En Madrid, sábado, siete de la tarde.
La mano derecha cumple doble función. Sirve de almohada y para agarrarse a la reja.
El centro de gravedad se asoma al abismo.
En Madrid, sábado, siete de la tarde.
La mano derecha cumple doble función. Sirve de almohada y para agarrarse a la reja.
El centro de gravedad se asoma al abismo.
Creo que en la acera estaría infinitamente más cómodo, pero en fin, él sabrá… Al menos nadie podrá decirle que lo pillaron tirado en la calle. También es muy curioso cómo la gravedad terrestre se empeña en reclamar lo que es suyo sin piedad. Esperemos que este señor no descubra las fotos porque se puede sentir molesto con su publicación, a no ser que tenga un sanísimo sentido del humor.
No creo que se moleste. Por la calle pasaba mucha gente. Si no le molestaba que le vieran en la calle, tampoco le molestará que lo veamos aquí. Supongo.