Nissan IMs concept | Información general
Nissan dice del IMs concept que es un prototipo de «sedán deportivo elevado» porque está más cerca de una berlina que de un todoterreno. Esta definición se debe a que el aspecto de la carrocería es el propio de una berlina pero la distancia al suelo es grande, casi como la de un todoterreno. Las puertas traseras se abren hacia atrás y no hay pilar central, por lo que el acceso es amplio para los pasajeros.
El IMs está creado sobre una plataforma para coches eléctricos a cuya tecnología Nissan denomina Inteligent Mobility —de ahí sus siglas, IMs; en este concepto están comprendidos los «pilares» de desarrollo de Nissan: Conducción Inteligente, Potencia Inteligente e Integración Inteligente—, con la batería situada bajo el piso y entre los dos ejes de ruedas. La tecnología de que dispone le dota de autonomía en la conducción.
Está repleto de particularidades de diseño, si bien no todas son novedosas —como la profusión de pantallas en el habitáculo—. Por ejemplo, la distribución de los asientos, a la que Nissan denomina 2+1+2, no es más que una segunda fila en la que la plaza central, en contra de lo habitual, es más amplia que las dos laterales. Los dos respaldos de los lados se pueden plegar hacia delante y envolver en una especie de dos grandes reposabrazos al pasajero central posterior (imagen), que además dispone de reposapies. La distancia entre ejes es generosa y permite disponer de un interior amplio en longitud y de voladizos cortos en el exterior.
Nissan dice que en modo autónomo el IMs permite circular completamente desvinculado de los mandos y que en modo manual, «proporciona una experiencia de conducción emocionante y de alto rendimiento».
El sistema de propulsión está formado por dos motores eléctricos, uno delantero y otro trasero, que lo dotan de tracción total y que desarrollan una potencia conjunta de 490 caballos —360 kW; no hay detalles de la potencia por separado de cada motor— y un par motor máximo de 800 Nm. La autonomía eléctrica estimada es de 612 km, aunque Nissan no dice si está calculada teniendo en cuenta el actual ciclo de homlogación WLTP. No hay información sobre la capacidad de la batería. El único detalle comentado sobre la suspensión es que dispone de muelles neumáticos y que se adapta a los diferentes tipos de conducción, por lo que, suponemos, dispone de amortiguadores de dureza regulable. Las llantas tienen 22 pulgadas de diámetro.
De la carrocería, Nissan dice que ofrece un coeficiente aerodinámico bajo y que el diseño de sus superficies, en especial de los pasos de rueda, del alerón delantero o del carenado de la parte baja, proporciona fuerza vertical hacia el suelo a velocidad alta y reduce al mínimo el efecto de elevación que se produce habitualmente en la mayoría de coches cuyo diseño no está hecho específicamente para circuito. Toda la superficie del techo es acristalada, con los raíles del techo hechos de aluminio.
La iluminación exterior cambia de color en función del modo de conducción que esté activo. Cuando el coche circula de forma autónoma, las luces son de color azul —pero no sabemos de qué color es cuando el conductor lleva los mandos—. Como en algunos modelos que ya están en producción o lo han estado —como el Volkswagen XL1 o el Audi e-tron—, hay unas cámaras en los laterales que sustituyen la función de los tradicionales espejos retrovisores exteriores, aunque en el caso del IMs se esconden cuando el coche avanza en modo autónomo. También las manetas de las puertas se camuflan.
Si por fuera Nissan dice haberse inspirando en un eclipse lunar —por ejemplo, en el color dorado anodizado de la pintura del techo—, por dentro dice haberlo hecho en una nave espacial que viaja hacia la luna, así como en las casas japonesas modernas. Hay cuatro pantallas ultrafinas, que están estructuradas por niveles y proveen de información a conductor y pasajeros sobre el entorno, el viaje o bien sobre los sistemas de entretenimiento. Si el conductor no lleva los mandos, estos se retraen para no restar espacio, como ocurre en otros prototipos autónomos como el Renault SYMBIOZ. La ausencia de túnel central permite que el suelo sea plano y, aunque Nissan dice que no hay consola central, en las fotografías sí se aprecia una consola entre conductor y pasajero, por lo que intuimos que se refiere a la zona bajo el salpicadero.
Una serie de sensores y cámaras interiores evalúan el nivel de atención del conductor y determinan si este, por ejemplo por cansancio, no puede seguir conduciendo para, en ese caso, detener el vehículo de forma segura, tanto si está activado el modo autónomo como si lo está el modo manual.
Una tecnología adicional, denominada Omni-Sensing hace, según Nissan, «visible lo invisible» —I2V, un juego de iniciales que se traduciría en inglés como «invisible to visible»—. Reproduce en forma de realidad virtual y en tres dimensiones, frente a conductor y pasajeros, imágenes que permiten saber qué hay por detrás de una esquina, o qué tan congestionado está el tráfico, por ejemplo, entre otros detalles.