. El asiento quedaba alto respecto al volante, el cual estaba muy tumbado, casi como el de una furgoneta. Sabías que estabas en un Clio por la postura, pero también sabías que era un RS por su manejo. Era maravillosamente fácil de conducir (para su potencia) gracias a que tenía un punto subvirador. Y no por ello poco rápido en curva (recuerdo un pie de foto —de no sé qué revista— con un texto que citaba a Antonio Zanini y decía algo así como que él prefería los coches ligerísimamente subviradores, especialmente en curva rápida). Aunque ese Renault Clio tiraba un poco de morro en los giros, se podía solucionar descargando un poco el peso del eje trasero. Era un vehículo donde el conductor se sentía una parte esencial del conjunto. Tampoco se llevaba nada mal en vías rápidas porque, aunque la suspensión era muy dura y el ruido que producía el motor era elevado, se apartaba poco de la trayectoria que deseaba el conductor.
El Peugeot 206 RC tenía unos asientos de tipo semibaquet muy buenos y la postura de conducción era un poco mejor que la del Renault Clio RS, aunque tampoco me llegué a sentir muy cómodo con esos pedales que quedaban un poco cerca y estaban en un plano que a mi nunca me pareció natural (les sigue pasando a algunos Peugeot). Cuando llegabas a la primera curva, te dabas cuenta que era absolutamente distinto al Renault Clio RS. El Peugeot 206 RC redondeaba las curvas de una forma que no he vuelto a sentir en ningún otro coche. La dirección era súper precisa y el eje delantero no arrastraba casi nada incluso forzándolo. Por lo tanto, el eje trasero tomaba el protagonismo en cada curva, lo quisieras o no. Su deslizamiento podía ser leve o no tanto, incluso sin buscarlo. Casi nunca me atreví a desconectar el ESP, y eso que antes conducía aceptablemente bien (claramente mejor que ahora) y estaba más dispuesto a tomar riesgos.
En el grupo de los pequeños deportivos tampoco es fácil olvidar la dirección histérica del MG ZR 160. Que yo recuerde, sólo el Alfa Romeo 4C, al menos en sus primeros modelos, tenía una que exigiera tanto al conductor como la de ese MG. Estaba tan poco desmultiplicada en el momento inicial de giro que, por muy fino que fueras, te obligaba a hacer correcciones constantes incluso en las autopistas más rectas y mejor asfaltadas. Ese coche no dejaba indiferente y acababa teniendo su gracia porque era rápido, potente (bueno, más o menos, el motor no era gran cosa) y divertido, pero no tanto como para tenerlo como coche personal. Yo busco coches que me hagan disfrutar en su conjunto, sin que me obliguen a prestar mucha atención a un aspecto concreto.
Entre los pequeños deportivos que cumplen con esta premisa está el MINI One y Cooper de la era moderna, o sea en su generación R53. Eran bravos, ágiles y a veces un poco bruscos, pero tampoco demasiado. El Cooper S tenía una suspensión muy dura, seca y con poco recorrido. Por ello, no era difícil llegar a su tope en según qué condiciones (y os aseguro que puede ser doloroso). Este Cooper S, cuyo motor de origen Chrysler estaba sobrealimentado por un compresor, también se distinguía fácilmente por su exagerado consumo. MINI, con la versión posterior denominada R56, mejoró mucho la suspensión y los motores (ahora de PSA), ya que gastaban mucho menos que los anteriores (esto era especialmente notable en el caso del Cooper S). Ese MINI R56 suponía una evolución clara hacia la modernidad, pero seguía siendo un coche divertido. El MINI (R53 o R56) siempre se ha asimilado a un vehículo pijo o de capricho cuando, resulta, que su mejor baza era lo que se sentía en marcha detrás de su volante.
¿Los Opel? …. ahh …. los Opel. Siempre eran los patitos feos entre los deportivos pequeños o medianos. Los Corsa OPC y Astra OPC se les distinguía porque perdían mucha tracción, por la respuesta brusca y tardía de sus motores turboalimentados y, sobre todo, porque no transmitían bien los apoyos en las curvas. En esa época (e incluso muchos años antes) se decía dentro del mundillo que los Opel «pisaban con los flancos de las ruedas», algo que desde luego no sucedía, pero te daba una idea aproximada de por dónde iban los tiros. Su forma de apoyarse en las curvas dejaba frío. Eran vehículos que, sobre el papel, lo tenían todo para ser buenos deportivos, pero que una vez que los probabas siempre llegabas a la conclusión de que les faltaba algo.
Pero si de perder rueda se trataba no había nada que superase al Saab 9-5 Aero de primera generación. No recuerdo ningún otro coche en el que la velocidad de avance pudiera ser tan diferente a la velocidad de giro de las ruedas delanteras. A veces el conductor no se daba cuenta de ello por lo suave que era su dirección y lo desconectada que estaba de lo que pasaba bajo los neumáticos. Es justo reconocer que ese el 9-5 también tenía los mejores (o al menos uno de los mejores) faros halógenos que jamás ha habido. También se reconocía bien por el sitio donde había que meter la llave para arrancar su motor, o por el black-panel. Y ¿los Volvo?, pues siempre han tenido unos asientos estupendos (sin necesidad de tener varias bolsas o contornos hinchables como por ejemplo tienen los opcionales de BMW), y los siguen teniendo.
Los Alfa Romeo de entonces, básicamente los 147 y 156, también tenían su carácter propio. A mi siempre me gustó mucho más el 156 que el 147 en cualquier configuración. Por ejemplo, el 156 GTA era mucho más directo y preciso en curva que el 147 GTA, que era más fofo de suspensión y, sobre todo, más morrón en curva lenta. No conduje mucho ese 147 GTA, pero nunca he estado de acuerdo con la deportividad que se le presuponía. Para ser justos, hay que decir que los 147 eran, en general, de buena calidad y que daban buen resultado dinámico gracias, en parte, su rápida dirección. También adolecían de dos características molestas. Una era que, en carreteras de baches, las suspensión transmitía vibraciones muy incómodas e inconfundibles al conductor a través del volante y a los ocupantes a través de la carrocería. Otro problema que tuvieron al principio es que sus discos de freno se deformaban por exceso de calor con una facilidad inusitada.
Pero no sólo los pequeños deportivos tenían características muy marcadas. También había coches sencillos que sobresalían por algo. Por ejemplo, nunca olvidaré lo que me divertí a los mandos del Ford Focus de primera generación. Lo probé con muchos motores, pero el Focus 1.6 de gasolina me marcó por encima del resto, quizá porque es la primera unidad que conduje de ese modelo. Ese coche se manejaba de una forma increíble. En esa época hablábamos en la redacción de km77.com de conducción «telepática», porque el Focus hacía lo que querías cuando lo querías. Se conducía con el volante, con los pedales y con el pensamiento. Deslizaba de atrás lo que querías y sólo si lo querías. La dirección era exquisita por tacto y por la información que te hacía llegar. Es el ejemplo más claro que tengo de cómo de bien te lo puedes pasar con un coche sencillo. A veces, muchas veces diría yo, menos es más: la potencia bruta no vale de mucho. Eso sí, ese Focus 1.6 no corría, y tenía una quinta marcha muy larga que te obligaba usar mucho el cambio para circular a ritmo ágil.
Podría rellenar páginas y páginas escribiendo sobre cómo eran los coches de hace unos años — recuerdo casi todos los que conduje— pero con los ejemplos anteriores creo que es suficiente. Es justo decir que los actuales aún tienen pequeñas diferencias entre sí, aunque cada vez son más de matiz y están más diluidas. Uno de los posibles motivos es su paulatina estandarización, porque las marcas que los fabrican son propiedad de un número cada vez más reducido de grupos automovilísticos.
Los coches de ahora son los más rápidos, potentes, seguros y veloces que ha habido en la historia, pero también tienen menos alma que nunca. Nunca han sido más sosos por muchas pantallas y colorines que tengan, porque ahora todos tienen muchas pantallas y colorines. Son todos iguales (o casi) y avanzan en la misma dirección, con poco margen para la improvisación. De siempre, lo más importante que un conductor podía hacer era conducir. Ahora, esta labor está siendo paulatinamente reemplazada por otras tan cruciales (entiéndase la ironía) como estar en contacto con un entorno virtual. Los conductores están siendo reemplazados, poco a poco, por los dispositivos de asistencia (aunque no veremos la conducción autónoma completa tal y como yo la entiendo). Los asistentes a la conducción avanzan en la misma dirección (o casi) y, por lo tanto, hacen lo mismo con pequeñas diferencias. ¿Alguien será capaz de distinguir en el futuro los coches de varios años atrás por cómo funcionaba su ACC, su LKAS o su sistema de adelantamiento automático?. Ni de coña.
¿Acaso no quedan coches emocionantes para el aficionado de toda la vida?. Sí quedan, pero pocos. Esto quizá da para otra entrada.
D. Enrique, da gusto leer sobre coches, de nuevo, en km77.
Ya sé que la función principal de km77 es informar a compradores de coche, pero siempre han tenido sus fieles aficionados a los coches, que somos muy distintos de los compradores; y hemos estado un poco desatendidos, inanes, hambrientos de artículos tan estupendos como el que usted acaba de escribir.
Muchas gracias y a ver si con esto del encierro, les da por escribir más sobre la experiencia de conducir los coches, que a mí es lo que más me gusta, y creo que no soy el único.
Muy buena entra de del blog. Estoy completamente de acuerdo con tu articulo. Después de probar también muchos vehículos (trabajo en el sector de automoción) de muchas marcas hay que decir que notas que todos los vehículos son muy parecidos a la hora de conducir. Solo me divierto tal y como mencionas con un Ford Focus con motor 1.6 Ti-VCT de segunda generación. Esperamos con ganas la siguiente entrada del blog hablando de los vehículos actuales que tienen ese punto emocionante. Saludos.
