Esta prueba se ha saltado un poco el orden cronológico en el que le correspondía aparecer, pero hay un par de razones para que así haya sido. Por una parte, supone el primer contacto con la novedosa 5ª generación del Seat Ibiza; y para una vez que conseguimos probar un coche a los pocos días de haberse acabado su presentación, no era cuestión de desperdiciar la ocasión de hablar de él cuando todavía es casi una primicia. Y por otra parte, así sale publicada con muy poca diferencia respecto a la del antiguo Nissan Micra; lo cual nos permitirá comparar la evolución del segmento B en el último cuarto de siglo, ya que ambos son coches con motor atmosférico de 75 CV y cambio de 5 marchas, lo cual es una excelente base de partida.
Esta comparación tiene dos facetas bien distintas; una de ellas, que dejaremos como es habitual para el final, es la del consumo, piedra angular de las pruebas que aquí publicamos. Pero la otra corresponde a los aspectos dimensionales de los coches, para analizar su evolución a lo largo de dicho período de tiempo. Aunque lo primero será, después de ver la ficha de este Ibiza de 5ª generación, compararlo con su antecesor de la 4ª, ya que existen diferencias muy notables entre las plataformas que los sustentan. Por lo tanto, vaya por delante la ficha técnica, y luego iniciamos todas las maniobras comparativas:
Seat Ibiza 1.0 75 CV:Motor: 999 cc; 75 CV a 6.200 rpm; 9,7 m.kg de 3.000 a 4.300 rpm. Transmisión: Caja de cinco marchas, con 26,2/31,2 km/h a 1.000 rpm en 4ª/5ª. Neumáticos: 185/65-15 (Bridgestone Turanza T-001). Cotas (longitud/ anchura/altura): 4,06/1,78/ 1,44 metros. Peso (sin conductor, con depósito lleno): 1.091 kg. Velocidad máxima: 167 km/h. Consumo extra-urbano: 4,3 l/100 km. Emisión ponderada de CO2: 112 g/km. |
Por el momento, el nuevo Ibiza se comercializa exclusivamente con la carrocería de cuatro puertas laterales; quizás sea para reafirmar la imagen de un coche que aspira a ser considerado bastante más que simplemente “urbano”; vamos, que tanto él como su “gemelo” el VW Polo pretenden ser los paladines de un segmento B/C, tal y como Mii y up! lo son del A/B. Y esto es algo que queda todavía especialmente subrayado con unos cuantos cambios dimensionales de máxima importancia. Para empezar, la nueva plataforma incrementa su distancia entre ejes en nada menos que 95 milímetros; y si a esto añadimos que la anchura de vías aumenta en 60 y 48 mm respectivamente delante y detrás, queda claro que la base de apoyo de las suspensiones ha sufrido un crecimiento no ya sólo cuantitativo sino cualitativo. Porque semejantes aumentos, en el entorno de 2,5 y algo menos de 1,5 metros respectivamente, suponen unas diferencias muy notables.
Pero el crecimiento, como por otra parte es lógico, no se limita a las cotas de la plataforma. De entrada, porque semejante aumento de vías no cabría dentro de una carrocería con la anchura de la correspondiente a la generación anterior. Y así tenemos que, efectivamente, la anchura de la carrocería –medida, como es habitual, al nivel de los pasos de rueda delanteros- pasa de 1,69 a 1,78 metros, incrementándose en nada menos que 9 centímetros. Lo cual supone un aumento porcentual todavía más importante que los aplicados a las cotas de batalla y vías. El objetivo está claro: conseguir que el Ibiza pase a ser considerado como un más que aceptable “5 plazas”; y no ya por el hecho de llevar en las traseras tres cinturones y otros tantos reposacabezas, sino por la anchura disponible para los ocupantes a nivel de hombros y codos.
Curiosamente, los aumentos de cotas acaban aquí: longitud y altura no varían más allá de un milímetro entre la 4ª y la 5ª generación; o sea, que permanecen inmutables. La razón de esto sin duda se debe a que no se le quiere privar al Ibiza de agilidad, que ya ha sido un tanto comprometida con los aumentos de batalla, vías y anchura; pero al menos, a la hora de aparcar, es igual de largo que antes. Además, alargarlo supondría salirse del segmento B; ya que con 4,06 metros de longitud, se estaba más que bordeando su límite en ambas generaciones. En cuanto a la altura, no se quiere perjudicar más la aerodinámica, que ya ha sido duramente tocada en su sección frontal por el incremento de anchura. Con eso y con todo, el producto final S.Cx sube de 0,66 a 0,69; o sea, que empeora un 4,5%.
