Durante la segunda mitad de los años 80 y la primera de los años 90 hubo una marca que se distinguió de su competencia por ofrecer unos coches con un comportamiento efectivo, ágil, una respuesta al volante rápida en coches de gama media que hoy patrimonializa BMW pretendiendo haber descubierto la esencia del agrado de conducción. Hablo de Peugeot. Sus 205, 309 y 405 tenían un comportamiento modélico ofreciendo algunas variantes deportivas bastante notables. Hoy en día, presentan unas gamas menos características, más cercanas a su competencia y aquella esencia ha quedado enmascarada en el océano de lo indistinguible que baña a todas las marcas que apenas se diferencian las unas de las otras.
En la segunda mitad de los años 90, la coreana Hyundai obtuvo una brillante cifra de penetración en nuestro mercado con unos modelos basados en mecánicas a la penúltima, suficientemente probadas y que podríamos definir de coches honestos: no prometían más de lo que podían ofrecer: ni su rendimiento era de vanguardia, ni destacaban en nada en ningún punto en concreto. Su principal atractivo era en cambio, que sus coches se presentaban a buenos precios ofreciendo fiabilidad y garantía y en un todo coherente e impecable en tanto que no tenían grandes aciertos ni grandes fallos. Hoy han aprendido a moverse ascendentemente en la vertical, lo que los anglosajones llaman upmarket. De momento parece que la jugada no les está saliendo mal aunque la gente siga siendo reacia a desembolsar según qué precios en logotipos sin halo, a Audi, que no es que tuviese mucho halo en los 70 y los 80 le acabó saliendo bien, veremos.
Skoda parece haber encontrado su piedra filosofal en la inspiración de los valores destacados de aquellos Peugeot y aquellos Hyundai y eso me parece un innegable acierto con la diferencia de que sus motores tienen más rendimiento que los que ofrecía Hyundai y su comportamiento no resulta tan ágil como el que ofrecieron aquellos Peugeot aunque por tacto se les acerque.
La impresión a bordo de conducir el Skoda es agradable: el interior está bien resuelto, no destaca, no pretende hacerlo, está ordenado, es sobrio y no juega a parecer mejor de lo que es. Su ajuste es bueno (aunque en frío me apareciera alguna resonancia alrededor de las 1.800 rpm) no puede despertar pasiones ni tampoco ninguna crítica. Los mandos funcionan bien, su accionamiento es cómodo y destaco el manejo del selector del cambio, que en esta unidad, era manual.
En nuestra lejana infancia (lejanía variable) muchos habremos jugado con alguna variante de ese juego educativo que tiene una plataforma con formas geométricas de triángulo, círculo, cuadrado, estrella, etc y en las que hay que encajar piezas de plástico con su misma forma. En la Administración Pública hay algún ejemplo de personalidades que no creo que lo hayan hecho, y de haberlo hecho, habrían intentado encajar el círculo en el triángulo a lengua asomada, estoy seguro, pero los demás, habremos experimentado la satisfacción de introducir el artículo adecuado en el receptáculo apropiado para cada uno, como preludio de una vida reproductiva adulta plena y satisfactoria. Menudo jardín.
Pues eso sucede con el selector del cambio, uno mueve la palanca y frús, parece como que unos diminutos duendes calvos atrapan el selector y se quedan la marcha. Resulta agradable. Y ello unido al motor, pleno a cualquier régimen, con empuje franco y vivo en la subida, unos muelles a la Peugeot duros en extensión, y un volante motor perfectamente calibrado a la velocidad del cambio hacen que sea un verdadero placer engranar marcha tras marcha.
No es un coche ágil ni, pese a la buena respuesta del motor, un coche que invite a tirarle de las orejas, sino un coche agradable para una conducción tranquila y un coche suficiente para ir alegre en curvas medias pero naturalmente torpe en las curvas lentas.