Hola, yo he tenido varios coches y es cierto que ultimamente son todos mas parecidos y neutros, he tenido un focus sedan de primera generacion y era una pasada de coche, ahora tengo un bmw e90, que es muy deportivo pero se siente neutro y un mondeo 4 generacion que a mi parecer sigue teniendo esa esencia de viveza y diversion, tambien he de decir que los fiesta st y focus de ultima generacion van muy bien, espero que ford no cambie de manera de ser directamrnte, un saludo
Yo hubiera ida más atrás, cuando cerrabas los ojos y sabías si era un Citroen, Renault o BMW, conocías el sonido del motor, porque todos sonaban distintos, eso también se ha perdido, muy triste. Ahora solo les interesa, como dices en el artículo, las pantallitas. Cuando hablo con «niños» de 20 años solo comentan lo de las pantallitas. No saben de mecánica, de que tipo de motor lleva uno u otro…ahhh claro! todos llevan el mismo motor… :(((
Que buen artículo !!
Estoy completamente de acuerdo contigo, también he tenido la suerte de probar muchos vehículos y cuanta razón llevas, los vehículos de ahora «transmiten» mucho menos que los de antes. Por ese mismo motivo, nunca me desharé de un CLK 320 CDI AMG que tengo en el garaje, un auténtico devorakilómetros con una calidad de rodadura, acabados, motor etc… que ya quisieran coches actuales.
Un saludo,
Me he sentido muy identificado con el artículo. Siendo un probador de coches amateur, antes mi ilusionaba con conducir cada vehículo que se me ponía a tiro, y realmente había muchas diferencias en la configuración del motor, el chasis, etc. Ahora con echar un vistazo al diseño interior, saber quién fabrica el cambio automático y probar el sistema de infoentretenimiento me conformo… Todos tenemos en la memoria más primaria ese coche imperfecto que nos encantaba por algún/algunos detalles.
Todo esto pone sobre la mesa el debate sobre la alienación que produce la tecnología y la globalización. Está claro que aporta muchas ventajas, pero también quita ese alma a las cosas que comenta el Sr. Calle. Queremos renunciar a ello o preferimos la imperfección con alma? La industria ya ha decidido por nosotros. De hecho, en breve, tendremos que aprender a diferenciar matices entre motores eléctricos y olvidarnos de bramido de los grandes motores de combustibles fósiles.
Sigan publicando estos días. Como decía EJ25MT5, es un buen momento para recuperar los artículos de opinión. Hoy más que nunca necesitamos de ellos.
Ánimo a todos!
Un articulo magnífico, no puedo estar más de acuerdo. Como aficionado de toda la vida creo que en cuestión de «coches» tal y como los hemos conocido ya está todo inventado y lo único que pueden hacer más es ponerles lucecitas y ordenadores porque el desarrollo técnico ha llegado al final. Empieza la era eléctrica y las nuevas generaciones piensan de otra manera y ni siquiera han conocido el maravilloso sonido que tenían los coches, ni la gozada de estirar los motores atmosféricos, las cajas de cambios que había que engranar….era divertidísimo. Una pena pero de alguna manera somos unos privilegiados por haber conocido y conducido esos coches y esa época. Siempre nos quedarán los clásicos.
Todas las generaciones dicen lo mismo, “ya no se hace música como la de antes”.
En mi caso en ciertas marcas (BMW por ejemplo) yo creo que con accionar los mandos (sobretodo si eran de cambio manual) ya casi podías adivinar de que coche se trataba.
Muchos de los coches que he tenido / conducido me han proporcionado estas sensaciones, pero como dijo EJ los que no estamos aquí sólo por los “ensayos clínicos” de la portada tendemos a buscarlos. A continuación alguno de los que me han marcado más.
Recuerdo con cariño el Cooper S R53 mencionado en el artículo. A pesar de su apariencia pija y mona era un autentico potro salvaje. Un embrague como una piedra, una dirección que parecía que no tuviera asistencia, suspensión como una tabla de planchar y un chasis siempre dispuesto a morder a no ser que lo hicieras todo como dios manda. Eso si en una carretera ratonera era increíble.
Otro coche que me impresionó, de la misma empresa y más o menos contemporáneo fue el 118d 3p de primera generación. El que tuvimos era completamente de serie excepto por los faros de xenon y el aire acondicionado (si, el a/a era opcional), lo cual significaba ruedas de 16” y suspensión de serie. Si el Focus era telepático, este aún más, preciso y sobre raíles. Además me enseño el placer de conducir un coche en el que la dirección y la propulsión la hacían ruedas distintas. Eso sí cuando se sobrepasaba el límite era un poco delicado.
Después tuve un MX-5 1.8i RC de tercera generación. Otra vez ruedas pequeñas, perfil “alto” y en este caso suspensión manifiestamente blanda. Fue el coche que me enseñó que no se necesitan grandes ruedas y suspensión “de carreras” para disfrutar. Lo que le faltaba de precisión (sobretodo en curvas de media y alta velocidad) lo ganas en nobleza de reacciones y en diversión a velocidades moderadas y bajas. El comportamiento excelente pero sin la radicalidad del Serie 1.
Ahora conduzco un M140i y la verdad es que estoy muy contento con él, pero en un puerto de montaña su capacidad prestacional supera mi capacidad de dominarla. Eso sí, en carretera medias y rápidas puedes disfrutar del “pivotar en la cadera” que sólo un coche de tracción trasera es capaz de proporcionarte junto con una capacidad de devorar kilometros inusitada. Además el motor es fino y cañon. Una rara avis en su segmento.
Me ha gustado mucho. Suele hacerlo prácticamente todo lo que leo de km77. Pero en este artículo en especial, porque me lleva a mis años de recién sacado el carnet (1999). Se han descrito muy bien las sensaciones que había en esos coches especiales, con aspiraciones (o no) deportivas y las sonrisas que te llevabas cuando conducías alguno de esos vehículos.
Me ha sucedido leyendo esto, lo que me pasaba desde muy pequeño cuando devoraba mensualmente mi revista de Automóvil, y creía estar sentado en el asiento del piloto cerrando la curva, y apuntando con el volante para minimizar el deslizamiento…que emocionante que haya gente que le gusta de verdad los coches, y que alegría cuando los leo. No puedo mas que dar las gracias por esta entrada, y que haya muchas como esta, y mucha gente que sabe, entiende y comunica con pasión.
Un saludo.
Enhorabuena , por el articulo. Es cierto cada coche aunque sea una maquina tiene su corazoncito. Cuidaros mucho y un abrazo para todo el equipo de km 77.
La verdad es que es un excelente artículo, movido por la añorancia a aquellos modelos y motores bien diseñados. Sin embargo no hay que olvidar que cada persona vive una época y consume en su época todo aquello que ve, oye, toca…
Por lo tanto no hay que confinarse en una época, aunque entiendo que se sienta nostalgia. Los tiempos cambian porque nadie pensaba en un confinamiento (verbo y palabras de moda diseñadas para suavizar las correspondientes a su sínonimo)….
Igualmente hace 20 años nadie pensaba en pantallas táctiles, ni motores tricilindricos…pero los que invierten y tienen el poder sí que piensan una estrategia que les haga aumentar sus intereses. Y como los que mandan tienen sus servidores elegidos por ellos mismos, cuando deciden y les apetece dan las órdenes. Empezaron en China y seguirán por todos los países del mundo, disfrutando de la manipulación de los medios, incluida las curvas de Excel. Y se acaba en China pero no en otros países, puesto que la estrategia de virus contiene la estrategia dominó. Y todos los países tienen que cumplir, puesto que el que no cumpla lo pasará muy mal…
Cómo los acuerdos que hacen algunas marcas para obtener máximos beneficios. Pero a un nivel mucho más ambicioso. La demostración de poder es bestial, brutal, aniquiladora…hasta que ellos quieran…
Y la próxima puede ser peor…porque con un chasquido de dedos tu puedes llamar a un camarero…pero ellos dominan a sus servidores… dominan las mentes de las personas, las mueven cómo se les antoja y sobre todo dominan el mundo..
El Giulietta con la plataforma Giorgio es lo que hace falta. Ah, bueno, no se puede por la irrupción del coche eléctrico.
Realmente, alguien cree a estas alturas que países como España, Italia y más que van a caer en Europa, tienen capacidad para la instalación de «electrolineras»?
Vale, una que tarde 6-8 horas en cargar claro que sí, pero una de 350-400 kW para poder cargar en 5-10 minutos claro que no. El dineral que vale cada una de estas instalaciones y la infraestructura asociada. Una instalación para una manzana de 100 viviendas con 3,5 kW de capacidad contratada para cada una, es lo que necesitas para un solo enchufe, solo uno.
Nos quieren imponer el coche eléctrico sin infraestructura, bueno… ahora con la que está cayendo evidentemente no.
Bonito artículo, yo consegí el carnet en el año 1997 y era un enamorado de los coches, y cuanto más puros mejor. La verdad, que con el paso del tiempo, la tecnología me ha ido seducciendo y no puedo negar lo que me gusta el salpicadero de un Clase A o las tecnologías hybridas como las de Toyota. Pero esto son, digamos, elementos de trasporte.
Compré como capricho un Abarth 595 en 2017 para revenderlo a los 12 meses ya que conseguí un gran precio, pero ahora, no soy capaz de desprenderme de él. Es un coche con alma, y siempre te saca una sonrisa, sea adelantando, usando 2 y 3ª velocidad en carretera ratonera, o simplemente al cambiar de marcha emitiendo un ligero petardeo…. Y afortunadamente nos lo podemos permitir ya que no tiene el precio de un Porche Cayman o cualquier otra maquina de disfrutar…
Un saludo y buen fin de semana
¡Qué buen artículo, Enrique! Muchas gracias.
