Autor: Dunadan
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La experiencia demuestra que en la narración de un hecho siempre hay al menos dos versiones. Quien esto suscribe pasó los días 25 y 26 de mayo de 2013, junto a su familia, en el EcoRally Burn, en los alrededores de Cuenca, haciendo de copiloto/s de Javier Moltó, que para la ocasión había conseguido (él sabrá cómo) un flamante Mercedes GL 350. De modo que en esta ocasión no es que haya dos versiones de un mismo sucedido, sino que al menos hay cinco… puesto que dudo mucho que lo que el Sr. Moltó haya explicado en la redacción de km77.com se parezca en algo a la narración que David y Álex llevan una semana reproduciendo a todos los que quieren escucharlos, que cada vez son menos.
Este era el anuncio del evento…
Este es el resumen gráfico que nos ofrece David de primera mano…
Todo hay que explicarlo: obsérvese que la orografía que atravesamos era muuuuy escarpada, que en cabeza de carrera siempre fue un coche de color blanco (le falta la estrella de tres puntas, pero no les quepa duda de que es “nuestro” Mercedes) y que cuando se cursa 3º de Infantil distinguir entre “B” y “V” aún resulta complicado, de modo que “Javier” se transmuta fácilmente en “Jabier” (por otra parte, recuerden la impresión que de aquí se llevaron los romanos hace ya más de 2000 años, cuando afirmaban aquello de que beati hispani quibus vivere bibere est).
Y este es el vehículo al que la panda con la que nos juntamos aquel fin de semana se empeñó en hacer rodar por caminos, subir por rocas y atravesar cauces enfangados… en vez de circular por una Autobahn sin limitación de velocidad camino de la Selva Negra, que sería lo suyo:
Tras las presentaciones, se procedió a tunear el vehículo. Obsérvese que el Sr. Moltó sonríe. Aún.
El EcoRally se desarrolló en tres etapas:
· la mañana del sábado, que se dividió en dos: orientación por campo hasta la Plaza Mayor de Cuenca (35 kms.) y gimcana paseando por las calles de la ciudad (2 hrs)…
· la tarde del sábado, con 66 kms. de recorrido mixto, entre campo y carretera…
· y la mañana del domingo, donde se nos entregó un roadbook de la ruta a seguir (43 kms.), junto con 66 fotografías desordenadas, de modo que ganaría quien fuera capaz de ubicar correctamente el mayor número de fotografías sin superar el tiempo establecido.
Recién iniciada la primera etapa, aún antes de que el motor tuviera tiempo de calentarse, el más pequeño preguntó “¿cuándo llegamos?”, ante el estupor de nuestro anfitrión. Después, más calmada la situación, tuvimos ocasión de familiarizarnos con los conceptos de roadbook, rutómetro, tracción integral…
… mientras dábamos saltos por el campo y tratábamos de adelantar a otros participantes:
Éste fue también el momento en que comprobamos que el asiento central de la banqueta trasera del Mercedes está pensado para poner un reposabrazos más que para asentar en él un trasero humano; también que este vehículo, a falta de palanca de cambios, tiene en el salpicadero un botoncito que hace que el coche se suba por las paredes (literalmente) y aún más: que el traqueteo a alguno de los integrantes del equipo les resultaba soporífero:
Llegados a la Plaza Mayor de Cuenca, aparcamos enfrente de la Catedral, junto a la señal que expresamente lo prohíbe, siempre bajo la atenta mirada de la Policía Local:
Y dio comienzo la gimcana… que sirvió para que ubicáramos buena parte de los monumentos que integran el casco histórico de Cuenca; para conocer algunas de las leyendas de la ciudad; para hacer hambre; para constatar que el Sr. Moltó conduce una McLaren con la misma habilidad que un Jaguar y también para morder el polvo míseramente: la prueba la ganaría quien lograra una cadena humana más numerosa sobre el Puente de San Pablo y, aunque nosotros teníamos todo un autobús de turistas encima del mismo, no fuimos capaces de que se dieran la mano (o sí, pero no de fotografiarlo).
Por si a alguien le apetece ir a Cuenca esta ¿primavera?:
Y la constatación empírica de por qué no ganamos la gimcana:
Durante la comida se habló del desierto, de 4×4, de museos, de filología, de China, de responsabilidad social corporativa, de lo gratificante que es viajar con niños (www.planesconhijos.com)… Se lo aseguro. Baste decir que lo mejor de la comida fue, con diferencia, la compañía y la conversación. No tengo el audio que lo demuestre, así que valga una imagen del lugar:
Por la tarde, de nuevo al monovolumen…
y al campo… teniendo que utilizar la brújula digital para navegar utilizando los grados, eligiendo los caminos en función de su orientación respecto del norte magnético. Una fiesta.