Si comparamos la capacidad de marcha que nos ofrece, al precio al que lo hace, me parece una compra muy sensata, muy racional sin que la racionalidad implique aburrimiento; la seducción del modelo viene por el lado de ofrecer un conjunto coherente, jugando al acierto desde una neutralidad suiza.
Lo que más me ha gustado de este coche es que está completamente desprovisto de sandeces. Yo no sé por qué de un tiempo a esta parte los coches presentan más pantallas que una tienda de electrodomésticos, ofreciendo informaciones inútiles, manejados por unos sistemas de control que nos recuerdan a cuando estamos sentados frente al ordenador.
Qué infotainment ni que ocho cuartos.
Cuando uno conduce lo que tiene que hacer es mirar hacia adelante, a lo que está más allá del cristal, al porvenir. Y las marcas venga a distraernos con cosas lerdas, animaciones, internet, el Facebook y qué se yo qué. Que no hay que mirar a las pantallas, sino al cristal. Hombre ya.
Antes las marcas se distinguían por valores propios, ahora por la cantidad de tonterías que son capaces de presentarnos en las pantallas de tamaño creciente en proporción a la atención a la conducción que nos hurta.
No todo está perdido. Skoda nos presenta un coche normal. De los de antes. De esos en los que uno se sienta, lo conduce, nos transporta con comodidad y no podemos jugar a poner el interior con luces verdes, fucsias o rosas, ni podemos poner modos deportivos, cómodos, o no sé qué tonterías cuando el motor rinde la misma potencia y podemos cambiar la emisora de radio sin tener que ver una gloriosa animación tras pulsar quince veces un yoyo.
Últimamente cada vez que me subo en un coche tengo que perder un tiempo valioso en menearme por los menús de sus sistemas de entretenimiento a bordo para hacer las tareas más sencillas, y descartar la tonelada y media de contenidos adicionales que son tan prescindibles como ver el contenido extra de un DVD edición del coleccionista en el que entrevistan a la niñera del hijo de la protagonista y al frutero del director.
Resulta bienvenido un coche normal, es lo mejor que se puede decir de él, que es normal. Competente, coherente, relajante en su sencillez.
Frases para el olvido
- Motor alegre y buen cambio
- Presentación sencilla, bien ordenada y fácil de manejar
- Comportamiento sano, aprovechable
- Algún defecto de ajuste menor
- Factor diversión ***+ (3/5).
Bonito.
Nunca he consultado en serio un precio de Skoda, son más baratos que seat?
1.- En general no, desde hace unos años.
Visto el Octavia al natural, es una pedazo berlina. Mucho más que el anterior. Tal vez Skoda haya orillado un pelín esa racionalidad -«simply clever»- en favor de otros valores más sensitivos…y del Rapid/Toledo. Un coche, por cierto, al que me subí hace unos meses y es difícil ponerle pega alguna desde un enfoque de familia media y quizá más en la estela de Octavia original. Este es más «aspiracional», dentro de la racionalidad. O así me lo parece.
Seat no tiene nada parecido al Octavia, por más que comparta plataforma con el León.
¿Le gustó más que el A4 con el mismo motor? ¿O sólo le pareció más honesto?
Supongo que el «infotaintment» es, además de un ¿argumento de venta? un preludio de la conducción autónoma, en la que el coche servirá para cualquier cosa menos para conducir, salvo en momentos concretos. Ahora, como nos apuntaba D. Arturo el otro día, queda por ver cómo se resuelve la disparidad entre la obsolescencia del infotaintment de marras y el del coche en sí. ¿Quizá de ahí las pantallitas de Mercedes en sus gamas medias y bajas?
No podría estar más de acuerdo con el tema de las pantallitas y los botoncitos. Para mi el principal problema no es tanto que hagan muchas como que complican tareas que antes eran sencillas, como por ejemplo cambiar de emisora de radio. Antes era un botón, ahora tienes que pasar por varios menús y sub-menús sólo para encontrar el apartado de la radio. Ya sólo falta añadir que mientras vamos conduciendo y el coche se desplaza…
Supongo que se podría solucionar en parte leyéndose el manual, pero asumámoslo, somos hombres, no vamos a hacerlo.
