Esta noche son los Goya, y me van al pelo para seguir con esta bonita «polémica» que ha generado el post sobre el cine español. Precisamente hoy podía leer en El País un artículo en el que varias personalidades de nuestro cine se quejan amargamente del trato que se le da al cine español (la acusación es muy genérica y no tengo claro de quien es la culpa: si de la prensa, del público o mía). Me había olvidado de mencionar esta otra constante del cine patrio: el victimismo. No es que seamos incapaces de generar ilusión y de construir propuestas sólidas, es que somos víctimas de una terrible conspiración. Sin comentarios.
Lo de esta noche servirá para tomarle el pulso al panorama. Me gustará ver que dosis de autocrítica serán capaces de exhibir los/las protagonistas de nuestro cine. Mucho me temo que asistiremos a otra inmensa, inacabable ración de palmaditas en la espalda y sonrisas a troche y moche. Pues bueno.
Os reto (no hay otro verbo más apropiado) a que os traguéis las tres horas que va durar el asunto y que mañana mismo lo comentemos aquí. Lo sé, es un gran sacrificio.
Y ahora, por alusiones:
1) REC me parece magnífica, en concepto y especialmente en ejecución. Una película de género que se lo cree, que da auténtico miedo en su tramo final y que representa la vuelta del señor Balagueró a la Champions League. Solo añadir que el formato subjetivo y el escenario único le dan mucho juego al tema y demuestra que es posible hacer cine contundente con cuatro duros.
2) Los cronocrimenes es un aberrante y fallido intento de hacer algo nuevo. Esa poca vergüenza y el hecho (lo sé de buena tinta) de que el señor Vigalondo haya invertido hasta el último duro (suyo, y no de un tercero) me empujan a declarar mi admiración por él. El producto no es redondo (probablemente ni siquiera sea cuadrado) pero por lo menos lo ha intentado.
3) Ni siquiera he mencionado cosas como Los girasoles ciegos o Los crímenes de Oxford porque me cabrean.
4) Alicia, voy a tener que rechazar tu proposición deshonesta, dejé el cine ruso hace mucho tiempo después de una época de obsesión con Tarkovsky. No me veo capaz de retomar el asunto. Si quieres vamos a ver la última de David Fincher (que ya adelanto que es un peliculón como la copa de un pino).
5) A mi el programa de Garci no me disgustaba y había disfrutado mucho de sus efluvios alcohólicos, especialmente cuando hablaban de Ford o Hawks. De esa tontería/estafa llamada Sangre de mayo más vale que no hablemos…
6) El truco del manco es más que digna para tratarse de una opera prima y a pesar del abuso de algunos lugares comunes creo que este tipo puede hacer algo bonito en sus próximas películas (siempre que no acaben con él las subvenciones).
Ahí os dejo eso, ¿alguien se va a atrever con los Goya?
T.G.
P.D.: Más que las patrias o las banderas son las filosofías que orbitan en torno a la cultura las que -desgraciadamente- marcan la calidad de la misma. Ejemplo: en Estados Unidos el que quiera hacer una película tiene que arriesgar su pasta sin ninguna seguridad de que vaya a volver a verla. No hace falta que explique lo que pasa en España. Obviamente al otro lado del Atlántico se hacen muchas porquerías pero cada año nos llegan -mínimo- una treintena de joyas, y muchas de ellas están hechas con «calderilla».subv
No he visto la gala. Sólo el resultado, como en el fútbol. Yo creo que ha ganado la peli con más polémica porque es la que más suena a los votantes. Al menos, me consta, los Premios de la Música van un poco así.
No puedo opinar, no vi los Goya y salvo el corto, tampoco he visto ninguna de las pelis nominadas / ganadoras.
Oiga, pues será un honor ir con Vd. a ver la última de Fincher, eso, o leer su crónica.
Leyendo los comentarios del post, me hace gracia la «noticia» del aumento del share de la emisión de los Goya, casi tanta gracia como la historia de la estatuilla perdida. Yo, la verdad, es la primera vez que falto a la cita en unos cuantos años y si pudiera resumir en una palabra mis razones, ésta debería ser <>.Bueno, mejor dos palabras, <>, perdón han sido tres. El problema, y ahora me pongo serio, es que éste síntoma en mi se hacia más notable, y por tanto, los tres millones y medio de telespectadores se convierten en una razón para volver a reflexionar sobre el cine español. Voy cambiar mis preferencias la próxima vez que vaya al cine a ver quién tiene razón.
En cuanto a lo Rec sigo pensando igual, aclaro que he revisionado la película antes de repetirme en mis conclusiones, aunque quizás me excedí en la elección de los adjetivos. Lo de «película de genero que se lo cree» suena contundente, para mi, más que el guión de la mencionada. Pero como no soy un experto, me voy autocensurar, que nadie deje de ver algo que le apetece por mis estúpidas manifestaciones. Eso va también por lo del «truco del manco», yo volveré a verla por si hubo algún elemento exogeno que me impidiera disfrutar de ella, aunque no pienso pagar de nuevo.