Al leerte me has recordado que te conocí a través del foro de km77. Seguro que en aquellos mensajes que escribías estaba esta pasión que describes ahora.
Y al leerte, también me he acordado de una cosas que escribí en el foro tras una presentación de MINI. Intentaré rescatarla y contribuir a tu iniciativa de «abuelo cebolleta».
Ya de paso, te pregunto:
Afirmas en el texto:
«aunque no veremos la conducción autónoma completa tal y como yo la entiendo»
¿Qué es lo que opinas que no veremos? ¿Cómo entiendes tú la conducción autónoma?
Me sorprende que digas eso, a tu edad. Esa frase es casi más de abuelo cebolleta que el resto del artículo 🙂
Muchas gracias
Se me cae la lagrimita recordando coches y motores. Gracias por el artículo.
Como ejemplo de coches que hacían sentir algo;
– golf II, con carburador y gti
– Renault 21 turbo … Como gastaba aquello
-Ibiza GT TDI y primeros TDI de 110cv … Como andaba aquello gastando 5 litros
-Alfa Romeo sprint 1.7 … Motor boxer busca fiabilidad
– Citroen AX gt y saxo VTS … En busca de la estabilidad
– BMW serie 3 E36. El más buscado en el polígono
Etc, etc, etc
Le entiendo perfectamente…
De hecho, acabo de vender un compacto relativamente nuevo, con pocos km y en estado de exposición (siempre mantengo los coches así) para comprarme un capricho de la niñez que posiblemente me de muchos mas problemas, un Rover Coupe 218 VVC.
Es mas lento, mas incomodo, mas ruidoso, etc, pero tiene muchas mas conexión con el conductor de la que tendrá mi anterior Civic fk2.
@13, Yo también me llamo José Manuel y tras probar un Giulia el año pasado, también pienso que la plataforma Giorgio es lo que necesitaba la industria del automóvil. Sólo le faltan motores atmosféricos.
Lo que necesita ahora es dinero para que esta plataforma genere más modelos y más ventas, en Maserati, Chrysler/Dodge, en Alfa e incluso en la propia Peugeot y Opel. Por ese lado vamos mal… A la crisis se suma que Peugeot, como siempre, reducirá a cenizas las marcas que compre/asocie. Ojalá me equivocara.
@16, yo tuve uno de esos Ibizas TDI 110 de los que usted me habla. Si me colocan en la antigua C-17 entre Tona y Granollers, tardo dos curvas en reconocerlo.
Buenas tardes.
Excelente artículo, enhorabuena. Según lo iba leyendo me venían a la mente algunas de las sensaciones que he tenido desde años antes de sacar el carnet de conducir hasta la época actual. Recuerdo especialmente el ansia que despertaba en mí llegar a tener el citado permiso, fué un monopensamiento durante años.
Para la inmensa mayoría de la gente con menos de 30 años el coche les provoca las mismas sensaciones que me causan a mi cualquiera de los electrodomésticos que me rodean en casa, es decir, prácticamente ninguna. Me cuesta asumirlo pero es así; intento transmitir la pasión por la conducción y por los coches pero es una cruzada casi inútil. La era digital que acaba de comenzar ya está pasando por encima de las sensaciones y aficiones analógicas.
Actualmente, cuando hundo el pedal del acelerador en la mayoría de los coches, no tengo la impresión de ser yo quien esté acelerando; me refiero a esa linealidad insulsa en la entrega del par y la potencia. Ya no se nota esa “fiesta” final cuando la aguja se acerca a la zona roja del cuentarrevoluciones. Y de las insensibes direcciones asistidas eléctricas mejor no hablar…
Son muchos los coches que he tenido la suerte de conducir en estos años pero el que viene a mi cerebro de manera recurrente es el Focus ST del 2005 con el motor 2.5 de cinco cilindros; creo que nunca dejaré de escuchar su bramido al arrancar por las mañanas y también su peculiar sonido al acelerar en cualquier régimen. Sensaciones, esa es la palabra clave.
Un saludo para todos. Fernando.
Ya lo mencionó Ted Striker, pero lo que yo me divertí con el Ibiza GT TDI 110 de aquellos primeros…. no creo que me vuelva a divertir con un coche como lo hice con aquél. Ahora voy en un A4 TDI Avant con el que estoy muy contento, pero «el sonajero» (lo llamábamos así porque a los seis años le sonaban todas y cada una de las piezas del salpicadero. cómo aceleraba, cómo corría, como giraba, qué asientos.
Muy buen artículo Enrique!!!!
Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio… ese coche ocupa mis sueños húmedos y creo que es el mejor exponente actual de un coche para los que les guste conducir, no ser transportados.
Buen artículo.
O incluso el Giulietta 1.4T, que ya transmite muy buenas sensaciones con un coste contenido.
Tengo tambien un Mazda CX5 2.5, del que pensé que me aburriría pero ni de lejos…
Excelente artículo que refleja a la perfección lo que muchos amantes de los coches sentimos hoy en día. Como usted bien dice, hoy en día los coches son más rápidos y seguros, pero les falta ese carácter que los hacía tan diferentes unos de otros.
Es curioso.
Hace 20 años ya se decía eso de que «todos los coches se parecen cada vez más».
Y dentro de 20, quizá algunos recuerden con nostalgia los coches de ahora. Que, al menos, se podían conducir, y tenían unos ajustes de software que les diferenciaba.
Como dice, creo, Guillermo, hace 50 años un servidor era capaz de distinguir los coches a ciegas, sólo por el sonido de su motor: no sonaba igual un 124 que un 1200, un 850 o un 2CV. La lectura de las pruebas de entonces dejaban entrever diferencias enormes de personalidad entre las distintas marcas, cada coche era un mundo y requería técnicas de conducci´ón específicas. La gente «extrañaba» pasar de un modelo a otro.
Quizá los años que van de 1995 a 2005 marcan un punto de inflexión: implantación masiva de sistemas de seguridad, software de gestión el motor (y definitiva desaparición, por ejemplo, del carburador), generalizaci´ón del turbo,… que terminaron por homogeneizar los coches. Súmese a ello marcos legales sobe emisiones y la creación de alianzas para compartir motores y plataformas, cuando no directamente fusiones. O la generalización de los proveedores externos para componentes clave, como Bosch y similares.
Alfa Romeo 166 2.4 jtd 185 cv… Mi nena, mi pasión, mis ganas de hacer miles de kms sin parar. Valencia – A Coruña todos los meses por trabajo. 351.000 kms actualmente en marcador. Los viajes en este coche son un placer que hay que conocer. Se acabaron los vw passat ruidosos y lentos, los bmw serie5 tragones y caros de mantener que se conducen como camiones, los Renault laguna defectuosos con un motor diésel que gasta poco pero ve las cuestas de lejos… Un amigo me dejó probar un 166 jtd…. Y menudo cambio. Estaba desesperado con todas las chatarras que iba probando, viajo muchísimo por todo tipo de carreteras. Solo tengo algo que objetar respecto al alfa… Y es la maldita electrónica Fiat y los silent blocks superiores de los tirantes delanteros de suspensión, que hacen el característico ruido cuando se gastan, pero nada comprometedor. Qué suerte tenerla conmigo, haberla conocido!!
Totalmente de acuerdo, tuve e30, e36, e46 y e60, todos 6 cilindros y tengo claro que el dia que vuelva a comprar un BMW será un 325i e30, todos los demás muy seguros, rápidos, aplomados, etc… pero en ninguno, ni de cerca, me sentí tan conectado al automóvil como en el e30, que forma de tener lindos recuerdos de él.
Yo también, como muchos otros soy un apasionado de los coches desde pequeño y por suerte en mi casa siempre hemos tenido muchos coches y la oportunidad de conducirlos en caminos privados desde los 14 años. La primera experiencia que aún recuerdo como si hubiese sido ayer fue un morgan verde ingles con cuero rojo… Ese coche era como un kart y el olor a cuero… También el citroen Cx GTI me marcó mucho, un Renault 4 que me encantaba y después un 2CV… Jejejje era otra época. De ahí lo más interesante fue mi primer BMW 325 cabrio de los primeros que tontamente cambié por un Saab 9-3!!! Menos mal que aún tenía un MX-5 que me sacaba las sonrisas. Aposté por el RX-8 y aunque era la bomba… Lo dejé aparcado bastante tiempo ya que volví a comprarme un BMW z3 que si que me gustaba… También he tenido bastantes todo terrenos entre ellos recuerdo el montero como uno de los mejores aunque el Touareg v6 me ha parecido el mejor, más completo y comodo de todos. Me dejo atrás muchos otros por no ser más pesado. Actualmente tengo solo 2, un AUDI TT MK1 180 que me sigue encantando a pesar de sus 15 años y un Chrysler 300c touring hemi… Que además de lo bestia del motor, la sensación al conducirlo es como un Mercedes E 124 (que también tuve unos años) en resumen muchos coches muy variados y todos con un carácter especial. Hoy en día cuando cojo estos coches modernos de pantallas exageradas y asistentes para todo, me parecen todos iguales y sinceramente cada me ilusiona menos los actuales. De hecho entre las restricciones en las carreteras y en las ciudades y el tema medioambiental creo que un eléctrico básico para el dia a día aunque no me emocione y mantener mis dos clásicos por mucho tiempo seria la opción más lógica para mi.
Qué buen artículo, qué reflexiones tan acertadas, que muchos de los que leemos Km77 y ya tenemos algunos años a las espaldas compartimos sin ninguna duda.