Aquí tengo una comparativa (plataformas aparte) de tres modelos del grupo VAG dirigidos a satisfacer las mismas necesidades de uso.
Según refiere el comparador de km77.com, el Skoda sale por un precio de 23.079 EUR existiendo un descuento promocional de 2.000 EUR, quedando pues en 21.079 EUR, precio de ficha.
El Audi A4 casi duplica el precio del primero (37.080 EUR) si bien es verdad que añade un cambio multitronic de variador continuo cuyo principal mérito parece tratar de arruinar el buen rendimiento del motor.
Y el suicidio viene con nombre SEAT en el que directamente no se oferta esa mecánica de 150 CV en el modelo Toledo sino un 1.6 que rinde 90 CV a un precio más caro que el Skoda (22.880) si bien con cambio DSG.
Muchas veces he manifestado que la política de VAG me resulta incomprensible. Los datos, más abajo.
http://www.km77.com/precios/comparador/comparar/42870/44451/45064
JM
Si se comparan precios mejor o todos manuales o todos automáticos, ya que el cambio es un factor que hace variar significativamente el precio (en esta franja de precios podemos estar al entorno del 10-15%).
Por otra parte hay que tener en cuenta que se ha cogido el Octavia TDI de 150CV con el nivel de equipamiento más barato contra el Toledo más caro posible. El Toledo TDI de 90CV se puede comprar desde 16.650€ (sin tener en cuenta posibles descuentos) mientras que el Octavia TDI de 150CV con el cambio automático y el equipamiento superior cuesta 27.690€ (sin incorporar la promoción ni ningún tipo de descuentos).
Es verdad, Ferrer; el criterio de búsqueda del SEAT fue el motor de gasóleo más potente que hubiese; y hay uno con el mismo bloque que rinde 105 CV que no tiene un cambio automático y que sale por 19.650 EUR. http://www.km77.com/precios/seat/toledo/2013/toledo-reference-16-tdi-cr-105-cv situándolo en el mismo nivel de precios contando el descuento de Skoda si bien con un diferencial de 45 CV.
Por otro lado, el Audi se ofrece con cambio manual con esa misma mecánica por 33.740 EUR, y con el cambio de variado por los expresados 37.180 EUR, he escogido la versión con cambio de variador para dar respuesta a la pregunta de #3, Pragmático.
JM
Gracias @JotaEme.
Pues si ese coche se puede tener en la calle por 21.000 leuros, me parece un precio pistonudo. Que es una berlina-berlina, con empaque, diesel de 150 caballos, creo que con multibrazo atrás, amplia, bien terminada y agradable de conducir. Aunque no tenga pantallitas.
Y el A4 y sus grillos -¡un 60% más caro!- que lo compren los profesionales marquistas. Los precios del Toledo son incomprensibles, aunque en concesionario cambian.
Y es cierto que, pongamos por caso, en un A6, encontrar una emisora de radio o cambiar de la radio al CD o lo que sea es casi una aventura. Con lo sencillo que es pulsar un botoncito en el volante o en el propio receptor y hacerlo.
@7 Pero habría también q comparar segmentos iguales, entonces la comparación sería Octavia y Audi a3 sedán, y en Seat no hay un rival al uso, salvo el León ST o un simple León de 5puertas.
La verdad que el marketing y modas conlleva crear necesidades infundadas.
Es bonito ver a Skoda, Dacia, Subaru… que van un poco a su bola. Es de agradecer. Ahora falta que lo trasladen a los TT/SUV eficaces
Aquello que hacía «triste» al A4 se convierte en interesante una vez descontamos los 15-20.000 euros de diferencia entre uno y otro. La magia de llevar el logo adecuado.
Audi lo tuvo fácil en España tanto que llegó directamente con la vitola de «alemán, grande y caro». En otros paises, no se cuánto le habrá costado ganarse la premiumez.
