Todavía recuerdo la fascinación de mi padre, cuando yo era pequeño, con el nylon. El nylon fue la primera fibra sintética de la historia de la humanidad. Recuerdo las cuerdas de tender de nylon y la excitación de mi padre ante aquellos hilos trenzados que para él eran un logro inaudito, por su ligereza y resistencia. El nylon significaba algo para mí, aunque no sabía qué. Lo vi siempre, desde pequeño, a la vez que vi madera, hierro o cristal. No veía nada extraordinario en el nylon, pero sabía que era algo especial, porque para mi padre lo era, aunque yo no entendiera por qué.
El nylon se presentó en sociedad en la Feria Mundial de Nueva York, en el año 1939 y llegó a Europa a mediados de la década de los 40, según dice la Wikipedia. A mí me quedaban unos cuantos años para nacer, pero mi padre ya llevaba muchos años nacido, había estudiado la carrera de ingeniería y los plásticos sintéticos le alborotaban las neuronas. Él, que había crecido en una fábrica de zapatos y que vio como el material de las suelas revolucionaba la industria, para disgusto de mi abuelo, que siempre se quejó de los materiales de mis zapatos, aunque yo no entendiera nada.
Todos estos recuerdos me llegan ahora por la sorpresa que tuve ayer mientras me comía un plátano. El plátano es anterior al plástico, pero ayer mientras lo comía me produjo la misma fascinación que el nylon a mi padre o más. ¿Un plátano? Sí.
¿Cómo es posible que de una semilla pequeña, que produce raíces y que sólo están en contacto con la tierra y el agua, amanezca un día un plátano con la ayuda del aire, ese material liviano y transparente? ¿Qué me pasó de pequeño y de mayor para que nunca me preguntara cómo podían fabricar los árboles los plátanos y las aceitunas? ¿Cómo es posible que el aceite salga de la tierra? ¿Cómo es posible? Los plátanos, las aceitunas y el caucho, claro. Caucho que sale de la tierra. Increíble.
De mayor, yo solo sin saber por qué, me he dado cuenta de que el aire, el aire, sí, el CO2, la fotosíntesis, la química del carbono, todo eso, sí, son responsables de los plátanos, de que los olivos hagan aceitunas y se produzca aceite y del caucho. Pero el aire no es nada, el CO2 no se ve… Por qué nunca fui capaz ni siquiera de pensar eso cuando estudiaba el bachillerato. ¿Por qué veía «natural» que una planta creciera por su conexión de las raíces con la tierra y no me preguntara nada más?
Si alguien de pequeño me hubiera hecho pensar cómo podían fabricar las plantas el aceite, y los plátanos que tanto me gustaban, hubiera entendido el mundo mucho mejor, hubiera querido estudiar química orgánica, hubiera entendido por qué las plantas limpian tantos litros y litros de aire para hacerlo respirable y en qué se convierte ese aire limpio.
No sé si hay muchos humanos que hayan estudiado bachillerato y hayan pasado por la universidad que tengan a los cincuenta años lagunas de conocimiento de tanta magnitud. ¿Es culpa mía? ¿Me tengo que azotar? ¿Todos los humanos menos yo tiene claro de dónde salen las hojas de los árboles y sus frutos?
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Ya que hablo de plástico. ¿Por qué se limitan las bolsas de plástico en los supermercados y no se limitan los envases plásticos que envuelven todos los productos, que son mucho más pesados y voluminosos que las bolsas? ¿No es un contrasentido?
«¿Por qué se limitan las bolsas de plástico en los supermercados y no se limitan los envases plásticos que envuelven todos los productos, que son mucho más pesados y voluminosos que las bolsas? ¿No es un contrasentido?»
Esto me enerva especialmente: paga las bolsas, pero llevate todo el plástico que quieras en los envases :/
No se flagele, la ignorancia sólo es un problema cuando se carece de la oportunidad y las ganas de seguir aprendiendo 🙂
Y los cartones? Por qué cada postre lacteo viene envuelto en un cartón que, además, está completamente cubierto de tinta? Por qué los cereales van en bolsas de plástico y después en una caja de cartón?
