Nissan Almera 3p 1.5 (2003) | Estable y con muy buen tacto del cambio y los frenos
Entre las cosas que me han gustado del Almera 3p 1.5 se encuentran su estabilidad y el excelente tacto de la dirección, caja de cambios y frenos.
La impresión que me ha dado al volante es completamente distinta a la que tuve al probar el Almera 2.2 Di. La unidad que hemos probado (1.5 Tekna) pesa 126 kg menos que el Diesel, tiene una suspensión menos flexible y lleva unos neumáticos más anchos (195/55 R16 87 V).
El Almera 3p 1.5 me ha parecido un coche ágil, que sigue con más precisión el movimiento del volante y resulta estable. Al límite de adherencia acaba siendo ligeramente subvirador, pero no arrastra tanto las ruedas delanteras como la versión Diesel. En la versión «Tekna», la suspensión es más dura y limita mucho mejor los movimientos de la carrocería, no se producen rebotes en apoyos fuertes y el conductor puede percibir mejor las reacciones del coche.
No es fácil que llegue a deslizar la parte trasera del coche. En caso de hacerlo, es muy progresivo y parece fácil de controlar, aunque no tanto como si llevara control de estabilidad (no disponible ni en opción).
Sobre carreteras con mal firme o en ciertos baches (las juntas de dilatación de un puente, por ejemplo) la suspensión no es capaz de absorber correctamente los rebotes y podemos llegar a apreciar pequeños saltos de las ruedas traseras. No me parece que suponga un peligro real para la estabilidad puesto que, aunque se pueda mover ligeramente, no llega a descolocarse ni en conducción muy exigente. Sí es posible que esa reacción reste confianza en el coche.
Nuestra unidad de pruebas llevaba unos neumáticos Dunlop SP Sport 3000 que me han parecido muy eficaces en este coche. Se siente el agarre con facilidad y donde se encuentra el límite de adherencia, incluso sobre asfalto mojado. En pleno apoyo podemos girar más el volante y el coche parece entrar sin dificultad. La dirección me ha parecido rápida, precisa y con un tacto muy agradable que transmite bien las sensaciones al conductor.
También me ha parecido una delicia el manejo del cambio, por su rapidez y precisión. Los recorridos de la palanca son cortos y se acciona con enorme suavidad.
La frenada está al nivel del resto de los elementos mecánicos. Destaca por su excelente tacto, muy progresivo y fácil de dosificar. También el ABS (Bosch) funciona muy bien, entra en acción sólo cuando es realmente necesario. Tiene integrado un servofreno de emergencia y repartidor electrónico. El equipo de frenos aguanta el trato exigente con buena nota.
Durante las mediciones con el Correvit no pudimos comprobar las distancias de frenada en su justa medida al encontrarse el asfalto mojado. Aún así, la respuesta fue suficientemente buena (60 m desde 120 km/h) para las condiciones de prueba.
La suspensión menos flexible y sus neumáticos de perfil más bajo (195/55) lo hacen algo más seco que el Almera 2.2 Di que había probado, pero creo que sigue teniendo un confort de suspensión en la línea de otros modelos similares. Lo único realmente molesto son los sonidos aerodinámicos y de rodadura que se escuchan cuando se circula a elevada velocidad.