Si alguna pega merece el Skoda, es alejarse de sus valores iniciales: ha ganado 15cm de largo, varios euros de factura, y cierta aspiracionalidad (dejando aparte el capricho-tomadura de pelo de la multibrazo atrás según versión). De todas maneras, sigue contando con el atractivo de la sensatez.
OT: Lo del infotainment me parece algo tan interesante como el arranque manos libres: bobadas que llenan las notas de prensa que por oscuros motivos llenan también de entusiasmo a la prensa.
Hola,
Lo curioso de Skoda es que no es realmente tan económico.
Hay que tener en cuenta que, en un principio, los competidores del Octavia son todos aquellos «4metros» [jé] de tres cuerpos -y eso que hay una disparidad enorme de posibilidades-.
Por ejemplo:
http://www.km77.com/precios/comparador/comparar/45345/45222/45975/43474
Teniendo en cuenta que dos de los vehículos en esta comparativa provienen de una plataforma «mayor» o «mejor», resulta curioso el diferencial de precio que hay.
Supongo que lo que sí que juegan los de marketín de Skoda es al hecho de que «parece» buena compra, que no significa que lo sea realmente [no quiero decir con esto que el Octavia sea malo, simplemente, que pensamos que algo que parece económico tiene que serlo, y no siempre es así].
Frase para recordar ( y casi diria que para emarcar): «y un volante motor perfectamente calibrado a la velocidad del cambio hacen que sea un verdadero placer engranar marcha tras marcha.»
La primera vez que leo semejante observacion, felicidades.
Quiza sean estos los detalles que hacen que los productos de VAG tengan aquella tan comentada ( y a veces incluso criticada), dificil facilidad.
I efectivamente, este Skoda, igual que su hermano el Rapid, y el Toledo de Seat, son lo que «deberia» de ser un VW; coches normales, sencillos pero bien hechos, a precios «populares», pues aunque no sean ninguna ganga, creo que estan en consonancia con lo que se recibe a cambio.
Es una lastima que el producto de Seat mas comparable a este Octavia haya desaparecido recientemente del mercado, precisamente por su bajo nivel de ventas: el Exeo.
Parece que la diferencia de precio entre el Audi y el Skoda es lo que convierte al primero en un electrodomestico soso y al segundo en un buen coche. Ah! Y un grillo…
Es curioso lo que comentan ustedes de precios. Yo resido en Suiza y tengo un Octavia RS Combi, comprado hace unos tres años. Conseguí negociar un buen precio entonces, pero si quisiera comprarme el nuevo, a equipamiento equivalente, el precio de salida sería prácticamente el mismo que negocié yo. O sea, que el nuevo saldría más barato.
No sólo eso. El otro día configuré el León ST gasolina de 180 cv con cambio DSG y, a equipamiento equivalente, me salió más caro que el Octavia RS Combi.
Es un coche con una línea innovadora y muy bueno por prestaciones.
@5, señor Jotaeme.
¿Seguro que el precio y el descuento del skoda es así como lo cuenta? Parece que los 2000 lereles ya están descontados en los 23.070 €:
Precio sin impuestos 20.719 €
Impuestos 21% (eso son 4000 y pico, en total unos 25.00 €)
Menos 2000 de descuento promocional de la marca, quedan esos 23.070.
De todos modos en la casilla superior ya pone «precio final con descuento».
Por favor, corríjanme si me equivoco, que soy bastante despistado.
Un saludo.
Sr Halboreto, lleva usted más razón que un santo, se me había pasado por alto lo de «precio final con descuento», de hecho me sorprende no haberme fijado, y resté la cantidad del precio.
Lo que hace ir con prisas, menos mal que hay gente atenta y despierta.
Gracias,
JM
De todos modos mirando las listas de precios y de descuentos tampoco se llega a ningun lado, despues la realidad en los concesionarios suele ser diferente. No comprendo por qué, pero hay marcas que acaban dandote un precio mucho menor que el indicado en el configurador, web… y otras no (Skoda es mas bien de estas últimas), así que es mas util mirar precios en algunos sitios de la web donde al menos nos podemos hacer una idea fidedigna del tema.