Así pues, con el nuevo Ibiza (y su “alter ego” el Polo) estamos ante un coche que ha dado un “estirón” a lo ancho; al contrario que los niños, que acostumbran a darlo a lo alto. Con lo cual nos enfrentamos a una estética que ha cambiado de forma apreciable: visto de frente, el nuevo Ibiza -mucho más ancho y con vías aumentadas en proporción, pero igual de alto- presenta una imagen mucho más poderosa. Por el contrario, visto totalmente de perfil, es igual de largo y alto, pero con una batalla casi 10 cm más larga; o sea, que pierde voladizos, especialmente en la zona posterior, puesto que la delantera apenas se modifica, por las exigencias de mantener las zonas de deformación progresiva para la seguridad pasiva.
Resulta difícil de comprender que, pese a ello, la capacidad del maletero haya pasado de 292 a 355 litros; quizás se deba a que unas veces se da con rueda de repuesto (aunque fuese de “galleta”) y otras con el “kit” antipinchazos. Aunque el respaldo posterior no se haya echado hacia atrás, su distancia al final de la carrocería seguiría siendo la misma; y si se han ganado unos centímetros para las rodillas, pues peor aún. Y aun suponiendo que la anchura interior del maletero gane los mismos nueve centímetros que la exterior, también los pasos de rueda entran ahora en el mismo algo más que antes, al haber aumentado la batalla. En fin, un detalle a resolver por parte de nuestros colegas que realizan unas meticulosas mediciones para las pruebas a fondo y más completas en “km77”.
Hemos dicho, varios párrafos más arriba, que íbamos a aprovechar la ocasión para analizar la evolución del segmento B en los últimos cinco lustros, utilizando como vara de medir la prueba del Nissan Micra de 1993. Pero tenemos dos problemas, o al menos un par de dudas: ¿aquel Micra de 2ª generación era lo bastante representativo del segmento B en sus tiempos, o era algo más pequeño, como sus formas redondeadas parecían dar a entender a simple vista? Y por otra parte, ¿cuál sería más representativo del segmento B actual: el Ibiza de 4ª generación, que acaba de desaparecer, o el nuevo que ha sido sometido a un tratamiento hormonal (o de esteroides) que lo ha sacado, y bastante, del que aceptábamos como canon dimensional del segmento B de los últimos cinco años?
Para centrar el asunto viniendo completamente desde atrás, hemos hecho una recopilación estadística de los datos básicos de motor y de dimensiones de diez de los segmento B más característicos de 1993; dejando al margen al Micra, del cual ya los teníamos. Para mantener la similitud, tanto en cilindrada como en potencia con el Micra, hemos buscado las versiones con motor entre 1.25 y 1.4 litros, y potencias entre 63 y 82 CV. Los diez coches seleccionados fueron los siguientes: Citroën AX, Fiat Uno, Ford Fiesta, Opel Corsa, Peugeot 205, Renault Clio, Seat Ibiza, Skoda Favorit, Toyota Starlet y VW Polo.
Y aquí vamos a introducir, muy resumidos, los datos básicos del Micra, que en su momento tuvo una ficha técnica completa. La resumida -más bien comprimida- es la siguiente:
Nissan Micra 1.3 75 CV (de 1993/4):Motor: 1.275 cc; 75 CV a 6.000 rpm; 10,5 m.kg a 4.000 rpm. Transmisión: Caja de cinco marchas, con 27,7/33,8 km/h a 1.000 rpm en 4ª/5ª. Neumáticos: 155/70-13. Cotas (longitud/ anchura/altura): 3,70/1,59/ 1,43 metros. Peso (sin conductor, con depósito lleno): 810 kg. Velocidad máxima: 170 km/h. |
El análisis de los otros diez arroja el siguiente resultado promedio: motor de 1.340 CV y 73 CV; y en cuanto a dimensiones: 2,40 m de batalla, 3,72 m de longitud, 1,60 m de anchura, y 1,40 m de altura. La primera conclusión es que el Micra no era más que muy fraccionalmente más pequeño que la media del segmento B equiparable de sus tiempos: aunque con algo menos de cilindrada (1.275 cc), su culata de 16 válvulas le permitía tener 2 CV más; y en cuanto a tamaño, sus cotas de 2.36, 3.70, 1.59 y 1.43 metros apenas si están 4, 2 y 1 cm por debajo en batalla, longitud y anchura, y 3 cm por encima en altura. Es esta última cota, y el diseño tan redondeado, el que transmitía la falsa sensación de ser más corto y estrecho de lo que realmente era. Así pues, queda despejada la incógnita: el Micra es una buena base de comparación para juzgar la evolución -no ya sólo en tamaño, sino también en consumo- del segmento B en estos últimos 25 años.