Me ha gustado mucho. Siempre pienso en comprarme de nuevo un 127 de segunda generación con el motor 903 que fue mi primer coche de joven, porque no recuerdo divertirme tanto al volante como en ese bichillo. Claro, ni de coña lo querría hoy en día por temor a un accidente y morir entre mil hierros, pero siempre le queda a uno esa sensación de lo divertido que era apurarle las marchas y dar las curvas al límite de adherencia de esas ruedecillas de 145… y la juventud, que lo ve todo diferente.
Ahora bien. Tras haber conducido varios coches (y no hablo de haberlos llevado puntualmente, porque eso no te dice a las claras qué estás llevando) me quedo con la rabia que soltaba el 405 Mi16 1.9 sin catalizar M-JP que me hizo disfrutar de las altas prestaciones. Mil veces más de sensaciones que cualquiera de más de 200 CV catalizados actuales. También del SAXO 1.4 75 CV que pesaba poco y no veas. Luego varios coches con más o menos caballos, todos muy confortables, bien equipados, potentes, seguros… y ya. PEEEERO: Ahora que ya no tengo de esos, acabo de comprar un FABIA 75 CV ATMOSFERICO, sí, sin turbos, y he vuelto a disfrutar de lo lindo estirando las marchas hasta las 5500 sin miramientos y «ratoneando» en segunda por ciudad. Me está haciendo disfrutar mucho. Cosa que realmente no esperaba ya a estas alturas en las que todo es infotaintment y dejar de mirar la carretera durante 10 segundos para dar con la velocidad adecuada del ventilador interior o su temperatura. En este le doy a la «rula» y lo pongo a la velocidad y calorcito en un segundo y sin mirar, a tacto. Y me encanta haber vuelto a la sencillez de los mandos manuales que a «palpón» se sabe dónde están y cómo darle. Ojalá se conserven algunas cosas buenas de antes y no se vuelva todo una Tablet, para los viejos como yo. 🙂 Saludos a todos.
Yo no soy probador profesional, ni mucho menos. Ni siquiera me gusta demasiado probar coches ajenos porque tampoco me gusta dejar el mio propio, pero en 23 años de carnet unos cuantos, propios y ajenos, han pasado por mis manos.
Una de mis mayores decepciones automovilísticas me la proporcionó mi penúltimo coche, un Ibiza TDI de aquellos con motor 2 litros y 143 cv. Después de probar en su día uno de 90 cv de cuando eran GT TDI, y de 8 años de posesión de unos de los ahuevados de 100 en versión Sport del que guardo muy buen recuerdo, vino el FR.
Que andaba un huevo, subviraba mucho menos pero… me aburrió. El 100 tenía mala uva y hasta sonaba bien a veces, el 143 tiraba mucho mas pero de un modo un poco geriátrico y anodino, le habían quitado todo el sonido salvo el feo y el comportamiento en curva parecía diferente pero en el fondo era la misma sosez pero 10km/h más tarde. El viejo, sin prometer nada, tenía algo de lo que el nuevo carecía, no se exactamente el qué.
Así que lo vendí y me compré un Focus 2.0i de 2008, que anda algo menos y gasta mucho más, en parte por lo bien que habla la gente sobre estos Focus y en parte por ganas de tener un coche con motor atmosférico «anticuado» mientras se pueda. De momento me esta gustando el cepo, creo que este también tiene un «algo». Un «algo» muy pequeñito si me acabo de bajar de un MX5 1.8 nb que tengo el placer de conducir muy de vez en cuando, bien es cierto.
Un familiar se compró un Kodiak RS. Hace 20 años los datos de ese coche me hubieran provocado inmediatamente ganas enormes de darme una vuelta con el. De hecho un Grand Cherokee 4.7 que hubo en casa una temporada me encantaba conducirlo aún con su caja de 3+overdrive, su eje rígido delantero y lo caro que salía darse una vuelta un poco larga. El Kodiak lo he cojido fugazmente y de momento lo que mas me gusta es el emulador del sonido que era natural en el Jeep cuando ibas a punta de gas. Porque cuando acelerabas fuerte… no hay color en nada. Obviamente el Skoda es infinitamente mas cómodo, preciso, estable, silencioso… y su dueño esta encantado con el. También lo estaba con su anterior Passat, coche que a mi me parecía mortalmente aburrido. Supongo que los coches se hacen para gente como mi familiar.
Pues no es una broma lo que voy a comentar . En mi caso el automóvil que más me ha transmitido es aquel que yo he influido más en que el mismo fuera más preciso o veloz independientemente de muchos factores . Y en mi caso fue mi primer automóvil de segunda mano que fue nada más o menos que un Seat 127 de cinco puertas . Ligero no más de 900 kg , motor valiente de 42 CV creo recordar . Otro automóvil que me hizo disfrutar fue el primer Seat Arosa , un simple 1000 cc con 50 CV , y que si querías que fuera rápido , o conducias bien y eras fino filipino o te quedabas en la retaguardia . Te obligaban a pensar , a decidir etc. Me acuerdo y me acordaré toda mi vida de una anécdota . Íbamos por una carretera con curvas enlazadas , ligera pendiente en Asturias . Mi amigo con un Focus TDdi de 90 cv y yo con él. Nos adelanto un Renault 5 TL supongo 40 o 50 CV . No fuimos capaces de seguirle el ritmo durante más de 20 km en una carretera con buen asfalto . Nos estuvimos fijando en que demonios hacia el conductor del 5 TL . Era fino , preciso , trazada justa , parecía que su automóvil iba sobre raíles , ni un solo error , no tocaba el freno nunca , pero nunca . Parecía una lancha que navegaba por la carretera. En más de un momento y cuando la carretera lo permitía , el 5 TL llevaba ritmos que a nosotros nos parecían desaconsejables . Osea se nos escapaba . Hay conductores con manos y otros unos pisapedales …..
Un saludo ……
Gracias por el artículo Enrique, enhorabuena!!
Pero la realidad VA A SER MUCHO PEOR DE LO QUE OS ESPERÁIS.
Los objetivos de SEGURIDAD VIAL y de SOSTENIBILIDAD van a hacer que se implanten de forma rápida sistemas de control de la conducción, además de impulsar la conducción autónoma.
Disfrutar con un coche en la carretera va a ser como disfrutar con un caballo en una calle de tu ciudad… ¿me entendéis?
@24 acierta.
De hecho recuerdo un Polo GT de 1991 que tenía una amiga, que me dejaba de vez en cuando. Era mucho peor coche que cualquiera de los que conducía habitualmente, pero estabas mucho más conectado.
En cualquier caso, aún se pueden encontrar coches de estos asequibles, MX-5, GT86/BRZ o Swift Sport me vienen a la mente. Incluso existe algo como el Yaris GR que hace 25 años hubiera sido un perfecto ejercicio de homologación en el Grupo A.
Mientras dure no está todo perdido.
Que gran artículo! Y que coincidencia en la mayor parte de los criterios expuestos que hacen que un vehículo te deje una huella indeleble para siempre. Seguramente sea por eso que desde el 2001 no me he comprado ningún coche nuevo, y lo más reciente que ha entrado en mi garaje desde entonces ha sido del 2008 (y para mi mujer).
Además me resulta especialmente gratificante recuperar viejas glorias y “coches con alma”, reacondicionarlos, y darles (y a mi) una segunda juventud. Así es como he terminado “acumulando” un Gti Mk2, un e36 coupe y un Ibiza Gt Tdi 110.
Saludos!
Excelente artículo, todavía habemos a quienes nos gustan los coches análogos.
Yo tengo hoy la disyuntiva si cambiar mi E46 325i Ci en estado impecable por un E92 330i, el ultimo gran motor atmosférico bávaro.
Saludos a Km77
El signo de interrogación al cerrarlo no le sigue un punto, es redundante. Yo creo que la gente ira perdiendo el interes en los autos con la conducción autonoma y sobrevivirá un segmento de aficionados que busquen coches con alma.
Se está comentando una época donde los fabricantes querían ofrecer un vehículo con un buen motor. Entre ellos competían para que estos motores fueran fiables y tuvieran una larga vida. Y es cierto que se disfrutaba mucho de la conducción y se podía ir a velocidades que te trasmitian buenas sensaciones. Yo disfrutaba mucho de un Ford fiesta xr2. Cuando te dabas cuenta ibas a 200km/h…
Después vino una época en la que los fabricantes trabajaron el diseño, ya que vieron que a la gente le gustaba personalizarse el coche. Era la época del tuning y si sabías trabajar la resina, el estireno, catalizador, coremat… podías hacer bellezas sobre ruedas que con un buen motor, eran una maravilla… había que tener mucho cuidado con las burbujas porque era el gran problema de la estratificación…llegamos a hacer una serie limitada, portón, capot, dos alerones, bajo de las puertas, bajos del coche, tapafaros para faros ocultos…todo de fibra de vidrio…cuando lo vi montado el coche era espectacular, parecía que estaba en otro planeta…un deportivo bello, elegante…pero nunca se puso a la venta…era una serie limitada y cuando veía coches tuneados que ganaban premios, la verdad es que no me llamaban la atención porque el coche que habíamos hecho los superaba en todo…
Bueno pues en esa época los fabricantes se esperaban en llamar la atención con el diseño. Y algo que revolucionó el mercado fue que las mujeres empezaban a comprar coches. Y ya sabemos que las mujeres se centran en el diseño…muy pocas saben el motor que compran…y esto era un chollo para los fabricantes y para los comerciales, porque vendían coches con motores con poca potencia teniendo un buen beneficio porque las mujeres no entendían ni querían entender de motores…
Pienso que cambiaron las cosas…coches tuneados, equipos de música potentes.. y las marcas aprovecharon…es normal…
Más tarde vinieron los ordenadores de abordo, los motores diesel se perfeccionaron, el climatizador era una ventaja…
Vino la época de la lucha por conseguir mínimos consumos, restricciones de velocidad, controles en la carretera, multas, radares…
Y como no me voy a extender, pasamos a la tecnología de las pantallas táctiles, airbags, seguridad pasiva, sensores por todos los sitios, teléfonos móviles, híbridos, eléctricos, SUV y se habla de vehículos autónomos…
Un trabajo que va evolucionando y que busca la venta como objetivo adaptándose a la demanda para conseguir el máximo beneficio.