Seat no tiene alternativa posible al Octavia, porque en mi opinión este ha dejado de estar a caballo entre los compactos y las berlinas y se ha convertido en una de estas ultimas, y muy interesante por no muy barata.
«No sólo eso. El otro día configuré el León ST gasolina de 180 cv con cambio DSG y, a equipamiento equivalente, me salió más caro que el Octavia RS Combi.»
Toma, porque son el mismo coche.
Un poco a todos:
En la historia de los precios no entro para nada; ahí está el listado de km77, y con coger papel y lápiz (o sea, bolígrafo) uno se puede organizar todas las comparaciones que quiera.
Vamos a ver cómo, en el futuro, nos organizamos en los blogs de km77 para no acabar en una auténtica «guerra civil». Por una parte, buena parte de los comentarios que me anteceden en esta prueba (liderados por el propio «JoteEme») ponen a caer de un burro al infotainment, a las pantallitas y a ciertas ayudas a la conducción; postura a la que, como creo que ya es bien sabido, soy más bien proclive. Pero, por otra parte, la aparición de «Futuro 77» y los entusiastas comentarios de varios habituales (cuyo nivel de conocimientos en electrónica y sistemas de comunicación me ha puesto los pelos de punta) apunta en una dirección radicalmente opuesta, con tantos desmayos de emoción con ese «baratísimo» Tesla-S (15 milloncetes de pesetas de hace unos años en su versión mejor equipada, que se supone será la «buena»). Coche que, por cierto, ni un servidor ni la inmensa mayoría de Vds no hemos visto ni en pintura, ni menos nos hemos montado en él, y menos aún conducido (en Noruega, con mucho pantano y electricidad barata, tendrá además precios de derribo; o es que allí hay mucho millonario, pese a la supuesta igualdad socioeconómica de los países ecandinavos). Y hablando del CES de Las Vegas, mira por donde para el próximo mércoles 15 tengo ya escrita una nueva entrada, que puede considerarse continuación de la dedicada hace poco a la electrónica. El lío está servido.
Otro aspecto que me resulta extraño, una y otra vez, es lo que parece que les cuesta a muchos de Vds comprender la personalidad, o más bien el funcionamiento, del Grupo VAG. Hablan de cada marca como si fuese absolutamente autónoma y decidiese sobre su gama de modelos, sus mecánicas (que son absolutamente comunes en un elevadísimo porcentaje, exceptuando los Audi más «tope de gama») y sus equipamientos con total y absoluta libertad. SEAT no tiene equivalente al Octavia desde que se eliminó el Exeo, que a su vez era un Audi 4 de la anterior generación; y en cambio el Toledo y el Rapid (éste sale en mi blog el lunes 20) son el mismo coche, y no se lo han inventado cada marca por su lado. El motor 2.0-TDI lleva el mismo volante-motor se monte en el coche que se monte, y la suavidad de la caja de cambios, según sea de doble o triple eje, es la misma también en todos, con mínimas diferencias en función de los recodos que hagan los cables de mando (que tampoco serán muchas).
Finalmente, una llamada de atención a mi admirado JotaEme: los muelles no pueden ser más ni menos duros en compresión que en extensión; un muelle tiene una rigidez, o elasticidad si se quiere, constante (salvo cuando es de paso variable, que no es el caso). Es la amortiguación, con sus válvulas independientes para movimientos en uno u otro sentido, la que puede ser mucho más enérgica en un sentido u otro (por lo general, más en extensión que en compresión). Y esa diferencia es la que hace que la rigidez o elasticidad de la suspensión en su conjunto (muelle más amortiguador) resulte distinta en compresión que en extensión.
