Hoy ha muerto María de Villota.
Amiga con la que compartí innumerables experiencias cuando la Escuela de Pilotos de Emilio de Villota luchaba contra viento y marea en su esfuerzo por enseñar el oficio del pilotaje a jóvenes imberbes que luego poblarían las parrillas de muchos circuitos.
Siempre fue cálida en el trato, cercana, amable, siempre tenía la sonrisa de las buenas personas que saben que dedican la vida a lo que aman, y saben que tienen la suerte de hacerlo.
El famoso accidente le enseñó a aligerar la presión sobre el acelerador.
Vivimos deprisa, presionados por hacer muchas cosas, demasiadas, por tratar de hacerlas bien, lo mejor que podemos, y somos eficientes y productivos. Me pregunto si somos también felices. La felicidad no radica en el hacer, ni en el quantum ni en el qualitas, sino en disfrutar. Es imposible ver el paisaje de una vida que circula tan deprisa como a nosotros nos circula bajo los pies.
María bajó una marcha y aprendió a disfrutar de la vida, a verla más lentamente, así lo refería ella cuando decía que el accidente le había enseñado otra vida.
Todos debemos aprender de María, debemos de vivir más despacio, pasando más tiempo disfrutando y menos tiempo haciendo. Con los nuestros, con nuestros amigos, con nuestras aficiones, con nuestra familia.
Quiero enviarle un abrazo a donde esté, y sé que estará con la sonrisa con la que todos le recordamos y con la que nos dejaba a todos.
Descansa. No te pares, sólo descansa, María.
Un fuerte abrazo.
No me lo creía cuando me he enterado esta mañana. Una persona así no merece acabar de esa manera, pero este transcurrir extraño que es la vida, no entiende de justicias ni merecimientos, no tenemos mas que ver el día a día a nuestro alrededor.
Descansa en paz allí donde te encuentres, al menos en los recuerdos de mucha gente seguirás viviendo con tu sonrisa y tu saber estar
Es que no apetece creérselo,vaya noticia.Descanse en paz.
En paz descanse, yo tampoco me lo esperaba, a veces la realidad no va ligada a lo que creemos como justicia desde el punto de vista humano, poco que añadir a esto, no se lo merecía.
Salu2!!
Descanse en paz….
Saludos
Yo fui uno de esos imberbes que apenas te conoció, María. Gracias por dejarnos este recuerdo tan maravilloso.
Últimamente me da por comentar que «tenemos que cambiar quehaceres por quierohaceres».
DEP.
Evidentemente, no conocí a María personalmente, sólo como la mayoría, casi nada por la TV, o en alguna entrevista en algún medio escrito. Mi (gran) ignorancia y mis prejuicios me hacían fijarme siempre en su apellido y preguntarme qué parte de su éxito sería por méritos propios y cual por apellido ilustre…..
Después de su accidente, curiosamente, la ví más a menudo en entrevistas, y en los reportajes que hacía con el hooligan que retransmite las carreras de F1………..y no puedo describir el buen rollo y la humanidad que me trasmitía esa mujer. Me olvidaba del parche, del apellido, del elemento que tenía al lado; esa sonrisa, esa manera de hablar, esa dulzura con la que explicaba las cosas sin parecer condescendiente…..
Lamento profudamente su pérdida, lo siento mucho por su familia, y también lo siento por todos aquellos que tenían la oportunidad de disfrutar de ella, de sus maneras, y de su sonrisa.
La parca no descansa en su empeño de dejarnos la morralla y llevarse a los buenos….
Imprescindible post. Por ella y por tanta gente anónima a la que el karma del mundo del motor no parece que tratara con justicia.
Bonitas palabras JM.., descanse en paz.