Pero sí, conducir aquel xr2 fue una experiencia inolvidable..aunque hay que reconocer que circulando a esas velocidades en esta época sería restar miles de euros de nuestra cartera…y quedarse sin el permiso de conducir…
Y ahora supongo que los fabricantes están probando durante estos últimos años…pero con este parón mundial debido a este presunto virus que ha limitado la movilidad los fabricantes y sus inversores es estarán planteándose nuevas metas…
Ah… la nostalgia ya no es lo que era
Cómo añoro mi vieja Olivetti. El ruido del tecleo era inconfundible, el tacto en la pulsión, único, el sonido del retorno del carro diferente al de cualquier Olympia o Smith- Corona. Es verdad que cualquier error se pagaba caro –y si hacías copia por triplicado con papel-carbón podía acabar en tragedia– pero qué sensación de ser tú el dueño de tus propios fallos: tengo claro que la tinta blanca correctora fue el inicio de toda la sosería actual de los procesadores de texto. Los chavales de ahora no saben lo que se pierden.
hola,
@4. Sí, el sonido de los coches era inconfundible. ¡Qué diferente era el de un SEAT 127 respecto al de un Citroën Dyane 6!.
@8. Está claro: ya no se hace Rock como el de los años 60 y 70 😉
@15. Entiendo que la conducción autónoma «de verdad» es la de nivel 5. NO hay fecha prevista para que llegue: https://www.km77.com/revista/engendromecanico/la-conduccion-autonoma-y-la-mala-utilizacion-del-lenguaje/
@20. Totalmente de acuerdo con lo que dices.
«Esto quizá da para otra entrada.» Sí, por favor, hágala. Se lo agradeceré. Y será muy útil.
Gracias Enrique.
@38.- Y por eso hay tanta gente que los domingos queda para escribir con sus Lexicon 80, miles de clubs, foros y grupos de todo tipo sobre cada modelo de Underwood y Olivetti, y las marcas de PCs e impresoras de vez en cuando sacan un modelo de teclado con cierto sabor añejo. Lo mismito.
Señor Enrique, ha escrito usted un artículo formidable. Mi más sincera enhorabuena.
No sé sin han probado ustedes las tortitas de arroz. No están mal. Son relativamente sanas, un poco insípidas. Te cansas pronto de ellas. Y da igual la marca, porque prácticamente saben todas igual. No sé si ven por dónde voy…
No tengo claro cuál será mi siguiente coche. Hasta ahora los cambiaba cada 5-6 años. Uno o dos años antes del cambio, ya tenía bastante claro el siguiente candidato. Es la primera vez que esto no sucede. Ya ha pasado el periodo de cambio y, a excepción de coches que me generan curiosidad como el model 3 de su prueba de larga duración, no hay mucho que llame mi atención. Es más, cada vez estoy menos emocionado con los vehículos nuevos y más contento con las «chatarras» que he ido acumulando: un ford sierra 1.8 td del 91 y un Citroen DSuper del 71 (que estoy desmontando para restauración).
El Citroën es de esos viejos trastos con personalidad. Una joya de la época Michelin. Aerodinámico, situando el motor longitudinal tras el eje delantero, con su hidroneumática y su cambio de marchas en la columna de dirección. Con faros que giran con la dirección y corrigen automáticamente su altura, todo de forma mecánica con un endiablado mecanismo de cables, muelles y levas. Con dirección y freno asistidos hidráulicos. Un diseño impresionante y atemporal de André Lefebvre y Flaminio Bertoni.
El sierra es un cepo. Le cuesta salir desde parado, las recuperaciones de 80 a 120 tardan sobre 1 mes y medio, suena como un Barreiros y los movimientos de carrocería son propios de un ford crown victoria. No tengo ni idea de por qué me encanta ni de por qué me divierto tanto con él. No enciendo la radio porque no hace falta más entretenimiento. No puedo ir a ningún sitio, ver una pista de tierra y no meterme. No puedo tomar una curva sin hacer el imbécil. No puedo conducirlo sin disfrutar. Es como la heroína, pero peor.
Los otros 2 coches de casa, los de uso diario, me siguen gustando. Los cambiaría si algo en un coste razonable me «hiciese tilín». Pero cuando veo la mayor parte del mercado, como a muchos por aquí, me sabe como a tortitas de arroz.
Un abrazo y enhorabuena de nuevo.
Esperamos la segunda parte de este artículo, donde nos cuenta qué coches actuales todavía cumplen un poco con esto.
Honda Civic, Mazda 2 y 3 (el 6 y el CX-30 un poquillo también, pero menos), el Focus y hasta un poco el 308.
De los que comenta he llevado algunos, y coincido en casi todo.
Personalmente lo que más hecho en falta es la comodidad. Todos los coches son ahora silenciosos, pero con mucho sonido grave de fondo. Todos absorben bien los baches, pero ninguno «flota». Todos tienen pocas vibraciones, pero todos son algo ásperos.
Posiblemente aquel Clase E fue uno de los últimos cómodos de verdad.
Jotaeme hablaba por aquí de la democratización de la velocidad.
Que gran razón tenía.
Muy buen artículo D. Enrique, me ha traído recuerdos de mi post adolescencia en la que éramos capaz de reconocer los vehículos por el sonido del motor o por sus faros cuando venían de frente en la noche. Hoy en día con retoques y cambios cada 2,3 ó 4 años, no existe cultura (ni en esto ni en casi nada) por las cosas bien hechas y bien pensadas, solo importa vender y si puede ser copiando lo que a otro le ha funcionado.
Pues mi mejor recuerdo en ese sentido fue el de un Golf GTI MK1. Me lo dejaron un mañana para probarlo y fui y volví a de Madrid a Gandía en un suspiro (con una parada con bañito en la playa) disfrutando además de pequeñas cosas como que al parar con el coche caliente, su inyección volvía al ralentí de forma imperturbable y no como los latosos carburadores de la época. Planeaba sobre el tráfico
Artigo muito muito muito bom.
Os meus parabéns desde Portugal
Mário
Con todos los respetos, pero menuda batallita…
Cuando los humanos íbamos a caballo, esos si que eran diferentes de uno a otro caballo…
¡Y que no te tocara un mulo o un burro!
En fin… Que apenas llevamos una semana confinados, que no es para tanto.
Ánimo a todos.
Esta claro que los coches cada vez son mejores en su conjunto, sobre todo los económicos, ya que existe un límite de mejora impuesto por la física al que los vehiculos caros ya se han aproximado. Todo sistema se satura, es decir, tiene límites.
Y cada vez más habrá menos diferencias de prestaciones entre vehículos económicos y caros. Sabedor de eso el marketing cada vez se orienta más a la imagen que transmite el producto que al producto en si.
Considero que a muchos conductores les atraía esa diferencia entre los productos que se basaban en cuáles eran menos imperfectos y la diferencia de precio era muy palpable en el producto.
Ahora es normal ver una berlingo adelantando a un BMW.
Pero esas imperfecciones permitían que el conductor tuviera protagonismo. Hago 4×4 y antes todos los conductores no eran capaces de superar algunos obstáculos. Ahora con la potencia de los coches actuales y los modernos sistemas cualquiera supera tramos duros. Para muchos esa democratización es un paso atrás.
Excelente artículo, muchas gracias!
Pero tengo dos comentarios:
1. Mi sensación al leerlo es que el alma a la que se refiere está relacionada con defectos o imperfecciones en muchos de los coches de los que habla. Los coches de ahora son mucho mejores, y por eso son mucho más parecidos.
2. También tengo la sensación de que los coches siguen teniendo su personalidad, y basta leer las pruebas de km77. Incluso en segmentos «populares» hay diferencias, y no es lo mismo conducir un Ford Fiesta que un Citroën C3, o un Mazda3 que un Renault M´´egane. Probablemente las diferencias sean menores que antes, pero porque todos los coches son muy buenos.
PS: Por cierto, que conste que me encantan los coches «con alma»: tengo un 127 y disfruto muchísimo conduciéndolo, precisamente porque tiene unas limitaciones obvias que lo hacen especial. Pero, comparado con los coches de ahora, no hay por dónde cogerlo 🙂
Estoy de acuerdo con Gauffre. Lo divertido es encontrar los límites y con los coches modernos o vas a un circuito o te la juegas..
Casi con lágrimas en los ojos le leo (permítame la hipérbole). Los que no hemos tenido su suerte, la de probar tantos y tantos coches, basamos la extensión de nuestra experiencia automovilística en lo que les leemos a Vds, nuestros oráculos automovilísticos.
Yo he comprado mis pocos coches con toda la pasión que me ha dejado la necesidad. Siempre aconsejado por blogs como el suyo. Un e90 330i, un Z3… y aún me cuestan algún reproche de parte de la familia. Hoy el reemplazo se me hace difícil, porque ni me gusta lo que tengo a mi alcance, ni lo que me gusta esta a mi alcance, ni lo que me gusta y esta a mi alcance me dejarían meterlo en casa, o peor, circular por mi ciudad.
Siento que todo esto nos lleva al término de que nuestros gustos, nuestra filosofía automovilística se hace vieja. Los coches, los de verdad… los que nos gustan, los de hace ocho, diez, veinte o treinta años, siguen ahí y dios los guarde en las manos adecuadas…. lo que no nos puede faltar, al aficionado, es su generación de probadores, su colectivo de oráculos que sigan hablando de coches de verdad, de máquinas de dar placer con la conducción, de coches con alma.
