Mercedes Benz ha tenido varias épocas a lo largo de su larga existencia; siempre había sobresalido por haber empleado una calidad constructiva que superaba en varios enteros a aquella de buen parte de otras marcas contemporáneas ganándose por ello una merecida fama de productos mejor hechos a lo largo de su historia. Esa calidad en su construcción que algunos denominaron sobreingeniería motivaba que los Mercedes Benz siempre fuesen bastante más costosos que aquellos otros que concurrían en el mercado con sus modelos, y por ello, los modelos de Mercedes Benz han acostumbrado a ser la primera elección de bolsillos pudientes, poderosos, celebridades varias y algún que otro tirano.

A día de hoy podemos seguir viendo coches fabricados por Mercedes Benz cuyo envejecimiento aparente es apenas percibible, consideración aparte la de la actualidad de sus líneas. De entre muchos ejemplos y sin irnos a modelos icónicos o clásicos, un W123 un R107  o un W124. Todos ellos soportan bien el paso de tiempo dado que contaban con  las premisas constructivas que hasta recientemente se situaban en fiabilidad, durabilidad y atemporalidad . Las tres eran los pilares, el pliego de condiciones, que un Mercedes Benz debía reunir: motores capaces, pero no buscando un rendimiento excepcional que comprometiese siquiera fuese mínimamente la fiabilidad, soluciones duraderas cuyas especificaciones sobrepasasen el uso esperable, diseños clásicos, no exentos de modernidad pero sin caer en los vanguardismos que envejecen muy rápidamente.
Hacer coches tan duraderos tenía el inconveniente de que el reconocimiento de superioridad venía al precio de convertirse en un negocio potencialmente ruinoso cuando la competencia abrazaba la obsolescencia programada y la venta del recambio y reparación como vía de soportar a la red de posventa. Los ciclos de vida de los coches se acortan para impulsar la renovación y el recambio y Mercedes, en los albores del siglo XXI abandona sus pilares fundacionales para pasar a ser una marca equiparable, cuya sobreingeniería -término confuso donde los hubiese- sólo asoma tibiamente en las gamas más altas que llegan a ser escaparates tecnológicos de soluciones primiciosas.
El prestigio no da de comer, la venta sí.
Mercedes se sacudió así el pasado y en la actualidad presenta una gama tan diversificada que resulta incomprensible: A, B, C, CL , CLA, CLK, CLS, E, G, GL, GLA, GLK, M, R, S, SL, SLK, SLS. Yo es que, además de no comprender nada de su gama, orientada a tapar más huecos de los que existen, y a epatar en número con las estrellas del firmamento, creo que ante tanta opción artificial y artificiosa, lo que correspondería es recomendarles que simplificasen la gama porque algunos modelos presentan unas ventas realmente ruinosas.
Otro de los desafíos que afrontó Mercedes Benz era renovar el cliente tipo de sus modelos, puesto la estética poco arriesgada, clásica y atemporal parecía ser la predilecta de personas conservadoras, rasgo más prolífico entre las personas de mayor edad que entre las de edad más joven. Vamos, que quería rejuvenecerse y para ello se lanza a sacar modelos como este

Qué foto. ¡Qué foto!. Mola.

Cómo va

La unidad que he conducido lleva el cambio 7G de doble embrague y el paquete AMG que consiste en diversos elementos estéticos y dinámicos de entre los que destaco un setup de suspensión realmente duro. Pero duro, duro, ¿eh?. Hay que tenerlo muy claro para decidirse por una suspensión tan rígida, que tiene algunos puntos positivos  pero también otros negativos.
Positivos

  • Es sensacional verlo adquirir velocidad en aceleración contundente sin cabeceo alguno, plano, por unos muelles duros en extensión y unos amortiguadores igualmente firmes en extensión. Avanza en perfecto control sin movimientos parásitos.
  • El guiado es muy bueno, podría serlo mejor si el tacto al volante fuese algo más comunicativo pero al menos es inmediato, ayudado por una dirección muy directa, de desmultiplicación variable, con poco giro de volante entre topes.
  • Tratar de cambiar la emisora, la fuente de sonido, marcar un número de teléfono sobre asfalto bacheado es una risa.

Negativos

  • Duele. Pasar por algunas juntas de dilatación, por asfalto roto o por baches pronunciados produce dolor y la sensación de que el coche va a durar un poco menos y nuestra columna vertebral, también.
  • La conversación circulando sobre aslfalto rizado entre dos personas produce incomprensión, frustración, equívocos, desesperanza y acerca el divorcio. Puede ser una ventaja en según qué circunstancias, yo que sé, ustedes sabrán.
  • No es particularmente saltarín, pero el coche puede descolocarse allí donde no lo haría un coche con un perfil más alto o una suspensión más tolerante en compresión (menos dura).