Y ya puestos con las comparaciones, seguiremos con el enfrentamiento entre ese segmento B “promedio” de 1993 con el Ibiza de la 4ª generación, para empezar. Las cotas de este último son las siguientes, en las cuatro medidas que venimos comparando: 2.47, 4.06, 1.69 y 1.44 metros. Esto significa que, dando por bueno que el anterior Ibiza representaba bastante bien el promedio del segmento B hasta mediados de 2017, el incremento en 24 años había sido de 7 cm en batalla, 34 cm en longitud, 9 cm en anchura y 4 cm en altura. Aumentos todos ellos bastante discretos excepto en longitud, que se dispara no tanto por el efecto de la apenas mayor batalla, como por el influjo de los voladizos; muy concretamente el delantero, debido al inexorable aumento de la preocupación por la seguridad pasiva.
Y por fin le llega el turno de la comparación a la 5ª generación del Ibiza; y si bien en longitud y altura se mantiene inalterable respecto a su antecesor, nos encontramos con que su aumento de 95 mm de batalla respecto a la 4ª generación es todavía 25 mm mayor que los 70 mm que había crecido dicha cota en 24 años. Y otro tanto ocurre con la anchura de carrocería: aumenta 9 cm, los mismos al pasar de una generación a otra, de lo que el segmento había crecido en 24 años (por lo menos tres generaciones). Está claro que el nuevo Ibiza ha sufrido una hipertrofia en cuanto a anchura (carrocería y vías); que ha debido ser acompañada, para guardar una buena proporción de la base de sustentación, por un gran aumento de la batalla.
La conclusión más genérica es que el segmento B se había mantenido en cotas bastante similares, con un crecimiento muy progresivo, a lo largo de un cuarto de siglo, excepto en longitud; y respecto al motivo de dicho crecimiento, ya hemos hecho referencia en un par de párrafos anteriores. Pero ahora llega este Ibiza y, sin aumentar en absoluto su longitud ni altura (o sea, su perfil lateral), presenta un brusco y notable aumento de batalla, vías y anchura. Talmente parece, como ya hemos insinuado con anterioridad, que pretende situarse en una tierra de nadie por encima del segmento B en cuanto a empaque y habitabilidad, pero sin superar una longitud que le impediría seguir siendo comparado con los coches de dicho segmento, a los que ahora supera en presencia, tanto física como visual.
Y ahora vamos ya con el análisis del nuevo Ibiza, una vez comentado su notable aumento de tamaño; y lo primero será destacar las diferencias con el de la 4ª generación que no sean las ya comentadas respecto a cotas. Del mismo capítulo podríamos considerar al peso, que sube de 975 a 1.091 kg; un incremento nada despreciable de 116 kilos. Es el precio a pagar por el aumento de volumen y la utilización de una plataforma más robusta. Otra cota es la capacidad del depósito de carburante, que pese al aumento del consumo homologado (pronto lo comentamos) baja de 45 a 40 litros; no es suficiente para explicar el sorprendente aumento de capacidad del maletero, pero está claro que algo se ha movido por esa zona de la carrocería.
El motor es el mismo y en ambos casos dispone de Stop/Start, pero en la transmisión varían tanto relaciones como grupo. El resultado final es que el anterior tenía, con su neumático de primera monta, una 5ª de 29,0 km/h, que hubiese subido a 29,9 de llevar el mismo que nuestra unidad de pruebas. Así pues, a pesar del incremento de 116 kilos y del peor S.Cx, en el nuevo se sube la 5ª a 31,2 km/h, para compensar en lo posible el consumo una vez lanzado el coche a un crucero constante. Como referencia, el Mii de mismo motor sólo lleva un poco más desarrollo, que se queda en 32,2 km/h.
Pero tanto el incremento de peso como la peor aerodinámica se pagan, y por ello la velocidad punta cae desde 172 a 167 km/h. Lo de menos es perder 5 km/h; lo importante es que ello indica que para ir más despacio va utilizando la misma potencia, y por tanto consumiendo lo mismo. Lo cual queda confirmado por los datos de homologación: de 5,8/4,2/4,8 l/100 km y 108 gr de CO2, sube a 6,0/4,3/4,9 y 112 gr. Resultado totalmente lógico, ya que el mismo motor debe impulsar a un coche más pesado y con un 4,5% de mayor resistencia aerodinámica. Pero los responsables de la nueva plataforma sabrán lo que han hecho; y es de suponer que más pronto que tarde esta plataforma llegue también al Skoda Fabia y quizás (esto es una elucubración) al coqueto Audi A1. Y vamos ya con el resultado de la prueba:
Resultado Seat Ibiza 1.0-atmosférico 75 CV en el circuito habitual: Ritmo económico NUEVO: Consumo: 5,57 l/100 km. Promedio: 95,7 km/h. |
El tiempo empleado (5h 16m) es tirando a lento, incluso teniendo en cuenta la humildad de la mecánica; pero también es cierto que tuvimos algo más tráfico del habitual. El motor resulta bastante elástico para ser un 1.0 tricilíndrico de admisión atmosférica; retiene muy poco, porque el coche pesa proporcionalmente bastante, la cilindrada es baja y el variador de fase colabora a ello, por economía. La 5ª le viene larga, y hay que bajar mucho a 4ª, y bastante a 3ª. Pese a todo, el resultado es muy bueno. Añadiremos que la dirección, con 2,7 vueltas de volante (un dato normal) pero 10,6 metros de diámetro de giro entre paredes (10,2/10,3 metros entre bordillos) resulta un poco lenta para un segmento B; el aumento de batalla se deja notar respecto a lo que está uno acostumbrado en este segmento.