Siga, por favor. Sigan todos ustedes hablándonos, escribiéndonos de coches que ericen la piel al conducirlos. De aquella forma de hacer coches emocionantes. No dejen que la conectividad, la electrificación, la conducción autónoma, les quite esa luz de sus palabras.
Gracias!
En primer lugar, enhorabuena por el artículo Enrique.
Estoy de acuerdo con todo lo que expones. Y aun así, en medio del pesimismo encuentro una lectura positiva. Hace años, un loco de los coches como muchos de nosotros podía verse en la situación de haber dedicado una notable cantidad de dinero ahorrado en la compra del coche de sus sueños después de darle muchas vueltas hasta encontrar el modelo o unidad adecuados. Y poco tiempo más tarde salía un nuevo modelo del mismo, o un competidor que lo ponía todo patas arriba mejorando lo que parecía inmejorable. En cambio hoy en día pienso que es más difícil encontrarse en una situación así. Dada la evolución actual de los automóviles, enfocada cada vez menos a las sensaciones de conducción y más a ampliar su público potencial (perdiendo carácter por el camino), es menos probable que los nuevos modelos atraigan nuestra atención. Todo esto nos lleva a este nuevo escenario que planteo en el que nos podemos “despreocupar” del mercado del automóvil nuevo, porque es difícil que encontremos algo que nos guste, y nos dirigimos en su lugar al mercado de segunda mano, más barato, sin determinados impuestos, y con la satisfacción de que podemos dar con ese coche definitivo que cumpla con todas nuestras expectativas. Y sabiendo que por muchos nuevos modelos que se fabriquen, por mucha tecnología que monten y por muy caros que sean, nunca alcanzarán el cenit que suponen para nosotros modelos más antiguos.
Yo tuve un Focus 1.6 de primera generación y no olvidaré nunca ese coche. No era una bala, desde luego, pero tenía un comportamiento muy bueno, aunque nunca me atreví a deslizar la zaga como comentas, ya disfrutaba simplemente yendo a un ritmo alegre.
Hoy conduzco un Golf 1.4 TSI de 140 CV. Le gana por goleada en casi todo al Focus, son 12 años de diferencia; gasta menos, corre bastante más, tiene mejor equipo de música, interior más cuidado y mil cosas más. Pero coincido plenamente con su artículo; el VW como la mayoría de coches actuales ha perdido la conexión mecánica con el conductor. Dicen por ahí que la dirección asistida eléctrica tiene bastante que ver en ello, así como las cada vez mayores ayudas a la conducción. No es raro que cada vez más coches premium de 15, 20, 25 años se estén revalorizando hoy en día, si están en buen estado, claro está. Felicidades por su artículo.
Poco a poco he ido llegando a la misma conclusión. Hasta donde conozco, los coches empezaron ha perder el poder de transmitir cuando las direcciones se volvieron asistidas; los cambios, automáticos; el freno de mano, eléctrico; los turbos, los run-flat, la evolución de las suspensiones, el incremento de peso, las ayudas electrónicas etc…
El precio a pagar por la búsqueda de seguridad, de eficiencia, de tecnología, hace que hoy las diferencias en marcha entre un Megane nuevo y un Octavia nuevo, se reduzca a matices o diferencias muy sutiles.
Echo de menos aquel Ibiza Mk1. No corría tanto, no era tan seguro, ni tan frugal, ni tan sofisticado, pero a cambio me hacía sentir ‘persona’ a sus mandos, no un elemento casi indispensable dentro de nada. Y es ahora cuando dudo si esos antiguos coches tenían alma o soy yo quien la ha estado perdiendo según han ido evolucionando….o quién sabe si tal vez las dos.
Ups….*a perder
Buen artículo y totalmente de acuerdo con él. Los coches, aun conservando todavía algo de personalidad, son cada vez más iguales. No ha lugar a «sorpresas» porque a los directivos que dirigen esas compañías, no les gustan las sorpresas. Supongo que están ahí esperando a que el tiempo pase con las menores sorpresas posibles y consecuentemente, eso lleva consigo esa asepsia y atonía que inexorablemente se traduce en impersonalidad.
Una vez más, enhorabuena por el art´ículo.
Escribo desde América del Sur. Los leo desde hace unos 20 años.
El mejor coche que he llevado, sin duda alguna, es el Ford Focus de primera generación. Por fortuna, los que se ensamblaron acá estaban basados en el europeo y no en el estadounidense. El mío tenía una combinación poco popular en Europa: sedán, motor 2.0 Zetec 16V y caja automática de 4 velocidades (130 HP).
A pesar de la transmisión relativamente lenta y con relaciones largas, el motor 2.0 entregaba prestaciones muy decentes frente a los competidores de su época (Astra 2.0/2.2, Mégane 1.6, Mégane II 2.0, Corolla 1.8, Impreza 2.0, Civic 1.8, Xsara y C4 2.0, 307 2.0, 323 1.8, Sentra 1.8, Golf/Jetta/Vento/Bora 2.0, entre otros). Eso sí, el consumo alcanzaba picos de 17 l/100 Km.
Pero lo mejor del coche, ciertamente, era la dirección (nunca me ha tocado otra tan precisa, directa y agradable en un coche más moderno) y un chasis con una puesta a punto espectacular. Coincido con cada palabra que usó Enrique Calle para describir su comportamiento. Es de esos coches que podía ser increíblemente divertido y seguro a la vez (ah, y sin equipar unos neumáticos Ultra High Performance o ESP, apenas TCS).
Eso sí, la «personalidad» Ford también se notaba en los frenos (bastante justitos y de poca duración) y en la confiabilidad de ciertas piezas eléctricas/electrónicas como ECUs, alternador, cableado… a pesar de lo anterior, sigo extrañando mis escapadas por carreteras secundarias con aquel Focus.
Seguramente lo desconocen, pero, en 2005, con el final de la producción en Europa, en América del Sur actualizaron la mecánica y pasó a montar un 2.0 Duratec con VVT (145 HP) y la caja automática de cuatro marchas fue cambiada por una de orígen japonés, algo más rápida. El que llevaba caja manual de 5 marchas era el 2.0 con mejores prestaciones en el mercado. Se ensambló hasta 2008, cuando llegó la segunda generación a este lado del planeta (tarde, para variar).
Por cierto, espero que esta crisis sanitaria sirva para que quienes se han ocupado de quitarle el sabor a la vida con tantas regulaciones, normas y preocupación por la «seguridad vial» y la «sostenibilidad», se ocupen de cosas mucho más importantes.
Que razón tiene!, ese alma imperfecta que dejaban sentir modelos de hace unos años, nos evocan emociones y recuerdos, en nuestra imperfección influye y mucho dejarse llevar por las emociones, tan humanas. Ahora los coches son mas eficientes, rápidos, seguros, buscando ser «perfectos», reflejo en la sociedad que dentro de unos años no sabrá o recordará como se llegó a esa perfección, simplemente, se creerán así, «perfectos».
Yo voy un poco mas lejos que D. Enrique, de la época del Supercinco copa turbo, del 205 GTI, de los AX GT, del Golf GTI II y el Renault 19 16V… ahí si que se notaba la diferencia. En todo. Calidad de motor, calidad de rodadura, diseño interior, exterior, y sobre todo en fiabilidad. Decir que hoy un Golf (que en España se ha quedado como referente) es mas fiable a día de hoy que un Focus es difícilmente demostrable. hace 30 ´ños la diferencia era inmensa.
La igualdad empezó a evolucionar a partir del año 2000. El Análisis de Competidores se hizo obligatorio por normativa, el estudio de tu competidor llegó a tal extremo que una generación del Ford Mondeo era incluso en diseño exterior casi idéntico al Passat ya en serie.
Lo cambió todo, consumos, (gracias a la mentira homologadora) igualitos, las aceleraciones igualitas, los comportamientos casi son ya igualitos, los equipamientos igualitos con la variación lógica del año de salida al mercado. Independientemente de que algún fabricante quiera que sus clientes noten un coche mas «duro» y otros un coche mas «blando» todos cumplen de sobra para circular bien por encima de los límites actuales.
Y aburridos, si, aburridos.
Con mi Ibiza de primera generación circular al máximo de la vía de la carretera que llevo recorrido durante mis 30 años de vida laboral, vacía y de madrugada exigía conducir. Con mi nuevo segmento B en la misma carretera y condición lo difícil es no pasarte en al menos un 20% de la velocidad de aquella época. Ahora tengo que conducir absolutamente pendiente del avisador de exceso de velocidad.
Que tiempos hemos vivido!
La conducción en aquellos años era muy diferente a la presente. Los controles en carretera eran prácticamente nulos, no habían radares, pruebas de alcoholemia…se puede probar la velocidad del motor con precaución. Pero ya hace unos años que se prohibió con fuertes multas y retirada del permiso de conducir. Por ese motivo decidí que tener un coche para tener que conducir sin alegría y con miedo en cada señal de prohibición no era disfrutar de la conducción. Tener que estar pendiente de cada señal que te encuentras y que varían la prohibición en unos cuantos metros, crea una inquietud que da inseguridad.
Para que tener coche? Si quiero alquilo uno, el que me gusta durante un tiempo. También me puedo desplazar en taxi, compañías varias de taxi, en avión, en tren…Y actualmente han bajado las ventas un 85% por la situación de confinamiento. No va a ser fácil volver a vender y remontar. Las personas no saben que coche comprar debido a tantas variantes y si a eso añadimos que en años futuros pueden haber otros confinamientos, la situación se agrava.
