BMW Serie 7 735i (2002) | Lo bueno y lo malo para viajar atrás

03/12/2001 |Juan Manuel Pichardo

Entrar en las plazas traseras puede tener dos dificultades para las personas con menos movilidad: una, que la puerta es muy grande, pesada y no se abre mucho; después de abrirla, hay que rodearla para poder entrar. Dos, que el vano que deja esta puerta es alto pero no muy largo; hay que poder abrir las piernas sin dificultad para entrar bien.

Es de los coches de cuatro puertas más espaciosos que hay en el mercado. Si se comparan las mediciones con las de un Mercedes Clase S, queda claro que hay mucho más espacio disponible. Pero, además, la sensación de espacio que da es muy grande por cosas como la escasa inclinación de las ventanillas o lo lejos que quedan el techo o los asientos delanteros. Tres personas van a ir mal, como en cualquier otro coche que no sea un monovolumen grande, pero dos pueden viajar como en ningún otro coche de esta longitud.

El asiento trasero que tiene de serie me parece bueno, aunque hay que «probárselo», porque la inclinación del respaldo que tiene puede que no satisfaga a todo el mundo. Opcionalmente los asientos traseros pueden tener los mismos ajustes eléctricos que tienen los delanteros de serie (4.059 €), calefacción (480 €), y ventilación (893 €).

Los pasajeros de atrás tienen huecos en las puertas, bolsas tras los respaldos delanteros y un gran hueco en el apoyabrazos central, no refrigerado. Opcionalmente hay un portabotes y un compartimiento refrigerado (1.265 €). El apoyabrazos está duro de desenclavar y mover; es muy grande e incorpora el reposacabezas central. Opcionalmente hay un segundo teléfono, integrado en ese apoyabrazos central.

Para la ventilación hay cuatro salidas (dos centrales y dos laterales). Se puede ajustar la intensidad de aire, la orientación y la temperatura.

Tiene una luz de lectura para cada pasajero y una luz general. La luz de lectura puede ser de las más intensas que haya en el mercado, pero me parece insuficiente para leer durante un periodo largo. Lo ideal es combinar la luz de lectura con la general, si al conductor no le molesta.

Puede tener cortina parasol en la luna posterior y también en los dos cristales de cada puerta trasera, todas ellas con mando eléctrico. El conductor puede desplegar todas las cortinillas al unísono, y cada pasajero trasero puede seleccionarlas todas ellas o individualmente desde cada lado. La opción de las cinco cortinillas cuesta 1.308 €.

Hay dos mecheros en posición central y un cenicero en cada puerta, en los que no caben los restos de un cigarro puro de tamaño grande.

Lleva un espejo de cortesía iluminado en el techo, que no es muy grande y queda un poco lejos. Además, no es cómodo de manejar: hay que apretar un botón para desplegarlo, desenclavarlo, girarlo y seguir exactamente el proceso inverso para cerrarlo; si no se hace así, queda mal encajado.

Lo que no tienen los pasajeros de atrás es posibilidad de control el equipo de sonido, ni toma de auriculares. Atrás no suena el equipo como delante; es un sonido más hueco.