Lo digo casi con condescendencia, normalmente en silencio. «Pasa». Y me quedo tan a gusto, orgulloso de mi buena urbanidad.
No siempre es así y cuando no es, me sorprendo de lo macarra que puedo llegar a ser.
La situación para que se dé el «pasa» es siempre similar. El coche que circula por el carril de al lado señala respetuosamente con el intermitente que quiere incorporarse a mi carril. En marcha o parado, sin acercarse excesivamente a la fila de coches que va por mi carril, pone el intermitente y espera una señal de cualquier tipo (con la mano o con la cabeza si está a tiro de vista, o mediante un hueco con el coche de delante) para que con un ligero acelerón pueda incorporarse con facilidad.
La situación que enciende mi vena macarra es la del conductor que mete el morro a cuchillo para abrir hueco como si llevara un cincel en lugar de un coche. Me enciendo. No dejo hueco ni que me aspen y salvo peligro inminente de arañazo (nunca he llegado a rozarme con nadie, pero no por falta de ganas) no cedo mi posición ni un milímetro. A veces pierdo, porque a algunos de los que van con cincel están dispuestos a asumir más riesgos que yo. Yo no quiero asumir ningún riesgo. Normalmente conduzco coches que no son míos y tengo que cuidarlos más que si fueran míos. En definitiva, que no siempre gano. Pero…
Sí. Quienes pretenden colarse porque sí, esos que se cuelan en el último metro de las largas filas de coches que esperan para tomar un desvío, por ejemplo, y que se cuelan a lo bruto, con abrelatas, encienden la mecha más macarra que hay en mí.
Yo también me he colado en alguna ocasión en una fila de esas. En alguna contada ocasión, bien porque me he equivocado (ocurre en carreteras que no conoces y que no sabes cuál es la salida) o bien porque tenía mucha prisa, para coger un avión por ejemplo. No soy ningún ser puro. En alguna ocasión me he colado y entiendo que puede haber motivos para hacerlo. Cualquiera puede equivocarse. Pero ya que nos colamos, que sea con permiso. No a lo bruto.
Que la gente se cuele me saca de mi estado de contemplación.¿Qué ocurre que todos los que vamos en la fila somos estúpidos y hacemos cola porque nos da la gana? Aun así, siempre los dejo pasar si lo piden educadamente, porque cualquiera puede equivocarse. Pero no soporto que nadie se cuele por la fuerza. A veces me gustaría llevar en las ruedas los molinillos del Aston Martin del Agente 007.
Me siento totalmente identificado…..
Es cansado ser respetuoso, de hecho es agotador. Más aún si pretendes mantener una distancia de seguridad mínima, cuanto jeta hay, cuanto listo y cuanto pillo. Pero lamentablemente, está bien visto, nadie mira mal al suso dicho macarra. Llega primero y para más inri te quita la plaza de aparcamiento.
Pero no se apuren, el macarra es un pobre desgraciado. Llega primero a ningún sitio, donde nadie le espera y su victoria se desvanece rápido. Tú llegas un poco después (no siempre, porque el macarrilla es tan atontao que a veces calcula mal el carril o se pierde una buena plaza de aparcamiento) pero llegas triunfante, eres respetuoso, no has robado nada a nadie, nada debes, hay gente que te espera porque saben que eres respetuoso.
Su mundo es mucho peor, va pendiente de no estrellarse con el coche que le precede siempre atento por si hay que frenar enérgicamente, no puede mirar por el retrovisor por vergüenza, y en el fondo siempre teme encontrarse a otro más macarra y entonces las cosas sí que se complicarán.
Así pues, pasa, pasa, que ya sabemos cómo es tu vida…. desgraciado! 😉
Pues a mi me fastidian mas los que son tan soberbios que nunca ceden el paso. Típica situación «cremallera» y ya ves que el que te ha tocado en suerte sigue a 5 cm del de delante, y siempre con la misma táctica infalible. Vista fijada al frente como perdida en el infinito y mucha cara de estar poniendo un huevo. A veces me apetece bajarme del coche y entregarles una medalla por haber ganado.