Motor y transmisión

El motor eroga (<–hay que ser cursi para escribir esto, por favor) 136 CV maridados (toma, otra) a una caja de cambios de doble embrague de 7 marchas que funciona muy bien y que anima u obliga casi a practicar una conducción decidida, al menos con este setup de suspensión, ésta caja de cambios y éste motorcito suficiente y muy alegre de Mercedes Benz y no por Renault a quien le compran el motor de inferior capacidad hasta el reemplazo de éste que nos ocupa.
Siempre he dicho que quien marca la tipología de conducción es el coche; al coche hay que leerlo, entenderlo y saber cómo conducirlo, porque no se puede practicar un estilo universal de conducción a cualquier coche sino que hay que saber cómo va, cómo responde, qué hace bien y qué le atraganta
Éste coche en esta configuración no es un coche deportivo al uso, resulta seco a veces, el sonido del motor no es bonito pero es un coche que anima a conducirlo con alegría, es un coche divertido, con buena tracción, con buena respuesta, con un cambio muy rápido y bien emparejado al motor, la postura a la conducción es buena y es un coche en el que apetece subirse. Es ese tipo de coches que cuando los hemos aparcado, miramos atrás y sonreímos. Sí, todos lo hemos hecho alguna vez con algún coche que nos ha divertido.
Los hay más rápidos, más capaces, pero algunos de ellos no son más divertidos de conducir.
La caja de cambios tiene tres programas, Económico, Sport y Manual. Yo la verdad, no distingo entre el Económico y el Sport porque basta hundir el pie para que el motor se estire, a veces se estira más de lo que me gustaría que lo hiciese cuando el motor está frío y en manual, recurrir  a las levas me parece absolutamente innecesario cuando el cambio lo hace de una manera tan buena. Sí es cierto que en modo Económico y con poco gas, el coche puede quedarse empanado más de una vez. El motor tiene poco arco de giro y con tanta relación, uno no pararía de darle a las levas en una carretera de curvas, pero sólo en esa circunstancia prefiero llevar el coche con riendas cortas y con un control más preciso, en otras circunstancias – como por ejemplo en vías amplias- es prescindible su recurso. En Económico a veces se queda algo descolgado para recuperar como se ha dicho, pero basta hundir el gas para que reduzca con prontitud.

A interior

Interior envolvente y empleando elementos de modelos de la marca que multiplican su precio

 Vida a bordo

El interior está muy bien hecho. Con tanta dispersión de gama había que recurrir a compartir elementos y en el Clase A hay elementos vistos en otros modelos de la marca que le multiplican el precio. Este recurso de disponibilidad vertical de mecanismos, selectores, toberas, botoneras y demás está muy bien porque prestigian y logran dar imagen en los modelos más accesibles al tiempo que simplifica la sustitución y abarata la fabricación pero imagino incordiará a quienes han desembolsado más dinero y ven demasiada familiaridad en vehículos de corte menos elitista. Cierto o no, este Clase A presenta un interior muy bien resuelto, visualmente atractivo, moderno,  y, a mi parecer, con pocos peros.
Si acaso.
Cuando uno hace uso de la función de reconocimiento de voz -denominada linguatronic- cuya eficacia es ejemplar, aparece una señora que me da miedo.
Claramente, el becario que hizo el dibujito está ahora haciendo prácticas en otro sitio -o debería-. Es como si mezclamos al hombre del saco, al Coco y al Sacamantecas, alguien me dijo que parecía un cruce entre Paz Padilla, la niña de la curva y Falete, pero vamos, que le damos al botón y nos sale esto.

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La primera vez que la vi, casi me estrello


 
Repuestos del susto, uno es capaz de decir «Navegador: Madrid, Calle Velázquez treinta y dos» y…. ¡¡funciona!!. (No sé qué hay en ese número de esa calle, no se vayan al guguelmáps, cotillas, era un ejemplo).
 
En fin, las consabidas,

Frases para el olvido

 

  • Motor alegre y buen cambio
  • Suspensión dura, buen comportamiento sobre superficie lisa, y alegría de osteópatas en su versión AMG sobre asfalto menos que pluscuamperfecto
  • Interior bien resuelto, con aspecto y tacto de gama superior
  • Señora en la pantalla que me da miedo
  • Incita a conducirlo alegremente
  • El tacto del freno no me enamora
  • Factor diversión ****+ (4/5). Es divertido. Sin cabeceos, sin inclinaciones, cambia rápido, anda lo suficiente y con una potencia contenida es exprimible lo que forma parte de su divertida conducción.