Pero el caso es que esos 5,57 l/100 km son el récord de economía en gasolina del circuito realizado al nuevo ritmo, descontando el resultado de los híbridos Hyundai Ioniq y Toyota Prius IV. Muy cerca de este Ibiza está el Toledo 1.2-TSI de 110 CV, con su excelente aerodinámica y ligero peso para su tamaño, con 5,59 l/100 km; y ya cada vez un poco más distanciados tenemos al Mazda-2 1.5-115 CV (5,71), al anterior Ibiza 1.0-TSI-95 (5,83), al Clio 0.9-95 (6,00), al Micra antiguo de hace unas semanas (6,10) y cerramos con el Ford Ka+ 1.2-85 (6,16).
Esto quiere decir que, pese a su paso atrás en cuanto a peso y aerodinámica, el nuevo Ibiza se ha defendido formidablemente. Cierto que el promedio obtenido ha sido tranquilo; y que cuanto más lento se circula, el ritmo se presta mejor a utilizar la inercia, cuando se conoce bien la carretera. Por cierto, esta es la segunda vez en la que probamos un coche matriculado como “prototipo” por Seat; lo cual lo único que indudablemente significa es que ha sido meticulosamente revisado y puesto a punto, pero nada más. Pero en cualquier caso, el resultado es realmente brillante.
Hemos citado de pasada el resultado del Micra, encajado dentro de la lista comparativa de consumos. Pero puesto que hemos dicho que íbamos a analizar la evolución del segmento B en el último cuarto de siglo, vamos a volver al resultado de dicho Micra, que concretamente fue el siguiente:
Resultado del Nissan Micra 1.3-LX (’93/’94) en el circuito habitual: Ritmo económico NUEVO: Consumo: 6,10 l/100 km. Promedio: 94,5 km/h. |
El tiempo invertido por el Micra fue de 5h 20m, sólo 4 minutos más que el Ibiza. Por un lado hay que tener en cuenta que pesaba casi 300 kg menos y tenía mejor aerodinámica (0,66 de S.Cx, como el Ibiza de 4ª generación); pero también que contaba con peor bastidor y neumáticos mucho menos adherentes, lo cual obligaba a una conducción con recuperaciones más forzadas para mantener el crucero, puesto que las curvas había que atacarlas con algo más de prudencia.
Ambos motores son de inyección indirecta y culata doble árbol de cuatro válvulas por cilindro; pero las diferencias son el número de cilindros, el cubicaje, el variador de fase en el árbol de admisión que lleva el motor del Ibiza, y el índice de compresión, que sube de 9,5 en el motor de hace 24 años a 10,5 en el actual, que además lleva Stop/Start; aunque esto de poco sirve en la prueba. Pero sin duda, el rendimiento térmico del motor del Micra, aun sin variador, hubiese mejorado mucho con ese incremento de compresión, que por entonces todavía no se utilizaba en los coches de tipo popular, puesto que muchos mercados no disponían del combustible adecuado para semejante índice. En cuanto a los desarrollos, es casi más racional el de 33,8 del Micra para un motor con algo más de par y que tira de casi 300 kilos menos, que el de 31,2 del Ibiza.
La diferencia de consumo de 0,53 l/100 km a favor del Ibiza puede achacarse en parte a su más alto índice de compresión en el motor, ayudado por un bastidor que permite mantener un ritmo de marcha más constante. Pero sigue estando de por medio la diferencia de peso, más que la de aerodinámica; lo cual quiere decir que algo sí se ha mejorado, aunque no sea una diferencia espectacular, en este cuarto de siglo. Y no quiero cerrar sin hacer referencia a un hecho insólito: los antinieblas del Ibiza resultan espectaculares como cuneteros. No sólo iluminan con potencia delante del coche para cuando haya niebla, sino que 15 o 20 metros por delante del coche y hacia los lados, abren su haz mucho más que el de las luces de cruce, lo que resulta magnífico en las zonas tortuosas con curvas de medias a lentas; un caso excepcional, que hay que celebrar y aplaudir.
El nuevo ibiza tiene un voladizo delantero 6 cm inferior al actual (796 mm frente 857 mm), y un voladizo trasero 3,5 cm menor (699 mm frente a 735 mm). Por tanto, los 2564 mm de batalla se han adelantado bastante tanto respecto a la generación anterior, como a sus competidores.