El objetivo del juego en esta ocasión era lograr el consumo más ajustado tras el recorrido total. Nuestro GL 350 era automático; circuló siempre en marchas cortas; a baja velocidad; sin excesiva presión en las ruedas; a veces con las ventanillas bajadas; otras, con el aire acondicionado encendido… y aún así, después de recorrer algo más de 100 kms. y de presionar al responsable del repostaje (sin éxito)…
habíamos consumido menos de 12 litros de gasoil:
Por supuesto, hubo quien se lo había trabajado muuuucho más (porque… ¿tiene o no mérito recorrer 100 kms. en un Toyota Land Cruiser con 3.08 litros de gasoil?). Hay pruebas:
Tras recogernos en el nórdico alojamiento ofertado por km. 77…
Y cenar (opíparamente) en el Restaurante El Refugio…
Llegó el descanso del guerrero:
Poco tiempo después: madrugando, que es domingo. Ducha, desayuno, briefing… y salida a razón de un vehículo por minuto:
Dos horas por delante para hacer casar 66 imágenes ordenadas al azar con los puntos kilométricos del roadbook. En nuestro vehículo familiar, hay cambio de copiloto…
Y, parafraseando al Sr. Moltó, una adivinanza (el sugus ya saben a quién pueden reclamárselo):
Al final de la etapa, así quedó la bella:
Y así las bestias:
Resumiendo: ha sido uno de los fines de semana más intensos que esta familia ha vivido desde que lo es. Y no hubiera sido posible sin km77. Nos han dejado vislumbrar por el ojo de la cerradura un mundo de cuya existencia nada sabíamos y que nos ha gustado mucho; por lo que estamos muy agradecidos. A. Pérez Reverte ha dejado escrito que hay que evitar conocer personalmente a la gente que se admira, porque es fácil que tras la experiencia se derrumbe el mito. Y es cierto. Pero no sucede tal en el caso del Sr. Moltó. Su paciencia para con nuestras criaturas fue franciscana y su trato, no apto para diabéticos. Queremos seguir hablando con él de Filosofía del Derecho, de viajes, de chinas y de coches (por este orden) donde y cuando quiera. Ya sabe que no somos tiquismiquis con la comida, ni con la cama, ni con los kms que haya por delante… Y, a fin de cuentas, lo de nuestras criaturas ya solo puede ir a mejor. Cuídense.
Tenemos unos lectores que son la bomba contando las Eco-cosas a las que vienen con nosotros (https://www.km77.com/revista/celedonioycogolludo/3200/km77-com-en-el-eco-desafio-burn-el-diario-de-themis/). Themis terminó escribiendo en un blog, tenga cuidado :). En serio, me ha encantado cómo lo ha contado. Pero se le ha olvidado decirnos cómo quedaron en la clasificación. Bueno, lo sé, lo importante es participar 😀
El juez del repostaje es insobornable, se lo digo yo. No tiene ni un pelo de tonto. Y sobre el consumo del Land Cruiser, además de ser imposible, pregunto: ¿No será un 5p de color gris de unos simpáticos participantes catalanes llamados Alex y Natalia? Porque de ser así, veo que han aprendido bien la lección del Eco Desafio de Marruecos.
Muy buen reportaje, pero me da a mi que ese GL blanco se venderá dentro de un par de meses como Km0 o similar, proveniente de gerencia y de ahí tapar las matrículas.
Lo del consumo de menos de 12l para ese cacharro es llamativo, pero lo de los 3,1 litros del Land Cruiser es más que sorprendente.
Sin conocerle, no debe ser trigo limpio su conductor para lograr esa cifra.
Ráfagas, GTO.
Gracias por compartir su experiencia con nosotros.
Me ha encantado el relato, sobre todo porque me parece ver a mi unidad familiar en ese tanque sin cañones.
Y además con el sr. MultiMoltó, multitemático a la par que simpático.
Saludos desde Zgz.
Envidiaenvidiaenvidiaenvidiaenvidia….sana eso si…
Hay mucho pro camuflado en estas pruebas, esos consumos bajos lo demuestran. Son pros de los que abundan en este país, de los que saben como jugar con el reglamento 😉
Enhorabuena sobretodo por disfrutar de un fin de semana de aventura civilizada, esta gente del EcoDesafío saben como hacer que todo el mundo disfrute como un niño.
Celedonio: ésos, ésos fueron… Peazo Land Cruiser… ¡con niños a bordo! De no creer.
Efectivamente, algo comentaron de lo aprendido en Marruecos. Y también dieron pistas de como habían repostado por la mañana y como habían conducido para lograr tan bajo consumo (aunque sospecho que no nos lo contaron todo, los muy pillines).
GTO: Ni idea de donde terminará «el coche de Javier» (que es como denomina ahora Álex -3 años- a cualquier Mercedes blanco que nos encontramos por la calle)… pero lo de tapar las matrículas ha sido cosa mía. Si se fija, no solo he difuminado las del GL, sino también las de los otros participantes. Pero sin finalidad concreta ni indicación al respecto. De hecho, si fuera más hábil con el Photoshop cualquiera habría pensado que el Sr. Moltó es hermano de Di Caprio y que había pasado el fin de semana con la familia de un top-model 😉
buenas,
Actividad muy sana y entretenida. por cierto que bajar de 12 litros no me parece ningún disparate para semejante bicho. Que ganas tengo de hacer una de esas!!!
No le quepa duda. el SR. Moltó gana en las distancias cortas. Yo sólo he tenido el privilegio de compartir unas pocas horas con él y directamente creo que es una persona que vale la pena, de esas que conoces un poco y te sientes con él como si lo conocieses de toda la vida.
Ya sabe, SR. Moltó, que tenemos pendiente una buena comida en el Artabria o alguno de los otros buenos que hay por aquí.
Salud.