En Alemania es de lo más normal ir a la carnicería con un par de «tuppers» para que nos pongan el embutido en ellos. O pagar más cara un botellín de agua si no devuelves el envase (de plástico). Aquí nos ponen el embutido en una bandejita de «poliespan» y nos lo envuelven con «film» (y encima pagamos estos plásticos a precio de mortadela, o de jamón, que es peor).
Muy bonita esta entrada, Javier 🙂
JM
Lo que yo nunca supe, y me apeno de ello, es como las celulas saben que tienen que dejar de crecer cuando la hoja de un arbol, o un platano, o una aceituna llegan a su tamaño o porque los dedos de la mano tienen esa forma y no una bola de celulas sin forma. (No estoy seguro, pero creo que el cancer es justamente cuando pasa esto, quiza algun médico ayude).
Gracias.
En esta línea de preguntas a mí es el viento el que me fascina, aire que choca contra tu cara, pero que cuando no se mueve no lo notas. ¿Y qué notas realmente? ¿Átomos? No lo entiendo, perdonen mi ignorancia. ¿Y de dónde viene el viento que se encauza en el valle del Ebro? ¿Es una partícula que se acerca desde el norte como la gota de agua que lleva el río? Tampoco lo entiendo si a mi alrededor no veo un tubo ni nada parecido que lo encañone y dirija.
Envasamos hasta los envases en este país y lo que habría que envasar entre rejas no lo envasamos.
Discrepo en eso de que las plantas limpian el aire. Desde que aparecieron sobre la superficie del planeta no han hecho más que desnaturalizar la atmósfera terrestre con el venenoso y tóxico oxígeno que han ido desprendiendo. Sí, también se sirven de él, pero son ineficientes y han acabado por provocar un cambio climático que ha dado lugar a seres aún más ineficientes. Por suerte, la Naturaleza, sabia como es, ha metido entre estos seres al humano, encargado de devolver esa atmósfera a su estado original.
Themis, no conozco el valle del Ebro, pero tratare de responder la primera parte de la pregunta. Tecnicamente, el viento es aire en movimiento, por lo tanto son moleculas, no atomos los que chocan con usted.
Cuando esta quieto usted si lo nota, de hecho si no estuviera su cuerpo se inflaria como un globo y explotaria, puede intentarlo haciendo vacio contra su piel y verá que la ausencia de aire (y su presión) es bastante dolorosa.
Lo que siente en el viento, es la velocidad del aire, que ademas de ejercer presión, enfria su piel.
Saludos.
Esa es una de las razones de tener hijos, valorar, recordar y aprender los conocimientos que se estudiaron en el colegio de forma rápida y automática y que años después adquieren toda su importancia.
Aprovechando la descendencia uno vuelve a repasar los conocimientos perdidos y sobre todo recupera la inocencia de la infancia a la hora de abordar preguntas o cuestiones de nuestro entorno.
Aunque hay que reconocer, que somos legos en muchas de las materias que a primera vista parecen sencillas y luego son de una complejidad increible.
Sin ir más lejos, la semana pasada aluciné con un artículo sobre variedades de mandarinas, injertos de diferentes tipos y el efecto en la maduración y recolección.
Ráfagas, GTO.
A mí me fascina también el tema de la reproducción animal. ¿De esas pequeñas células sale un ser vivo nuevo similar al original?
Y también me fascina el cristal. Algo sólido que a su vez deja pasar la luz.
Chandler, mas le fascinará que a nivel molecular existen dos tipos de ordenamientos, el cristalino (ordenado) y el amorfo (desordenado). Lo curioso es que los transparentes suelen ser los amorfos (como el vidrio) y los opacos los cristalinos (como los metales).
Saludos!