@ambassador. Hombre, están hechos sobre la misma plataforma, pero no son el mismo coche. El Octavia es más grande, tiene más maletero y es 40 cv más potente que el León ST del que hablamos. Yo suponía, creo que razonablemente, que el León iba a ser más barato, sobre todo teniendo en cuenta el grado de parentesco entre uno y otro.
@ 21 A.de A.: Por alusiones. Estoy de acuerdo, con lo que comenta en su parrafo tercero; he sido y soy usuario de coches de VAG, y, con las evidentes diferencias de calidad o ajuste existentes entre unas marcas y otras, mecanicamente son equivalentes entre modelos que compartan la misma planta motriz.
Pero me ha sorprendido ( y gustado) el comentario, por ser la primera vez que lo leo o escucho de alguien..
@22 pgonzalezs: Además el León monta un 1.8 mientras que el Octavia el 2.0.
Entre lo del volante motor, y lo de la entrada anterior y su podóloga estilista, se está Vd. quedando a gusto, caballero.
@21 D. Arturo, no sé si sentirme aludido entre los que «ponen los pelos de punta». Vaya por delante que prácticamente soy de su quinta, he crecido esnifando gasolina, pero veo que ahora los tiempos y las regulaciones nos llevan hacia nuevos caminos. A mi hijo le busqué un pintón Golf (con sus años, ciertamente, pero en correcto estado ¡ay, si yo lo hubiera pillado, en lugar de aquel 600-D!), mas prefiere conducir un trasto con mucho peor comportamiento dinámico, y eso sí, más equipado de esas cosas que les gustan a los jóvenes y que permiten interactuar con sus chismes de bolsillo, con cable y sin él. Aunque corra menos. Ya no quieren correr.
Más aún: si puede, va en transporte público, pues le permite seguir en contacto con el Universo mientras es teletransportado. No tenga duda que, cuando lleguen los coches que se conduzcan solos, será el elegido por mi hijo. Y también por mi mujer.
Ciertamente, el «me gusta conducir» tiene mucho que perder en esa dinámica, y no digamos cuando el Gran Hermano vigile nuestros movimientos (a dónde vamos, y cómo vamos). No digo «si», sino «cuando».
Por cierto, ya estamos hablando de VAG, cuando llegue al CES pásese a que los chicos de Audi le enseñen la pantallita que han diseñado, esa con Android, y el zFAS, y nos cuenta; veremos algo de por dónde vienen los tiros. Otros fabricantes están presentando más de lo mismo.
Tiempos revueltos…
D. Arturo, no tema, no hay declaraciones bélicas ni yo me manifiesto en detrimento de la tecnología por lo que tal lectura deviene imposible. Me encanta la tecnología y la abrazo sin reservas cuando de ella se deriva algo positivo o de interés para el usuario entendiendo que eso es lo que se denomina progreso: un paso adelante y no un desplazamiento lateral para no ganar nada ni sea cimiento de un desarrollo posterior.
Pulsar un yoyo para hacer una función sencilla no me parece progreso, cambiar el color de la iluminación de cabina tampoco me parece un progreso, sino anécdota. Tener la posibilidad de hacerlo en marcha, me parece una distracción.
Lo que sí existe, y me parece bienvenido, es una ausencia de uniformidad en el entendimiento de un mismo hecho. Así sucede en el fútbol (no todos profesan idéntico amor al mismo equipo), la política, la religión, los toros, las prioridades de la vida, la moda, el ocio y el turismo, por citar apenas un puñado. También en el mundo del automóvil hay quien busca unos valores u otros, afortunadamente, pero respire tranquilo que no abogo por la vuelta del carburador y el arranque a manivela, sólo busco sabor y lo sitúo en lo que me parece fundamental en la conducción.
Y agradezco el tirón de orejas aunque deviniese absolutamente innecesario pues, contando con un bagaje significativamente inferior al suyo, en un alarde de bricoingeniería y superación personal, he desmontado las veces bastantes un bolígrafo para saber lo que es un muelle y cómo actúa, pero le quedo agradecido porque nadie sabría explicar lo que usted ha explicado con la concisión y precisión con la que lo ha hecho.
