He ido a ver Mapa de los sonidos de Tokio, de Isabel Coixet.
Al acabar la película he pensado: «Qué duro tiene que ser llegar con todo ese material rodado a la sala de montaje, con todo ese dineral gastado, y darte cuenta de que no tienes una película».
No sé si Isabel Coixet pensó eso, si lo pensó el responsable de montaje o si no lo pensó nadie. A mí me ha sorprendido que esa idea haya cruzado mi mente poco antes de que se encendieran las luces. Nunca antes había pensado eso al acabar una película.
A veces tengo esa sensación después de intentar recopilar material para un reportaje periodístico. Me doy cuenta de que no tengo reportaje y aun así a veces intento escribirlo. En ocasiones, hasta creo que lo salvo. La propia escritura crea y da forma a historias poco relevantes. Quizá Isabel Coixet también lo salve. No estoy seguro de qué significa eso en su caso.
Llamarle Mapa de sonidos es un recurso salvavidas. No es una peli, es un mapa. Un documental con un pentagrama que señala el norte. Se me ocurre que es mucho artificio para salvar tanta inversión.
Qué valientes me parecen las personas que invierten su dinero en hacer una peli. Cuántas horas de rodaje carísimo se pueden quedar en nada al llegar a la sala de montaje. Supongo que un buen guión es el elemento previo imprescindible, pero también me da la impresión de que no es suficiente. Sólo cuando escribes te das cuenta que lo que parecía una buena idea mientras sólo estaba en tu mente deja de serlo al pasarla al papel.
No estoy seguro de si en el cine pasa lo mismo. Me temo que sí. Que un buen guión sobre el papel se puede convertir en un espejo roto cuando le pones imágenes. O imágenes y sonido.
Estoy de acuerdo. Es una película vacía, pretenciosa, que no aporta nada. Lo único que tiene un mínimo interés son las secuencias del mercado de pescado. Bueno y hay algún plano que se salva de los exteriores de la tienda de vinos.
Lo demás es un petardo.
Pinchazo ampuloso y pretencioso de la Coixet. Si tengo que calificar esta película con un solo adjetivo, el primero que me vendría a la cabeza es PEDANTE.
JM
No puedo decir si la pelicula es buena o no, porque no le he visto. En general no suelo ver películas españolas, un día me cansé de tanto drama (suelo ver alguna con buena crítica, pero sigo llevándome decepciones). Soy de los que piensa que «Amanece que no es poco» es de lo mejor que se ha hecho en el cine español, bastante lejos de lo que se suele hacer actualmente.
Creo que con un buen guión es fácil que te salga una buena peli, así como con un guión flojo, lo normal es que salga una mala. Aquí el director tiene mucho que ver. Es como un equipo de fútbol. Con una buena plantilla un entrenador mediocre es fácil que gane partidos (uno bueno, por supuesto que gana partidos). Por otro lado, con una plantilla floja, sólo un entrenador bueno es capaz de ganar algún partido.
En cuanto al comentario de «Qué valientes me parecen las personas que invierten su dinero en hacer una peli…», lo siento pero en esto voy a ser crítico. Creo que el cine en España, tiene una rémora del pasado, cuando se utilizaba para hacer llegar a la sociedad los valores y el mensaje que interesaba (esto lo han hecho todos los gobernantes absolutistas). Para poder hacer esto, se promovían películas, con ayudas públicas.
El problema es que parece que ahora no se puede hacer cine si no es con ayudas, cuyo importe ya supera lo que recaudan. No digo que sea facil hacer una película, que tenga unos costes importantes y además mucho riesgo (esto último es fundamental a la hora de solicitar un préstamo), pero creo que la situación del cine español es insostenible.
En el 2008 se produjeron 173 películas. De todas ellas 100, o no se han llegado a estrenar, o han ido a verlas menos de 100 personas ¡en todo el país!. Evidentemente esto no es posible si el dinero fuese de personas particulaes o empresas que invierten su dinero esperando obtener una rentabilidad. Sobre todo porque no es una situación aislada de un año determinado, la situación parece que se va a repetir este año y sucesivos.
Sinceramente, creo que el arte hay que subvencionarlo. Los artistas que tienen el coraje de arriesgarlo todo por una idea (en este caso sí, incluso su propio patrimonio), creo que merecen nuestro apoyo (aunque no llegue a entender lo que se expone en Arco, jejeje). Pero subvencionar masivamente el cine, cuando los espectadores cada vez tienen un menor interés, no me parece que tenga sentido (es como promover Arco y que no vaya nadie a verlo, probablemente al año siguiente no se haría).
Cuando un año se hacen tantas películas sin rendimiento y al año siguiente sigue habiendo tantas productoras que hacen otras tantas películas que tampoco tendrán rendimiento. A no ser que las productoras hagan otro tipo de trabajos que tapen el agujero de lo que dedican al cine, o está claro que las subvenciones cubren lo suficiente para seguir haciendo películas.
