Seguro que muchos/as de ustedes/as ya lo sabían, pero la gente es imbécil. Sartre decía que “el infierno son los otros”, pero a mí me gusta más “la gente es imbécil”. De hecho, creo que si Sartre hubiera conocido a alguno de los idiotas con los que tengo que tratar a diario, cambiaría su frase sin problemas.
No sé si se han sentido ustedes/as alguna vez alienígenas, como si hubieran acabado de aterrizar con su nave en algún páramo y tuvieran que lidiar con los aldeanos que creen que les ha enviado Satanás. Pues eso me ha pasado a mí estos días, sentado en reuniones con funcionarios de medio pelo que solo sienten pasión por sus putos gintonics de fin de semana y sus conversaciones con los colegones sobre los problemas del primer mundo. Eso y algunos/as amigos y amigas, de esos que consideran que si no les llamas tú, no pueden llamarte ellos. El parásito común, disfrazado de amistad incipiente.
Ya pueden ver que estoy de un humor magnífico, maravilloso. En días como hoy amo al ser humano. Cuando acabe de escribir esto me pondré de rodillas en el balcón a rezar para que llegue pronto el meteorito. Uno grande. Del tamaño de Rusia. Me ahorraría muchos dolores de cabeza.
En fin, ya me he desahogado. Ahora solo necesito que el Altísimo me envíe un lanzallamas para acercarme a Madrid a solucionar un asunto pendiente. No pido mucho. La gente pide toda clase de cosas, qué si un millón de euros, qué si un Ferrari, qué si un montón de señoritas de moral laxa: yo solo pido un lanzallamas. Me parece justo.
Bueno, déjenme que les hable de los Oscar. Vaya una mierda.
Si no fuera suficiente con la maldita canción de Sam Smith (la peor canción de la historia de la saga James Bond) llevándose la estatuilla, resulta que tuvimos que aguantar a Iñárritu ganando el Oscar a mejor director. Pero señores y señoras, es que Tarantino no estaba ni nominado. Y Tarantino (con Robert Richardson) se manejó en un formato que ya no existe. No es solo que su película sea una gozada, es que rodó en 70 milímetros ultra-panavision, que no se utiliza desde mediados de los años 60. Tarantino ha resucitado a Lázaro, en versión cinematográfica y solo ese esfuerzo (de vocación bíblica) debería haberle llevado a conseguir el premio. Lo demás son mamarrachadas y soplapolleces. Perdónenme el lenguaje.
Por otro lado, aguantar durante horas al pesado de Chris Rock hablando del monotema me pareció una tortura digna de Fray Torquemada. He visto pocas polémicas tan hinchadas como esa: había pocos negros nominados y era por culpa del racismo. Pues no, oiga, es que –con excepción de Michael B Jordan por Creed- no había grandes interpretaciones de actores afroamericanos en la parrilla de salida. El año 2015 no fue un gran qué para el cine negro y eso se ha notado en las nominaciones. Otra cosa es que los estudios sean racistas, o que Hollywood sea racista, o que el mundo sea racista, de eso me caben pocas dudas. Pero hinchar el globo de la academia con el rollo de que han pasado de los actores negros siguiendo algún tipo de consigna, es una ridiculez memorable. Y pasarse toda la maldita ceremonia haciendo chistes de serie Z sobre el tema, un jodido coñazo.
Me aburrí como el demonio en navidad, todo ese rollazo insoportable de la reivindicación continua me resultó hilarante. Si no hubieran sido las 3 o las 4 de la mañana hasta me hubiera dedicado a tuitear insultos, pero a esa hora solo tengo hambre y sueño.
No sé ni qué estrenan este fin de semana, prometo mirarlo y escribir de ello el lunes, pero siendo fin de semana post-Oscar, espérense lo peor.
Por cierto, si tienen tiempo échenle un ojo a 11.22.63, la adaptación de la magnífica novela de Stephen King, protagonizada por James Franco. No es una obra maestra, pero me lo estoy pasando como un enano con ella: se han gastado un montón de pasta en la serie y se nota. Ya me contarán.
Abrazos/as,
T.G.
No he visto la de Tarantino, sé que me gustará y que su rodaje ha tenido mérito. Pero The Revenant me gusto mucho y como no comparto su tirria con Iñárritu, pues no me importa que se lo hayan dado. Es más, y para que haga usted mala bilis: a mí me parece una persona humilde, y lo digo con toda sinceridad.
La canción de Sam Smith es un peñazo y no se lo explica nadie, no tiene justificación posible más allá del «a qué no hay güevos a dárselo este año a…»
Yo para que no vaya usted de disgusto en disgusto le aconsejaría que viviése la vida como usted quiera, que se adapte lo mejor que pueda a las circunstancias y viva el presente, que se centre en su trabajo si le apasiona, y que tenga disciplina y perseverancia.
No le pongo el enlace porque podría darle algo, son consejos del mismo Iñárritu }:|
Gracias por la recomendación de 11.22.63
Odio a Iñárritu.
Me encanta Stephen King. Gracias por la recomendación.
Saludos.
Gracias por las recomendaciones. Sin ellas me embarco en series que son un tormento y que devoran mi tiempo y mi moral.
P.D. Si busca usted flamethrower en google encontrará algún proveedor con precios razonables. El Napalm es una opción popular y escandalosamente asequible.
No he visto aún el revenido, asi que no tengo opinión sobre si merece el oscar que lleva. Pero no me parece nada raro que den oscares a cosas mierdosas como esa bso, al fin y al cabo son los premios de la misma industria que me obliga a ir al cine a un p*** polígono en casa cristo a ver las pelis que a ellos les parece que pueden triunfar en una ciudad de provincias.
Si los cines siguieran estando donde estuvieron siempre, en el centro de las ciudades, para que no tengas que conducir hasta una exaltación satánica y para poder tomarte una cerveza despues mientras comentas la peli, y además pusieran esas pelis que molan pero que no hay forma legal de ver aquí, empezaría a tomarme los oscar en serio.
A mi lo que me sorprende es cuando dan uno bien dado, la verdad.
Ignoraba que compartiéramos amistades. Salúdelos de mi parte, cuando les vea…
Fui a ver Carol, y no vi a Sirk. Sí estaba Cate haciendo muy bien de Cate, y aún mejor la Rooney Mara.
También creo que Leo merecía ese Oscar por, al menos, su borrachera de El Lobo. Y me alegré por el de reparto a «serviría de algo».
Brooklyn me da pereza…
saludos
No le va a servir de consuelo, pero yo comparto su visión de estar rodeado de imbéciles. Es más, yo vivo en un país imbécil. Para más inri, siendo yo un exiliado no puedo hacer como usted y quejarme a gusto, porque no siendo «mi» país no puedo quejarme con el mismo desenfado que usted cuando se queja de lo que le rodea en España. Como los imbéciles son tan abundantes le recomiendo que sencillamente los ignore. Y cómprese un descapotable: le hace falta.
Completamente de acuerdo en todo lo demás. La canción del último Bond es un coñazo (y si encima la comparamos con la de Adele ya ni les cuento), Iñárritu es insufrible en sus alturas (me gustaría saber qué opina de si mismo) y Chris Rock es cargante hasta decir basta. Lo bueno de estos Óscar es que, finalmente, se ha hecho justicia con Don Ennio Morricone. Aun le deben, por lo menos, otros cinco premios pero a diferencia de los Nobel, que llevan la lacra de no haber premiado a J.L. Borges, a los Óscar ya no podrá criticárseles por no haber reconocido correctamente a Don Ennio.
Bueno, siempre nos quedará ‘spotlight’