JM
@21 Su párrafo 3º hasta q habla del volante motor es una absoluta obviedad q casi todos los de aquí conocemos.
Querido JotaEme,
Le escribo, principalmente, para darle mi más sincera enhorabuena por «su pluma»… Y no me malinterprete, que no tengo nada en contra (o a favor) de su aparente devoción por el «Antiaging» y demás actividades «metrosexuales». Simplemente me refiero a que es un placer leerle. Internet está plagado de informadores (u «opinadores») «sin personalidad», por los que a veces uno desearía no tener «la obligación moral» de leer tan soporíferos relatos dado el hecho de formar parte de una publicación de mi interés. Mire que a veces intento no leerles… De verdad que le pongo voluntad, pero la curiosidad me hace darles oportunidades una y otra vez. Ya solo me queda hacérmelo mirar.
Estoy casi convencido de que sería igualmente entretenido leer una crítica suya sobre la «degustación de un guisante» que un artículo de la temática que nos ocupa, pues seguro que tendría también «su personalidad», y eso es lo que admiro. Leerle realmente me entretiene… Aunque ya puestos, hágame el favor de, si es posible, seguir escribiendo sobre el mundo del motor, por aquello de que en casa no me miren raro (más todavía).
Un saludo
Cualquiera de los dos, JM y D. Arturo, tienen por separaddo su correpondiente ración de gracejo.
Si lo mezclan el guiso es estupendo.
Me parece perfecto.
Pd-Pueden ambos extenderse, si gustan, a propósito de la suspensión variable mediante campo magnético. E incluso atacar el efecto de la fatiga de materiales en el comportamiento de un solenoide.
Del resórte parabólico hablamos otro día.
@27 JotaEme:
No podemos estar más de acuerdo; suscribo de la cruz a la fecha todo lo que dice respecto a lo que es progreso o simple argumento comercial, que nada práctico aporta, y menos mejora, el manejo y disfrute de un automóvil. Y en cuanto a lo de la vuelta al carburador, por supuesto que no, pero recuerdo un texto suyo que manifestaba cierta nostalgia por el comportamiento a veces un tanto errático y temperamental de los motores con tal tipo de alimentación. Por mi parte, sigo recordando también con añoranza el sonido del motor Alfa-Romeo 2.5 V6 de la berlina Alfa-6 (no del GTV-2.5, ya de inyección L-Jetronic) , el cual disponía de 6 (seis) carburadores monocuerpo Dell’Orto verticales; cada vez que se metía el pie a fondo, desde el habitáculo se escuchaba el profundo «chupetón» que daban. Del mismo modo que los catalizadores y los filtros de partículas han fastidiado la sonoridad (que no tenía por qué ser siempre excesiva) de un buen escape antiguo, con un simple silenciador (a ser posible de tiro interior directo, con agujeritos para amortiguar el excesivo sonido). Si el colector de escape era decente, cualquier seis cilindros de los viejos tiempos sonaba a música celestial. Con lo cual paso a responder a
@26 Greybeard:
Creo que no me expresé con claridad, o Vd no lo ha entendido; el susto que me da lo que he leido, suyo y de otros comentaristas, es simplemente pura envidia por el acerbo de conocimientos que demuestran poseer respecto a unas tecnologías que para mí son un arcano indescifrable. Porque como dicen que «el saber no ocupa lugar» (es falso, ocupa tiempo para conseguirlo, y quizás espacio en las neuronas), me dan algo de envidia; pero tampoco mucha. Voy a comentar aquí un secreto a voces, que es bien conocido en el mundo de la comunicación del motor, aquí en España e incluso en Europa: no tengo, ni he tenido nunca, teléfono móvil. Ya sé que hay multitud de ocasiones en las que es muy práctico, e incluso casi fundamental; pero si hasta los 90s se ha podido vivir sin él, no veo razón para considerarlo imprescindible. Y cuando veo a gente andando por la calle como «zombies» dándole al dedo, a punto de estamparse contra una farola o meter el pie en lñ alcorque de un árbol, pienso que algo se ha salido de madre.