Durante los últimos años las políticas y estrategias que han llevado a cabo, han sido descabelladas. La ilusión de comprar un coche la gente joven no la tiene. No hay trabajo y el que hay es de un salario bajo. La gente joven prefiere gastar el dinero en Play station, juegos, pantallas de televisión, móviles, auriculares, patinetes eléctricos, deporte…que adquirir un coche que hay muchas probabilidades que se lo quiten. Me refiero a la gente joven de la clase trabajadora.
Aquellos años nunca volverán, por estos motivos y muchos más. Hace tiempo que me di cuenta, y pienso que por lo menos ha habido generaciones que la disfrutamos.
Aquella época fue maravillosa mientras duró…y no volverá…y esta época presente y futura será de incertidumbre y suspense…
Así lo quieren los poderosos…
Prueben el Toyobaru, es de la vieja escuela y sentirán tremenda alma que tiene. A ver el primero que dice que no, que es un cepo sin haberlo probado ni visto en su vida.
Buen e interesante articulo . Lo primero para Angel , tienes razón , Tengo desde hace 4meses un Alfa Giulia Quadrafoglio y te prometo que los comentarios de los periodistas especializados no exageran ni un milímetro , es un maravilloso aparato , motor excepcional , maravilloso tren delantero , fantástica sensación de conducción y con un acabado y ajuste perfecto .¿Negativos? , quizá el tacto de freno y el consumo ( pero si quieres un 510CV tienes que ser consciente ).
Tengo ya años y he pasado por muchos vehículos , desde mi primer 127 pasado a 1010 por Villacieros , R5Copa y luego el Turbo , como andaban esos coches para su época , autenticas tablas con problemas de refrigeración en los R5 , luego un Supermirafiori 2.000 y un maravilloso Sierra Cosworth 4*4 , ! que motor ¡ pero era una ruina en consumibles . Cada época ha tenido sus maravillosos coches , antes del Alfa tuve un S3 de 300CV , casi como un kart , super ágil , gran frenador ,gran motor y ni un problema tras 150.000 km . `Por ultimo hablaros de una de mis joyas un Modena 360 , se le notan los años, es tosco y su secuencial es lento si lo comparas con cualquier actual , pero cuando pones en marcha el V8 te saltan las lagrimas , que sonido cuando sube de vueltas , Karajan decía que un V8 ferrari era como la filarmónica de Berlin ¡¡ , no frena muy allá pero como se tiene y que sensación de coche de carreras , el Alfa es muy bueno pero…..
Por mi profesión también he conducido muchísimos coches, de casi todas las marcas.
Antes podías saber en qué coche te sentabas incluso antes de arrancar el motor y conducirlo. Antes cada una de las marcas tenía un olor en su interior característico.
Un Volvo no olía igual que un BMW. Pero un Volvo 360 olía igual que un Volvo 850.
Soy un veterano conductor, y estoy de acuerdo con la totalidad de tu comentario. Retrocediendo muchos años, el placer de conducir, es inversamente proporcional a la antigüedad de los modelos. No hablamos de seguridad, que hemos avanzado, hablamos de «feeling». De los muchos coches que he conducido desde que me saqué el permiso, con 18 años y una semana, pues para sacarlo con 18 años me exigian un certificado de la clinica en la que se indicase mi hora de nacimiento, tengo en mi retina dos modelos, el R11 1.700cc con doble carburador y el ZX 1.6. Con ambos, disfruté con su conducción, tanto el vias rápidas como reviradas. Despues, los sucesores, han ido perdiendo fuelle, primero, el Focus 1.6 de primera generación, un pasito por detras del ZX, despues el Octavia de 110 CV, dos pasitos detras del Focus, y ahora, un hibrido enchufable, que es lo mas triste que he conducido jamas.
Muy muy buen artículo, tengo esa sensación cuando miro todo el catálogo de coches actual, cada día está todo más estandarizado.
Estaría bien una selección de los coches que más transmiten en esta generación por menos de 60000€.
Algunos millenials también les gustan los coches deportivos de verdad, no de etiqueta «deportiva».
Soy aficionado al motor desde hace tantos años que casi ni me acuerdo. Empecé con seis años coleccionando cromos y la afición me cogió tan fuerte que uno de mis días más felices fue cuando me saqué el carnet. Siempre he tenido devoción por los superdeportivos y los GTI, en ese orden (evidentemente). Otro de mis mejores días fue cuando pude dar una vuelta en un F430 al circuito de Cheste en aquellos packs de regalo que se estilaban hace ya bastante tiempo. Hace 6 años cumplí otro de mis sueños al adquirir un magnífico Honda S2000, que pude disfrutar durante casi dos años y que tuve que vender con todo el dolor de mi alma debido a una mudanza que desaconsejaba totalmente llevármelo conmigo. Y desde entonces, la nada. Sufro por mi afición porque no consigo revivirla. No hay nada en el mercado que realmente me apetezca y me pueda permitir. Y encima, los coches aspiracionales, esos que siempre sueñas con comprar si te toca la loteria, me aburren soberanamente. Todos esos superdeportivos de 600 o 700 cv con anchuras de dos metros me parecen tan innecesarios y apartosos como un yate de 30 metros de eslora. Tengo muy claro que no volveré a encontrar un coche como el S2000. Los que lo superan en sensaciones son mucho más caros (hola F355, NSX), lo que hay parecido ahora mismo o no alcanza (un GT86 o un MX5 no son lo mismo) o cuestan mucho (Alpine, 4C, Elise, Boxster, F-type), y también se han civilizado quizá demasiado (ay, esa cajas secuenciales en el Alpine y el 4C, que oportunidad fallida). Encima los GTI modernos son rapidísimos pero inermes como una lavadora. Malos tiempos para los aficionados, desde luego, que no tenemos mucho donde elegir.
Señalan algunos las limitaciones de los coches «clásicos» como ingrediente del placer de conducción. Comportamientos peculiares que obligaban a «conducir», potencias limitadas que obligaban a extraer el máximo rendimiento al motor. Y, siempre, la conexión hombre-máquina: cuando al acelerar se oia el carburador, cuando al frenar se oían las zapatas presionando los tambores y cuando pisar el embrague -hacinedo doble embrague- o cambiar de marcha dejaba una huella acústica. Por no hablar de direcciones imprecisas o aquellos neum´`aticos diagonales de erratico comportamiento.
En cierto modo, se conducía siempre al límite.
Hoy, los coches tienen márgenes de seguridad y potencia asombrosos. Los límites, para conductores aficionados, sin más formación, como un servidor, quedan muy lejos.
Ciertamente, no hay color entre la seguridad y la comodidad que proporcionan un 600 o un R5 850 (los primeros coches que conduje) y la que proporciona un Alfa Giulia como el que tenemos en casa.
Pero la sensaci`´´´ón de conducir que se tenía con aquellos trastos -no digamos con el 600, noble, pero delicado- no se tiene con una Giulia que resulta asombrosa por la facilidad y precisión con la que lo hace todo; desde adelantar a enlazar curvas. Y que, si se va de atrás, lo hace de forma controlada por la electrónica. Buscarle límites en carretera abierta resulta absurdo…y peligroso, para la cartera y la seguridad. No produce aquella excitación que producán los trastos de hace medio siglo y que hacia de un pequeño viaje un recital de conducción, pero de uno largo, una experiencia extenuante .
Cada uno, con su alma y sus peculiaridades.
@46 Elegante a la par que sutil.
Puedo arriesgar algunas respuestas a lo que está pasando hoy en la industria.
La primera es que las empresas antes eran dominadas por los ingenieros, después por los marketineros y ahora por los MBA de finanzas. Así que los autos no importan, importan las ventas, el % de participación en el mercado y la extension de marca, sino seria insólito lo que está haciendo Mercedes Benz con autos de tracción delantera, motores de 1,3 litros, son como un Nissan pero más caros.
La segunda es que la gente de menos de 45 años no le gusta ir rápido, no exigen el auto, es hoy una herramienta de transporte. Estan envelezados con las pantallas y la tecnología y no como ruedan. Hay que mirar los autos que hacen hoy, llenos de luces LED y de pantallas, del gusto de los orientales y de los nuevos ricos, gente que no se si sabe manejar.
La ayuda electrónica hace que los ingenieros no trabajen con tanto enfoque en la ciclistica (no existe esa palabra en los autos pero no encuentro otra) de los autos, es decir un mercedes del 2000 hace todo bien, dobla, es estable, es balanceado, lee bien la calzada, en cambio un 2020 necesita de los sistemas de controles de tracción, antideslizamiento y demás sistemas para mantenerlo derecho. No pisan bien. Ni hablemos de marcas francesas o italianas porque eso es una verdadera desgracia.
Los productos hoy son elementos culturales (moda, prestigio) asi que no duran mucho en las manos de los consumidores, pienso que un auto no está hoy pensado para qué dure más de 15 años. Compré en 2007 compre el Mercedes Clase C 350, un buen auto, después en 2011 compré un GLK 3.0 y si bien es un tanque de guerra no tenia la calidad del Clase C, y ahora tengo un GLC AMG 43 que no es siquiera un Mercedes. Cada año le bajan la calidad.
Honestamente estoy viendo si empiezo a comprar autos del 2000 y olvidarme de las pantallas y volver al placer de conducir que estos autos de hoy no lo tienen.
Es importante que esta revista sea implacable con este tema
saludos
@ Horacio,
Doy por hecho que Vd. es por lo menos responsable de pongamos «comportamiento en carretera» de algún inmenso laboratorio que hace ensayos de todos los vehículos de todas las marcas.