Moltó, pruebe un día a llevar el coche mas destartalado al que tenga acceso, si la gente ve un festival de abollones con ruedas te hace sitio automáticamente y los del cincel se lo piensan mucho más, lo descubrí conduciendo el coche de una amiga y me hizo una gracia loca.
Creo que no puedo estar más de acuerdo con usted. Yo también cedo (normalmente) a las personas que se quieren incorporar con «cortesía» y me cuesta hacerlo a los del método cincel, aunque a veces todos seamos los de la puntiaguda herramienta por prisas, etc.
Reconozco que siempre he encontrado cierto «civismo» (es decir actitudes como las que comenta) en la carretera, pero también aprecio desde que tengo un Giulietta QV la gente deja que me incorporé mucho menos (no me pregunten por qué, es el cuarto coche que tengo, además de los que suelo conducir por trabajo y solo noto problemas con este) lo que casi siempre acaba por obligarme a provocar el acelerón de turno, ¿puede ser por tener una apariencia más o menos «macarra/deportiva»? no lo sé, pero me ha llamado la atención sin duda.
Me permito añadir, si voy en plan dominguero (paseando) y observo que obstaculizo a alguien, siempre procuro apartarme para facilitar el adelantamiento siempre que las condiciones de las vías lo permitan, intermitente y apartarme a la derecha, facilitar el adelantamiento en las lineas discontinuas, desacelerando incluso un poco la marcha… y sin embargo, cuando alguien va con una «obscena» prisa insinuándote que te apartes, me cuesta muy mucho.
Creo que España sería un país mucho más hermoso con más conducta cívica al volante, cortesía y con intermitentes, no sé que les pasa a los intermitentes…
Saludos y felices fiestas a todos.
Rhombus. Mi percepción es la misma. El coche que llevas influye en cómo te tratan los demás. No sé exactamente a qué se debe, pero es así.
Valmhö, su último párrafo enlaza con lo que cuenta Rhombus.
Las cremalleras también merecen un comentario. Parece mentira que en una situación así haya quien se obstine en no ceder el paso. Triste, pero cierto.
One, una vez me quitaron la plaza de aparcamiento mientras yo esperaba a distancia para facilitar la maniobra del que salía. Vino uno y se metió, estorbando al que salía e impidiéndome aparcar a mí. Hay gente pa tó.
Esa es otra situación que me cuesta entender. ¿Por qué los conductores no dejamos espacio a los otros conductores para que maniobren con holgura? «Cuanto menos espacio le dejes, más tardaréis los dos. ¿Qué ganas con eso?»
En fin.
Es como si ýo mismo hubiera escrito el artículo, no puedo sentirme más identificado. Sobre todo la frase «Qué ocurre que todos los que vamos en la fila somos estúpidos y hacemos cola porque nos da la gana?» 🙂
A veces me gustaría tener un Nissan Patrol lleno de bollos para hacer justicia 🙂
Totalmente de acuerdo con el artículo. De hecho, siempre había considerado que la agresividad o la falta de civismo tenía mucho de aleatoriedad y muy poco que ver con el vehículo conducido en cada caso. Muchos años con coches muy diversos por distintos motivos parecían corroborar esta hipótesis. Pero después me compré un híbrido. Y eso fue esclarecedor. Nunca se me habían colado de manera tan brusca, descarada y completamente despreocupada. A diario, en toda situación. Y les aseguro que conduzco igual con distintos coches, pero algo pasa con la actitud de otros conductores hacia estos vehículos híbridos o eléctricos. Intuyo que suponen que sus conductores somos más mojigatos y no vamos a generar problema alguno. No es mi caso, y les aseguro que una reacción agresiva por parte de estos coches les sorprende sobremanera. En el otro lado de la balanza, tengo un coche viejo (no clásico, simplemente viejo) que arreglé hace un tiempo a ratos libres y con un coste de recambios que supera su valor venal. Este es el caso completamente opuesto: absolutamente nadie se atreve a bloquear mi trayectoria de ninguna manera.
Somos animales curiosos (y me incluyo).
Feliz 2018, caballeros.