Por ejemplo, el actual clio dispone de una batalla mayor (2589 mm) que el ibiza, pero al tener un voladizo delantero 5 cm superior (851 mm), y un voladizo trasero 8 cm inferior (622 mm), no resulta extraño que el clio resulte menos habitable interiormente que el ibiza, así como que disponga de una menor capacidad de maletero, al tener su habitáculo relativamente más retrasado.
Respecto al rendimiento de este motor 1.0 75 CV en este modelo, no me parece muy destacable, ya que es un poco lento respecto a sus alternativas (14,7 s en el 0-100 km/h frente a los 12,1 s del Mazda2 1.5 75 CV, o los 12,1 s del Cactus 1.2 82 CV), y tampoco consume mucho menos que ellos (6/4,3 l/km en los circuitos urbano y extraurbano respectivamente, frente a los 6,1/3,9 l del Mazda, o los 5,6/3,4 l del Cactus).
En cuanto a la comparación de esta nueva generación del ibiza, con los vehículos de hace 5 lustros, creo que está más cerca de los Tipo, 306,… que de los Uno, 205,…
Saludos
Pues este Ibiza me gusta, parece y seguramente lo es mucho coche para ser un segmento B.
Amplio, bonito y bien plantado.
Los desarrollos del cambio me parecen razonables, con una cuarta claramente corta que permitirá ir en ciudad en avenidas despejadas y tener una respuesta razonable en carretera, entre 80 y 110 dispone del par máximo oficial. Aunque si la potencia máxima llega a 6.200 rpm suena más lógico que el máximo par se alcance cerca de las 4.000 y no entre 3000 y 4.300.
Con este ambicioso planteamiento de este Ibiza no veo que encaje demasiado bien este pequeño tricilíndrico 1.0 de sólo 75 cv, para un Mii podría está bien pero para este muy crecido Ibiza pues ya no tanto. Parece más un señuelo para anunciar bajos consumos y un precio de arranque desde…, aunque las versiones más vendidas seguro se acercan mucho más a la zona de los 90/110 cv.
El primer Ibiza allá por 1984 también fue claramente más grande que sus competidores, y más bonito y luminoso.
He tenido hasta hace poco como segundo coche un ZX 1.4-3 puertas del 95, un segmento C o compacto como entonces se decía, ya con inyección y catalizador, motor 1.4 75 cv a 5.800 rpm y par máximo quizá sobre 3.800, desarrollos de 24.4 y 31,2 en cuarta y quinta, peso 900 kilos y aerodinámica sin duda peor que el nuevo Ibiza, aún así su punta oficial eran 172 km/h, 5 más que el Ibiza. Para como está el tráfico actual era suficiente de motor dada la ligereza de peso, y su consumo al ritmo de la actual prueba estaría sobre los 6,5/7,0 litros. Y no había necesidad de reducir demasiado de marchas salvo si se quería correr bastante.
Pero este nuevo Ibiza con 200 kilos más de peso, carrocería mucho más voluminosa y motor de sólo 1.0 mucho me temo se quedará corto en bastantes circunstancias, en aceleraciones después de una retención, en adelantamientos, en la subida de una rampa de parking, cargado y con el A:A conectado.
Es gracioso que con cada nueva generación de coches de este segmento se diga que ahora ya no son exclusivamente urbanos. Esta claro que para viajar 5 no sirven, y que 2 o 3 viajan mas cómodos en un coche mas grande, pero puestos a hacer retrospector dudo que una pareja viaje mas cómoda en un Seat 132 o en un Chrysler 180 que en un Ibiza de los nuevos en versión no inframotorizada. Y sin ir tan lejos, también afirmo que se viaja igual o mejor en un segmento B de los nuevos que en un compacto normal de los noventa.
De este Ibiza me llama la atención lo ancho que es, funcionará aún mejor como coche de carretera pero pierde polivalencia de uso porque esa anchura es demasiado grande para quien quiere un coche pequeño porque vive en un sitio de esos donde las calles son minúsculas o tiene un garaje estrecho.
La comparación con el Micra es curiosa, un coche 300kg mas pesado (o deberíamos decir 300kg mas cómodo y seguro) gasta un 10% menos. Y no se hasta que punto el argumento de que el paso por curva es peor lo justifica en tanto que esa menor velocidad sale de soltar el acelerador mas lejos de la curva y no de frenar.
La comparación con el Ibiza anterior creo que es errónea, al menos según los datos de esta casa: el consumo del nuevo es mejor y la diferencia de peso es mucho menor. Pongo un link en el siguiente mensaje, por si el robot se lo come.
https://www.km77.com/comparador/ve:car:seat:ibiza:2015:5-puertas:reference-plus-limited:ibiza-5p-10-75-cv-reference-plus-limited,ve:car:seat:ibiza:2017:5-puertas:reference:ibiza-10-55-kw-75-cv-startstop-reference#measurements
Sobre el Micra,
«pero también que contaba con peor bastidor y neumáticos mucho menos adherentes»
Ostias, y que lo diga! Con 23 anyos!