Mi postura es similar, pero diametralmente opuesta, a la de su hijo, que prefiere ir en un autobús (espero que no en hora punta) dándole al dedo con los mensajitos, que conducir un coche. El «correr» (concepto muy genérico y tremendamente elástico) no es más que un aspecto parcial del uso de un automóvil; por supuesto que es mucho más rápido que una carreta de bueyes. Pero ya he dicho muchas veces que su esencia consiste, a mi modo de ver, en poder trasladar a la unidad familiar (de 2 a 9 plazas, yendo a los límites) por el itinerario deseado, con el horario que uno quiera, y pudiendo variar ambas cosas minutos antes de salir, o incluso sobre la marcha, y pararse cuando y donde uno quiera. Y eso no lo hace el autobús. El coche, para mí, es mucho más un vehículo de carretera que urbano. Si las actuales urbes no tuviesen el tamaño que tienen, y nuestra actividad profesional pudiese ir al ritmo de hace siglo y medio, los coches en ciudad sobraban; quizás bastaría con la bicicleta, si el relieve acompañase.
Es indudable que los tiempos gloriosos del disfrute al volante pasaron; yo los sitúo, muy «a grosso modo», en el tercer cuarto del siglo XX. O si se prefiere, podríamos echarlo hacia delante de cinco a diez años, de 1950/60 a 1975/85, año arriba o abajo. Y está muy claro lo que nos espera, pero eso no lo hace necesariamente mejor, sino distinto. Y los nostálgicos (los que ya tenemos la barba gris, y cada vez más blanca) seguiremos pensando que antes se disfrutaba más viajando en coche; los promedios eran incluso más bajos que ahora, pero el viaje era menos aburrido. Siempre he dicho que quien en la década de los 60s, cuando ya teníamos recién estrenado el Plan Redia, y tenía la suerte (o sea, el dinero y el enchufe) para poseer un Alfa Giulia o un Jaguar MkII, ha disfrutado conduciendo como nunca más se volverá a hacer.
En cuanto al CES, por supuesto que no he ido, porque ni me han invitado ni maldito lo que iba a entender de nada de lo que allí viese. Pero como ya he dicho en otro comentario en otro blog, el lunes 15 saco una entrada al respecto, a base de retazos de los comunicados de prensa que he recibido con gran profusión. De lo de Android sólo me suena que debe ser un invento de algún familiar mío muy lejano (lo digo por la raíz griega de mi apellido); y todo lo que en anteriores comentarios se cita a base de siglas, me suena absolutamente a chino. Lo que todos decimos: llegan nuevos tiempos, que a unos gustarán más, y a otros menos; pero es inevitable. Pero mientras tanto, en este portal, y desde luego en este blog (y sospecho que en las «Pruebas al margen de JotaEme») seguiremos hablando de coches. Y espero que en «Futuro 77» también; pero de coches, porque como ya he dicho en otra ocasión, también a un Biscuter se le podría cartgar de infotainment, y seguiría siendo un Biscuter. Lo básico es lo básico, y lo accesorio es lo accesorio, por muy tecnológico que sea.
Hola,
Tengo este modelo y la verdad es que me encantaría que don Andrés hiciera una de sus pruebas de consumo, ya que personalmente estoy seguro de que podría ser una gran sorpresa.
Si se me permite la sugerencia, con en el mismo motor tdi 2.0 150cv y muy importante: cambio manual. Y ya por pedir, con acabado ambition con las llantas en 16″. Apuesto a que con estas premisas, el Octava podría incluso rivalizar con el gran resultado que se obtuvo del Toledo 1.6 tdi.
Saludos.
Hmmm … Y los duendes esos del cambio del Octavia, …. ¿Seguro que son calvos?
Calvos, pero como calzan!
Un 58,1 nada menos!! De desarrollo, no me sea mal pensado 😉