Escribe Vd:
>La ayuda electrónica hace que los ingenieros no trabajen con tanto enfoque en la ciclistica (no existe esa palabra en los autos pero no encuentro otra) de los autos, es decir un mercedes del 2000 hace todo bien, dobla, es estable, es balanceado, lee bien la calzada, en cambio un 2020 necesita de los sistemas de controles de tracción, antideslizamiento y demás sistemas para mantenerlo derecho. No pisan bien. Ni hablemos de marcas francesas o italianas porque eso es una verdadera desgracia.<
Vaya por Dios, ahora que cualquier coche de cualquier marca hace bien todo lo que debe. Ahora que cualquier coche de cualquier marca es capaz de hacer que cualquier conductor pueda conducir al límite de velocidad de cualquier vía, sin que tenga que intervenir ninguno de los sistemas electrónicos de control, (que le recuerdo son sistemas de seguridad activa).
Pues ahora resulta que un Mercedes de 2020 necesita de los sistemas de ayuda para "mantenerlo derecho".
En mi tierra dicen que "o falar non ten cancelas"
Esa epoca en la que los coches te emocionaban y podias distinguir perfectamente una marca de otra, eso sin contar que la conduccion era muy diferente de uno a otro.
Ahora estamos montados en electrodomesticos, mas seguros, mas rapidos pero jamás volveremos a tener las sensaciones que teniamos antes.
Los que tengais moto aprovecharla que van por el mismo camino, electrodomesticos que pensaran por vosotos 🙂
Gran articulo que resume lo que muchos pensamos
Imposible resistirse a escribir algo aquí. 🙂
No soy quizá el más avezado para confirmar la tendencia mostrada. Mi vehículo más moderno es un Leon TDI 2.0 FR del año 2013 (al que la verdad, le daría una nota bastante buena en lo que respecta a sensaciones), lo acabo de vender; y no suelo en general conducir modelos más modernos.
En casa ha quedado el vehículo familiar principal, Mazda 6 CDTI de 143 CV del 2006 (el restylizado). El Mazda, sin tener el comportamiento más «abrupto/deportivo» del Leon, sigue siendo un estupendo vehículo de viaje largo… y tampoco suspende en carreteras más reviradas, de hecho se «siente» como si fuese más pequeño.
Ambos vehículos adquiridos en su día tras revisar minuciosamente lo que los «probadores» profesionales tenían que decir sobre ellos.
Creo que ahí debe permanecer el valor de páginas como ésta. Además de permitir lo que el 90% de la gente busca (googlear sobre datos y equipamiento de los modelos), añadir un plus para los petrolheads / quemados / y demás fauna, que por lo que veo en los comentarios aún abunda.
Veo el programa «Centímetros Cúbicos» (sólo de vez en cuando, no se crean), y todos los modelos son buenos. Que no digo que no lo sean (porque de hecho entiendo que lo serán), pero de un análisis con prueba más detallada, lo que esperamos los que vemos estos programas, es ese «aquel» que lo hace diferente para bien o para mal.
Porque no olvidemos que esa gente a la que no le gustan los coches, que lo que buscan es un medio de transporte, ni ven los programas de TV ni leen las pruebas detalladas de los modelos (al estilo de KM77). Recopilan los datos, los ponen en una hoja excel y como mucho curiosean las fotos para comprobar como de chuli lucirá el nuevo SUV en la puerta del cole. Los más retorcidos le piden consejo directamente a Moltó.
En contraposición, recuerdo haber leído cuando compré el FR, que venía con dos motorizaciones (mejor debería decir dos potenciaciones, de 150 y 184 cv), que el de 184 si bien de motor era igual había algunos detalles de suspensión diferentes y la caja era más corta. ¿Cómo que más corta? Pues sí, más caballos y menos desarrollo. Yo me compré el 150 Cv pero visto lo que anda no quiero ni imaginar el 184 cómo tiene que empujar (con unos neumáticos decentes, eso sí).
También recuerdo, una de las «pruebas especiales» de d. A.d.A, el Lancer 1.8 con algunas características técnicas diferenciales (empezando por la propia cilindrada, siguiendo por una distribución MIVEC poco habitual y finalizando de nuevo en una caja con una 6ª de menos de 50 Km/h…) que ya sobre el asfalto demostraban unos resultados sorprendentes y un carácter muy propio…
En definitiva, no perder de vista que el redactor de esta entrada hablaba del «alma» de los vehículos como algo que permite diferenciarlos unos de otros… y que acaba con la reflexión de que los modernos son más sosos que nunca, más indistinguibles unos de otros… y también los menos «emocionantes»… a pesar de ser más rápidos y seguros que nunca. El precio a pagar por aprovecharnos de una industria unificada y estandarizada, no lo olvidemos, en otro caso el precio por caballo sería mucho mayor…
Al hilo de esto último, creo que a veces somos un poco injustos con los coches modernos. Aparte de los mencionados tengo un par de clásicos. El más representativo para mí a efectos de esta conversación, un Golf GTI mk1. ¿Alma? Diría que mucha. ¿Sensaciones? Una barbaridad. ¿Emociones? Sin duda.
Ahora, si tengo que ir a algún sitio en un desplazamiento familiar rápido, prefiero el Leon. Y si lo que tengo que hacer es un viaje largo, con el Golf ni se me ocurre (el Mazda gana por goleada). El Golf está para lo que está, uso personal de asueto (esas escapadas inventadas que comenta el redactor) y eventos de clásicos.
Por tanto mi apunte para el redactor (y también para mi amigo J. Moltó), teniendo en cuenta que el 99% de los «lectores en detalle» de los reportajes o pruebas de los modelos, son gente preocupada o interesada en algo más que la ficha técnica a pelo… intenten preguntarse en cada prueba si han dado con el alma del modelo en cuestión, y si han sabido expresarlo en palabras. Y si no han dado con ella, o es exactamente la misma que otros 35 modelos probados… pues decirlo también. Los lectores lo agradecerán igual.
PD. «¿Acaso no quedan coches emocionantes para el aficionado de toda la vida?. Sí quedan, pero pocos. Esto quizá da para otra entrada.» ¡Esperamos ansiosos!
Aprovechando el confinamiento voy a escribir este comentario referido al artículo de Enrique Calle, al cual leo desde hace bastantes años desde que conocí km77.
Desde muy joven me he sentido atraido por el mundo de los coches, pero muy a nivel de usuario. Leía revistas y con el tiempo me aficioné a las páginas en Internet.
Dentro de mis posibilidades siempre he intentado adquirir coches «con alma», que me transmitieran algo mas que la evidencia de trasladarme de un sitio para otro.
Uno de esos coches fue un VW golf gti (el mk2) en abril de 1991.
Con sólo 112 cv (el de 8 válvulas) era para mi un deportivo rabioso, en el cual notabas el empuje y la reacción en carretera de una forma sensacional, era una extensión de tus emociones. Lo tuve 12 años y lo vendí con todo el dolor de mi alma por culpa de una avería eléctrica que ninguno de los mecánicos que lo vieron supieron como arreglarla.
Aún así lo disfruté muchísimo, como cuando lo limpiaba a fondo para salir los fines de semana, o lo conducía despacio escuchando el sonido característico que hacia la salida del escape apenas pisar el acelerador.
Con los años volvía a comprar otro gti (el mk5) y a pesar de ser un buen coche ya no fue lo mismo.
Entiendo que el avance de la tecnología irá sustituyendo a todos estos coches por la electricidad y por las nuevas formas de entender el transporte urbano, y que de vez en cuando se verá a los nostálgicos en quedadas de fin de semana con modelos antiguos, como ya se ve, para disfrutar de aquellos coches.
Es lo que hay supongo, así funciona el mundo y lo ha hecho de aquí para atrás y lo seguirá haciendo de aquí en adelante. Y dentro de muchos años (o no) cuando ya no existan los coches tal y como los conocemos, las nuevas generaciones verán estos trastos como cosas de los abuelos y de sus batallitas de cuando los coches tenían alma.
Ahora estaba en proceso de comprar otro coche (antes de caer la que está cayendo) y me costaba encontrar un modelo completo en este sentido que no me saliera más caro que la propia hipoteca.
Al final igual me compro un utilitario y alquilo algún que otro fin de semana un coche de esos para sentir emociones.
Saludos y ánimo a tod@s
Totalmente de acuerdo, la gente joven lo verá como coches de yayos. Porque el marketing hace que la gente joven se fije en otros aspectos, cómo las pantallas táctiles, seguridades, comodidades, estética…
También si elegir híbrido, híbrido enchufable, eléctrico…
Es cierto que se alguna persona joven quiere escuchar, pues pueda probar alguno de los antiguos, para ver su comportamiento.
Pero la conducción de la gente joven en general, será lineal y controlada. Velocidad controlada por el coche, radares, sensores, drones…no podrá experimentar las sensaciones que en los años 80 experimentabamos la mayoría. Además la mayoría de gente joven no tiene trabajo estable y tampoco ser fijo garantiza nada. Hace años sí que era una garantía ser fijo. Y si a eso añadimos que cuando ordenen el confinamiento y puede ser que otros sucesivos, la compra de un coche está más orientada a la clase alta. Sería positivo que cambiarán las cosas a una economía estable, como en aquellos años. Pero esta estrategia de confinamiento a nivel mundial, va a traer consecuencias negativas para este sector a corto, medio y largo plazo. Porque quién te garantiza que en un futuro este parón de la economía mundial no vuelva a suceder?
Pero volviendo a las sensaciones…AQUELLOS AÑOS FUERON MARAVILLOSOS…claro que para la gente joven serán estos años hablando de sus cosas…pero en conducción muy difícil lo veo…
La tecnología se ha introducido en todos los campos, y el de los coches también. Para bien o para mal, pronto no tendremos ni que conducir, pues lo harán solos, con lo que el coche será una mera herramienta de transporte más, sin la diversión de conducirlo ni disfrutarlo. Siempre nos quedarán los circuitos!