#5 Hostias es siempre con H
@6,
No, no siempre
https://educacion.uncomo.com/articulo/como-se-escribe-ostia-con-h-o-sin-h-30607.html
Que la tenia que haber escrito con H? Si.
La comparativa me parece injusta. El motor que lleva el micra no es el de acceso de 1.0 de 60 cv. Despues, la relacion peso potencia es muy desfavorable para el ibiza. Para ello deberia montar el 1.0 115cv.
#7 ¡Slayer, no tienes abuela!
Coincido en líneas generales con los tres primeros comentarios.
Francamente no le veo ningun sentido a estas versiones de acceso, y más si la intención de Seat es de hacer de este nuevo Ibiza un coche más enfocado a la carretera.
Ya de entrada debe estar bastante inframotorizado pero si ademas le pones 2-3 personas y sus respectivos equipaje, no quiero ni pensarlo.
Hace unos meses probé un Peugeot 308 gasolina de 130CV con cinco personas y ya me pareció que tenía poco motor, especialmente a partir de 100km/h. Este Ibiza debe ser bastante peor.
@5
Después de una coma nunca hay un cambio de linea. Tiene usted los dos puntos para eso. Asimismo le faltan signos de admiración al principio de la frase, en Español son obligatorios.
Lo de ostia vs hostia es de primaria. Si escribe, hágalo bien, por favor.
@10,
Linea lleva tilde. Disculpara que yo no la ponga, pues mi teclado no dispone de ella. Al igual que el signo de admiracion al principio.
Lo de linea es de primaria. Si escribe, hagalo bien, por favor.
@11
No, no siempre:
http://www.como-se-escribe.com/linea-o-linea/
¿Que lo tenía que haber escrito con tilde? Sí.
«¡Bien excursionistas, arriba! Despertad y no olvidéis los descansos porque hoy hace frío. Hace frío todos los días, ¿dónde creías que estabas, en Miami?»
Saludos
@9
pues yo opino que el 1.2 Puretech 130cv en el 308 va bastante bien.
En los momentos que va muy cargado, si no se deja caer por debajo de 3000 rpm, sigue respondiendo bastante bien. Para hacer una larga subida pronunciada con mucho peso, hay que llevarlo por encima de las 3500.
Eso sí, a estas revoluciones, consume bastante.
Hay otras cosas que no me gustaban del 308 130cv (el cambio, el paso por firmes irregulares, …) pero el motor me pareció bastante acertado.
No «anda» como con el 2.0 hdi, pero tampoco tiene su precio.
Yo no descartaría este ibiza 1.0 de 75 cvs como un digno Ibiza «básico».
Parto de mi experiencia de conductor novel con un Ibiza ´94 1.4 de 60 cvs.
Me dio momentos memorables y fui feliz con él durante 3-4 años en los años 90.
En pendientes ascendentes perdía punch (mucho), es cierto, pero manejando el mando con decisión era un digno coche para «empezar a aprender a conducir».
Entiendo que en una comparativa de prestaciones, los resultados serán similares.
Un saludo,
@14 No digo que fuera mal coche, simplemente me pareció falto de motor al menos con cinco personas a bordo.
Lo bueno de un motor potente (y lleno en toda la gama de revoluciones) es que en un gran número de ocasiones va por debajo de sus posibilidades, incluso solicitando aceleraciones elevadas, lo que redunda en un mayor agrado de conducción.
Por el contrario con un motor pequeño y poco potente se tiende a ir mucho más a menudo con el pie a fondo y altas revoluciones que es menos placentero.
Me acuerdo una vez que alquilé un Yaris Híbrido y parecía que la única forma de progresar era pisarle; nunca había ido tan a fondo con ningún coche en mi vida. No es una experiencia que quisiera para el día a día.
@16
+1 en el concepto
A veces para refrendar una idea es bueno fijarse en los extremos… Durante 20 años utilicé un Corsa B, 1.5 diésel de 50 cv. El coche corría (más bien yo lo hacía correr), pero a base de cambios y utilización del acelerador en formato binario (o estás frenando, o gas a fondo). Bueno lo cierto es que ni así corría mucho.
Un León 3 2.0 TDI FR de 150 cv sustituyó al Corsa. Voy bastante más rápido, a punta de gas casi siempre, y con consumos no muy alejados.
Creo que no hace falta más comentarios.
(y el hecho de ser 2.0, en una época ya con mucho 1.6, sumó muchos puntos a favor de que el León fuera el elegido)
Cualquier coche capaz de circular por las vías públicas actuales (en su mayoría desdobladas) al límite legal es «suficiente» como medio de transporte. Otra cosa es que sea más o menos (me inclino por el menos) placentero a la hora de «disfrutarlo», pero para ir de «A» a «B» sirve. Cosa que no podía decirse del inexplicablemente idolatrado Citroen 2 CV, que ya en los años 80 (o quizá porque eran los años 80) resultaba insuficiente para circular no ya con placer, sino con unos mínomos de seguridad (y no hablo de la legendaria capacidad para no volcar, sino de quedarse «muerto» a 60 km/h en una cuesta arriba).
