Durante la presentación del Mercedes Clase E Coupé, cené con Gerd Junginger, Product Manager del Clase E Coupé y Cabrio.
Le pregunté qué le hubiera gustado que tuviera el coche y que no tenía.
«Como Product Manager de un coche, siempre hay muchas cosas que uno quisiera que el coche tuviera y que al final no tiene. Un coche es el resultado de muchos compromisos y hay que elegir. Muchos departamentos y muchas personas entran en juego. En el Clase E Coupé, por ser de pequeño volumen, un coche de nicho, los equipos tenemos más libertad por parte de la empresa. En estos casos, si el equipo se lleva bien, el resultado puede ser magnífico. En cambio, si se lleva mal, puede ser horroroso. En un coche de gran volumen de ventas, el control de toda la compañía, y en especial del Consejo, resta importancia al trabajo en equipo. En ese caso, si el equipo se lleva mal, el control continuo por parte de la empresa ayuda a coordinar y a centrar el proyecto y puede resultar muy útil. en coches de nicho, la posibilidad de asumir riesgos es siempre mayor.»
Me parece interesantísimo este comentario. Al final, en cualquier empresa, las personas tomamos las decisiones. Un buen ambiente de trabajo durante todo el proceso de creación de un coche influye en que el resultado sea mejor o peor. Es evidente que debe ser así, pero nunca lo había pensado. muchas veces, más que la capacidad de un diseñador o de un ingeniero, prima la capacidad de aportar entre todos. Esa colaboración, que puede sumar mucho, puede convertirse en una carga enorme cuando no se entiende como colaboración, sino como desafío.
Todos los que tenemos larga experiencia laboral sabemos bien de qué habla este hombre. Una marca, cualquier marca, no es más que un equipo de personas que trabajan juntas. Los robots, por muchas soldaduras que hayan hecho, no aprenden a soldar mejor por observar con atención cómo suelda el robot de al lado.
Gerd Junginger se escabulló bien. Me dio una respuesta que yo consideré interesante, pero no contestó ni de lejos a mi pregunta. Insistí con una sonrisa. «Eso está muy bien, pero no me ha contestado«. De nuevo sin resultado. «Creo que es algo parecido a lo que sentimos con nuestra pareja. Hay cosas que desearíamos que tuviera y que no tiene, pero la queremos y lo que tiene nos gusta.»
Y es de muy mala educación hablar mal de la pareja de uno, añado yo. Más con un desconocido. Periodista por más señas. Nada. Imposible.
Este blog cada día es mejor, es imprescindible.
Hola a todos.
Esta claro que Mr. Gerd no le iba a revelar las sombras del coche y a ponerle en bandeja el texto de la prueba de km77 🙂
El trabajo en equipo no es tan eficiente ni idílico como parece, ni creo que MB se juegue el éxito de un nuevo modelo -aunque sea de «nicho»- poniendo su desarrollo en manos de un equipo multidisciplinar más talentoso que el Barça de Pep y su amigo Eto’o.
He sido responsable de un equipo de trabajadores durante varios años, y he visto como la genialidad de alguno de los miembros se ha diluído por el amordazamiento que suponía someterse a veces a la jerarquía laboral (injerencias de incluso consejeros) o a veces por respetar el criterio mayoritario, que si bien no era el más adecuado, era el más conveniente para mantener el equilibrio y para darle a cada uno su minuto de gloria en el proyecto en el que estuviesemos embarcados en ese momento.
También le digo que hay gente que no puede trabajar en equipo porque es intransigente y su déficit de aptitudes lo intenta tapar como puede.
En resumen, en mi opinión el grupo es importante pero también lo es casi en la misma medida el jefe/coordinador de ese equipo, ese que le da a cada uno lo que necesita y sabe sacar lo mejor de cada individualidad.
Un ejemplo de no-equipo podría ser el actual gabinete ministerial: Zetaparo, presidencial donde los haya, se ha rodeado de ministros de paja que pasan la labor de equipo ministerial a un plano inexistente.
Saludos desde Zgz.
P.D.: El último párrafo es por animar algo la cosa, más que nada.
P.D. II: Javier, por favor apruébame el comentario #3 de «Your Move» de «yo conduzco, ella me guía»
Ese señor valdría para político: le habla durante minutos sin dar la respuesta a la pregunta que se le formula.