Creo que ayudar al cine tiene sentido, pero cuando se destina tanto dinero para promoverlo se acaban haciendo películas sin sentido.
Casibiker,
Por eso he dicho «su» dinero. Me parecen valientes quienes invierten «su» dinero. No son nada valientes quienes utilizan las subvenciones.
Yo no tengo tan claro como usted que el Arte haya que subvencionarlo. Creo que es primordial poner en limpio una lista de prioridades.
El Arte es una inversión. Si logramos que el Arte español sea reconocido en el mundo, españa tendrá fama y atraerá turismo. Estoy de acuerdo y el Estado debe invertir seguramente en la imagen de España.
Pero hay otros elementos en la lista que quizá requieran más atención ahora: Educación, justicia, infraestructuras…
Los gobiernos patrocinan el cine de sus amigos para obtener réditos electorales y ese dinero se convierte en palancas de manipulación. No tiene por qué ser así, pero es así.
En fin, quizá haya que subvencionar el cine. No estoy seguro de eso. Pereo si se hace que sea con mucho cuidado y transparencia. Que sepamos todos cuánto dinero se destina al cine, que se conozcan los consursos abiertos de las pelis que optan a subvención, que tengamos todos los datos. Pero no, todo es opaco y de tapadillo.
Y el dinero es nuestro.
Hombre, si a Miguel Angel no le hubieran subencionado para hacer la Sixtina, tal vez no tendríamos nada ¿No?.
Yo creo que el arte hay que promocionarlo. En toda la historia del arte, los momentos de mayor creación coinciden con la apuesta por parte de los benefactores a los artistas. Evidentemente la situación actual requiere de una priorización seria, muy seria, pero los favores hay que pagarlos (estoy de acuerdo contigo que los gobiernos (todos) patrocinan el cine de sus amigos), y algunos piensan que la hucha del déficit público no tiene fondo (el coste lo pagaremos todos, una vez más).
En todo caso, la inversión pública debería ser transparente, pero con la cantidad de burocracia que hay creada entre estado y autonomías, cada vez es más difícil saber donde va nuestro dinero. Cada vez estoy más convencido de que en España, en algunos aspectos, tenemos un problema con el estado de las autonomías.
Hacías antes referencia a tres aspectos en los que se debería priorizar en estos momentos de crisis y estoy totalmente de acuerdo: Educación, justicia, infraestructuras… (yo incluiría sanidad). Bueno, pues todas ellas están descentralizadas en las autonomías. Esto conlleva que en cada una de ellas, cada gobierno decide sobre esta lista, lo que supone distintas opciones de priorizar (incluir más elementos, distintos importes en cada caso, etc…) En temas tan importantes como los que hemos nombrado, creo que debería haber un solo rumbo, vamos que no creo que haya sido buena idea descentralizarlos. No creo que esta disparidad de horizontes sea bueno cuando se busca un mismo destino.
svexup,
Yo no planteo que deje de haber mecenas. La Iglesia, como entidad privada, puede subvencionar lo que considere oportuno sin rendir cuentas a nadie más que a sus accionistas.
Yo también considero que los estados pueden subvencionar el Arte. En algunas ocasiones, soy muy feliz con el arte. REcuerdo una obra de Teatro, dos como mucho, unos cuantos cuadros, unas cuantas novelas. No hay demasiadas cosas que me hagan tilín, pero cuando me hace tilín entro en trance, como san Juan de la Cruz.
El arte es imprescindible para mí. Si no pudiera ir a la National Gallery a visitar (sí, voy de visita con ese cuadro) Sansón y Dalila de Rubens, o si no puedo ver el autorretrato de Rembrandt, o la barbaridad de Velázquez en el Prado, o Goya lloraría mucho.
Algunso de ellos fueron apoyados por el estado y otrs no. Estoy seguro de que Velázquez también hubiera pintado de no ser cortesano. Y nos habría dejado igual de patidifusos.
En fin, que sí, pero con mucho cuidado por favor. Subvenciones porque sí, porque el arte lo merece todo y porque un país que no protege a sus artistas se empobrece, no. Demagogia barata, la que sueltan los «artistas» (en este país tenemos saturación de artistas por metro cuadrado. Los artistas precipitan de tanta concentración) cada vez que les niegan una subvención, no, por favor.
Ojo, que no apoyo a los «artistas» del cine, imagino que en todo mecenazgo se cuelan mediocres (o fracasados completos) que en lo que destacan es en angatusar con castillos en el aire al que les escucha.
Tengo un bonito libro de Goya, de Robert Hudges, en el que relata lo que tuvo que sortear el artista para que otros subencionados mediocres no le pisaran.
El paso del tiempo pone a cada uno en su sitio, y la historia suele hacer justicia con los artistas.
España es un pais muy pobre en la calidad de su cine, pero si solo lo dejaramos a criterios económicos, en base a su rentabilidad por recaudacción, creo que solo tendriamos películas como «Torrente».