Es volver a una tertulia antigua, pero nos estamos volviendo muy sibaritas. Aunque eso no es malo si nos lo podemos permitir.
Creo que sí es cierto que 75 caballos se queden cortos en varias ocasiones en un Ibiza como el del análisis.
¿ Pero 130 ?
Si tenemos dinero de sobra, mejor un motor que tenga mucho par a partir de 1000 rpm y más de una centena de cv a 1500 rpm. Sinó, una alternativa más cómoda y económica, sin tanto motor, pero con un buen cambio automático.
Es cuestión de dinero.
La diferencia entre el 308 130 cv gasolina y el 150 cv diésel es de unos 3500 euros, a parte de que nos obliga ir a un equipamiento alto, para comparalos en igualdad.
Cuando se encuentre una solución viable para fabricar baterías eficientes en masa, los eléctricos simplificarán la toma de decisión.
Por supuesto si hablamos de «suficiente» este Ibiza puede servir, manteniendo las precauciones pertinentes en ciertas situaciones (incorporaciones o adelantamientos en vías de un carril por sentido).
Pero no creo que la mayoría de lectores de este blog se conformen con lo «suficiente». Si hablamos del mundo real es verdad que se podría mantener practicamente el mismo ritmo con la versión de 120CV que con la mía de 175CV, pero a poco que las cosas se pongan un poco difíciles (desniveles, tráfico u otros) con el menos potente habrá que trabajar más para mantener el mismo ritmo.
Además me gusta la relajación que supone poder pasar por un gran número de situaciones en la marcha más alta con una buena reserva de aceleración, tener buenas prestaciones sin necesidad de revolucionar el motor o aguantar largos desarrollos que son buenos para la alta velocidad sostenida.
Por supuesto ello no significa que en ocasiones no use toda la aceleración que puede dar mi coche apurando las marchas y subiendo el motor de vueltas, por necesidad o placer, pero no por obligación de simplemente mantener el ritmo. Me hace mucha gracia cuando se dice que hay coches que para mantener los 120km/h en autopistas o autovías con desniveles hay que reducir; yo me tiraría de los pelos.
En cuanto a los cambios automáticos, sí y no. Es verdad que un buen automático puede enmascarar carencias de un motor, especialmente los modernos con 7 o más relaciones, pero aún así un cambio automático sigue «teniendo marchas» y si va cambiando constantemente a la mínima variación de presión sobre el acelerador tampoco es muy agradable. Y luego hay los malos cambios automáticos modernos (que los hay, yo llevo uno) donde entonces el motor aún cobra más protagonismo, sobre todo si la gestión eléctronica no es muy buena.
En resumen, yo siempre soy partidario de escoger el motor más potente dentro del presupuesto disponible. Creo que @17 lo resume muy bien.
@20
Esta frase no la creo muy acertada:
«Me hace mucha gracia cuando se dice que hay coches que para mantener los 120km/h en autopistas o autovías con desniveles hay que reducir; yo me tiraría de los pelos.»
Hay quienes tienen un presupuesto limitado y se tienen que «conformar» con 130 o 75 cv, y con su pericia al volante consiguen moverse entre el tráfico sin entorpecer a nadie dentro de los límites legales y además disfrutando.
Seguramente aquellos conductores de un bentley con su legendario motor v8 de 6,75 l con un par superior a 1000 nm, imagínese que podrían opinar de un 175cv diésel. No sólo se tirarían de los pelos, nada más arrancarlo saldrían corriendo despavoridos.
Pues a mi me parece que la frase de Ferrer tiene todo el sentido. Partimos de la base fe que cada uno tiene un mínimo en cuanto a nivel prestacional, hay quien esta contento con perder velocidad, bajar a cuarta y terminar la cuesta a 100, y hay quien «necesita» que el coche suba a medio gas y recupere si se pisa mas para estar a gusto con lo que conduce.
Cada uno valora cosas diferentes, pero lo que esta claro es que la potencia también es un factor de confort (la suficiente que tiene ese Rolls es eso, la suficiente como para que su ausencia no cause incomodidad).
Sobre disfrutar exprimiendo un coche yo veo un poco de mito. Exprimir el motor porque vamos de tramo en ese momento me parece disfrutable. Para quien disfrute con eso, que tampoco a todo el mundo le gusta. Exprimir el motor en un contexto de circulación normal a mi me parece que da lugar a un tipo de conducción «descompensada» y estresante.
Y no pensemos en una incorporación estirando la tercera, eso es lo facil, pensemos en ir subiendo en cuarta, a 4500 vueltas, alguien se nos pone delante y nos frena. ¿Nos quedamos a 90 o metemos el enésimo tercerazo del día para intentar recuperar nuestro crucero? Eso si no hemos sucumbido a la tentación de no levantar el pie y comernos la distancia de seguridad a ver si libramos sin frenar.
Vamos, que se puede andar así, pero con mas potencia es infinitamente mejor.
Sobre si 130, 100 o 200 cv son suficientes, dando por hecho que hablamos de coches que de mueven con normalidad para su potencia nominal, creo que la elección viene dada por los cruceros a los que nos movamos habitualmente y por los adelantamientos que debamos/queramos hacer.
Conduje durante una década vehículos con cambio manual y con una relación peso/potencia en torno a 20 kg/CV, que mantenían los 120 km/h en llano sin demasiadas dificultades, incluso cargados a tope. Sin embargo, reconozco que obligaban a estudiar continuamente el terreno, y a cambiar de marcha bastante antes de iniciar una pendiente ascendente o tomar una curva, para evitar que el motor cayera por debajo del régimen de par máximo, y así mantener o no perder demasiada velocidad (con curva descendente de par motor, al bajar de revoluciones/velocidad, el par motor aumenta y la velocidad decae más lentamente).
Para mí, conducir este ibiza 1.0 75 CV de 15 kg/CV no me supondría ningún drama (a pesar de que considero que hay mejores alternativas en cuanto a motor), pero para aquellos conductores que prefieren estar más atentos a los sistemas de infoentretenimiento o teléfonos móviles, que a la carretera o a la mecánica, o simplemente no quieran exprimir tanto la mecánica, comprendo que les resulte más satisfactoria una versión más potente o con cambio automático.
Saludos
Madre mía caballeros, da gusto leerles.
Acabo de comprarme el Ibiza 1.0, 80cv, gasolina atmosférico.
No cabe duda de que me hubiera gustado comprarme uno con algo más de potencia, pero la economía no me lo ha permitido.
Mis necesidades son de trayectos de no mas de 20 kilómetros diarios, urbanos y un par o tres viajes al año de unos 600km.
Espero no notar mucho esa necesidad de tirar de cambio para mantener una velocidad de crucero decente, y no terminar a 80km/h al coronar la cuesta.
Ya les informare en cuanto me lo den y lo pruebe.
Son 5 caballos mas de potencia respecto al motor que se analiza en este articulo, no se si se notará mucho la diferencia.
Ya les comentaré.
Lo dicho, un verdadero placer leer a gente que si sabe lo que es conducir un vehículo.
@Abraham No sólo son 5 CV más, la relación de compresión ha subido de 10,5:1 del antiguo 1.0 75 a 11,5:1 en el actual 1.0 80, de modo que la eficiencia energética habrá mejorado algo, sobre todo a carga parcial, lo que debería repercutir en unos mejores consumos, y en un mayor agrado de utilización.
Comparado con sus rivales de menos de 14 k€, casi todos son más rápidos: Yaris 1.5 110, Mazda2 1.5 75, Baleno/Swift 1.2 90, Rio 1.2 84, Corsa 1.4 75/90 con motores atmosféricos de 4 cilindros; 208/C3 1.2 82 de 3 cilindros atmosférico; tricilíndricos sobrealimentados como los Fabia 1.0t 95, Sandero 0.9t 90, «nuevo» Clio 0.9t 75. El Fiesta 1.1 86 de 3 cilindros atmosférico es el más parecido a estos Ibiza/Polo 1.0 80 en este aspecto.
Sin embargo, por amplitud en las plazas traseras y capacidad de maletero, este Ibiza, junto con el Baleno, destacan respecto al resto. Supongo que estas razones, conjuntamente con su comportamiento rutero y calidad de rodadura, han pesado bastante más en su elección que las prestaciones velocísticas.
Lo mejor de este 1.0 80 atmosférico de inyección indirecta son sus bajas emisiones NOx y partículas (no requiere de FAP, y por tanto, no tendrá problemas en futuras ITV), y que seguramente logrará mejores consumos que sus rivales, tanto en ámbito urbano, como en conducción tranquila por carretera… siempre que no vaya muy cargado. Apurando un poco la 2a y la 3a (hasta 5000-5500 rpm en la mayoría de los casos), no debería tener Vd muchos problemas para adelantar o mantener un ritmo aceptable al encarar las pendientes habituales de autovías y autopistas… siempre que no vaya muy cargado.
Espero que lo disfrute, y gracias por compartir su experiencia.
Un saludo cordial
@25 Que vamos a cerrar, váyase a casa ya, pesaooooo
Gran artículo con una pequeña errata, habláis en el comparativo del segmento B desde 1993 de los distintos motores, en el que habéis puesto: motor de 1.340 CV y 73 CV, se entiende perfectamente que querríais decir 1.340 CC y 73 CV.
Motor 1.000cc 3 cilindros y 12v y un árbol de levas.
Saludos.